El autista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Pedro Cárdenas, proveniente de una familia muy influyente en la política de mi país de origen pero con un defecto congénito que me impide estar al nivel de mis parientes.
Casi no me expreso, de ninguna forma.
Los múltiples diagnósticos que he recibido van desde la simple retracción social a cualquier cosa dentro del espectro autista, eso sumado al hecho de que mi madre era muy joven cuando me tuvo, como para hacerse cargo de mi, fomentaron que me enviaran a un instituto especializado en "el cuidado de casos como el mio".
Osea dejar la casa materna y ser enviado a málaga, España, solo y bajo el cuidado de personal medico.
Hasta que mi problema tuviera solución.
Un Salto en el tiempo nos lleva hasta el día en que cumplí mis 12 años, mismo día que marcaba una de las visitas anuales de mi madre, pero no este año, ya que por el clima resultaba imposible volar desde allá, en otras palabras, estaba solo.
Bueno, no en realidad, ciertamente habría doctores, enfermeras y otros pacientes a mi alrededor, con enfermedades que iban desde Hacerse pasar por loco para no pisar una prisión, hasta el simple delito de ser viejo y quedarte abandonado en este lujoso lugar.
El no querer hablar no significaba que no quisiera aprender, utilizaba el tiempo libre entre terapias para aprender nuevos idiomas como el árabe, francés, catalán y el vasco, claro que ante la vergüenza de mis familiares y por obligación de la institución no podía quedarme encerrado todo el día, desde que cumplí 8 me obligaban salir aunque sea al patio, desde un inicio fue mala idea, no solo no quiero hablar, tampoco me gusta socializar por lo que casi siempre mi mal temperamento opaca los esfuerzos de los que estaban encargados de mi.
Muchos enfermeros preferían intentar bañar al sádico sexual que habitaba en mi mismo piso a soportarme.
Para cuando Cumplí 12 ya habían decidido que si no quería salir debía tener mas horas de terapia especial, esta consistía en obligarme a estar encerrador en mi cuarto con alguien del personal.
Supongo que así creían que podía verme obligado a hablar, Pero desde el doctor Raul Garces, el especialista a cargo de mi caso, hasta la ultima persona de este edificio, fallaban al intentar obtener grandes frutos conmigo, Garces descarto que fuera sociopata basado en que según dijo el, al principio yo era feliz de recibir las pocas visitas que tenia.
Es decir sentía emociones, la verdad era normal, me gusta la comida proveniente del mar, disfruto ver fútbol aunque no hablo con ninguno de los otros a mi lado, me comunico en base a cartas y sobretodo desde niño soy muy caliente.
Me basta con ver a una mujer y empiezo a imaginarla sin ropa, se convierte en motivación para mi constante onanismo.
Esto no paso desapercibido y junto con el hecho de ser un pequeño motivaron que durante mis sesiones de terapia siempre hubieran mujeres presentes, hasta con doce años poda percibir que era un conejillo de indias.
Durante mi excursión diaria a ver al medico, este me deseo un feliz cumpleaños, diciendo que hoy tendría terapia con una sorpresa, en ese momento no le preste atención y solo la solo la recordé después del almuerzo, cuando me ordenaron ir a mi terapia especial, en la misma sala donde me habían tratado durante tantos años, por primera vez no estaba el doctor Garces, en su lugar estaba una enfermera nueva.
Joven, con pronunciadas curvas, una estatura pequeña y el contraste entre su palida piel blanca con el rojo escarlata de sus carnosos labios.
Aun sabiendo que mi medico habia puesto una trampa para hacer que mi cuerpo obligara a mi mente a decir algo yo me limite a tomar una hoja en blanco y escribir un mensaje.
– ¿Donde esta el doctor garces?
– tiene una emergencia familiar y a pesar de que soy nueva parezco ser la unica disponible para ti hoy.
¿charlemos un rato, vale?
Su voz era tentadora.
Sin embargo aun me quedaba resistencia, retomando la hoja escribi.
– Venga, ¿en serio?, si fuera tan facil no requeriria terapia
– Segun tu expediente eres capaz de hablar por cortos periodos de tiempo antes de quedarte en silencio
– Ya, pasa lo mismo con el llanto y.
– ¿La risa?
Asentí
– Solo por curiosidad, no eres de acá.
¿Que acento tienes?
– Andaluz
Hable, no es que no deseara recuperarme, no lo hacia, porque si a mis familiares les importara mi estado, no me hubieran enviado al viejo continente
– El doctor dejo asignado que te haga repetir los mismos ejercicios sin descanso hasta que te paralices, Por cierto, me llamo Nuria
Tal como siempre, solo pude lograrlo durante unos tres minutos antes de quedarme en blanco y empezar a respirar muy rápida y ruidosamente.
Al parecer esto asusto a la enfermera quien después de calmarme me acompaño a mi habitación que era del mismo tamaño y estilo de la capilla que cuidaba "El jorobado de notre dame".
Su preocupación hizo que Nuria me visitara seguido cuando estaba despierto y aun dormido la veía en mis mas eróticos sueños.
Sentía la sensación de sus cálidos pechos en mis manos, el roce de sus labios con mi cuerpo, el olor de su cabello.
Embriagado en el dulce placer, para luego despertar en la sobria y agria soledad.
Los siguientes dos años fueron duros.
Trabajando constantemente en mi problema, con el doctor.
Y mas que todo con Nuria, resulta que ella no era una enfermera titulada, estaba aquí como una pasante y el incidente conmigo hizo que se decidiera a estudiar una especialización en terapia neurolingüística, yo me volví su paciente favorito y en la siguiente visita de mi madre le dije que no quería saber nada de ella o su familia, accedió como quitándose un peso de encima y siguió enviando dinero, Nuria quien había estado presente durante la discusión se convirtió en una especie de amiga, supongo que creyó que contándome sobre su vida volvería mas amena la mía, ademas el doctor había dicho que forzarme a hablar aceleraría el proceso, en poco tiempo enseñe árabe a la enfermera de mis sueños.
irónicamente en un día libre conoció a un marroquí y gracias a mis lecciones, entablaron una conversación que se convirtió en una relación de pareja.
Cuando cumplí catorce, Garces decidió enviarme fuera y Nuria sacrifico un día libre por sus ganas de acompañarme a mi primera salida en mucho tiempo, aunque aun no conseguía un gran avance, todos los que me conocían parecían estar contentos con los pasos pequeños que estaba dando, Nuria discutió con yusef, su novio, no era culpa del chaval, joder, si mi novia prefiriese pasar un sábado con un crió en lugar de mi, yo también me cabrearía.
Otra de las dificultades que afrontaba con mi enfermedad era que me congelaba en multitudes, no podía estar en grupos con mas de cinco personas, sabiendo esto, mi doctor le dio dinero a nuria y un par de entradas para un partido de pre temporada del málaga contra un seleccionado de ex jugadores del mismo club, no era el partido con mas asistencia, pero para mi era suficiente para estar nervioso, ella por su parte estaba feliz de estar en un evento benéfico.
Corría la mitad del segundo tiempo y el málaga perdía 3 contra 1, el técnico decidió meter a sus mejores jugadores en cambio por algunos de los juveniles que estaban sobre el campo.
lo tardío de la respuesta del entrenador y algunos tragos de mas hicieron que un par de imbéciles gritasen cosas, nada que no se suela escuchar en un partido de fútbol.
El problema fue cuando Nuria trato de calmar un altercado entre dos payasos del publico, supongo que creyó que eso podría alterarme.
– Oigan, ¿podrian parar de pelearse?
Seguro que ella no esperaba la respuesta de uno de los hombres.
– ¡Tu calla, puta!
Ni bien esas palabras salieron de los labios de aquel borracho, todo mi estrés se libero en movimientos automáticos, me levante de la silla y con un certero golpe cruzado a la cara de ese tipo lo envíe directo al suelo.
– ¡No vuelvas a hablarle así hijoputa!
Sentí sus manos sobre mi, una sujetando mi brazo y la otra sobre mi pecho como evitando que siguiera en ese absurdo combate.
De repente mi boca le hablo directo a ella.
– Tranquila, ¿porque no vamos y hacemos algo que tu disfrutes?
– Como quieras cariño
¿Era mi idea o me había llamado cariño?.
En fin, dado que no solía salir deje ella me guiara y acabamos comiendo helado, puede que mi siguiente movimiento fuese un error, pero decidí tomar la iniciativa.
– ¿A que ha venido eso de llamarme cariño?
– Pues.
no lo se pedro, me he equivocado por los nervios, ¿vale?
– Igual no te preocupes.
¿Que tal si yo guardo tu secreto y tu guardas el mio?
– ¿Que dices?
– Que si, a ver, si tu no cuentas que me he liado a golpes con ese tonto, yo no contare que te dejaste llevar por los nervios, ni que cometiste acoso sexual diciéndome cariño.
Creo que eso te traería problemas con la ley, por yo ser un adolescente, perderías el trabajo, porque soy un paciente y ademas tampoco se lo diré a tu novio.
Pedofíla
– Muy gracioso, el me ha dejado por ser adicta a mi trabajo
– Joder, ¡vaya gilipollas!
– Así que cuando hablas suenas como un andaluz
– Eso ya lo habías oído, ademas fue lo primero que me preguntaste cuando te conocí
– ¿Aun recuerdas ese día?
– Obvio
– Bueno, fue hace dos años, ¿pero porque le llamas gilipollas?
– Hay que serlo, para dejar a una hembra como tu
Ok, ok, a juzgar por su rubor y silencio repentino.
Diciendo eso, arruine lo que había logrado.
Pero ella se veía apenada, no molesta.
– Oye, que lo siento si te ofendido llamándote así, pero.
– ¿Pero que?
Nuria, tu no solo eres mi única amiga y mi enfermera preferida, debido a que no suelo confiar en la gente también te aprecio mucho a ti, valoro tu juicio y tus consejos.
Pero como sabrás también soy un hombre y aunque no lo creas eso me permite apreciar la belleza femenina.
¡Ya no se ni lo que digo!
– Cálmate, en general entendí lo que dijiste y aprecio que pienses que soy bonita a pesar de ser tan pequeña
– El hecho de no ser alta no te hace pequeña solo eres promedio
– Pedro, Tu eres un crió, ¡y somos del mismo tamaño!
– En donde nací dicen que los mejores perfumes vienen en pequeñas botellas
Era la primera vez en mi vida que mantenía una conversación tan larga con una persona sin sentirme mal y lo mejor de todo, tenia una bella mujer sonrojada frente a mi.
Supongo para evadir lo que sea que estuviera pensando, ella me propuso ir al cine, por supuesto acepte con la condición de que ella elegiría la película, fue un largo camino hasta una pequeña sala de cine con un letrero que anunciaba un festival de cine disidente cubano.
Tal como cabia esperar no habian muchas mas personas con nosotros.
– Prometí llevarte al cine, pero no le digas al doctor que vinimos a una función con tan poca gente, ¿vale?
– Otro secreto entre nosotros
Tras mi comentario pequeñas sonrisas se dibujaron en los labios de ambos, cuando entramos ya estaban emitiendo una comedia de una realidad alternativa sobre lo que ocurriría si Castro se perdiera en miami.
Fueron sobrados los momentos donde nuestras manos se tocaban ligeramente al tratar de agarrar unas rosetas y para cuando estaba por iniciar un documental sobre un hombre que tras escapar de la isla dejo atrás a su amor, Nuria simplemente tomo mi mano desde el recipiente y entrelazando mis dedos con los suyos puso nuestras manos en su regazo.
Yo me quede quieto, no fuera cosa de que ella lo hubiese hecho sin intención y creyera que me había incomodado.
En la segunda mitad del documental, Nuria simplemente se coloco de una manera en la que mantenia su parte inferior en su asiento, mientras que al mismo tiempo, del torso hacia arriba descansaba sobre mi pecho y que ademas me permitia pasar mi brazo por detras de su cuello, disfrutando del calor de su piel en mi plexo solar y olor de su perfume.
– Debe gustarte esto, ¿verdad?
– ¿A que te refieres?
– Parecemos pareja
– Físicamente si
– ¿Crees que soy tonta?
– ¿Que?
– Te gusto, tu mismo admitiste que te parezco atractiva.
Tu pantalón parece una carpa de circo.
El problema es que no sabes como intentar seducirme
– Ni siquiera puedo hablar bien.
¿Como podría seducir a alguien?
– Aunque te esfuerzas en ser un caballero, eres primitivamente un hombre, mi paciente pero tambien un hombre y no tiene nada de malo.
De hecho me pasa lo mismo, aparte de ser enfermera tambien soy mujer, una mujer con ambicion, una mujer que en dos meses se va ir rumbo a valencia con un deseo sin cumplir, una mujer que ya no tiene con quien desfogarse en la cama.
Ese jodido moro me dejo por mi libido tan alto, ¿Puedes creertelo?
– Vaya pringado, Lo siento por eso.
¿Te vas a valencia?
– Si, no seas falso, es obvio que no lo sientes.
El te cayo mal desde el principio
– Cierto
– ¿Entonces, admites que me deseas?
– S.
Si
Esta mujer era totalmente distinta a la que me habia realizado las terapias por mas de dos años, sin mediar palabras tomo mi mano y la puso encima de una de sus tetas, masajeandola lentamente, si bien era ella la que movia mi mano, ella apreto mi brazo y al notarlo, Nuria ya me arrastraba fuera del cine, ya en la calle me volvio a hablar.
– Espero que ambos disfrutemos esto
– ¿No crees que nos empiecen a buscar pronto?
– Ningún doctor esta ahí hoy y los enfermeros saben que quizás tardemos en regresar
Mi mente a penas y podía seguir lo que ella decía, íbamos tomados de la mano como si fuésemos una pareja, como si ella también fuese una adolescente y no una mujer diez años mayor que yo.
De repente paramos frente a un hotel y la ahora sonriente mujer volvió a dirigirme la palabra
– ¡Bienvenido a mi casa!
– ¿Segura de esto?
– ¿Tu que crees?
En plena recepción del hotel, Nuria me dio un suave y delicado beso en los labios, que termino de convencerme de seguir su juego.
Entramos juntos a su habitación, he de admitir que yo estaba muy nervioso pero era mas fuerte mi deseo por ella.
– No tenemos mucho tiempo, ademas quiero darte una primera vez imposible de olvidar.
¿Porque no te ayudo a relajarte?
Yo seguía callado, sin poder creer lo que había pasado y menos aun, lo que estaba por pasar.
Mis manos recorrían su cuerpo en cortos movimientos circulares, mientras ella se pegaba mas y mas a mi.
Poco a poco iba desde sus hombros hasta su culo, repitiendo el ciclo cada vez que acababa.
Nuria mordió su labio inferior, mirando mi cara y luego cerrando sus ojos mientras gemía en tono de susurro.
Todo era tan sensual esta mujer podia calentar a qualquiera y aun asi me escogio a mi, ella sabia cuanto me gustaba.
Eso hacia que ella gozara mas de lo que estabamos haciendo.
Senti sus labios rosar de nuevo los mios y su lengua invadiendo mi boca por primera vez.
Volvio a gemir, mientras nuestras lenguas bailaban la danza de la muerte, los gemidos continuaron en ese largo, delicioso y fatal duelo.
Eventualmente retiro su lengua rompiendo nuestro beso.
Me sonrio y se dedico a quitarme la camiseta que yo llevaba puesta, en ninguna de mis fantasias imagine algo asi, sin embargo ahora no podia pensar una mejor forma.
Yo no era digno de una diosa asi, mi vello facial producto de la pubertad y mi cabello me hacian parecer un repartidor de pizza de esas clasicas peliculas norteamericanas, pero estaba decidido a hacer de todo para que a ella tambien le gustase esto, solto otro gemido antes de preguntarme algo.
– ¿Te gusta eso, "cariño"?
Solamente alcance a hacer un pequeño gesto de felicidad, antes de que ella me diera otro de sus besos, esta vez estaba tan apasionado, que su lengua dominaba los movimientos de la mía con salvajismo y lujuria.
yo estaba completamente rendido ante ella.
Use ambas manos para apretar su culo, era tan sensual.
Realmente me encantaba hacer esto.
No me importaba si luego de esto nos sentíamos culpables.
Nuria volvio a gemir, mientras mis manos seguian tocando sus cuerpo, me atrevi a tocarle los senos y besar sus pezones.
Mi instintos tomaron el control, de repente, la palma de mi mano choco con su parte inferior trasera.
Se quejo con algo de dolor, sin embargo se recupero inmediatamente y se puso de rodillas.
Nuria vio mis ojos mientras bajaba mis pantalones y escupia en su mano mirandome con malicia, Liberando mi miembro.
– ¿Listo?
– Aun no lo puedo creer
Volvió a sonreír antes de besar la punta de mi tranca, Sin pensarlo la tome por su cabello y empece a forzar mis movimientos, era evidente que nadie interrumpiría este rato entre entre nosotros, tras un poco de tiempo, la enfermera recupero el control de sus reflejos, cosa que aprovecho para acelerar el ritmo.
– Sigue follandome la boca, ¡follame la puta boca!
Era increíble como ella mantenía contacto visual conmigo, mientras tragaba mi pieza entera.
luego de semejante oral, con su saliva y su sudor en su cara, su cuerpo y luchando para tener aire en los pulmones.
Acaricie su cabeza
– Gracias, esto es lo mejor de mi vida.
– Aun no hemos acabado
Nos seguimos besando mientras yo la ayude a poner en pie nuevamente.
Sin advertencia, le arranque el vestido que ella tenia puesto, supongo que no podia creer que hubiese destrozado su ropa.
Parada ahi con solo unas bragas negras y un sujetador a juego, hizo que se me pusiera mas dura de lo que creia posible.
– ¡Me encantas!
Con torpeza trate de desabrochar el sujetador, note que su mirada era cada vez mas lujuriosa.
Unos segundos después por fin logre dejarla en topless, revelando unos pezones duros y obscuros que contrastaban con su piel casi transparente.
Cedí a mis deseos y comencé a succionar y alternar entre ambas montañas de carne, eso si, de manera ruda y novata.
Nuria gimió de manera mas fuerte aunque suave y mordió de nuevo sus labios, dejándome jugar con sus tetas libremente.
No podía dejar de sorprenderme por lo erótico del momento.
En lo profundo de mi cuerpo yacía una mezcla de miedo, pero lo que mas había era una tremenda y creciente excitación.
Ella tomo mis manos y las puso a los lados de sus bragas indicándome que se las quitara.
Su ligera sonrisa demostraba su total control de la situación.
Mientras caminaba lentamente hacia la cama con sabanas blancas al fondo de la habitación, imagine que ella y su novio la habían usado muchas veces, pero quite a ese hombre de mi mente y me concentre en la fémina que me llamaba con la mano.
– Ven, úsame como quieras
Al decir estas palabras se subio en la cama y empezo a moverse muy suaventamente, dandome la mejor de las vistas posibles, habia llegado el momento, estaba a segundos de perder la virginidad con la chica mas hermosa del mundo, ella me esperaba de piernas abiertas, preparada para darme lo que yo mas deseaba.
Su cuerpo, por primera vez en mi vida, tenia un objetivo, algun premio, despues de luchar tanto.
Nuria puso sus brazos rodeando mi cuello.
La levante de forma increiblemente facil, ella reia como una niña.
– ¿Que te parece tan divertido?
– Es que no puedo esperar a tenerte dentro de mi
Sin mas que decir, la penetre al instante, la sensacion era realmente perfecta.
Sus gemidos eran ya incontrolables, Sus ojos se tornaron totalmente blancos y nuevamente mordia su labio inferior.
Mientras yo seguia yendo aun mas profundamente dentro de su cuerpo.
Realmente estaba feliz de verla y sentirla en ese estado.
No podria explicarlo era una mezcla de deseo y ternura.
la sostuve firmemente en mis brazos, ella no podia contener sus ruidos pasionales y completamente guturales, para ayudarla esta vez fui yo qien la bese metiendo mi lengua hasta lo mas profundo de su boca, todo para estar con ella, para hacerla mia.
La tome de nuevo por el pelo, usando mi mano libre.
Lo que la hizo gritar en una mezcla de dolor y placer.
Las gotas de sudor seguían cayendo por nuestros cuerpos.
Mientras yo seguí sosteniéndola, queriendo que ella sintiera lo excitado que estaba.
No pensaba detenerme hasta que ella me lo pidiera.
Entre gemidos, su cuerpo aun seguía pidiéndome mas, todavía recuerdo como mordía mi cuello y como temblaba.
– ¡Sigue follándome así, vamos!
Los ruidos de ambos inundaban la habitación.
Era tan pervertido, ver a la usualmente calmada y relajada enfermera, transformada en una bestia sexual.
– ¡Joder!, de haber sabido que eras tan bueno follando.
Te hubiese prestado mi coño antes.
me vengo, me vengo.
¡Me vengo!.
Sus fuerzas se desvanecieron, después de un potente orgasmo.
– ¡Quiero que te vengas en mi cara!
-¿Estas segura?
– Por favor, ¡te lo suplico!
Ella estaba casi sin aliento, yo Tenia la sonrisa mas grande de mi historia, cuando quite mi pene, ella gimió, no solo por placer.
Supongo que temía que yo acabara dentro de ella.
Eso combinado con la visión de su cuerpo brillando por el sudor, fue suficiente para mi.
Ella volvió a caer de rodillas, yo seguía masturbándome frente a ella.
Mi polla comenzó a palpitar mas fuerte que nunca.
Casi estaba al limite.
– Eso, ¡ya estas cerca!
– ¡Me vengo!
Luego de terminar, mi leche escurría desde su cara, hasta su cuello y pechos.
Inesperadamente solo sonrió y lamió una parte del semen que cayo en sus labios.
Antes de regresar al sitio de donde vinimos, fueron muchas las cosas que tratamos de hacer, probamos todos los trucos que se le ocurrieron a Nuria.
Sobra decir que antes de que se fuera a valencia, fueron varias las veces en las que hicimos cosas que quedaron entre nosotros, nos mantuvimos en contacto y cuatro años después nos reencontramos en el "parc de la ciutadella" y desde entonces no nos separamos mas nunca.
Pero eso ya es otra historia.
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