El Encargado y la Vecina 2
Les cuento de Barbara, una mujer de unos 27 años en ese momento, super linda, delgada, de piel blanca, cabello castaño corto, y de una simpatía y carisma de otro planeta. Siempre me gustaba verla en la pileta, era muy poco frecuente verla ahí, así que cuando ella iba a refrescarse en el verano..
Esto que te voy a contar puede haber pasado o tal vez no, la realidad llega hasta un punto y se desvanece en el aura de la imaginación, si decides creerlo estará bien y sino también.
Hace un tiempo labure como encargado de un edificio a las afueras de Buenos aires, es de esos trabajos que podés odiar, pero nunca amar. Ya les había charlado un poco de mi en mi anterior relato por lo que le ahora viene otra experiencia con otra vecina del edificio y no será la última. Les cuento de Barbara, una mujer de unos 27 años en ese momento, super linda, delgada, de piel blanca, cabello castaño corto, y de una simpatía y carisma de otro planeta. Siempre me gustaba verla en la pileta, era muy poco frecuente verla ahí, así que cuando ella iba a refrescarse en el verano no perdía oportunidad en detallarla lo mas posible, un cuerpo armonioso, tetas pequeñas, y un culo bien formado, se notaba que se ejercitaba bien.
Era común verla super producida cuando salía a trabajar temprano a la mañana, y cuando estaba en casa, no sé, pero se veía más linda sin tanto maquillaje ni ropa elegante, era hermosa verla con ropa de entrecasa y al natural. Para mala suerte mía, ella vivía con su novio, así que siempre pensé que no habría posibilidad de nada con ella así que me tocaba conformarme con solo admirarla y pensar en todo lo que me gustaria hacerle.
Al menos un día por semana tocaba cortar el pasto de los departamentos que estaban en planta baja, siempre arrancaba temprano, y siempre comenzaba por el depto de Barbara, casualmente esos días que yo iba, ella y su novio trabajaban desde casa, ya había confianza así que entraba al jardín necesidad que avisar, pasaba y los saludaba con un gesto y a los pocos minutos cerraban las cortinas de los ventanales para mantener su privacidad, el lo hacia desde el living, y ella desde la pieza principal donde se ponía a laburar con su laptop. En ocasiones Barbara estaba tan metida en la computadora que no advertía mi presencia y me daba tiempo de verla un poco, en la intimidad de su casa usaba pantalones cortos y al estar sentaba directo al ventanal podía admirar la forma de sus lindas piernas y pies descalzos, me saludaba con una sonrisa digna de un hada y se ocultaba tras cerrar la cortina y así terminaba mi motivación para ir temprano a trabajar en su jardín.
Tiempo después, voy al jardín como siempre, sin esperar nada mas que hacer mi trabajo y llevarme una linda vista de la Barbarita. Paso a saludar como siempre, y estaban las cortinas de los ventanales cerradas, me pareció raro, pero no le di importancia y seguí con lo mío. Al rato de estar allí, se abre la cortina y me saluda Barbara desde dentro como siempre, devuelvo el saludo, y sigo, esta vez ella no laburaba como siempre, se quedo en cama recostada y con cada vuelta que hacia con la maquina de cortar pasto aprovechaba para mirarla, no podía creer lo que veía con cada pasada, esta chica se estaba masturbando ahí en su pieza con el ventanal abierto sin ningún tipo de vergüenza.
De repente voltea y me mira, su mirada se cruzo con la mía, se levanta se acomoda el pijama que tenía, y me dice en tono serio:
Barbara: ¿Qué haces mirándome?
Enrique: ¿yo? Nada, solo estoy haciendo mi trabajo.
Barbara: No creas que soy estúpida, me estabas espiando pajín.
Enrique: Discúlpame Barbara, no te estaba mirando, cada que paso es imposible no mirar al frente y bueno ahí estas.
Barbara: Si me mirabas…¡
Enrique: Disculpa, no volverá a pasar, yo no quiero problemas con tu novio y estoy en mi trabajo.
Esta piba estaba enojada y yo ya no sabía que decirle, obvio que la miraba, pero no iba a admitirlo, no quería problemas.
Barbara: No me convences con tus palabras¡ Se lo voy a decir al consorcio¡
Enrique: No por favor te pido¡
Barbara: Si lo hare¡
En ese momento lo único que me paso por la cabeza, pensé: Ya fue¡ y en ese momento y sin aviso le clave un beso para callarla, ya esta si me van a echar que sea por algo de peso y no por una boludes, ella solo me miro sorprendida y me correspondió el beso, la verdad no se quien estaba más sorprendido si ella por el beso o yo por su respuesta, seguimos besándonos ahí y me tomo de una mano y me dijo:
Barbara: ¡pasa!
Enrique: ¿y tu novio?
Barbara: Tranquilo, está de viaje.
Pasamos directo a su pieza, continuamos besándonos y no perdía oportunidad te recórrela con mis manos por encima de ropa como por debajo también, de manera casi desesperada.
La gire como si de un baile se tratara, ella quedo de espaldas a mí, la sujete por la cintura, y mis manos siguieron su labor, mientras besaba, lamia y mordía su cuello y se encontraban nuestras lenguas en esa calentura. Mis manos subieron de su abdomen a sus tetas por debajo de la blusita que usaba, que placer tener esas lindas tetas en mi manos, pequeñas, pero suaves y firmes, de pezones pequeños, ya firmes por la excitación, ella gemía suavemente con cada caricia. Baje una de mis manos a su pijama, mientras mi otra mano sostenía firmemente una de sus tetas, al llegar abajo su concha era un caudaloso rio de fluidos.
No era de extrañar ella ya había arrancado su calentura mucho antes.
Comencé a masturbarla suavemente, podía sentir su clítoris pequeño pero firme y dispuesto a mí. Con cada movimiento de mis dedos en su vulva ella movía involuntariamente su cadera, por lo tanto, su culo se arrastraba por mi verga ya dura.
Barbara: Ayyyy que ricooo¡¡¡ Soltame¡¡¡
Al dejarla ir ella saco rápidamente el pequeño pijama que llevaba, yo hice los mismo con mi uniforme, quedando ambos ya desnudos.
Me empujo y quede acostado sobre la cama, ella se subió y se sentó directamente en mi cara, continue recorriendo su piel como podía con mis manos, mi lengua quedo directamente en su clítoris y comenzó a mover sus caderas como una odalisca dejando caer sus jugos en mi boca, su olor y sabor eran deliciosos, los de una puta en celo, comenzó a temblar…
Barbara: Ayyy me vengooo¡¡¡ uufff¡¡¡
La Barbarita se había pajeado con mi lengua y había tenido un hermoso orgasmo. Se dejo caer y quedamos en un hermoso 69, su calentura seguía y comenzó a chupar mi verga.
Barbara: Que linda pija tenes¡ Que rico sabe el juguito de tu pija.
Dijo ella mientras la metía y sacaba mi verga de su boca.
Enrique: Toda para vos mi Barbi¡
Yo ya no daba más con su técnica, era una experta del pete. No imagine que detrás de esa linda cara había una putita con todas las letras.
Enrique: ¿Queres mi leche Barbi?
Barbara: Si dámela toda papi, lléname la boca con tu leche.
Me siguió chupando la cabeza de la verga mientras con su mano me pajeaba al mismo tiempo.
Enrique: Ahí vieneee¡¡¡ Ufffff.
Me estremecí y libere todo el contenido de mi verga en su boca. Ella se incorporo y me miro con una sonrisa mientras limpiaba el exceso de mi semen con sus dedos y los chupaba hasta dejarlos limpios.
Barbara: Casi me ahogo con tu leche, fue mucha, me encanta jaja.
Enrique: Peteas como nadie barbi jaja. No creas que esto se ha acabado jaja
Barbara: Y no, quiero más…
Enrique: tendrás más.
Acto seguido la tome de lo tobillos, y en la coloque casi patitas al hombro, la tenia a mi dominada a mi total disposición. Besé y lamí sus pies, ella miraba con gusto, al mismo tiempo paseaba mi glande y el tronco de mi verga por sus labios vaginales y la entrada de su culito. Separe sus piernas con mis manos y baje y comencé a chupar su concha, baje y subí mi lengua desde su clítoris hasta su ano, estaba todo empapado entre sus jugos y mi saliva. Era una conchita linda, labios finos color rosa, rajita recta y estrecha, casi como una quinceañera. Ella gemía y disfrutaba cada movimiento de mi lengua en sus partes, sus gemidos eran cada vez mas intensos con cada roce.
Mi pija ya tenía fuerzas para un segundo round, volví a tomarla de los tobillos, patitas al hombro, su culo se levanto y dejo concha lista para ser cogida por mí, sujete sus piernas contra mi pecho y abrase sus muslos. Mi pija se abrió paso hacia su concha, no sin antes pasar a saludar a su ano mojado, y luego entrar en su vagina sin pausa hasta el fondo. Que bien se sentía las paredes de su vagina engullendo mi pija. En ese momento alcance a escucharla, mientras mordía sus labios:
Barbara: Uufff¡¡¡
La bombee firmemente un par de veces casi hasta quedar en misionero sobre sus piernas, con sus patitas en mis hombros. La abrí hasta quedar completamente en misionero y seguir bombeándola con todo mi cuerpo, ella disfrutaba como loca, gemía y puteaba, me apretaba mi cintura con sus piernas y rasguñaba mi espalda con sus uñas con cada embestida. Empuje mi verga lo mas profundo que pude, hasta donde nuestra anatomía lo permitía, y descargue todo mi semen dentro de ella. Nos fundimos en un solo temblor y gemido. Habíamos tenido un orgasmo al mismo tiempo. Qué momento tan delicioso.
Barbara: Me mataste. Jamás pensé que esto podría pasar.
Enrique: Yo sí, lo imagine 1000 veces.
Barbara: jaja sos un pajero.
Enrique: jajaja. Igual te gusto.
Barbara: No seas engreído jaja.
Enrique: ¿Le dirás al consorcio lo que paso?
Barbara: Déjame que lo piense jaja
mas falso que moneda de goma