El Incubo del Internado 39

Jay se despide, algo a cambiado, el secreto del incubo se revela con todas sus perversiones, pero tiene una oportunidad….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…

Capitulo 39

Estoy de vuelta, de nuevo Jay esta para terminar de contar la historia, que decir, después del maldito incidente del gimnasio, terminé en una situación comprometedora, frente mi un tipo vestido de negro, no sabía quién era, pero pronto mis dudas se resolvieron, el sujeto era un agente federal, venía a investigar ciertos casos, que suerte que alcanzó a ver a la súcubo con que estaba cogiendo en el ritual, de lo contrario seguro iría preso por alguna estupidez, aunque este solo vio a una hembra que perdía la edad mientras la embestía hasta desaparecer, no es cosa que se vea nunca, casi se volvía loco de la impresión, el tipo quería respuestas, por suerte yo las tenía todas, llegó porque estaba haciendo averiguaciones con lo del caso pasado, el “oso cebado” que destrozo a unos campistas, bueno en realidad eran un par de pervertidos que tenían su red de prostitución infantil, cargaban deudas con la ley, por ello el hombre vino a confirmar si realmente estaban muertos o que se yo, pero al estar aquí notó que las cosas eran muy raras, y no sabían por donde comenzar, nadie era de fiar, eso lo llevó hasta el viejo soldado, quien lo mando conmigo para cubrirse el trasero y joder mi existencia, más todo eso me servía, era momento de mostrar que tan temible podía ser. Hice un trato con este agente para ayudar a los federales, este se hallaba dispuesto a escuchar, pues también fue víctima del conjuro de la ciudad, había estado teniendo encuentros carnales con muchas mujeres locales, haciendo locuras carnales que jamás espero, siendo testigo de la fuerza de la secta, por lo que perdió su tiempo pasando entre las brujas, trataba de entender y ver cómo podían intervenir, pues todo lo que pudiera significar magia, estaba fuera de las leyes, pero era obvio que muchos crímenes se realizaban en la ciudad y necesitaba un “traductor” para actuar, yo acepté ayudar, siempre y cuando respetaran a mi familia, dejándolos libres de toda sospecha, cabe decir que entre estos yo tomaba a no sólo mis hermanas, añadí a Tea (mi novia) con su abuelo (también contaba a Drew y Michelle), a Simón mi cuñado y su hermanita Elisa, mi primita Angie (mi tía y Pit que se pudran), Tamy y Sary, quienes eran como mis “protegidas”, igual caso que con Lexi, Sheila, Ivonne y Charlie; estas últimas podían ser apoyos para las investigaciones, por suerte Kim tanto Marón estaban libres de sospechas, sólo eran la directora del internado que se incendio y una encargada escolar, aunque aproveché mi situación. Debo aclararla un poco antes, este tipo llegó confirmando identidades, las de los tipos que mató un animal, pero empezó a notar las incongruencias de lo del supuesto oso, descubriendo la leyenda de la bestia, no podía creerlo, ni quien lo hiciera, así que fue a buscar pistas, notando a la secta, pero la idolatría no era causa de juicio a menos que cometieran algún crimen, que de momento no encontró más que bailes sensuales o muchas depravaciones, este tipo se movió de incognito, solo era un tipo más siendo absorbido por la lujuria, uno más del montón, perdido en le perfidia de la urbe, después fue a revisar registros criminales, ahí encontró muchas cosas turbias, o quizás era lo contrario, pues faltaban expedientes, armarios llenos de documentos en blanco, sólo un texto valió la pena, así que buscó al viejo soldado, quien se negó a apoyar en nada, pero le dio otra pista: revisa el internado, en especial habla con el guardia; así que me estuvo vigilando por un tiempo, pero aparte de verme un par de veces saliendo de la oficina de Miss Kim, donde era obvio que tenía algo, más no es crimen acostarse con la jefa divorciada, así que no llegó a indagar nada, o eso hasta que el día del evento me vio salir para enfrentar esa cosa, por suerte se perdió de verme llenarle a miss Sage su jugosa vulva, pues en ese momento una nueva bestia le atacó a él, distrayéndolo lo suficiente, después me trató de seguir, sorprendido de verme vestido como soldado, para regresar al gimnasio, pero tampoco pudo hacer mucho, porque según dijo después:

Una seductora mujer me ataco, se veía perdida en el deseo, y que decir, desde que llegué aquí, uno no es de piedra, mi sangre hervía, su bello cuerpo canela invitaba al placer, pronto me sacó mi miembro del pantalón, chupándome con tanta lujuria que su saliva escurría hasta gotear mesclada con mi leche, me perdía entre gemidos, era indescriptible, no podía ni pensar, finalmente por tantos juegos terminé corriéndome en su boca, no esperaba semejante acción, ni una puta de lujo me sacó esa cantidad antes, fui presa fácil de mis deseos, pero esta tipa no había terminado, se levantó, casi arrancándose su tanga, para mostrarme una vagina depilada escurriendo, no me dejó libre, la tuve que coger como se debe, carajo, no había tenido un sexo tan bueno nunca, ni siquiera con mi Ex, esta tipa era insaciable, me exprimió hasta la última gota, mientras todo parecía seguir como si nadie me viera, carajo, me estaba cogiendo a una desconocida en un pasillo, a unos metros del publico en las gradas, mientras un par de chicos se peleaban en un ring, pero nadie se daba cuenta, me aferraba a ese carnoso culo mientras la concha soltaba sus mieles hasta empaparme, la mujer hacia unos gemidos de puta en celo, pero nadie se daba cuenta, lo que era peor la pelea terminó el ganador reclamo a una jovencita como su premio, entregándose en un encuentro sexual ahí mismo, y todos permanecían en sus lugares como si no importara, mientras yo seguía atorado con esa golfa, que para el momento ya se había corrido como 3 veces, yo estaba por tirar mi segunda carga, no soy tan joven, así que aguantaba, y no contento con eso pude notar casi perdiendo la conciencia que en las gradas todos estaban cogiendo, mujeres, señores, hasta infantes, era un espectáculo morboso, donde el lugar olía a sexo, de hecho sólo me corrí cuando noté una niña de 5 años viéndome coger, el morbo me hizo correrme dentro de la tipa, llenándole la concha, después de eso me soltó para buscar otra presa, ahí fue que noté como había algo raro, la música, y fui a detenerla…

El agente pensó que era una especie de hipnosis masiva, pero necesitaba respuestas, luego fue a buscarme, encontrándome en una situación ya nombrada, estaba dispuesto a ayudarle, pero antes necesitaba algunas cosas, por ello fuimos al internado, con tan mala suerte que alguien le había prendido fuego, y la identificamos de inmediato, era la Doña, quien cansada de tanta perversión había empezado el fuego antes de darse a la fuga, como pudimos entramos al edificio, yo tenía muchas cosas listas, desde la plática con la brujas, entendí que debía prepararme para cuando la realidad alcanzara la ciudad, en mi celda tenía archivos y demás, pero debía salvarlos o todo sería en vano, el sujeto me acompaño, y recuperamos las cosas, aparte que salvamos a blaky, quien después lo dejé con Giby y los Búhos, luego me tuve que ir despidiendo de todos, pues el agente no me dejó ir tan fácilmente, el testimonio no era suficiente, necesitaba respuestas yo las tenía, así que debía llevarlas con sus superiores, algo grande ocurría, y si quería mantener a salvo a los míos, tendría que ir fuera de la ciudad. Antes bien pude despedirme de algunos, hablé con mis hermanas, a Tesi le dije que se quedara con Simón, es bruto pero bueno, le indique que la quería bien, pensé que se quedarían de novios, pero luego me enteré que el sinvergüenza se la llevó a vivir con él, sólo que me haga tío y tendrá menos dientes que un bebe, o al menos eso pensé, Giby la dejé con los Búhos junto a Elisa, al parecer Tea le tomó un aprecio especial a esta ultima desde su pequeño encuentro intimo, tener a ambas en la cama será interesante cuando regresé, también hablé con Sheila, Charlie e Ivonne, les pedí que me cuidaran a Lexi, pero también que estuvieran pendientes de los agentes federales, no debían enfrentarles, vería como cuidarlas, pero tendrían que mantener la calma y de ser necesario ayudar, las 3 aceptaron, como si estuvieran esperando eso de mi parte, también hablé con la vieja tarántula, pues tenía cierto pendiente con mis lindas ninfas del deseo (Tamy y Sary), lloraron cuando dije que me iría por un tiempo, pero les prometí que volvería, más calmado me estaba por retirar, aunque antes y mejor que nada me fui a despedir de 2 mujeres más, unas muy especiales:

Llegué a una casa familiar, un poco tarde, pero la puerta no se mantuvo cerrada, al verme Kim me dejó pasar, y con prisa cerré detrás mío, iba vestida con un camisón, estaba por irse a dormir, de hecho su niña ya descansaba en su camita, iba a descansar, pero eso iba a cambiar, venía con toda la intención de pasarla bien, y cargué a la mujer levantándola sin problemas, la llevé a su cuarto, donde la lancé a su cama, ella cayó sorprendida por mi entusiasmo, pero dispuesta a seguir con nuestro juego, pronto me saqué la ropa, mostrando una buena erección que gusto a Kim, luego me lancé a ella, para comenzar a besarnos apasionadamente, estaba ardiendo, casi poseído como un animal, le arranqué el camisón, dejándole sus pechos al aire, besándolos con desespero, su sabor me encantaba, me parecía tan dulce, no me resistía a lamerlos o chuparlos, mientras su prenda terminaba de caer, dejándola sólo con una ligera tanga blanca que se le metía entre las nalgas haciendo que estas resaltaran de forma deliciosa, pero después lo disfrutaría, quería ir paso por paso. Nos besamos o le mamaba las tetas con lujuria, como las disfrutaba a pesar de ser algo chicas, su cuerpo me era tan embriagador que no podía más que trata de sentirlo, como si quisiera apoderarme de este, estaba realmente entusiasmado, tan inquieto, mi mano pronto fue bajando entre caricias llegue a su entrepierna, donde me apodere de su intimidad por completo, ella trato de calmar su gemido, mientras hurgaba sus pubis, logrando que se corriera, estaba muy caliente, por lo cual se dejaba manejar sin reparos, arqueaba la espalda, abría sus piernas entregándose a mis manos, en ocasiones nos besábamos en otras gemía como puta en celo, detalle que me gustaba mucho, pues sabía lo que podría pasar, y así sucedió, eso me calentaba más, la puerta se entreabrió, dejando ver una carita asomarse, por los gritos de placer de su madre la chiquilla se fue a espiarnos, cuidando de no ser descubierta, al menos por kim, era distinto conmigo, la miré a los ojos, al tiempo que de plano le saqué la tanga a su madre, dejando a la vista el agujero por el que antes salió, todo empapado, soltando su aroma de mujer, pero al tiempo se notaba como 2 de mis dedos entraban con toda libertad en su interior, logrando que soltara tremendos gemidos:

Ahora sí, hay te voy – le dije a Kim listo para preñarla de ser necesario.

Adelante – me decía la mujer desfalleciendo en lujuria.

La acomodé abriéndole las piernas, dejando una a un costado mientras la otra sobre mi hombro, deseaba que Emili nos viera, no quitaba la vista de encima mientras le iba metiendo la estaca, lentamente, disfrutando cada centímetro, mientras sus jugos escurrían por los lados manchando las sabanas, y la pequeña, quien viendo todo terminaba por desnudarse, dejando a la vista su pequeño y tentador cuerpo infantil, no perdía detalle de la tremenda cogida que está viendo, pues una vez que estuve dentro de su madre, y habiéndola acostumbrado de nuevo a mi miembro, empecé a embestirla con fuerza, logrando que se quejara un poco, pero eso aseguraba que Kim ya la había hecho mía, así que la disfrutaba a mi gusto, con cada embestida la sometía a puro placer, esta se entregaba totalmente, disfrutando, suplicando cada vez más con una voz perdida en la pasión, mientras se abrasaba o nos besábamos, que buena follada, estaba en eso mientras veía a la pequeña tocar su tesorito con su teddy, ya se había metido al cuarto sin impórtale que la vieran, parecía hipnotizada por el movimiento de caderas, al tiempo que su madre se corría, pero eso no me detuvo, la seguí penetrando por largo rato, sin importar nada, es que realmente era delicioso ese calor y esa humedad, así que soportaba el clímax, para seguirla embistiendo, no fue hasta que acábanos sudados, las sabanas cubiertas de su olor, y su cuerpo desfallecido que finalmente me corrí llenando su interior de leche, ella me miró rendida, mientras mis últimas gotas entraban en ella, y para ese momento su niña quien vio todo, se escabullía del cuarto también, pues durante todo el rato nos vio, tocándose su conchita pelada, incluso se puso a jugar con sus propias tetillas, aunque más bien sólo fueran sus pesoncitos rosa, pero en su huida dejo atrás su peluche, revelando su travesura, yo me quedé hasta la mañana siguiente, apenas dormí un poco…

No hubo mucho que decir a la mañana siguiente, bueno por parte de Kim, pero tenía una sonrisa, sin duda le gustaba sentirse deseada, le preparó el desayuno a su niña para después ver qué pasaría con los trabajadores del internado, cosa que todavía no se arreglaba, no obstante le comenté lo que pasaba, fueron algunos detalles que a esta le sorprendieron, por momentos dejándola tan perpleja que apenas creía que todo eso viniera de mi boca, sabía que las cosas tenían un tinte sobrenatural, sin embargo la presencia del incubo, la secta, las casas, eran demasiado extraños, no podía culparla de su incredulidad, yo mismo me cuestionaba por todo, pensando que quizás era un sueño, pero tener a semejante mujer vestida solo con una bata, y poderla disfrutar, incluso empezando a rozar mi verga entre sus nalgas mientras su niña nos miraba deseosa de vernos follar, le dieron razón a mis palabras, pero todo estaba por cambiar, y de cierta forma me estaba despidiendo, aunque no era la única que debía visitar…

De esa casa luego pasé al centro comercial donde me encontré a la última persona que deseaba ver, una linda joven deseosa, pasé un buen rato con ella, como si fuera una cita normal, si acaso tuve la mala fortuna de toparme con un par de imbéciles de la secta quienes al verme fueron a buscar problemas, con toda gracia les respondí como se merecían, rompiendo un par de dientes y costillas, lo que me dejó como un héroe protegiendo a su chica de unos bravucones, o eso pensaron la gente que nos vieron, debo admitir, eso me sirvió para poner a Marón en humor para lo que seguía, pues de ahí nos pasamos a un pequeño departamento en una colonia popular, pero lejos de la gente vulgar que iba con navaja en mano, ahí pase la noche y que buena fue:

Necesitaba donde dormir, ya me había despedido de todos, mis hermanas, amores, bueno casi, me faltaba disfrutar de la inocente “Marón” y no perdería la oportunidad de dejarla bien marcada, desde el principio, en cuanto llegamos la abracé con fuerza, dejándole sentir mi paquete entre sus nalgas, mientras sobaba sus pechos sobre la ropa, quería que sintiera excitación, esperaba una respuesta dócil, dejándose hacer, y claro que resultó, ella se quejaba un poco, más no lo suficiente como para escapar, aunque no se lo hubiera permitido, acariciaba esas redondas tetas, sintiendo esa carne perfecta, tan redondas, de buen tamaño mientras ella se mordía el labio de excitación, como si no quisiera gemir por miedo, más pronto la asuste, con cierta efusividad le abrí la camisa de un jalón, arrancando algunos botones, para dejar libres esos pechos, aunque aún estarían cubiertos por un sostén rosa, muy femenino, que se veía realmente precioso, pues la talla no era la adecuada, y parte de esa exquisita figura sobresalía, esa simple imagen me hizo prenderme más, así que arranqué la prenda para poder tocarlas, y al hacerlo parte de su aroma se liberó, junto con un quejido erótico, pues ella se sentía vulnerable en mis manos, así se entregaba a mis deseos, y en ese preciso momento lo que más deseaba era sentirla mía, le fui acariciando con desespero, tratando de hacerme notar como su dueño, lo cual fue muy fácil, la mujer ya estaba entregada a mí, por lo que se entregaba ansiosa de mi virilidad, mientras le besaba el cuello, su ropa se iba cayendo lentamente, traía una camisa y una falda corta, primero fueron liberadas sus tetas, pero pronto mis manos alcanzaron su pubis, tallándola con firmeza, ella se quejaba aún:

Espera, tranquilo –me decía Marión perdiéndose en el deseo.

Nada de eso, mira como me tienes – le respondí imponiéndome.

En ese momento le clavé tras la ropa mi fuerte erección en sus nalgas, deseando que sintiera mi calentura, lo cual la sorprendió bastante, ella volteaba para ver como mi miembro sobresalía de mis pantalones, lista para irrumpir, reclamarla como mía, por lo que respondió con un leve gritillo, mientras le jalaba al fondo su falda, con todo y tanga, quedando sólo con unas sandalias de tacón bajo, ahora así comencé una vez a masajear su cuerpo de lujuria, para sentirlo entre mis dedos, su piel tan suave, olía tan dulce, pero eso pronto cambiaria, su sudor y fluidos empezaban a brotar de su piel, revelando su naturaleza de mujer en celo, lista a entregase, ella gemía levemente, como si tratara de ahogar su voz, se mordía el labio de forma sensual, al tiempo que sus senos se agitaban ya fuera por el vaivén de mi masaje o las caricias a sus pechos, en eso algo me pasó, la tiré sobre la cama, y le dije:

Ábrete – casi como una orden viendo su cuerpo en la cama.

Ella me miró sorprendida, pero abrió sus piernas dejando a la vista su vulva rosada, se notaba afeitada, reluciente por sus jugos, olorosa por su deseo de carne, no me resistí, me saqué la ropa, todo lo que traía, y ella quedó casi hipnotizada con mi estaca apuntando hacia el techo, lista para meterla, pero antes de eso me quedé saboreándola, logrando que se quejara entre los gemidos de deseo, se tapó la boca para no hacer ruido, ahogaba fuertes gemidos, que se confundían con gritos de placer, desde mi posición veía como respiraba agitada, que delicia, sus pechos se inflamaban al respirar haciéndola ver más deseable, quería ensartarla, pero debía ser paciente, y así lo hice. No fue hasta que se corrió que finalmente la dejé ir, bueno trataba de agarrar aire, cuando me lancé a probar sus pechos, disfrutándolos, ella no se recomponía, su ultimo orgasmo había sido tremendo, así que estaba algo perdida, mientras yo no la dejaba tranquila, ya estaba disfrutando sus pechos, mientras mi estaca sobaba levemente su entrada, preparándola para lo que seguiría, ella miraba el techo entre pequeños suspiros, completamente fuera de sí, pero sus piernas no me dejaban alejarme mucho, no es como si era hiciera falta, no la quería dejar libre sin que sintiera mi virilidad y terminara chorreando mi leche, además de todas las mujeres con las que me había estado acostando, debo admitir que le tenía cierta preferencia a Marón, pues era la única de mi edad, así que deseaba gozarla, que buen sabor de tetas, no me cansaba de lamerlas o chuparlas, hasta las jalaba un poco, pero eso no era suficiente, su sabor era delicioso, así que me tomé mi tiempo, hasta que pude sentir como mi estaca estaba lista, de hecho mi liquido “pre” ya estaba brotando sobre su vulva, al tiempo que ella parecía estar a punto de correrse, y que delicia, en cuanto la penetré esta se vino, facilitando mi entrada, aparte que su corrida fue tan abundante que me mojo hasta gotear, ella estaba perdida, continúe ensartándola en un vaivén apasionado, mientras esta trataba de ahogar sus gemidos entre sus labios, se aferraba a la cama que se agitaba con cada estoque, nos besamos un poco, pero más que nada disfrutaba de los gemidos en mi oído, estaba tan perdida en el placer:

Oh si, dame más, así lo quiero, dame con todo AHH – era lo que Marón decía.

Eres mía, toda mía – sólo le decía mientras me aferraba a su cuerpo.

Si, te pertenezco – me respondía, perdida en el placer.

Ahora bien, nunca dijo un te amo, pensar que era una chica mojigata, convertida en una puta en celo, era difícil de creer si uno la viera coger como lo hacía ahora, pero no importaba, sólo se entregaba conmigo, era lo importante, me la cogía con fuerza, no quería compartirla, era solo mía, a diferencia de otros que hasta a sus mujeres las prostituyen, por el contrario las deseaba sólo para mi, su calor, olor, todo eso, no quería compartirlo o siquiera cederlo, por eso las estaba marcando, que no buscaran a nadie, que desearan mi estaca dentro con desespero, cosa que logré, pues cuando me corrí ella se estremeció, pero no podía dejarlo así nada más, seguí gozándola con tantas posiciones como se me ocurrieron, se la metí con lujo de placer, hasta le metí un dedo en el culo, que al sentir eso, se volvió a correr, al final se vino al menos 5 veces, terminando desfallecida en la cama, sólo después de eso me dediqué a dormir.

Pero eso era sólo por el momento las cosas se había vuelto complicadas, debía resolver unos problemas, por ello me despedía, quise terminar con broché de oro, y si lo preguntan, antes lo hice con todas, empezando con Tea, pues si se embarazaba, que fuera la primera, aunque no las volvería a ver por un tiempo, verán, por si no lo había dicho, el tipo que me encontré era un agente federal buscando respuestas, algo que yo poseía…