El chico universitario y mi culito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Callie.
Después de aquella primera vez que tuvimos sexo entre nosotros y que nos sentimos algo incómodos por ser amigos, ninguno de los dos quería echar a perder una amistad como la que nosotros teníamos solo por un poco de sexo, no estábamos enamorados el uno del otro ni nada por el estilo, por raro que pareciera, nos respetábamos y creíamos que nuestra amistad era más importante, sin embargo el sexo entre nosotros había sido fantástico y yo quería repetir y él también.
La siguiente vez que tuvimos sexo fue un poco extraño porque ambos estábamos pensando en lo que habíamos hablado, yo lo sabía, pero poco a poco se fue haciendo más natural. Después de un tiempo simplemente teníamos que llegar al departamento para que empezáramos a besarnos como locos, empujándonos contra las paredes, quitándonos la ropa, me gustaba estar totalmente desnuda cuando él me arrojaba a la cama y se arrodillaba entre mis piernas para comerme mi panochita, ¡Oh Dios!, tenía una lengua fabulosa, pasándola por mi clítoris bajando hasta llegar a la entrada y empujaba haciendo que yo me retorciera deseando que dejara de torturándome y me la metiera ya, pero el continuaba hasta que yo ya no podía mas y estallaba de placer.
Una de esas tantas veces, estábamos en mi cama, yo totalmente desnuda y él con sus pantalones puestos, me encantaba su torso duro y moreno, su boca me chupaba un pezón mientras que una de sus manos me apretaba el otro, me gusta mucho que me aprieten los pezones, que me los muerdan con fuerza, y él lo hacía, su otra mano la metió entre mis piernas y comenzó a tallar mi pequeño botón despacio, yo ya estaba más que lista para que me penetrara, ya no aguantaba, necesitaba que me diera con fuerza y me hiciera gritar de placer, lo ansiaba, pero él se limito a acariciarme con su mano, deliberadamente evitando penetrarme, sabía cuánto me molestaba que hiciera eso y lo hacía apropósito, entonces para vengarme lo empuje y me di la vuelta dejándolo a él sentado
Le desabroche el pantalón y se dejo hacer, no dijo nada mientras sacaba su pene completamente excitado y empecé a masturbarlo poco a poco, él quería que se la mamara pero yo no lo hice para que supiera lo que se siente querer algo y no tenerlo, le pase la lengua por la punta y él me agarro la cabeza para que no me moviera y pudiera meter todo su pene en mi boca, pero yo me aparte y me reí de su cara de mal genio, continúe con lo que hacía pero de repente él se desespero y me levanto de donde estaba arrodillada poniéndome frente a él a cuatro, nos encantaba esa posición, es mi favorita, se puso el condón y me penetro muy duro de golpe, yo grite sintiendo como su pene me llegaba hasta el fondo, me encantaba, gemía, gritaba. Todo mi cuerpo temblaba, “Oh sii, sii” solo podía pensar en eso, en cómo me estaba dando duro, justo como a mí me gusta, en una de esas su pene se salió y cuando quiso penetrarme se resbalo hacia arriba, yo di un respingo hacia adelante pues me asuste por un momento, sabia del sexo anal, pero no era una idea que me atrajera mucho, de hecho me parecía asqueroso. Entonces él empezó a tallar su glande por mi agujero aun virgen y yo me asuste, me hice para adelante pero me agarro las caderas y me dijo:
“¿Qué pasaría si lo hacemos por aquí?” yo no lo pensé mucho para contestarle.
“¡No!”
“¿Por qué no?” insistió.
“Porque no, porque está mal” él seguía con su movimiento circular y me hablaba como queriéndome distraer, pero yo no caí en su juego, me di cuenta que estaba empujando de poquito en poquito su rica verga hacia mi culo y me tense.
“Nada mas poquito”
“No, no quiero”
“Ándale, si te duele o no te gusta te lo saco” me dijo mientras empujaba otro poco, pero mi culo estaba cerrado y yo apretaba mas del miedo que tenia, pero por alguna razón el morbo pudo mas conmigo y me escuche contestándole
“Bueno, pero si me duele me lo sacas”
Entonces empujo mas, al principio se sintió extraño pero entre mas entraba más me dolía, empecé a quejarme diciéndole que parara.
“Ya, ya, me duele, sácamelo. Dijiste que si me dolía me lo ibas a sacar. ¡Me duele! ¡Por favor ya sácalo¡”
Pero él no se detuvo como me dijo, siguió empujando despacio y ya que lo tuve todo a dentro se detuvo un momento, para ese entonces yo estaba literalmente llorando, sentía que me estaba desgarrando por dentro, quería que me lo sacara y no me podía mover, el dolor me dejo paralizada y después de unos minutos se fue retirando un igual de despacio, yo me sentí aliviada porque pensé que ya me la sacaría y el dolor se terminaría, pero el muy desgraciado no se salió completamente y volvió a empujar haciendo que yo soltada un sollozo. Le dije que ya no quería, que me dolía mucho pero no me hizo caso, seguía moviéndose despacio y por raro que parezca me acostumbre al movimiento, si me dolía, me ardía cuando entraba, pero cuando se retiraba no era tan desagradable, hasta creo que me empezaba a gustar un poco, pero no llegue a sentirme completamente cómoda porque se vino rápidamente.
En cuanto se salió de mi culo yo corrí al baño a lavarme, me ardía mucho y me asuste de que pudiera estar sangrando, pero para mí alivio no fue así, no había rastro de sangre. Me di una ducha corta y cuando salí del baño el estaba recostado en la cama mirando la televisión con una gran sonrisa en su rostro. Yo estaba enojada con él porque me engaño, no se detuvo como dijo, sino que siguió a pesar de que le grite que me dolía. Me miro a la cara y me sonrió el muy descarado.
“¿Estas enojada?”
“Claro que estoy enojada, idiota. ¡Me violaste!”
“No te viole”
“Si lo hiciste. Te dije que me dolía y no paraste. Yo no quería, fue en contra de mi voluntad, así que sí fue violación”
“¿Y me vas a meter a la cárcel?”
Me quede callada pues obviamente no iba a hacer eso, pero seguía molesta. Después él me confesó que no se había detenido porque le había gustado escucharme gritar y suplicarle que se detuviera, que se había excitado al saber que yo estaba completamente a su merced y que mi culo era tan apretado y tan delicioso que no había podido detenerse. Y así fue como descubrí que me gustan los juegos de dominación y que tengo un poco de sumisa en mí.
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