Dulce y Perfecta Venganza (2)
El Plan contra mi primo, avanza y evoluciona..
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Luego de ver el espectáculo de estas dos ninfas negras me dieron, me retire sin ser notado por mi Primo.
Me arregle el pantalón para que no se note mi verga parada, que ya sé que la tengo como un chico de 12 años, pero no por eso es invisible.
Primero mis pasos eran apresurados, luego, comencé a trotar y a correr a mi casa.
No podía aguantar a ver lo que había grabado y si había podido capturar el rostro de degenerado de mi primo.
Quería asegurarme de tener toda la evidencia.
Llegue a mi departamento, salude a mi casero quien me saludo extrañado por que me vio corriendo.
– Es que se nos viene la lluvia, Don!
Esa respuesta lo calmo de inmediato, y agrego algo trivial a lo que no le di mucha importancia.
Ni bien entre, me apresure a descargar el video en la computadora, no sin antes cerrar las cortinas, y la puerta, para evitar ser interrumpido.
Una parte de mi se sentía paranoica.
El video comenzó a reproducirse.
Para mi mala suerte, mi pulso inicial era una mierda.
Además de eso, había cierto reflejo en la ventana que evitaba que se notara con claridad lo que ocurría adentro.
Putee mi suerte, mientras deje que el video se reprodujera…
En eso escucho unos golpes en la puerta que me alertaron.
Cerré el video, y apague la laptop de inmediato.
Me agradecí interiormente el haber cerrado la puerta con llave ya que al espiar por la ventana, veo que era Claudia.
Le abrí inmediatamente y la deje pasar.
– Perdón que haya venido así, de improviso. Es que pase a buscar a las nenas al colegio y no estaban… y justo se largó a llover.
– Esta todo bien, no hay problema, Clau…
– Que paso, por que tenias cerrado con llave?- Ella ya era una venia y paseaba como si fuera su casa, así que nunca cerré con llave mientras estuviera.
Y mi casa siempre estaba abierta para ella y las chicas. Así que aquella pregunta medio que me agarro de improviso.
– Ehh…. Nada, tenia que hacer unas cosas en la compu y…
– Jajaja…ay corazón, estabas masturbándote viendo porno?
-…
-Tienes el pantalón desabrochado…- era cierto, sin darme cuenta, había estado a punto de hacerme una paja viendo el video, solo que no me di cuenta.
– Corazón no tienes por que preocuparte, es normal, eres adulto, un hombre sano y lindo, guapetón… sé que tienes tus necesidades. Solo no te descuides por si un dia vienen mis nenas por aca, no dejes nada a la vista, ok?
– Si, si, claro…-si supiera lo que hacen sus nenas ya…
Charlamos un poco y ella comento como es que sus hijas faltaron al colegio.
Era una conversación rara, por que yo en mi mente repasaba los eventos y sabía que mi primo las hizo faltar para lo sexual… solo asentía estúpidamente lo que Claudia me decía.
– Estas como ido. Estas bien? Te molesto la interrupción?
– Eh? No, no… bueno, un poco frustrado… pero no estoy enojado con vos, sino conmigo mismo.- ahí aprovechando de que estaba solo, intente llevar la conversación hacia el lado romántico y lo que sentía por ella. Un poco por que era una buena oportunidad, y otro poco para quitar de mi cabeza la imagen menta, que tenia de los culitos de las nenas.
– Y eso por que?
– Por que siempre me costo afrontar lo que siento, siento algo de culpa de que me guste una mujer que no puedo alcanzar y me cuesta encontrar el valor para decirle lo que siento.
– Corazón, ya hablamos de eso.
– Si, pero para mujeres como vos es fácil. Sos hermosa y maravillosa, por no mencionar lo sexy también. En cambio para hombres como yo… Yo no soy como Mario que es un pelotudo machista y creído, yo soy mas del tipo romántico, reservado. Para tipos como yo, el decir lo que sienten es un riesgo, por que morimos un poco cada vez que nos declaramos a la persona que nos gusta, y somos rechazados.
– Ay, mi corazón…
– Además siento algo de culpa, por que le estaría robando la mujer a alguien mas estaría arruinando una pareja para mi beneficio, eso es egoísta.
Lo cierto es que me importa un carajo, es justo lo contrario. Pero no quería levantar sospechas de que estaba tramando algo. Y menos con Claudia.
– Si, me gustas mucho Claudia y estoy casi seguro de que me enamore terriblemente de vos. Pero no quería decir nada por que sé que me vas a rechazar. Además no es justo ponerte entre la espada y la pared.
Puedo ver que sentís algo por mi pero parece que sentís mas por mi primo. Entonces no hay nada que pueda hacer, no le puedo hacer eso a mi primo por mas mal que él me haya tratado en el pasado.
Así que nada…
Hizo un silencio largo, meditando lo que le dije.
Luego me tomo las manos pero siguió en silencio.
De alguna manera quería reconformarme pero parece que justamente, estaba entre la espada y la pared.
Y justo cuando estaba por agregar algo mas, se me acerco y me dio un lindo beso en la boca.
No un piquito, sino un beso real, con masaje de labios, intercambio de saliva y todo eso.
Un beso de pareja.
– Perdón, pero creo que ya sabes la respuesta. Tu mismo lo dijiste.
– Lo sé… por eso prefiero alejarme de estas cosas. Ya encontrare a alguien mas en quien enfocarme.
Yo sabia que esa ultima frase la afectaría. Pude notar algo de celos y una reacción mas fría y agresiva.
– Diviértete entonces con tu porno de blancas.- me dijo al retirarse.
Aquello se sintió como un triunfo, por que entonces si yo le gustaba mucho, lo suficiente para ponerla celosa.
Si hubiese sido otra, se habría ido con una tristeza en la mirada de algo que no podía ser.
Especialmente lo dolida con lo del porno de “blancas”.
Con una sonrisa interior de victoria, volví a cerrar la puerta con llave, y me dispuse a ver que podía rescatar del video.
Al avanzar, pues resulto que llego un punto en que la imagen se estabiliza, o al menos mi pulso, y en el que por el ángulo, se alcanza ver la mitad de video, la ventana reflejando el exterior y la otra mitad claramente dentro de la habitación.
No era al %100, pero claramente era un pequeño triunfo.
Allí se podía ver a un hombre enorme, mi primo, lo que parecía una penetración a una pequeña niña negra desnuda.
Así mismo, eventualmente se veía claramente, y muy cercana, la parte en que Morenitaa se quitaba la ropa y dejaba a la vista esa hermosa conchita y ano negritos, pero que también dejaban ver su interior cuasi blanco, regalándome todo un espectáculo.
Para cuando Morenita nota mi presencia y me sonríe pícaramente, mi verga estaba dura nuevamente y yo estaba por proceder a pajearme.
No podía con tanta belleza africanita.
Incluso ahora estando relajado, la secuencia parecía más larga, haciendo que el momento en que cruzamos miradas, puedo notar cierta lujuria infantil.
Era claro que Morena, la nena, me deseaba y quería comerme, mucho mas que a su padrastro.
Luego, la parte que mas me interesaba: y efectivamente, Morenita se acomoda de manera de que dar mas a la vista, con mi primo detrás suyo acomodando su pene entre las pequeñas nalgas de la niña.
Luego de un rato, hace unos cambios a poner la verga entre sus piernas rozando su vulva.
Pero desde mi perspectiva, parecía que la estaba penetrando.
Por su parte, volví a notar el momento en que Anita se pasa a la cama contigua, para proceder a tocarse su puchita, mientras ve a su hermana ser usada por su padrastro.
Ahí es que en un momento, Anita mira hacia afuera y me ve. Sonríe, pero en ese punto yo no me había dado cuenta.
Me hace señas con el brazo que por suerte mi primo no nota, y me hace señas a su conchita, la cual abre un poco mostrando sus pliegues blancos, en contraste con su hermosa piel de ébano.
Anita continúa tocándose, y mirándome, mirando a la cámara.
Eso me hizo acabar como nuca antes había acabado.
El video termina abruptamente cuando me retire del lugar, habiendo visto suficiente.
Claramente tendría que hacer algunas ediciones, como cortar el reflejo de la ventana, y la parte derecha del video en donde se ve primero a Morenita mirándome y sonriéndome, y luego Anita masturbándose mientras me mira con lujuria.
Termine de editar el video a exactamente lo justo y necesario que Claudia necesitaba ver.
Las evidencias claras de que era Mario quien se estaba cogiendo a sus dos nenas, mientras ella estaba ausente.
No sin algunos problemas de tener que pajearme de nuevo en algún punto.
Lo siguiente, era como enviarle el video.
Eso era fácil luego de pensarlo un poco:
Solo tenia que comprar un teléfono nuevo, con un chip nuevo, algo descartable y enviárselo desde ese número desconocido.
Pero como además soy especialista en tecnología, además iba a hacerlo de manera que no lo rastreen a mí, enviándolo desde otra triangulación. Es decir, de una locación lejana a mi casa.
Sé que para alguno parece que es una venganza muy de psicópata, pero… quienes son ustedes para juzgarme?
Si conocieran y vieran todas las cosas que mi primo ha hecho, no solo a mi.
Esta no seria solo una venganza personal, lo haría también por aquellas otras personas a las que mi primo cago, estafo y maltrato.
Por esos primos inocentes a los que mi primo les rompía el culo, literalmente.
(Es mas uno de esos primos es ahora travesti, y estoy seguro que antes no tenía esas inclinaciones).
Por otro lado, a mí solo me interesa poder cogerme y amar a Claudia todos los días, y criar a las nenas como mis hijas.
Lamentablemente, algunos planes cambian con el tiempo, y esta no es la excepción.
Según pasaron los días y mientras planeaba cuando enviar el video, el ver a las nenas de nuevo, y que se me suban encima, era demasiado.
Lo peor es que no podíamos hacer mucho ni hablar mucho en los 15 minutos en que su madre tardaba en llegar.
Pero si que lo hablamos e incluso se atrevieron a decirme que yo les gustaba mucho, y que querían que yo fuera su papi.
Ahí hablamos por fin, de lo que sentían por su padrastro, y lo que les hacia.
– A veces no tenemos ganas y nos duele, nos lastima.
– Si, a veces es muy bruto.
– Le han dicho que no lo haga mas? Ustedes se han negado?
– Si pero se enoja.
– Una vez le pegue en su pito por que me la quiso meter en la cola y me dolió mucho. Me pego fuerte en la cabeza y me dejo llorando.
– Paro al menos?
– No seguía frotando su cosa contra mi colita mientras me decía que no llore.
– Entonces a ustedes no les gusta que lo hace?
-…- dudaron por un momento.
– Se siente rico a veces, pero también nos asusta.
– Le han dicho a su madre lo que hace?
– Noo… por que si le decimos, el dijo que iba a meter a mamá en la cárcel.
– Además una vez lo intentamos y mamá no nos creyó.
– Que le dijeron a su madre?
– Que nos tocaba y nos daba besos en la boca.
– Y que dijo su madre?
– Que solo estábamos diciendo tonterías.
– Yo no quiero que mama se enoje con nosotras por robarle el esposo.
Algo así fue parte de las charlas que tuvimos.
Claramente, las tenía amenazadas, además esto venia desde hacía mucho rato.
Algo que por lo visto se habrá acrecentado durante la pandemia.
No, este hijo de puta la iba a pagar caro.
Mas días pasaron y por mi mente iba afinando los detalles.
Al final, me decidí por un plan mas audaz.
Aun sentía unas ganas terribles de cogerme a las nenas y saciar mi morbo, pero al mismo tiempo, culpar a mi primo de todo.
Así es como planee todo, una tarde en detalle.
Primero, establecí algunas coartadas, como que me declaré enfermo.
Así estaría en casa según la vista de todos.
Luego, aproveche un momento en que me escape por una de las ventanas traseras, mientras caía la tarde, a escondidas de mi casero.
Fui con el rostro mas o menos cubierto, con un barbijo.
Si acaso alguien me descubría, podría argumentar que estaba yendo a una farmacia cercana.
Ya llegando al barrio de mi primo, podía ver a las nenas jugando con sus amiguitos.
Ahí es que intercepté a nene que estaba cerca, y le di una nota junto a unos pesos.
Debía entregarles esa nota a las nenas C, Anita y Morenita, y listo, no decir nada más.
La nota estaba escrita como si fuera mi primo Mario, que les decía que debían ir en media hora, al descampado cercano, totalmente solas y sin que se entere su madre.
Media hora después, ya me encontraba esperándolas escondido en ese monte.
Era un lugar apartado, oscuro en ese momento, pero no tanto.
A los 25 minutos llegaron ambas nenas, escondiéndose de que alguien mas las viera.
Yo era una figura grande muy parecida la de Mario, así que no me sorprendió que Anita diga “Papi…?”
– (Aquí, chicas…shhh… no hablen muy fuerte o nos van a escuchar.)- les dije susurrando.
Se acercaron inmediatamente muy obedientes.
– (Que paso, Mario?)- me pregunto Morena, la mayor.
– (Vamos a hacerlo, tengo ganas.)
-…
– (Tranquilas, lo de siempre.)
-(…ok…)- respondieron si estar muy convencidas.
Acto seguido, tome del brazo a una, pensando que era Morena, pero resulto ser Anita.
Comenzamos a besarnos en la boca, con beso de lengua incluido.
Acerque a la otra nena, Morena, y también comencé a besarlas.
También a meterles manos.
Acariciaba y manoseaba sus lindos culitos parados.
De quien asumo era Morena, se podían sentir sus senos infantiles brotando como dos puntitas, que ahora se ponían mas duritas.
Le levante la ropa y se las chupe.
Su sabor a teta infantil era muy rico. Mezcla de su sudor y perfume natural…sus hormonas disparándose poco a poco.
Su respiración, al igual que la mía, ya estaba agitada. Se notaba que les gustaba.
Y es que a diferencia del bruto imbécil de mi primo, yo estaba siendo un caballero amante con ellas.
Le meto mano dentro de sus pantaloncitos y bombachas y comencé a acariciar ambas puchitas a la vez, lo que las puso aun mas calientes y agitadas.
– (Traten de bajar la voz o su madre nos va a descubrir..).
– (Perdón papi…)
– (Hoy vamos a probar algo diferente.)- les susurre.
Y mientras no dejaba de besarlas y chuparle las tetitas, saque un preservativo de los muchos que tenia en mi bolsillo, lo abrí y pele mi verga.
Me lo puse, y luego tome a la nena que tenia mas cerca, sin ver quien era.
Le baje el pantaloncito, la bombachita, y la acomode en 4.
Ya estábamos agachados y agazapados, pero ahora estábamos mejor.
Además antes tome la precaución de poner un cartón mas o menos limpio que encontré por ahí.
La noche estaba cálida y los tres estábamos calientes.
Tome a quien tenia cerca, agazapada y le dije:
– (Quien sos? Anita o Morenita?)
– (Morenita…)
– (Ok, quiero que le tapes la boca a tu hermana para que no grite.)
– (Que…?)
– (Tranquila, no le va a doler, pero le va a gustar mucho y va a gemir. Tápale la boca, hace lo que te digo)- le ordene, viendo que no estaba sonando tan bruto como Mario.
Pude sentir como se movio hacia adelante y se acomodaba para taparle la boca a la pobre Anita.
Yo me incline, y haciendo contacto de mi cara con el orto infantil de Anita,procedi a chupársela un poco, para intentar lubricarla.
Incluso hice un poco de fuerza y le metí mi lengua en el canal vaginal, ante lo cual reacciono frunciendo su culito, pero no grito ni se quejó.
– (Aca voy, trata de aguantar Anita, o te pego).
Sintiendo los pliegues de su conchita cerrada en mi glande, a través del forro, empuje moviendo la punta hasta sentir cual era la parte de su vulva que aflojaba y permitía la penetración.
-(Relaja el culo, pendeja)- le dije imitando a mi primo, mientras le daba una nalgada.
Ahí sentí como al relajarse, la sensación de penetración vaginal infantil comenzó rápidamente.
El hecho de tener una pija infantil, era perfecto por que de tener una pija adulta, la habría roto y lastimado severamente.
Sentí una leve presión en la punta de mi pija, pero que al poner un poco mas de fuerza, cedió bruscamente y todo lo largo y ancho de mi verga le entro sin problemas.
– AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYY….!!
El grito de Anita fue inmediatamente cerrado por su hermana mayor.
Me calme un poco, no solo para que Anita se acostumbre a mi pene que la tenía completamente ensartada, sino también para evitar acabar rápidamente.
Mi misión, era que “Mario” desvirgara a ambas nenas.
Una vez ambos nos calmamos, procedí con el movimiento de mete y saca de la nena.
Sus quejidos continuaban, pero ya moderados por la mano de su hermana y por la misma Anita, que comenzaba a disfrutar de la penetración.
Cuando tenia cierto ritmo, llame a Morena a mío lado, para comenzar a manosearla y besarla.
– (Sos mi mami, Morena, dame teta…)- le dije a la nena con lo cual se rio, y procedió a guiar mi cabeza y mi boca a sus tetitas nacientes.
Todo el sabor de su sudor infantil y las feromonas infantiles femeninas que despedía su cuerpito, me calentaban mas y mas.
Mi ritmo se aceleró, así como los gemidos de Anita quien soportaba como podía aquella embestida magistral.
Podía sentir como sus caderas, como todo su cuerpo comenzaba a sudar del esfuerzo.
Incluso podía imaginarme en la oscuridad su carita infantil de sufrimiento con semejante penetración.
El momento llego, y acabe abundantemente dentro de la nena, llenándola de mi semen, contenido por el condón.
Me retire un poco, y deje que la nena descanse.
Además, por puro morbo, quería verla sangrar, así que tome mi teléfono, le pedí a Anita que se quede quieta, y tome una foto rápida con flash, que ilumino ese hermoso culito, bastante manchado de sangre, para mi sorpresa.
Procedí a quitarme el preservativo y tome la precaución de guardármelo, ya que sabía que era evidencia en mi contra.
– (Anita, estas bien?)- pregunto su hermana.
– (…see… pero me duele la cola…).
– Ponte la ropa y ándate a jugar con los chicos, yo voy en un rato.
Aquello me sorprendió, pero Morenita enseguida intento ponerme la mano en la boca como callándome.
Yo esperé que ver que tenia por decir, así que seguí su juego.
– (Y no vayas a decirle nada a mamá, yo te cuento luego.)
Luego de ayudar a Anita a vestirse y quien salió caminando claramente adolorida, Morenita se me acerco y me pregunto:
– (Eres nuestro tiito?)
Aquello me derrumbo, no me esperaba que supiera quien era.
– (Te vi la cara cuando tomaste la foto)
Claro, que pelotudo, solo a mi se me ocurre hacer algo así… no pensé, solo actúe de calentón.
– (Va a ser nuestro secreto, no?)
– (Si, si… nuestro secreto).
Como ella aun estaba caliente y mi misión era desvirgarlas a ambas, decidí confiar en ella y contarle mi plan.
Ella estuvo de acuerdo, aunque un poco asustada de que pudiera pasar.
Luego le explique que yo las iba a proteger a las tres, de lo que haga mi primo.
Luego, cuando mi pene recupero su potencia, procedí al segundo desvirgue.
Este fue mas simple, no tenia por que ponerla en posturas raras, o limitar mis palabras y trato.
A diferencia de Anita que intente imitar la brutalidad de mi primo, acá podía ser yo mismo. El tiito y su sobrinica cogiendo.
La puse boca arriba, abierta de piernas, quitándole primero su pantalón y bombachita.
Me sumergí en su vulva su puchita a chupársela de lleno.
Lamí y me bebi cada gota de su sudor y líquidos vaginales que la pendejita derramaba.
Luego, hice lo mismo que con Anita y procedí a meter mi lengua en su conducto vaginal, para abrírselo un poco.
Podía sentir como sus piernitas temblaban y su ano se fruncia apretando un poco mi labio inferior que lo saboreaba.
Saque mi boca y mi lengua, que me pareció escuchar un plop.
Luego acomode mis caderas, la punta de mi verga envuelta en el condón, busque sentir la abertura vaginal, y empuje, pero no entro.
En su lugar, Morenita pego un grito tan fuerte que le tuve que tapar la boca con la mano.
– (Que paso??)
– (Esa era mi colita…)- me respondió entre sollozos.
Inmediatamente tome mi celular, y alumbre su orto.
Efectivamente, casi le rompo su dulce orto infantil.
Se notaba un poco de sangre del desgarro, pero era poca.
– (sshhhshshshs, tranquila, ya esta.)
Aprovechando la luz del celular, acomode la punta de mi pene esta vez en la estrada correcta, y procedí a empujar.
-Aaaaayyyyyayyyyaaah… – se quejaba en voz baja mi linda Morenita.
Empuje otro poco, y mi pene fue entrando completamente.
Incluso pude ver como su sangre virginal brotaba un poco.
Impulsado por la calentura del momento, pase un dedo y la probe.
Era una mezcla rara de sangre y fluidos vaginales que me ponía mas caliente.
Ahí, me salí de ella, y procedí a darle una buena lamida a todo su orto.
A su anito dolido, para limpiar la sangre del desgarro, y a su sangre virginal la cual me bebi como un vampiro.
Sus jugos vaginales eran suaves… como crema, pero saladita.
Ya luego de limpiarle el orto infantil, procedí a metérsela de nuevo, esta vez hasta la base del tronco, como hice antes con su hermanita.
Sus gemidos infantiles eran una dulce mezcla de quejidos de dolor y placer.
Me acerque a su cara y esta vez, alumbrado por la pantalla del celular, podía ver su carita de sufrimiento, tal como imagine que la tuvo su hermanita.
Con cada embestida de mi pene, su sudor le corría por el rostro, así como un gesto de dolor e incomodidad, con un pequeño porcentaje de extraño placer.
Cada vez que retiraba mi pene de su vagina infantil rota, su rostro hacia estas muecas de sufrimiento, mezcladas con placer. Y ante cada embestida, el sufrimiento disminuía y el placer aumentaba.
Yo estaba como un poseído, ensartando mi verga en su conchita, al tiempo que no me perdía detalle de las expresiones de sus ojitos cerrados.
En un punto el dolor disminuyo lo suficiente como para abrir los ojos y me vio mirándola.
Ambos sonreímos, y comenzamos a besarnos como amantes, con mucha saliva y lengua.
Aun podía escucharse sus quejidos con cada penetración.
– (Mmmmh… mmmmmh… mmmhh…. Mmmmmmmmh!!)- podía escuchar cuando a propósito, metía mi pene mucho mas adentro, haciendo tope con su cérvix.
Nuestra respiración se agitaba, así como nuestro ritmo aumentaba.
No me había dado cuenta antes pero incluso ya podía sentir como la pendejita movía ella misma sus caderas para aumentar la penetración.
Sus quejidos aumentaban el ritmo e intensidad.
Decidí dejarla respirar y que gima rico, apartando mi boca.
– (Aaay…aaaayyy…ayyy…ayyy…aaaaaayyyyaaaahhh… aaaaaaaaaayyyyyyyyy!)
Escuchar su tierna e infantil voz, era lo mas rico que sentía, así como sus apretones vaginales a mi pene.
Es cierto que las negras saben coger casi por instinto desde muy chicas.
Estabamos cerca de nuestro climax cuando escuche unos pasos detrás nuestro, lo cual me alarmo.
Al darme vuelta, resulto ser Anita, quien había vuelto, preocupada.
– (Anita, que haces acá?)
– (Mamá me mando a buscarte…)
– (Bueno, ahora cuando terminemos nos vamos…)
– (Todavía siguen?)
– Como tenes tu conchita, Anita?- le pregunte ya sin ocultar mi voz.
– Me arde un poco… tiito? Eres tu?
– Si, fui yo quien te cogió rico y ahora me estoy cogiendo a tu hermana. Queres ver?
– Sii…- respondió alegre, aun cojeando y acercándose agazapada.
Ahí continue penetrando a Morenita, mientras Anita nos alumbraba con mi celular, tratando de ver como le metía mi verga a su hermana.
– Te gusta lo que ves, Anita?
– Si…
– Queres que te coja de nuevo?
– No me va a doler…
– Te cojo bien esta vez, luego te explico bien el por que.
– Si, Anita ….aaaah …. deja que te coja de nuevo que seeeeh…aaah… siente muy rico…aaaahhh…
Para cambiar el ritmo, y no acabar enseguida, es que cambiamos de posición, y puse a Anita debajo mío, abierta de piernitas.
Morenita se puso a un costado a masturbarse mientras nos veía alumbrando con mi celular.
Suavemente lamí la vaginita de Anita, que aun le quedaban rastros de sangre, limpiándola como hice con su hermana.
Luego, procedí a meter suavemente mi verga, la cual esta vez entro sin problemas hasta el fondo.
– Te duele o se siente rico?
-…
– No sentís mucho, no? Quedaste adolorida y adormecida de antes. Ya lo vas a sentir en un ratito.
Continue con el mete y saca de la vaginita infantil rota, hasta que Anita comenzó a sentir rico, como su hermana, quien estaba como loca paseándose.
Ahí las acomode a ambas, metiéndole toda mi verga a Anita, pero inclinando mi toros a un costado, a donde estaba Morenita abierta de mientras y comencé a comerle la puchita la cual para mis sorpresa, rebosaba de fluidos.
Se sentía un poquito de olor a látex del condón al inicio, pero luego ya era el aroma a concha de la negrita.
Tratamos de mantener los gemidos al mínimo, pero ambas pendejitas estaba disfrutando de lo lindo.
Cuando sentí que estaba por acabar, me calme y las hice cambiar de posición.
Esta vez era yo quien iba acostado, boca arriba, y Morena iba a cabalgarme.
Por su parte, Anita iba a sentarse en mi cara así podía devorar a gusto su puchita.
A Anita la tenía sujeta de su culito, y la movía a mi gusto, mientras la cogía con mi lengua.
Por su parte, Morenita estaba desatada ensartada en mi verga hasta el fondo con su verga.
Se movía desesperada atrás y adelante e incluso arriba y abajo.
La primera en acabar fue Anita, quien casi me ahoga con sus fluidos.
Cayo desarmada a un costado.
Luego de unos minutos, la segunda en acabar y desarmarse del placer fue Morenita.
Y yo para no ser menos, evite que Morenita se saliera, y tomándola así como estaba, comencé a moverla de sus caderas, amasando su lindo culito negro paradito, con un ritmo frenético que la hacia poner los ojos en blanco.
Incluso a ser una niña, era fácil para mi levantarla un poco y dejarla caer de golpe sobre mi verga, entrándole aun mas.
– Aaaaahhh… ooooohhaaaaa…(plaf)- chocaban sus nalguitas contra mis piernas.
Fue en uno de esos enviones que acabe, y me aferre a ella para meterle todo mi semen dentro.
Obviamente, todo quedaba dentro del forro, pero ella igual lo sentía.
– (Esta caliente…)- dijo casi sin fuerzas.
Una vez habiendo acabado, las desperté, porque las destrocé.
Tuvieron la cogida de su vida, una primera vez que no van a olvidar.
Y yo me saque las enormes ganas que tenia de desvirgar a una nena y encima negra.
En este caso dos.
Mi venganza estaba llegando a su conclusión.
Rápidamente les hable a las nenas y les explique mi idea.
Que lo que había pasado hoy, fue que yo no me las cogí ni las desvirgue, sino que fue Mario.
Así que cuando la cosa estallara (que iba a estallar); Mario sería el culpable.
Ambas estuvieron de acuerdo y como buenos amigos, prometimos guardar muy bien nuestro secreto.
Yo recogí todo lo del lugar, y limpié cualquier evidencia.
Volví rápidamente a mi departamento, sin ser notado.
Me bañe, e incluso me afeite la barba.
Revise la evidencia de mi teléfono, y para mi sorpresa había un par de videos que no se si morenita o Anita grabaron mientras cogíamos, así que no solo alumbro.
Por suerte no se ven las caras ni se reconocen las voces.
Tampoco hay nombres, solo un genital masculino blanco, penetrando unos genitales femeninos negros.
Y por el tamaño, difícilmente uno diría que se trata de una nena.
Aun así disfrute de la imagen y los videítos y procedí a borrar todo.
Al otro día, Claudia fue a verme al enterarse de que yo estaba enfermo.
Era un simple refriado, que yo exagere para tener una coartada.
Y justo cuando estaba charlando con Claudia, sonó su teléfono, señal de que le llego un mensaje.
– Mensaje de no sé quién…, luego lo miro…
Seguimos charlando, y eventualmente, Claudia miro el mensaje.
Era el primero, que era solo texto.
“Mario abusa de tus hijas”
“Quien eres? Por que me envías estos mensajes???”
“No me crees, mira este video”.
Todo tal cual tenia programado el otro celular, en la otra punta de la ciudad, y que después fui a buscar y eliminar completamente.
Todo, todo se fue al carajo, cuando Claudia vio el video.
A las pocas horas, cayo en mi casa pidiendo refugio para ella y sus nenas, lejos de Mario, y llamamos a la policía haciendo la denuncia.
Mario ya esta preso por abuso de menores.
Espera el juicio.
Incluso casi lo linchan parte del pueblo cuando se enteraron, así que lo trasladaron a la capital.
Y así cumplí mi venganza.
Cumplí mi fantasía de cogerme a las nenas, me vengue robándole la oportunidad de desvirgarlas, lo mande en cana por abuso de menores, y voy camino a de quedarme con su mujer, a la cual amo con locura.
Las nenas, a pesar de haberles dado una iniciación sexual que no van a olvidar, no las he vuelto a tocar, no lo necesito, mientras tengas a Claudia.
Por el contrario, he hablado con ellas y quedamos claros en que harían su parte para convertirse en mis hijas, ayudando a la relación de su madre conmigo.
Y es que le estoy dando mucho espacio sentimental a Claudia.
Le dije que la amaba, mucho, que era la mujer de mi vida, y que entendía lo difícil que es toda la situación.
Así que no la iba a presionar y que estaré acá mismo, cuando ella se sienta curada de lo que ocurrió. Cuando se sienta capaz de amar de nuevo.
Algo que según me dicen las nenas diablitas, podría ser muy pronto.
Fin.
jejejejejeje, excelente relato, aunque haría falta una parte 3 para ver como se coge a la mama y quizás repetir con las nenas, gracias por compartir…
Muy buen final,aunque merece una continuación sin duda.