El día que mi vecina me desvirgó
Celeste tenía 13 años, yo apenas 11. La pubertad de ambos nos llevó a tener sexo sin tener idea de como se hacía. Ni que se sentía. .
Celeste es hija de nuestros vecinos. Es una hermosa niña de pelo castaño claro, unos pechos incipientes que ya se muestran como grandes para su edad. Ni hablar de que para mi era una belleza, yo vivía ya tocándome y masturbándome varias veces al día. Luego de un par de años, otra amiga me confirmó que yo era poseedor de una verga bastante grande para mi edad. Principalmente gruesa y no tan larga. Pero en este relato simplemente debo reconocer que yo era virgen, al igual que mi vecina.
Todo comenzó con un domingo donde nos juntamos los boy’s scout para compartir una hermosa tarde. Todo iba muy tranquilo hasta que Nerea de 13 años, una compañera de batallón se arrimó a mí y comenzó a charlar conmigo. Esto hizo que mi vecina Celeste, y no sé por qué, imagino que cosa de niñas, se puso celosa. Y de lejos me lanzaba miradas furiosas, al igual que a Nerea. De pronto Nerea me pide que la acompañe al baño, ya que el colegio es grande y tiene miedo de ir sola. Yo sin sospechar nada ni pretender nada, digo que sí. Salimos caminando y a mitad de camino Nerea me toma de la mano con una gran sonrisa. Llegamos al baño y yo como buen caballero me quedo en la puerta, pero la niña insiste que entre con Ella. Al fin acepto e ingreso al baño de las mujeres. Para mi sorpresa, Nerea ingresa al recinto del inodoro, deja la puerta abierta, se baja los pantalones, su calzón y se sienta a orinar. Yo desde la puerta pude observar su lampiño pubis, pero eso no quita que mi verga se puso dura. Lo que generó un buen bulto en mi pantalón. El mismo no pasó desapercibido por Nerea, que sonriendo me pide que me acerque, ella seguía sentada en el inodoro con su ropa baja. La verdad es que esta niña me atraía mucho, y yo estaba ya excitado con unas ganas bárbaras de masturbarme. Cuando me acerco, la niña simplemente estira sus manos, desabrocha mi cinto, me baja el pantalón y mi calzoncillos liberando así mi poronga, la que pletóricamente mostraba su hinchada cabeza colorada, para mi desequilibrio hormonal, Nerea simplemente la toma por el tronco y abriendo grande su boca se mete la cabeza y parte de mi tripa dejando media verga afuera. Y para mi contentura, comienza a darme una tremenda chupada de pija. Como les comenté al principio mi poronga no es muy larga, apenas unos 16cms, pero es gruesa, tiene unos 7.5cms de lomo por lo que la niña se esforzaba por no ahogarse con mi tripa. Tanto se esmeró que pronto me tenía a punto de acabar. Y lo logró, sin más aviso, comencé a llenarle la boca y la garganta de semen con potentes chorros. Nerea se los tragó todos. Y sonriendo muy contenta por lo logrado, se para, se sube la ropa y me ayuda a vestirme de nuevo. Al volver al salón donde estaban todo el resto de los niños yo venía más que feliz, y Nerea se pavoneaba delante de las demás chicas. Para esto Celeste estaba echa una furia. Cuando llegué a su lado, lo primero que me hiso fue preguntar donde había estado y que estaba haciendo. Y yo como un buen estúpido le conté que fui al baño con Nerea y que ella me había mamado la verga hasta hacerme acabar. Para qué!!!! Celeste echaba fuego por los ojos. No me habló más en toda la tarde.
Cuando nos volvimos a casa finalizado el encuentro, Celeste caminaba a mi lado, bueno, un poco adelante, o que me permitía apreciar su hermoso cuerpo, donde resaltaba sobre manera su prieto culito. Como era de esperar mi pija se puso dura de nuevo. Al llegar a la puerta de su casa, tienen un zaguán bien metido adentro, me aproximo a ella, y le apoyo la verga en medio de sus nalgas. La verdad es que no pensé en las consecuencias. Podría haber gritado o enojarse. Pero todo al revés. Para mi sorpresa se dio la vuelta, me echa los brazos al cuello, apoya su pubis contra mi entre pierna, se frota muy caliente y me da un beso de lengua que hace que mi tripa se ponga más dura y gruesa todavía. Celeste la siente entre los dos. No resistió y le nació la pregunta producto de los celos. Que hiciste con Nerea? Y yo aprovechándome del momento, le confesé que su amiga me había chupado la verga hasta hacerme acabar. Celeste me mira, baja la cabeza, y de pronto se arrodilla frente a mí, me baja el pantalón y el sleep y simplemente toma en su mano mi tripa dura, se la mete a la boca no sin dificultad y comienza ella también a darme una mamada. La verdad es que Nerea lo hace mejor, pero el empeño que puso Celeste fue grandioso. Se tragaba media pija respirando fuerte por la nariz. De pronto estaba yo muy excitado. Me puse algo brioso, la hice levantar, la puse de espaldas a mi, la apoyé contra la pared del zaguán, y metí la verga entre sus nalgas mientras me apoderaba de sus pechos, ella se dejaba hacer, bajé mis manos hasta su entre pierna, no se resistió, acaricié su concha por sobre la ropa y ella solo gemía, me atreví a aflojarle el cinto y traté de bajarle los pantalones, ella ayudó y pronto tenía sus nalgas sin ropa frente a mi verga, obvio, a mi edad no se miden las consecuencias, tampoco sabía nada de sexo más que masturbarme. Pero la naturaleza es sabia, y la calentura facilita todo. Así es que le hice separar las piernas, me agaché lo suficiente para tener la altura necesaria, puse la cabeza de mi pija entre sus labios vaginales que dicho sea de paso estaban muy lubricados y sin pensar en nada más que mi contentura, probé de metérsela, costó bastante, pero de a poco la pija fue entrando. La niña se quejaba bastante, de pronto la tripa se trabó, luego analizando supe que fue por su virgo, yo sin pensar mucho simplemente empuje, de pronto algo cedió y la verga fue entrando con dificultad pero al final terminó toda adentro de la vagina de Celeste, quién pegó un gritito y comenzó a llora. Yo se la metí toda y comencé a moverme sin importar si le dolía o qué. Yo quería cogerla y listo. Pronto Celeste comenzó a colaborar, se movía rico, no aguanté mucho más y le llené la conchita de semen. Ella no logró llegar al orgasmo, Lo mío fue muy rápido, pero que le partí la concha en dos, no lo duden. Al sacarle la verga, mi semen y su sangre corrían por sus piernas, medio se asustó, me saqué la remera y la ayudé a limpiarse. De pronto sonriendo me dice, viste que yo soy mejor que Nerea. Me limpié la pija con la remera, nos acomodamos la ropa y nos despedimos con un beso. Así sellamos nuestro juvenil noviazgo.
Woooooow, deliciooosoooo!