El ahijado se creció
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscareduardo.
Carlos después de muchos años viajaba a su pueblo natal, estaba ansioso de volver a recorrer sus calles, a reencontrarse con su pasado pero sobre todo a rememorar su niñez , iba a casa de su madrina Raquel y ese era una de las cosas que más lo tenía excitado.
Cuando niño el paseo dominical a la casa de sus padrinos era algo obligatorio, pero a diferencia de otras cosas que tenían ese carácter de obligatoriedad la visita a su madrina era algo que esperaba con ansiedad.
En esa época él tendría unos once años y su madrina unos veintidós años, era una mujer muy bonita pero sobre todo lo que más le fascinaba de ella era las hermosas tetas que tenía, por su tamaño, por su voluptuosidad , por su turgencia y porque estaban adornadas de dos hermosos pezones que resaltaban en sus vestidos o blusas, eran grandes, erectos y el principal adorno en su vestimenta.
Raquel sabía lo que tenía y trataba en lo posible de resaltar esas cualidades usando vestidos con escotes atrevidos o la mayoría de veces omitiendo el uso del brasier.
Pero había algo que Raquel había percibido desde un principio y era esa inmensa atracción que su ahijado tenía por sus bellas tetas y en su interior trataba de complacer ese deseo impúdico de su ahijado.
Desde pequeño lo acostumbró a sentarlo en sus piernas para que Carlos se sintiera más cerca de ellas, Carlos en su precocidad le gustaba acariciar esos inmensos senos y su principal diversión era jugar con sus pezones pues siempre los encontraba como dormiditos y pequeños, pero cuando él los acariciaba empezaban a levantarse y ponerse duros y paraditos, mientras Carlos se divertía con las tetas de su madrina ella le acariciaba su penecito por encima del pantalón, al principio no había reacción en el chico pero después empezó a detectar una leve erección que a ella le producía un morbo emocionante, en esa época Carlos no entendía qué pasaba pero ahora se daba cuenta que sus caricias infantiles excitaban a su madrina y lamentaba no haberlo sabido en esa época.
Tan acostumbrados estaban los dos a ese juego que ya se habían inventado hasta un código de señales para iniciar su juego erótico…Carlos todavía se acordaba de la señal convenida para sentarse en las piernas de su madrina…sin quererlo esos recuerdos empezaron a excitarlo y a llenarlo de expectativas… un estremecimiento pasó por todo su cuerpo y sin querer un principio de erección empezó a incomodarlo.
Pero lo que más recordaba era la última visita en la que su madrina sabía ya del traslado de sus padres a otra ciudad…prácticamente era el último juego entre ellos…ese día su madrina tenía una blusa corta y no llevaba brasier…sus tetas parecían más grandes que de costumbre y sus pezones erectos no necesitaron de las caricias de Carlos sino que ya estaban parados…su madrina lo sentó en las piernas y aprovechando un descuido alzó su blusa y le brindó sus pezones para que Carlos los pudiera chupar por primera vez…fue un instante maravilloso para los dos…Carlos se sintió el niño más feliz del mundo y Raquel la mujer más excitada…
Pero también había otro atractivo en las visitas a su madrina, era la pequeña Mireya , la hija de su madrina…era una chiquilla con una precocidad sexual impresionante…su curiosidad en ese tema era espontánea , ahora se acordaba de sus juegos principalmente a las escondidas que Mireya aprovechaba para acercarse a él y hacerle una que otra picardía…la primera vez le robó un beso…otra vez le cogió las nalgas y se las apretó fuertemente…en otra ocasión le cogió la mano y le obligó a que le tocara su pequeña vagina…pero la última fue la que más le impactó…estaban escondidos y ella con una candidez impregnada de picardía le dijo que le iba a mostrar una cosa muy bonita pero con la condición que Carlos le mostrara el pipí…se alzó la faldita y bajando sus interiores le mostró su vagina…era un montoncito que sobresalía de su pubis con una rajita en la mitad …Carlos se sintió emocionado pero recordó su compromiso de mostrar su pipí…estaba asustado pero tenía que cumplir su palabra y así los hizo…cuando su pequeño pene quedó al aire Mireya quedó como hipnotizada , de un momento a otro se arrodilló y se lo besó y se lo chupó brevemente…Carlos sintió algo maravillosos en su cuerpo…sobre todo en su pequeño pene …era un cosquilleo de excitación…el mismo que sentía en este momento cuando se aproximaba a la casa de su madrina…
De pronto el grito del ayudante del vehículo anunciando la llegada del bus a la ciudad de su destino lo volvió a la realidad, Carlos tomó su morral y se apeó del bus inter municipal…frente al paradero estaba su madrina…le pareció un poco más bajita o era que él había crecido mucho…pero su figura era todavía la de una hembra muy hermosa y sus senos aunque no igual de erguidos seguían siendo su principal atractivo…Raquel corrió a abrazarlo y Carlos le correspondió con un fuerte apretón…fueron al carro y salieron para la casa de Raquel.
En el trayecto cruzaron sólo las frases convencionales acerca del viaje, de sus padres, de sus estudios, etc.
Llegaron a la casa campestre situada en un sector rural, Raquel se bajó adelante y lo hizo seguir a su casa.
Ya en la casa Carlos pudo apreciar con más detalle a su madrina…su cuerpo seguía siendo armónico…unas caderas grandes, un trasero generoso y firme, unas piernas rollizas y sus tetas grandes ahora ligeramente caídas sobre su torso seguían siendo grandes y turgentes…Raquel sintió que su ahijado la estaba examinando de pies a cabeza y no precisamente como un ahijado a su madrina sino como un hombre desnuda a una mujer con sus miradas…lejos de sentirse incómoda le gusto sentirse admirada y por qué no decirlo deseada por su ahijado…Raquel quiso devolver ese examen y sin ocultar su intención descaradamente le miró su promontorio que empezaba a descollar entre las piernas de Carlos…
Raquel dejó a Carlos en una alcoba, le pidió que se pusiera cómodo y que lo esperaba en la sala, Carlos así lo hizo…se colocó una pantaloneta y una camiseta y bajó a la sala, allí después de curiosear en las paredes algunas fotos familiares se sentó a esperar a su madrina…no tardó mucho cuando apareció más sexy que de costumbre…se había colocado una minifalda que dejaba ver sus muslos rollizos y broceados , su blusa casi transparente dejaba a la vista sus hermosos senos y sus pezones erectos resaltaban nítidamente como dos poderosos imanes que atraían la mirada de Carlos.
Empezaron a tomar unos tragos… Carlos sintió que el licor le quemaba su garganta…Raquel tomando a la par de Carlos fue sintiendo como ese licor empezaba a generarle una cantidad de deseos impúdicos…ambos estaban sin decir palabra pero sus pensamientos coincidían en recordar esos momentos que nunca se habían olvidado, Raquel de manera inconsciente o quizás premeditadamente cruzó sus piernas y la minifalda se subió más de la cuenta, Carlos seguía con la mirada el movimiento de esas piernas buscando ver el apetitos triángulo de su sexo…los dos apuraron otro trago, estaban llegando casi al tope y los deseos se estaban acumulando y estaban a punto de desbordarse…de pronto las piernas de Raquel se apartaron más de lo permitido y su tanga blanca quedó de frente a los ojos de Carlos…podía percibir con toda claridad la sombra oscura que su pubescencia dejaba traslucir en su ropa íntima…Carlos ya no aguantaba una erección que le incomodaba…Raquel pidió un momento para ir al baño, su contoneo de su trasero era una incitación al pecado, sus voluptuosas nalgas se movían rítmicamente con una lujuria capaz de enloquecer a cualquiera…Carlos apuró el trago de un solo jalón, estaba muy excitado, cuando regreso Raquel se sentó nuevamente frente a Carlos y nuevamente abrió su piernas muy despacio para llamar la atención de Carlos…el ahijado no pudo evitar la tentación de volver a mirar a su madrina y se encontró con algo sorprendente , el panty de Raquel había desaparecido y ahora un tapete negro de rizos estaban a su vista…era una vagina hermosa…luego Raquel hizo esa señal convenida con la que la madrina instaba a Carlos a subirse en sus piernas para acariciarle sus hermosas tetas…era lo que tanto había esperado…Raquel lo acomodó como pudo y puso a su disposición sus enormes senos, Carlos empezó a acariciarlos y a besarlos, sus pezones estaban muy erectos y empezó a degustarlos con pasión…su madrina mientras tanto empezó a desabotonar el pantalón de Carlos y con afán buscó ansiosa la verga de Carlos que por lo parada que estaba no podía sacarla, al fin la sacó y empezó a acariciarla…Carlos no se aguantó y se paró frente a ella, la verga dura y rígida quedó a la altura de la boca de su madrina que rápidamente la llevó a su boca…cuánto tiempo había deseado ese momento…no cabía de gozo y placer…Carlos la llevó a la cama y presuroso y empezó a desvestirla…sus regios senos quedaron a su disposición pero él con ansia loca buscó su sexo…quería llenarse de esos efluvios que nunca había probado pero que sabía que debían saber a un verdadero néctar …una bebida para los dioses…quedó alelado cuando ese pubis se mostró en todo su esplendor…enloquecido se pegó a su vagina extrayendo todo lo que deseaba…Raquel empezó a retorcerse del placer…Carlos buscó su clítoris para chuparlo como un chupaflor…empezó a lamerlo y acariciarlo acabando de desesperar su lujuriosa madrina…Raquel no aguantó más y le pidió a Carlos que la penetrara…que se lo metiera hasta el fondo…Carlos no se hizo esperar y arremetió con todo clavando su rígido tolete en esa gruta lujuriosa…un vaivén desesperado empezó a sacudir esa lasciva mujer…pronto un loco orgasmo los embargó a los dos y una eyaculación llenó de semen ardiente el sexo de la madrina.
Los dos amantes tomaron un breve descanso pero estaban ansiosos de más sexo…Raquel deseaba regalar algo a su ahijado que siempre recordara con pasión…quería sexo anal para regalarle el virgo de su culo…nunca había pensado en desprenderse de ese tesoro pero ahora deseaba ser penetrada hasta lo más recóndito de su trasero…quería sentir esa poderosa verga partiéndole ese culo en dos…se volteó y en cuatro le pidió a Carlos que la clavara…con sus manos apartó sus nalgas para ampliar el diámetro de su ano y darle cabida a ese tolete de carne…Carlos sorprendido miró ese pequeño orificio, sus labios y su boca llenaron de besos esa puerta trasera, el esfínter anal fue cediendo ante las fogosas caricias y se fue expandiendo para dejar al descubierto esa gruta inexplorada, miró con atención cómo su madrina manejaba ese esfínter anal a su antojo que a veces se expandía y luego se contraía como una fogosa invitación para que la penetrara , la verga erecta del ahijado empezó a abrirse paso por el estrecho sendero llenando de placer y dolor la fogosa madrina, Raquel emitía aullidos de placer y se retorcía en la cama buscando la óptima postura que le regalara la máxima penetración…y lo logró…el tolete de carne por fin encontró el fondo de esa cavidad…Raquel se retorcía de placer…Carlos empezó suavemente a sacar el impresionante cilindro para luego empujarlo suavemente…después empezó a sentir la presión de las paredes rectales que oprimían su verga y un arranque de pasión incontrolable se apoderó de él.
Sus movimientos se incrementaron llenando de lascivia a su querida madrina…mientras su ahijado se la gozaba por el culo ella empezó a masturbarse como loca para sentir emociones indescriptibles y acompañar a su ahijado en un orgasmo compartido…cuando Raquel sintió la indescriptible emoción de su clímax dio gracias a Dios por haberle permitido alcanzar tantos placeres.
Se abrazaron estrechamente y se quedaron dormidos.
Al otro día muy temprano Raquel se despertó muy excitada, esa fogosa noche de pasión no había calmado tantos deseos reprimidos, quería sentir nuevas emociones y ahora que estaba su querido ahijado deseaba saciarlas en toda su plenitud, tenía una fantasía pendiente, anhelaba saber que sentiría una mujer haciendo el papel de hombre y poder penetrar a su pareja, miró a su alrededor y vio a Carlos que estaba dándole la espalda , estaba completamente desnudo y ella ansiosa empezó a besarle la nuca, bajo por toda su columna con su lengua prodigando ardorosas caricias, Carlos entre dormido y despierto empezó a sentir sensaciones nuevas, la lengua de su madrina bajaba lentamente despertando nuevamente sus instintos sexuales reprimidos, somnoliento aún adivinó el destino de esa boca inquieta, sabía que su columna terminaba en su culo y eso lo llenó de ansiedad, sería que su madrina quería escudriñar esa abertura aún virgen, la respuesta se la dio la inquieta lengua de su madrina que con timidez al principio pero luego con pasión empezó a horadar su esfínter anal…Carlos sintió emociones encontradas, por un lado una angustia de saber que algo muy preciado para un hombre podría perderse ese día, la virginidad anal , algo que nunca había pasado por su mente, por otro lado la curiosidad de saber que se sentiría ser penetrado por una mujer, el dedo de su madrina empezó a buscar penetrar esa gruta virginal, sintió un ligero ardor pero su madrina lubricó con saliva su culito que lentamente empezó a expandirse para recibir ese dedo juguetón
Carlos empezó a mover su cadera para permitir que el dedo penetrará más y más, la sensación placentera iba en aumento y ahora quien lo creyera deseaba que su madrina tuviera un dedo más largo y más grueso, quería sentirse penetrado como una vulgar puta, sin quererlo empezó a gemir de pasión y con sonidos guturales le daba a entender a su madrina que quería más y más, Raquel sintió en lo más adentro de su ser una rara sensación de dominio sobre ese hombre, ahora lo tenía a su disposición, ella era quien lo penetraba a su antojo, le sacó el dedo y al ver ese ano ya distendido le produjo un placer sádico que la llevó a juntar primero dos dedos y luego tres dedos para empujárselos por el culo para que su ahijado sintiera una penetración más intensa, Carlos empezaba a pedir más y más aullando como una perra en celo, cogió su verga que estaba en una erección máxima y empezó a masturbarse como un loco endemoniado mientras Raquel hacía lo mismo con la mano que le quedaba libre, un ritmo frenético embargó a los dos amantes hasta que coincidieron en un orgasmo compartido que llegó acompañado de gritos de pasión, palabras soeces, alaridos de placer hasta que Carlos descargó su generosa eyaculación en la almohada y Raquel sintió que algo muy adentro se desgarraba de sus entrañas…luego vino la calma…ambos sabían que habían quebrado una regla ética pero las ganas le pueden al miedo y lejos de arrepentirse empezaron a pensar en cómo sería su próximo encuentro…Raquel en su interior admitió que Carlos su adorado ahijado había crecido y ahora se había convertido en su mejor amante…
Hola alguna madre???