Dulce o Truco XXX 9
Nueva Historia de Halloween y sexo, como parte de las fiestas….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
El Pueblo 5
Raul estaba un poco más contento, pues la fiesta de Halloween estaba por comenzar, había ayudado a un par de niñas, estaba seguro que esto compensaría la ausencia de las gemelas, a quienes extrañaba un montón, hubiera querido cogérselas con ganas, pero ella se mudaron, jamás volverían por culpa de un caliente idiota que no se pudo controlar, si por eso el sabia que al hacer el amor con nenas debía ser delicado, no un bruto sin remedio, ahora podía decirse que tenía 3 noviecitas, Laurita, Cesilia y Evita, quien eran las 3 nenas mas preciosas que había visto, y ya con su edad perfilaban para ser de las mujercitas más hermosas que habría conocido jamas, le llenaban de un morbo tan grande, que le resultaba imposible decidirse por una, en especial cuando las escuchaba gemir al decir su nombre, en su cama o en algún salón de clases, con sus uniformes o cuando les iba desvistiendo con sus ropitas normales, le encantaba como se aferraban a su cuello al estarlas embistiendo, tallaban sus pequeñas tetas (que iban creciendo), le besaban con pasión, sentía sus culitos carnosos que iban tomando forma de durazno, la fragancia de sus mieles sexuales, sus lengüitas juguetonas, su entrega total, en clases sus ojitos eran de deseo, quería dejarlo todo para despertar con ellas en la cama siempre, después de una noche de sexo desenfrenando, pues cada encuentro con ellas lo hacía llenarles de leche hasta el fondo.
O al menos así era hasta hace poco, pues con el paso de los meses la situación cambio, ya que con la partida de las gemelas, se deprimió un poco, extrañaba a ambas, Mariana y Alejandra, pero no era probable que volvieran, sin embargo eso fue como una especie de señal, pues se irían acercando algunas nenas, entre ellas Magda, una preciosa castaña que durante una tarde lluviosa, se dejaría tocar, recibiendo una buena cogida con verga hasta el fondo, entregándose por completo a los gustos del, maestro, si bien que se veía deliciosa con el culito parado usando solos sus calcetas sobre el escritorio, mientras la agarraba del culito, el cual saboreo en un beso negro, antes de llegar hasta el fondo, empezando así un juego de sexo pícaro. Pero igualmente Valeria, una delgada rubiecita se estaba uniendo, pues siguiendo el juego del secreto, mientras otros recogían manzanas, ella se ofrecería en un descuido, enseñándole su culito con una sonrisa llena de intenciones ocultas, dejando ver unas piernitas blancas que invitaban a otra clase de juegos, luego dejaría coger entre unos árboles mientras se escondían de otros, teniendo campo abierto para hacerle lo que quisiera, disfrutando de todo lo que tenia dentro, logrando que esta gimiera de manera deliciosa mientras la ensartaba con cuidado, besándola para callar sus gemidos, al tiempo que sobaba sus nacientes tetillas, empezando de esta forma a ser recurrente la forma en que la pudiera coger, más que a otras nenas de la comunidad. Cabe decir que Raul podría disfrutar de varias chicas, pero eran 5 las (contando a las gemelas hasta hace poco) que siempre estaban cerca de él, sintiendo las delicadas vulvas de sus alumnas, con una libertad total, y siendo un ligero consuelo de estar en medio de ese pueblo a mitad de la nada, disfrutando de una faena sexual continua, pues no dejaba de coger con una cuando llegaba con otra.
De cierta forma Magda y Valeria se estaban uniendo al grupito de novias de Raul, quien lo hizo por la ausencia de las gemelas, aparte que la rubia, vivía cerca, sin olvidar que de cara era mucho más linda que las gemelas, de rasgos inocentes que incitaban a quererla ver con una verga metida en su boquita, pero eso no era lo importante, desde que se fueron ambas, apenas se iba a cumplir un año, así que a horas de Halloween, el joven se ponía su botarga de dinosaurio, pues los padres seguían un poco pendientes de él, no quería llamar la atención de mala manera, aunque el cogerse a las niñas, era una especie de secreto a voces, lo notaba con claridad, muchos de los viejos vecinos eran mañosos, miraban a las nenas con ganas de que estas saborearan sus carnes dentro de ellas, y eran pocas las que se graduaban de la primaria siendo vírgenes, incluso en veces le tocaría coger con algunas que previamente fueron desvirgadas, y las niñas tendrían suficiente confianza de decirles con quien fue todo:
Mi papito una vez que llegó borracho se metió en mi cama, olía feo, pero se me puso encima me arrancó el calzoncito, y me la chupo, estaba algo asustada, aunque me dio unas cosquillas curiosas, luego de eso me la metió y estuvo bombeando, casi me aplasta, al final me dejo su lechita en la cara, como usted lo hace, y me dijo: eres una pequeña guarra.
Mi tío me dijo que me iba a dar un regalito sorpresa, pero una vez que estuvimos solos me llevó a la parte lejana del rancho, en una cabaña de herramientas, ahí me encueró para metérmelo por el culo, fue muy brusco, me dejó rojito todo, me gritaba que era una puta, que siempre iba a metérmela, que iba a pedirle que le diera de su leche, luego lo corrieron de la casa.
Un hermano me estuvo chuleando desde los 5, se sentía bien bonito, pero aparte me tocaba ahí abajito, era bien tierno, pero cuando cumplí 8 se decidió, cuando fuimos al rio nos desnudamos y me la fue a meter, dijo que era mujercita, que debía aprender, me la estuvo clavando con fuerza, me dolió, pero lo hice hasta que se fue a la mina hace unos meses.
Ese era el castigo común del pueblo, mandar a los pervertidos a la mina, si Raul se dio cuenta, podrían cogerse a las niñas, eso no estaba mal, pero lastimarlas era el problema, no debían de hacerles daño, pues era obvio, muchos tipos solo estaban viendo donde encajar su verga, se volvían locos, aparte que las nenas eran preciosas, parece que por el área hubo muchos extranjeros y demás, así que hay un mestizaje, por lo que salen las nenas bastante preciosas, o al menos eso le explicaría el tío a Raul, luego una autopista arruino todo, dejando el lugar en decadencia, sino fuera porque un par de empresas les compran los frutos a buen precio. Ahora nada de eso importaba, el joven maestro practicante llegaba con su botarga listo para divertirse, caminando juguetón entre los niños, quienes se le acercaban divertidos, logrando que los padres se sintieran tranquilos, pues seguían los temores de que fuera a hacerles algo a las nenas, pero con ese disfraz era imposible, al contrario, un tal Gelipe, un chico de 16 años, que fue de visita a la ciudad regresó bastante mañoso, así que llamaría más la atención, lo que dejaría que las vistas no fueran contra Raul, y es que sería bastante obvio.
En medio de la fiesta se vería como ese papanatas, haría de las suyas, a una nena de apenas 7 años, de cabello negro cortito, disfrazada de brujita, se la llevó a un lado, parecía que la estaba entrenando, pues nadie le vería hacerle nada, solo se desaparecieron, pero cuando menos se lo esperó, cuando los niños jugando a una búsqueda del tesoro, lo hallaron, Gelipe se la estaba encajando de manera vicioso a una nena, le haría tragar verga, como le faltaban 2 dientitos, se la podía meter sin miedo a que le mordiera, le hizo mamársela hasta que se corrió hasta el fondo, llegando a correrse de manera abundante, llenándole la cara de su leche, diciéndole puta, pero una vez que acabaría, este la desnudo para abrirle el coño con presión, su vestido quedaría desgarrado, luego fue metiéndole la verga de manera salvaje, la nena sollozó un poco, pues el Gelipe nunca había sido tan brusco, le estaba quemando, y es que iba un tanto ebrio, aparte, que estaba bien caliente. Lo hallarían a mitad de la faena cuando en un ataque de lujuria le fuera metiendo la verga por el culo de manera maliciosa, intentando llegar hasta el fondo, haciendo un esfuerzo por darle con todo, abriéndole las nalgas, las cuales cacheteaba hasta dejarlas rojas, se veían redondas y muy suaves, la niña no lloró porque le pusieron su calzoncito en la boca, haciendo un esfuerzo mayor para respirar, mientras le abre las piernas, viéndose como le llegaba hasta la mitad su barra de carne, haciendo un esfuerzo en su vaivén sexual que no dejaba de darse, hasta que súbitamente se corriera llenándole, momento que diría:
Eres la mejor putita del mundo – palabras de Gelipe que iban cargadas de lujuria y de un golpe del papá de la nena.
La fiesta hasta ahora se mantuvo divertida, con todos los chiquillos jugando y riéndose, haciendo actividades y lo que fuera, todo con la temática del Halloween, apenas se dieron cuando que se perdió la nena, muchos se quedaron revisando, y al darse cuenta de la situación, salieron a revisar, pero unos niños lo hallarían en medio de una actividad, ahora que lo encontraron, todos salieron a perseguirlo, pues el muy cretino intentaría escapar, quedando los maestros encargados de cuidar a los niños de la escuela, aunque todo era parte de un juego especial, pues se sabía que harían un campamento y los chiquillos pasarían la noche en la escuela. Todo iría bien, pero el director y el maestro tenían cosas planeadas, una de las chaperonas de las niñas, una hermana mayor pretendía pasarla con el tío, mientras que Raul ya había hecho los arreglos para tener a 5 nenas en su salón privado, el cual estaba preparado para el juego nocturno, y como era de esperarse Larita, Cesilia, Eva, y ahora Valeria y Magda, a mitad de la noche, cuando todos dormía llegaban para divertirse, para el maestro sería difícil, pero buscando donde nadie fuera, en barrios bajos de su ciudad cuando volvió a su casa por cursos y más, logró conseguir algunas sorpresitas, quería pasarla bien en Halloween, así que preparó algo especial, y dejándoles una tómbola amañada les daría un boletito con una llave, dentro había 5 ataúdes con candados que debían buscar, era parte de la magia, y las nenas lo disfrutaban, se conseguían muchos buenos dulces, que reunían en sus bolsitas, hasta que llegaron, como de costumbre el salón estaba preparado, y Raul grababa a las nenas mirando sus nalguitas o demás, aparte que a algunas ya les crecían las tetillas, por lo que se sentía ansioso de tenerlas así, preparadas para sentir su verga.
En el juego podría verlas como se iban descuidando buscando cosas, y encontraban pequeños perfumes, dulces, flores, le gustaba tenerlas mimadas, era un juego de seducción, y cuando menos se lo esperaba llegaban a los pequeños ataúdes escondidos, ahí encontraron cosas especiales, casi como un juego se fueron a aprovechar, sacándose sus disfraces para ponerse aquello, todo era diversión, una bastante eróticas, y se fueron acomodando las prendas que les estaba regalando, medias de encaje, tanguitas y sujetadores, todo hecho a su medida, tanto así las conocía el muchacho, que les consiguió unos buenos conjuntos de lencería para sus tallas infantiles, con los cuales pasaría la noche de brujas, todos en color negro, que contrastaba con sus pieles claritas, ligeramente enrojecidas por el sol, donde no tuvo problemas para ir disfrutando de la pequeña orgía que había organizado.
Qué lindo grupo de brujitas, y son todas mías – decía continuando con el juego Raul, haciéndolas reír un poco.
Todas se acercaron a este, y aceptaron que les vendaran los ojos para empezar con las travesuras, haciendo de las suyas para dejarse hacer, jugando para meterles la verga embarrada en mermelada, cajeta o demás sabores, las hacia chuparlas, aunque no se correría, sabía que eso debía quedar al final, pues tenía que jugar con 5 preciosuras, que estaban ansiosas, además que verlas con esas prendas era demasiado excitante jugando con sus lenguas, mientras vestían lencería hecha a su talla, iba disfrutando de aquel contacto, pues las niñas saboreaban las golosinas con un gusto único, se emocionaron al probar el jarabe de chocolate. Pero no podrían seguir haciendo eso, la calentura de Raul no se detenía, así que cuando creyó que se iba a correr, se decidió a seguir, tomando a Magda para acomodarla, le iba sacando la tanga, que para ese momento ya estaba mojada, se notaba cuan caliente estaba, una manchita se había formado en su vulva, y goloso fue a comerle el coñito con unas ganas que no le sabia, verla así de entregada era una delicia, siempre le pareció una de las niñas mas lindas, pero le era imposible acercarse, la madre puta no quería competencia de su hija tan pronto, aunque eso no importaba al sentir los pliegues de su carne con la lengua que iba abriendo cada centímetro de su piel, logrando que esta gimiera de manera tan deliciosa, pero no era suficiente, mientras lo hacía, con cada una decidió darles “varitas mágicas”, un truco para que usaran consoladores que les haría sentir mejor.
Era delicioso ver aquello, 4 nenas calientes usando prendas atrevidas, casi revelando sus partes intimas por las transparencias, con coñitos lampiños, pezones puntiagudos en tetas crecientes, esperando por sus mimos, mientras jugaba con otra, sacándole las mieles del sexo, apenas terminó como Magda, logrando que esta se corriera, la dejaría un vibrador que le hizo mantenerse excitada, y luego se pasó con Valeria para jugar con su conchita, la cual estaría algo estimulada, le quitó el juguete sexual para poder tomar su pequeña vulva la cual se sintió húmeda desde el primer momento, y la nena se dejaba hacer de todo, mientras sentía la suavidad de esas medias alrededor de su cabeza, de igual forma acariciaba los pequeños pechos con un gusto bastante inquieto sobándolos o agarrándoles con desespero que apenas contenía pero que eran suficientes para hacerle sentir un placer total. La lengua de Raul había ganado experiencia, por lo que rápido le fue calentando, siendo mejor que cualquier juguete, al menos para la nena que acariciaba su cabello con mucho cariño, mientras se perdía en esas sensación, su carita lo revelaba, sonrojada y aguantando los gemidos para no ser escuchados, pero algo fallaría en los planes, pues verla así, no le dejaría resistir mas, y el maestro se alzaría abriéndole bien las piernas, y se la clavaria, aun teniendo cuidado para no lastimarla, dejando bien metida su verga hasta el fondo, lo cual le encantaría a la nena quien, soltaría todo, aferrándose al fecho de su amante, quien la abrazaría mientras la iba haciendo suya una vez más, sintiendo que ella gozaba, pues con sus piernitas se le aferraban por la cintura, mientras la bombeaba.
Las demás niñas igual se iban sobando, ansiosas por ver como su “novio” se entregaba al deseo, sintiendo oleadas de calor en sus coñitos que se hacían totalmente irresistibles, les encantaban sentir esas descargas eléctricas dentro de su cuerpo, haciéndoles gemir con completa entrega a los juegos del joven, quien tenía el control de ellas, le miraban con cariño, deseosas de seguir en aquello, cada una de sus células quería sentir ese placer vicioso que era como una descarga eléctrica recorriendo todo su ser, si bien que el padre de Larita la penetro el otro día cuando llegó borracho, le hizo chillar bastante, porque le dio con ganas brutales, la mamá se enojó bastante al ver cómo le dejó el coñito rojo, al tío de Evita le darían varios golpes tumbándole dientes de leche después de que se la cogiera a la fuerza le dejó marcas de mordidas en la tetillas (no lo volverían a ver), Magda ya había probado su primera verga por parte de un mañoso que la rondaba, cliente habitual, y su propia madre no estaba contenta con este, a Valeria 2 de sus hermanos se la cogieron en una penetración doble, causando problemas con los padres, sino fueran tan chicos los hijos les mandarían a la mina (15 años), mientras que Cesilia en una ocasión, un vecino drogo se habría metido a su casa para cogérsela, dándole en el culo, y se lo rompería, lo que enojó bastante a los señores que hasta con un palo de azadón le dieron para que se le quitara lo mañoso.
En un arranque de lujuria le darían hasta que se terminó corriendo llenándole el coñito a la bella nena rubia, quien gemiría, pues sentir la leche de su amante en su interior le haría perderse en un orgasmo delicioso, pero en ese momento Magda llegaría para decirle: y mi lechita; eso le encantaba, así que se sentaría para hacer que ella misma se la clavara, en un juego de besos totalmente caliente, mientras se iban acariciando, despertando el deseo, un calor electrizante, donde viéndose entre sí, se entregarían a una lujuria total, aunque antes, para recuperar fuerza, la dulce nena le daría algunos besitos para que recuperara fuerza, lo cual serviría, luego podría darle con más cuidado, abriéndole el coñito como le gustaba, y empezarían a darse de besos entregados en el furor del sexo, entre caricias que iban recorriendo cada centímetro de esa delicada piel que era tan suave perdida en un deseo cálido lleno de pasión, que iba desencadenando un éxtasis en su interior. Se movían en un ritmo compartido que en breve acabaría en una fuerte corrida que parecía como si orinara, el gesto de Magdita se perdía en la excitación, se quedaba apegada al pecho de Raul quien al verla se sentía satisfecho, la preciosa niña estaba rendida a su gusto, disfrutando de su sesión de sexo, aparte que sentir como la vulvita le sobaba abajo evitó que perdiera toda la dureza, haciéndole disfrutar de aquel encuentro, y es que aparte se daba cuenta que debía seguir, otras de sus lindas noviecitas le esperaban, pues la siguiente chiquilla estaba ansiosa, si bien parecía a punto de correrse.
Tuvo que llegar con Cesilia, quien no esperaba, su cuerpo estaba por convulsionar en un fuerte orgasmo, pero no lo quería de la varita mágica, deseaba que su hombre la hiciera sentir mejor, lo deseaba tanto, tenía una miradilla especial que lo mostraba, aunque era difícil de describir en buen momento llegaría el maestro para comenzar a comerle el coñito, que estaba tan mojado, le daba una sensación increíble sentirlo así, acariciando su verga con un gusto único en su tipo, una sensación de placer le recorrió la espalda, casi escurriendo de leche caliente que saboreaba sin problemas, logrando que la preciosa nena gimiera con un cuidado tan delicado, mientras se abría por completo para dejarle a la lengua entrar tanto como pudiera, así se daba tiempo Raul, para recuperar fuerzas, aparte le iba acariciando con sumo cuidado, delineando sus bonitas formas, cuando la nena diría:
Profe, vamos a seguir siendo novios para siempre, o algún día nos casaremos, porque yo lo quiero mucho, mucho, y no quiero que me deje solita, si se va, yo me quiero ir con usted – dijo Cesilia con un toque lleno de ilusión mientras le miraba con sus mejillas sonrojadas.
Para calmarla un poco el profesor le comenzó a comer más su pequeño coño, pues no podía parar, pero sabía que debía ser franco, aunque ahora lo único que tenía en mente era darle duro a la preciosa niña que usaba un conjunto negro que en su piel acaramelada se veía tan delicioso, aunque di le diría: juntos para siempre, todas; lo cual hizo sonreír a las nenas, quienes esperaban su turno o descansaban de su faena. Pronto Raul comenzaría a darle con todo, la sacudía de una forma que sabía que disfrutaría, haciéndola sentir sensual, pero siendo cuidadoso, sabia hasta donde llegar el ritmo para que sintiera rico, darle el placer que tanto deseaba la nena, quien se aferraba a su cuello, para darle tiernos besitos que este interrumpía para darle una largo con mucha pasión, usando su lengua para alcanzar su interior, en una unión pasional sin límites, dejando que la leche o los jugos fueran escurriendo en su momento, pues la nena estaba al borde, quería correrse, pero solo ante la presencia de su amante, sintiéndose suya, perdida en un gusto sexual, así Raul no tendría problemas en llenarle el coño de su semilla, que la sentiría completamente invadirle su interior, haciendo que la preciosa niña se riera juguetona.
Finalmente quedaban 2, pero curiosamente, las nenas se irían al camastro donde se suponía que se dormirían, haciendo algo inesperado, Evita siendo un poco mas formada se acostaría y sobre ella, quedaría Larita, ambas ofrecían el coñito al mismo tiempo, pero igual dejaban ver sus culos redonditos, que parecían tener gravedad propia, pues una fuerza de atracción lo llevó a su lado, lo cual le haría calentar mas a Raul, quien para recuperarse un poco empezaría a tallarle su verga en medio, dándole un gustito especial, aunque las nenas dirían en tono juguetón.
Su pajarito besa a nuestras conchitas, les quiere mucho ¿verdad? – palabras de una risueña Lara.
Profe, vamos a estar siempre juntos, verdad – añadía algo inquieta la tierna Eva.
Repetiría “juntos por siempre”, lo cual emocionó bastante a las nenas, que se fueron entregando lentamente en un movimiento de caderas bastante sexual, necesitaba recuperar fuerza, pues ambas niñas estaban ansiosas de sentir su carga dentro, y verlas así era un deleite, no podía pedir menos, así que las fue sobando, penetrando con el cuidado necesario, aunque recuperaba vigor al verlas de esa manera, deseosas de ser sus mujercitas, disfrutando del placer que le daban, si adoraba a esas niñas, ninguna tipa se les podría comparar. Recordaba Raul la vez que fue a la ciudad, se quedó una semana, acudió a un curso de didáctica, ahí conoció a Marcela, una tipa preciosa que iba con algunas amigas, quienes estuvieron muy cariñosas en un principio, malditas guarras, pues al acabar el evento, se fueron a beber, le invitaron a seguirles, pero estando allá, querían que el pagara todo, y ninguna se dejó siquiera tocar, estúpidas. Por eso prefería a estas 5 niñas, quienes lo esperaron con ansia, lo recibieron con sonrisas, sabiendo que como siempre podría gozarlas, si la primera que sintió, fue a Valeria, quien lo visitó por unas manzanas, pero en entregaría su pequeña papaya, no llevó calzoncitos para que fuera más sencillo, a mitad del juego, seguiría Magda, quien quería probar sexo anal, y se llevaría algunos duraznos, al día siguiente Cesilia llegaría pidiéndole guayabas que serian entregadas entre besos y caricias en un encuentro agridulce dentro de la cama donde separaría sus piernas para que todo fuera visto por ambos, pues un espejo estaba enfrente, luego al siguiente, ya en clase llegaría temprano Lara, quien dejaría que sintiera sus preciosos labios sabor caramelo, que casi sabían tan dulces como sus mieles sexuales, y al acabar las clases, Eva, se quedaría hasta tarde entregada al placer de sentir esa carne que tanto le encantaba, dejándose tocar libremente.
Era una locura total, pero ambas nenas se turnaban para recibir su verga, Raul no podía contenerse aquello era un deleite total, las nenas gemían como gatitas en celo, recibiendo embestidas llenas de pasión, dejando que el sexo siguiera de manera natural entre caricias llenas de lujuria, sus cuerpos arreglados, dejaban que todo eso ocurriera, alentándole a seguir, sus miradas eran lindas, despertaba cada fantasía dentro del hombre, quien se perdía en el mejor sexo de su vida, depositando toda la carga en ellas, contentas de ser invadidas, aunque su maestro las conocía demasiado bien, sabia hasta donde debía llegar, o su ritmo favorito, les daría un gusto, hasta que finalmente se corrió, dejándoles sus conchitas llenas de leche de macho, y ellas como fieles hembritas lo disfrutaban, pues tendría cuidado con una sola carga de llenarlas a ambas pasando de una vulva a otra, para darles el gusto, aparte que lograría que se corrieran hasta quedar satisfechas. Luego de eso se quedarían las 5 sobre la cama, jugando un poco, logrando algunos orgasmos mas, mientras sus vulvitas escurrían la carga de su amante, durmiendo al final tranquilamente, gozándolo mucho Raul, pues las nenas seguían vestidas con esa lencería que les quedaba tan bien, dejando expuestas vulvas, nalgas y tetillas, se veían tan sensuales que casi estaba pensando en regalárselas, sino fuera porque podrían descubrirlo, detalle que no importaría, porque en la mañana eso mismo sucedería…
Saludos y gracias por continuar con esta historia es de mis preferidas. Leer sobre esas putitas me gusta bastante . Te sigo desde el anterior foro es una lástima lo que paso se perdieron buenas historias pero me alegra que tu continúas gracias y espero las próximas historias
wow, gracias por decírmelo, por eso con gusto te aviso que ya voy a subir la continuación, espero que sea de tu agrado, aunque será la ultima del año, ya vez, es temática de Halloween, pero creo que la seguiré el próximo año, nos vemos…