El hijo de mis patrones 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
"Huffffffff, nunca me imagine que tuvieras una verga tan hermosa", le dije a Alejandro, acariciando su verga y notando como salía leche de mi chiquito, "Alejandro, mejor que no espíes a tu madre cuando este con ese señor, te pueden pillar", le dije, poniéndome en pie y yendo al baño, donde me duché y le dije que venga a ducharse él también.
Yo me quedé encuerada, ya que sabía que no íbamos a demorar mucho en estar en ese colchón de nuevo, "cariño, voy a la cocina", le dije, "vale", me respondió.
Estaba preparando un café cuando Alejandro viene a la cocina y me da una palmada en mis nalgas, "hay cariño, como te gusta palmear mis nalgas, toma, dame todas las palmadas que quieras", le dije, apoyando mis mano en el fregadero y sacando mi cola para afuera, dejando que Alejandro me empiece a dar palmadas en la cola, sintiendo como mis nalgas se iban poniendo rojas y las sentía caliente, "mas, mas, dame mas palmadas", le decía, sintiendo como mi cola estaba caliente, me habían dado mis buenas palmadas mientras me cachaban en Ecuador, pero que solo me estén dando palmadas, sin estar cachando nunca lo había echo, y me gustaba, me gustaba la sensación de que ese chico podía hacer lo que quisiera conmigo, "que ocurrió con tu marido Mónica?", me decía sin dejar de palmear mi cola, haciendo que mis tetas se muevan para adelante y para atrás, "me dejó por otra, haaaa, que ricas palmadas me das, como me gustan", le dije, sacando mi cola mas hacia afuera y abriendo mis piernas, "y acá en España, no has tenido novio?", me decía, ahora acariciando mis nalgas, las abría, miraba mi chiquito, "no, tu eres con el primero que cacho desde que estoy acá", le dije, dejando que Alejandro haga lo que quiera conmigo, me notaba arrecha de nuevo, "te gusta mirarme?", le dije, abriendo mis piernas y dejando que con mis nalgas abiertas me vea el chiquito y la cuca, "si, me encanta mirarte, así mira ese señor a mi madre", me dijo Alejandro, sin dejar de verme, "o sea que me haces lo que le hacen a tu madre?", le dije, sin cambiar de posición, "y que mas hace tu madre con ese señor?", le dije, ya cachonda, "que se meta los dedos mientras él la mira", me dijo, yo me agache un poco y sin mas, me empecé a meter los dedos en la cola, en la cuca, "se los mete así como hago yo?", le dije, metiendo mis dedos bien adentro de mi cola, o en mi cuca, "si, así mismo, espera no te muevas", me dijo, saliendo corriendo, volviendo con un enorme consolador, "de donde sacaste eso?", le dije, viendo el tamaño del consolador ese, "de la habitación de mis padres", me dijo Alejandro, "pero de donde, si yo la acomodo todos los días?", le dije, mirando ese tremendo aparato, "de la caja que mi madre siempre tiene con llave, ese señor la hace sentar encima mientras mi madre le chupa la polla", me dijo el chico, haciendo que lo agarre, con un poco de asco, ya que lo usaba la señora, y seguro se lo había metido en todos sus agujeros
"yo ni loca me meto esto", le dije, devolviéndole el consolador, "por que?", me preguntó el chico, "porque no es higiénico, tu madre se lo mete en todos lados y yo no me voy a meter nada que no se si ella lo limpia bien o que", le dije, apoyando mi cola contra el fregadero y tomando una taza de café, "mamá siempre le pone condón cuando lo usa", me dijo, "oye niño, tu la espías mucho a tu madre, le sabes toda su vida íntima", le dije, sin saber que pensar, la espía en todo, me quiere hacer lo que le hacen a la madre, quiere que me meta un consolador que usa su madre, si bien me gustó cachar con ese chico, no voy a dejar que me cache viendo a su madre.
"Que pasa Alejandro, ti quieres cachar a tu madre?, le dije, viendo como bajaba la mirada, "eso no es normal, pero es cosa tuya si la quieres cachar o no, pero una cosa te digo, me gustó cachar contigo, estoy dispuesta a dejar que me hagas lo que quieras, pero lo que no quiero es que me caches con la cara de tu madre, cuando estemos cachando estás cachando con Mónica, la ecuatoriana, la sirvienta de tu padres, no a tu madre", le dije, aclarando bien las cosas, "si quieres que me meta algo de eso, no me traigas los de tu madre, cómprame uno y me lo metes por donde quieras, pero a mí, a la sirvienta, no a tu madre vista en mi", le dije, un poco enojada, Alejandro estaba cabizbajo, "lo siento, no quise molestarte, pero no he puesto la cara de mi madre en ti cuando estábamos follando en el garaje", me dijo, "me alegro", le dije, levantando su cara y besando sus labios, "quieres que me vista?", le dije, besando y lamiendo sus labios, "no", me dijo Alejandro, "y, entonces que esperas que no me manoseas toda, que no me haces poner arrecha para que me caches por donde quieras?", le dije riendo y empecé a acariciar su verga y a besar su boca, sintiendo sus manos estrujar mis tetas, "no me voy a sentar en el consolador, me voy a sentar en tu verga para que la metas toda en mi cola, para que me des verga por donde quieras", le decía sin dejar de besárlo y abriendo mis piernas para que meta sus dedos en mi cuca, "así mi niño, así, manosea bien a tu sirvienta y la cachas, hay como me pones de arrecha, deja que quiero mamar tu verga", le dije, poniéndome de rodillas y metiendo su verga en mi boca, "hay que rica la verga de mi niño", le decía, mamando su verga, sus huevos
Me había calentado de tal manera que estaba loca, "trae un cinto y azótame", le gritaba de rodillas, viendo como va corriendo y trae un cinturón, que lo dobla en dos, y yo me arrodillo, apoyando la cabeza contra el suelo y sacando mi culo, dando un grito cuando me cayo el primer golpe con el cinturón que me cruzo las nalgas, "así cariño, así, azota el culo de tu sirvienta por mala mujer", le gritaba, sintiendo como me cruzaba las nalgas de nuevo, "mete tu verga en mi cola", le grité abriendo mis nalgas y sintiendo como Alejandro la metía fuerte, haciendo que entre toda de una sola vez, haciendo que sienta un dolor fuerte en mi chiquito, "haaaaaa", grite al sentir como su verga entraba toda en mi cola, la saca y me vuelve a cruzar la cola de un cintázo, dándome en una mano también, me había dado tres golpes con el cinturón, que casi me hace llorar de dolor, pero no sabía que me pasaba, me gustaba como me castigaba Alejandro, "insúltame", le dije, sentándome en mis tobillos y buscando su verga me la metí en la boca, "así, puta, así, chupa mi polla", me dijo, sacando su verga de mi boca y me dio una bofetada que me hizo saltar las lagrimas, volviendo a meter su verga en mi boca y entre jalones de pelo dejaba que se la mame.
Estaba tan mojada como jamás lo había estado en mi vida,siendo maltratada así de esa manera, me llevó arrastrando de los pelos hasta una de las sillas donde él se sentó y yo me abrí las nalgas y me senté sobre su verga, haciendo que vuelva a entrar fuerte en mi cola.
Alejandro mientras me cachaba por el chiquito, me apretaba las tetas, haciendo que me queje de dolor y placer, "mete tus dedos en mi cuca papi", le decía abriendo bien mis piernas, dejando que Alejandro meta dos y tres dedos en mi empapada cuca, "papi, papi, no dejes de cacharme", le decía, dejando que haga lo que me quiera hacer, disfrutando como me trataba, jamás me gustó que me traten mal, pero con Alejandro era todo distinto, disfrutaba de sus golpes, de sus insultos, de como me cachaba fuerte, "quien eres tú?", me decía agarrando fuerte mis cabellos y no me dejaba levantar de su verga, "que quieres que sea?", le dije, tirando mi cabeza para atrás y besando su boca, "mi puta, eres mi puta", me decía, jalando mis cabellos fuertes hacia atrás, "si papi, soy tu puta, soy tu puta", le dije, empezando a escurrirme y siento como la verga de Alejandro empiece a palpitar en mi cola, y con los movimientos se sale de mi chiquito, y se mete en mi cuca, y no dejábamos de escurrirnos, aunque yo no quería que Alejandro se escurra dentro de mi cuca, pero no me dejaba sacar su verga y sentía como se escurría, como me llenaba la cuca de leche y como me escurría yo junto con él, había perdido los estribos, me seguí moviendo, disfrutando de como habíamos cachado, como me había llenado la cuca de leche.
Las respiraciones eran muy agitadas, yo seguía sentada sobre Alejandro, su verga bien metida en mi cuca, que sentía como su leche salía, sus manos estrujando mis tetas, hasta que pude soltarme de sus brazos y me levante, metiendo su verga sucia de leche en mi boca y mamando, limpiando su verga con mi boca, sintiendo como la leche de Alejandro caía al suelo de la cocina
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