El Fotógrafo Independiente
Fotógrafo con un trabajo aburrido tiene un día interesante.
Este trabajo puede ser pesado a veces, teniendo que fotografiar más que nada a señores(as) de edad avanzada que ya están a un paso de la tumba, y que solo quieren una última foto para dejar de recuerdo, o a familias que desean una foto juntos como recuerdo, por lo general es sencillo, y también aburrido. Sin embargo, hay días en los cuales llegan madres con sus pequeñas hijas para que les tome fotos por alguna ocasión especial, como alguna celebración o boda a la cual van a asistir. Lo que suelo hacer en estas ocasiones es tomar fotos de diversos ángulos, tanto frontales como traseros, les digo a las madres que es para poder encontrar la mejor «iluminación», pero la verdad es que lo hago para poder fotografiar, así sea por debajo de una falda, sus pequeños culitos, algunos sobresaliendo más que otros.
Haciendo esto he conseguido hacerme una colección muy grande de fotos de las partes posteriores de muchas niñas, y en varias ocasiones me masturbado pensando en las cosas que podría hacerles si sus madres no estuvieran en la habitación conmigo, observando mis movimientos. Aunque también llego a pensar en los riesgos, y en como el terminar tras las rejas no sería lo mejor para alguien como yo, aun así, la tentación está presente cada vez que fotografío a estas pequeñas bellezas. Pero la principal razón por la que comencé a escribir esto no es porque quiera presumir esta parte de mi trabajo, aunque en si no hay mucho que presumir, sino porque hace aproximadamente un mes llego una madre con su hija de apenas 5 meses de edad.
La madre era una mujer morena de altura promedio y buen cuerpo, tenía puesto unos jeans apretados, una chaqueta de color rosa pálido, unos lentes de sol, unos tacones negros, y cargaba una cartera de color beige. Junto a ella traía a la bebé más hermosa que he visto hasta ahora, igual de morena que ella y tenía puesto un pequeño polo blanco, una falda rosa pálido que le llegaba a las rodillas, y por supuesto su pañal, curiosamente no traía zapatos puestos, su cuerpo era algo regordete y tenía unos labios gruesos y carnosos. La mujer se introdujo a sí misma como Leidy y a su hija como Adelaida, y dijo que quería una foto de ella para poder enmarcarla y luego colgarla en la pared de su sala por el bautizo de su bebé, algo que en si no es muy común en los bautizos, pero yo obviamente no se lo iba a decir.
Como de costumbre con las niñitas dije que requería fotos de la pequeña en varias posiciones, por lo cual la bebita estuvo sentada frente al fondo blanco, sonriendo mientras yo fotografiaba sus mejores ángulos. Sus labios hacían que no me pudiera concentrar completamente, ni siquiera había tomado la primera foto y ya estaba batallando con mi erección de tan solo pensar en sentir esos labios sobre mi verga. De pronto, y mientras yo hacia mi mejor esfuerzo para esconder mi erección, el celular de Leidy comenzó a sonar, ella respondió mientras se dirigía afuera, diciendo que no tardaría mucho mientras respondía. Al notar esto sentí como mi corazón comenzaba a latir rápido, y empecé a pensar en simplemente sacar mi verga y colocarla sobre los carnosos labios de la pequeña Adelaida, sabiendo que no habría otra oportunidad como esta, pero tan pronto como comencé a imaginar aquella escena Leidy volvió a entrar al estudio, disculpándose por salirse de eso modo, y diciendo que su esposo la había llamado para que le fuera a ayudar con la preparación del bautizo de la bebé.
En aquel momento lo que quería era deshacerme de la madre para poder estar a solas con la bebé ya que los pensamientos de lo que quería hacerle no se iban, así que decidí arriesgarme un poco y le dije a Leidy que coincidentemente hace poco una pareja había traído a su hijo para fotos de su bautizo, pero que tuvieron que retirarse debido a ciertos cosas que requerían la atención de ambos, debido a eso me dejaron a cargo de su hijo y lo cuide por un par de horas mientras volvían, vigilando que no le ocurriera nada mientras trabajaba en las fotos, obviamente esto es una mentira, si hubiera ocurrido entonces estaría escribiendo acerca de aquella historia y no de esta.
Intente que sonara como algo que decidí mencionar de manera casual, y la verdad es que funciono, Leidy me miro con una expresión sorprendida y feliz a la vez, y me pregunto si me importaría hacer de niñero nuevamente, yo acepte con una sonrisa en mi rostro diciendo que sería un placer, ella saco un pañal extra de su cartera y me lo dio mientras me agradecía por hacer esto por ella, me dijo que en caso de que ocurra algo que la llamara y si en caso la bebé ensuciara el pañal que por favor se lo cambiara, que no tardaría mucho y que la cuide con mi vida, yo acepte todo esto felizmente mientras veía como ella se despedía de su bebé y salía del estudio. Tan pronto note que ella se había ido voltee a ver Adelaida, estaba sonriendo y sentada esperando a que tomara la foto, para este punto mi verga estaba demasiado dura, así que decidí quitarme mis jeans y mi bóxer, dejando expuestos mis 20cm de largo y 15cm de grosor a la vista de la pequeña bebé, quien simplemente lo miraba con una expresión algo confundida y con los ojos bien abiertos, aplicando algo de presión hacía que se moviera de arriba a abajo por su cuenta, lo único que hacia ella era seguirlo con la mirada, estoy seguro de que la pequeña putita estaba deseosa de poder saborearlo, pero antes de hacer eso yo quería saborearla por completo.
Poco a poco me acerqué a Adelaida y me senté frente a ella. El verla tan de cerca hizo que me enamorara incluso más de su rostro y de sus hermosos labios, unos labios que pedían a gritos algo más que solo ser vistos, por lo cual, aun sentado, la agarre entre mis brazos y la posicione encima mío, sus piernas sobre mis muslos, y mi dura verga sirviendo de soporto para su pequeño culito que aún estaba dentro del pañal, sentir el roce de la tela del mismo hizo que saliera un poco de líquido preseminal de la punta de mi verga y cayera lentamente al piso, sus brazos estaban sobre mi pecho y tocaban la tela de mi polo, su hermoso rostro estaba enfrente de mí, sus ojos marrones mirando directamente a los míos, ella lo deseaba igual que yo, así que apoye mis dos manos en su rostro y lentamente me acerque hasta que nuestros labios se encontraron. Le di un pequeño beso primero, ella reía, luego le di otro, ella reía, y luego otro más, ella continuaba riendo mientras yo me aseguraba de que cada beso durara cada vez más y más, hasta que en el quinto beso decidí meter un poco mi lengua en su boca, ella aun reía, atreviéndome más le di un beso profundo, metiendo mi lengua profundamente en su boca, moviéndola de lado a lado y sintiendo como su pequeña lengua intentaba huir de la mía, pero era imposible porque yo no la iba a dejar, use mis manos para acercar su rostro aún más a mí y comencé a sentir como ella intentaba empujarme con sus pequeños brazos, un esfuerzo inútil de su parte, así permanecimos por unos 10 minutos, ella intentando zafarse y yo violando su boca con mi lengua, hasta que finalmente pare. Cuando la aleje de mi note lo agitada que estaba, no lloraba, pero sus ojos mostraban una gran confusión, lo cual hizo que mi verga palpitara un par de veces mostrando que estaba ansiosa por sentir algo más que el roce del pañal.
Decidí entonces desvestir a Adelaida por completo, la senté sobre el piso y le retiré su pequeño polo blanco, dejando su pecho y sus pequeños pezones expuestos, después de eso la recosté y comencé a removerle su faldita rosa pálido la cual tenía una cintura elástica así que solo tuve que bajársela. Poniendo estas dos prendas a un lado me enfoque en lo último, su pañal, el cual comencé a remover al despegar las cintas adhesivas de los extremos para luego bajar la parte frontal, dejando a plena vista su vagina regordeta de menos de un año de edad y parte de su gordo culito, y haciendo que mi verga nuevamente palpite al estar frente a tan delicioso cuerpo, por lo cual decidí retirarle, ahora completamente, el pañal y luego voltearla dejando expuesto su culito, era gordo, redondo y se veía muy limpio. Lo primero que hice al tenerla así fue dejar que mi verga reposara sobre sus nalgas, y mientras mi liquido preseminal escurría sobre ellas yo me quitaba mi polo, para luego de hacer esto ver como en unos cuantos segundos ya había cubierto sus nalgas con mi líquido, entonces lo que hice fue agarrar mi verga y usar la cabeza para esparcirlo todo sobre su culito, el sentir su suave piel morena casi hace que acabe en ese instante, pero me pude contener, sin embargo lo que no podía contener eran mis ganas de querer entrar dentro de su ano. Con mis dos manos agarra cada una de sus nalgas y las hice a un lado revelando su ano, el cual comenzó a guiñarme, invitándome a entrar, lo cual fue lo que mi lengua hizo, lamiendo la entrada y un poco de su interior, aunque fue difícil debido a lo estrecho que estaba, continue así por unos 15 minutos mientras ella se quejaba haciendo ruidos raros, y una vez que acabé de lamer supe que no lo podía aguantar más y me puse en posición para poder metérsela dentro de su ano.
Posicionándome encima de ella intente que un poco de mi verga entrara dentro de ella, pero como adivinaran estaba demasiado apretado, aun así continue aplicando fuerza hasta que sentí que una parte de la cabeza había entrado, sin embargo la señal de que eso había ocurrido fueron los llantos y gritos de Adelaida, los cuales a su vez hicieron que mi verga se pusiera incluso más dura, y es que el placer que sentí en ese momento fue indescriptible, había penetrado analmente a una bebe y el solo pensarlo causaba que mi erección palpite y que la bebé llore aún más, en ese estado me decidí comenzar a mover un poco, intentado penetrarla un poco más, pero era obvio que eso ya no iba a ocurrir. Sintiendo que la pequeña puta aún tenía más que dar saque mi verga de su ano y la voltee para que ahora estuviera viéndome a mí, note sus lágrimas cayendo de sus ojos, y el como hacía que mi erección apuntara directamente hacia sus labios, ella tenía la boca abierta después de todo así que no se puede decir que no lo deseaba.
Me coloque en posición sobre su cabeza, le baje los brazos y apunte mi verga directamente a sus labios, esta vez no espere tanto y pronto la cabeza estaba dentro de esa pequeña boca, sentía como movía su lengüita de un lado a otro no sabiendo que hacer, queriendo escapar, pero en su lugar dándome placer. Esos labios, esa boca, y esa lengua habían nacido para mamar, y empujando un poco más logre sentir algo de su garganta, teniendo pequeños espasmos debido a la desesperación que sentía Adelaida. Sintiendo que estaba cada vez más cerca comencé a moverme más y más hasta que, viendo como ella había subido la mirada y me veía mientras su boca de bebé se tragaba mi verga, terminé soltándolo todo en su garganta, los espasmos de desesperación que hacía sirvieron para exprimirme por completo, sentía como mi semen salía disparado y caía sobre su lengua y garganta sin parar por alrededor de un minuto hasta que finalmente ya no salía más. Viendo más claramente a Adelaida note como apenas y se movía, por lo cual saque mi verga rápidamente y la senté, esto causo que terminara vomitando el semen mezclado con lo que asumo fue su desayuno sobre el piso para después continuar llorando, ahora que mi mente estaba más tranquila traje un trapo del baño para poder limpiar el piso y también la cargue en mis brazos para calmarla un poco y poder llevarla al baño para lavarla, después de todo su cara era un desastre y ni siquiera le había tomado la foto aun, lo bueno fue que el baño con agua tibia pareció calmarla, después de esto la lleve nuevamente al estudio ya bañada y seca, termine de limpiar el piso, la vestí con su ropa y le puse el pañal de repuesto que Leydi me había dado para poder tomarle la foto que ella quería, lo cual no me tomo mucho tiempo ya que en si solo era una foto la que me había pedido.
Al poco tiempo de acabar de tomar la foto para el bautizo pensé en desvestirla nuevamente para poder tener un buen recuerdo de su delicioso cuerpo, sin embargo esto no se pudo dar debido a que su madre regreso mientras lo pensaba, note que estaba algo extrañada ya que notaba algo diferente a Adelaida, así que le mentí diciéndole que ella había vomitado de repente mientras gateaba y que tuve que limpiarla y bañarla, lo bueno es que se lo creyó y hasta me pidió disculpas por aquel inconveniente, pasando a retirarse una vez que le di la foto que me había pedido y de que me pagara. Al final el día salió mejor de lo que yo esperaba, tuve la oportunidad de penetrar a esa bebé, así haya sido solo unos centímetros, y fui capaz de cogerme esa garganta y llenarla de semen sin consecuencias, lo único de lo cual me arrepiento es no haber podido penetrar su vagina, ni siquiera la lamí, y de tampoco tomar una foto de ella desnuda como recuerdo, pero quien sabe si quizás en el futuro se me presente otra oportunidad, y si es así entonces estaré más preparado para abusar de una hermosa bebé.
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