El Harem 3: Las pequeñas ninfas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por lucius7.
Carlos despertó, y a su derecha pudo ver el a Sarita quien dormía plácidamente desnuda como un ángel.
A su izquierda, Ana, igual desnuda estaba despertando al igual que el.
Los dos se levantaron y decidieron meterse a la regadera juntos, asi tenian una sesion de sexo en regadera como cada cierto tiempo lo hacian.
Estaba Carlos sentado desnudo en la tasa del baño uniéndose en un beso apasionado con Anita quien lo estaba cabalgando sintiendo como ese pene le entraba en su diminuta vagina.
Las manos de Carlos tocaban cada centímetro del hermoso y suave traserito de esa nena y masajeaba aquel ano que lo volvía loco.
El placer que la vagina de Ana le causaba era tremendo pues estaba apretadita y mojadita como a él le gustaba.
Carlos llevó su mano a la boca de la nena y le dio un dedo para que lo chupara, acto seguido, lo llevó hacia su culito y mientras ella le ayudaba a abrir sus nalguitas, el lo metio para empezar a dilatarla y prepararla para su parte favorita.
Segundos después, un segundo dedo entraba en el ano de Ana quien no se oponia y solo gemía con su voz de niña.
Una vez que Anita estaba dilatada, Carlos la volteo y le ordenó que se sentara sobre él, Anita así lo hizo mientras Carlos dirigía su pene hacia la entrada de aquel suculento culito que tanto amaba.
Anita tomó sus nalgas con sus manitas y las abrió lo más que pudo para facilitar la entrada de aquel invasor.
La punta del pene de Carlos abrió el esfínter de la nena y poco a poco la cabeza de su miembro fue desapareciendo en aquel orificio.
Carlos podía ver la carita de Anita en el espejo que él había colocado estratégicamente para sus encuentros con sus amadas mujeres.
Anita cerró los ojos y se mordía el labio inferior, su cara reflejaba placer como si fuera una mujer adulta.
Sin dejar de abrir sus nalguitas, la nena siguió bajando hasta que la mitad del pene de Carlos se perdió en su pequeño culito.
El la tomo de la cintura y comenzo a hacerla subir y bajar para que se acostumbrara de nuevo pues habían pasado ya algunos dias sin que le diera mantenimiento al orificio trasero de Anita.
Poco a poco el vaivén permitió que el pene de Carlos entrara mas y mas hasta que el sonido del choque de pieles inundó el baño.
Finalmente, el pene de Carlos había entrado en su totalidad, Ana por fin dejó de usar sus manos para separar sus nalgas y ahora se apoyaba en la pared enfrente de ella mientras subía y bajaba, sintiendo como el pene de Carlos entraba y salía de su culito.
Sus nalgas ahora chocaban con el vientre de Carlos haciendo un sonido que la excitaba de una manera que no entendía pero que la hacía disfrutar de cada segundo.
Mientras Carlos la sostenía por la cintura jalandola para hacer que la penetración fuera más profunda, se dio cuenta que alguien los observaba.
No recordaba que Sarita aun estaba dormida cuando ellos entraron al baño, ahora estaba desnuda en la puerta viendo como Anita subía y bajaba dejando entrar el pene de Carlos por su ano.
Sin detener a Ana, Carlos solo tendió su mano ofreciéndole a Sarita ser parte de la acción, la nena tomó la mano de Carlos y perdiendo la pena se beso con él apasionadamente.
Carlos besaba y estrujaba las nalguitas de Sarita mientras Ana seguía subiendo y bajando penetrándose sola analmente.
A los pocos minutos, Carlos le pidió a Ana que se detuviera para que entre las dos le pudieran dar sexo oral.
De rodillas, en el baño y frente a él, Sarita y Anita se turnaban para mamar el pene de Carlos quien solo disfrutaba con los ojos cerrados.
Después de unos minutos, volvió a tomar a Sarita y la hizo montarlo quedando frente a frente.
Mientras se besaban, Anita ayudó dirigiendo la punta del pene de Carlos a la entrada de la vaginita recien estrenda de Sarita.
Para este entonces, Sarita estaba super mojada lo cual sorprendió a Carlos por la corta edad de la nena.
Sarina sintió la punta del pene de Carlos tocar la entrada de su cuevita y se estremeció al sentirla, solo se abrazó del cuello de Carlos y cerró los ojos dejándose llevar.
El pene de Carlos se abrió paso por los labios vaginales de Sarita y él pudo sentir el calor que emanaba esa nena y no pudo evitar penetrar lentamente aquel suculento orificio que había sido estrenado no más de 10 horas antes.
Apoyándose sobre sus pies, Sarita detuvo la entrada de aquel miembro a la mitad, pues aún le sentía un poco de dolor al ser penetrada.
Por puro instinto, ella solita empezó a subir y bajar provocandole a Carlos y a sí misma, un placer que ella apenas empezaba a conocer.
Pocos minutos después, el pene de Carlos había entrado por completo en la super apretada vagina de la nenita de 10 años.
Sarita se abrazaba del cuello de Carlos mientras él se besaba con Anita y usaba una de sus manos para darle placer.
Los dedos de su mano derecha estaban profundo en la vagina de Anita mientras su mano izquierda recorría la espalda de Sarita hasta llegar a sus suculentas nalguitas morenas.
Al rato, Carlos le ordenó a Ana ir a la cama, el tomo a Sarita y la cargo sin sacarle su miembro, las piernitas de la nena rodearon la cintura de Carlos y así cargadola se dirigió a la cama donde Ana los esperaba.
Coloco a Sarita en la cama boca arriba y Anita se acostó a la par de ella, asi siguio Carlos penetrando a Sarita mientras masturbaba a Ana con sus dedos.
A los pocos minutos, los ojos de Anita se pusieron en blanco, su cuerpo se tenso, su respiración parecía agitarse más a cada segundo, y de pronto, los jugos que salieron de su vagina a presión indicaron la llegada de su orgasmo.
Chorros de sus jugos mojaban la cama e incluso algunos llegaron al piso, Anita pudo gozar de un orgasmo de casi 15 segundos, que para una nena de su edad, era toda una hazaña.
El cuerpo sudado y aun tembloroso de Anita quedó a un lado de Sarita, a la cual Carlos puso toda su atencion despues de hacer gozar a Ana.
Sarita con lo ojitos cerrados, sus piernitas al aire recibiendo el pene de Carlos que entraba en su totalidad a su hermosa y lampiña vagina, los huevos de Carlos chocaban con sus nalguitas haciendo que el sonido producido fuera una factor determinante para la excitación de Carlos.
Asi seguia el, parado penetrando a Sarita al borde de la cama, la tomaba de los tobillos separando su piernas lo mas que podía y empujando haciendo que sus frágiles rodillas casi le tocaban los hombros.
Si bien para ella era algo raro y sumamente dificil, el placer que recibia no daba tregua y valía la pena la incomodidad.
Así siguió durante varios minutos hasta que pudo sentir como la vagina de Sarita se contraia, pudo notar como su cuerpo se tensaba y noto como su orgasmo estaba llegando, un gemido ahogado y la tensión de sus piernitas indicaron la llegada del orgasmo, Carlos no pudo aguantar más y sintió chorros de su semen salir de su pene para alojarse en el vientre de esa nenita.
Lleno de semen a esa nena por segunda vez, y quedaron los dos agotados acostados en la cama.
Mientras Sarita descansaba esa sesion de sexo, Carlos noto que Anita ya no estaba con ellos, así que se dirigió a la sala vistiendo solo una bata.
De lejos, podía escuchar a dos hombres adultos gemir, así que se acercó con cautela para descubrir que eran dos de sus clientes regulares quienes ya estaban gozando con la putita de 12 como ellos llamaban a Ana.
Estaba ella en cuatro sobre la mesita de centro recibiendo el pene de uno en la vagina mientras mamaba el pene del otro.
Lejos de molestarse, Carlos solo tomo el dinero que habían dejado los clientes en la mesa y se sentó en el sofá.
Durante casi 20 minutos, esos dos hombres compartieron a Anita hasta que uno de ellos se vació en su vagina y el otro le sobre su espalda dejándola sobre la mesita.
Los clientes se retiraron y Carlos le ordenó a Anita que se fuera a enjuagar el cuerpo, justo en ese momento Carlos recibe la llamada que le indicaba que los clientes del día estaba por llegar a su casa.
Sabiendo que Carmen estaba ausente y que no sabía a que hora iba a llegar, Carlos decidió usar a Ana como suplente mientras ella aparecía.
Anita estaba ya limpia y los clientes empezarona llegar, uno por uno, empezaron a entrar al segundo cuarto donde Anita les esperaba para servirles como la putita que era.
Los gemidos de la nena empezarona inundar la casa mientras atendía a uno o dos hombres a la vez, ya habían pasado casi dos horas y casi 15 hombres habían gozado de su cuerpo.
A su vez, Sarita coma y veía la tele en el cuarto donde dormían todos a puerta cerrada pues Carlos aún no estaba dispuesto a compartir su tierno cuerpo con nadie por lo menos en unos meses.
Estaba Anita entre dos hombres en la cama, uno de ellos la penetraba por la vagina mientras el segundo entraba y salía de su ano sin compasión alguna.
El choque de pieles era excitante y el ano de Anita estaba tan dilatado que el pene de aquel hombre entraba y salía con una facilidad sorprendente.
La nena estaba agotada pero aún había cerda de 6 hombres en la sala esperando que su turno llegara.
Fue en ese preciso momento en el que Carmen entró por la puerta para encontrarse con la sala de espera y su sobrinita en una doble penetración sobre la cama.
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