El Incubo del Internado 8
Jay sigue en su trabajo, empezando a disfrutar de placeres carnales, que solo dejan ver que el incubo trama algo….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capítulo 8
Desde el sábado en que desvirgué a mis hermanas había pasado algunos días, todo parecía haber vuelto a la normalidad, casi ni hablábamos del tema, pero al mencionarlo ellas solo reían con picardía, como si hubiera sido una travesura que desearan repetir, su comportamiento no cambiaba mucho y si acaso se volvían más cariñosas conmigo, dejando ver una sensualidad inesperada al restregar sus cuerpos con el mío en abrazos “fraternales”, pero no era algo que me molestara, por el contrario, de hecho sentía la necesidad de protegerlas, así que las tenía bien vigiladas, en especial por las noches, podía notar como el Incubo les hacía cosas con más frecuencia, sobar sus cuerpos, manipularlas hasta hacerlas correrse, mojando sus sabanas, sin embargo, ahora no sólo las manoseaba también profanaba, metía su espectral verga dentro de sus cuerpos hasta correrse, pero al ver eso un morbo me invadía deseando ver mucho más, el recuerdo de ese sábado y el deseo de sentir su piel me tenía atrapado, disfrutaba como eran fornicadas en sueños.
Empecé a frecuentarlas para hablar con ellas del tema, de hecho con Giby como antes me había dicho que tuvo pesadillas, a la hora del almuerzo le iba a preguntar, y está en ocasiones decía lo siguiente: estando en la escuela sola la seguía una sombra que tratando de atraparme, pero en otras juego con “algo” como lo hicimos en el jardín, y aparte en muchas ocasiones eres tu hermanito quien me hace todas esas “cositas” cuando duermo; me fue contando tantas historias que me quedé impresionado, parecía estar enamorada de mi, u obsesionada, por otra parte, con Tesi era algo similar, me compartía sus sueños no siendo muy diferentes a los de nuestra hermanita, largas sesiones de sexo desenfrenado, así que le pregunté:
Entonces ¿qué? deseas repetir – le pregunté midiendo la reacción de esta.
Sí, pero ahorita no se puede – respondía Tesi algo inquieta jugando con sus piernas seductoras.
Me parecía que lo veían como un juego pero había mucha seriedad oculta, un erotismo nos vinculaba ahora, dándonos a desear entre nosotros, lo cual podía ser peligroso, así mismo en su momento arreglé el espejo que me pidió Giby, casi igual al primero incluso con la cámara espía, y fui a instalarlo con sus amiguitas, quienes por ese gesto se volvieron más apegadas a mí, realmente lo estaba pasando bien, entre semana solo vigilaba la escuela y con ello conseguía grabaciones de maestros atrapados por un deseo carnal cogiendo salvajemente a estudiantes, viendo como cualquier alumna terminaba cogiendo en los salones abandonados, metiéndose las vergas, o chupándolas, volviéndose verdaderas putas en manos de esos viciosos, pero también conseguí tomas paranormales que me daban un ingreso extra, lo que era un verdadero apoyo para mi economía, pues era responsable de mí y mis pequeñas noviecitas incestuosas.
Aquí cabe decir algo, el viernes se volvió mi día favorito, pues hacia una visita a la directora Kim, quien nunca se negaba a sentir mi fierro en su interior, incluso en veces la hacía rogar por este, por lo que tenía el gusto de ver a esa mujer tan sensual suplicante por un poco de pasión, pero aparte, en otras veces irrumpía en la biblioteca casi violando a la señorita Brandy, quien siempre se quejaba pero jamás intentaba algo en mi contra, la tenía bien dominada, o eso creía, sin embargo no estaba contento, quería más, y veía a las otras maestras con una mezcla de pasión maliciosa queriendo mostrarles lo que era un hombre.
Por si fuera poco, ahora podía vigilar a Tammy y Sally, ese par de lolitas calientes, siendo lo mismo que con Lexy, las quería para mí, cogérmelas como un par de putitas hasta hacerlas gritar de pasión sexual, una fuerza erótica empezaba a dominar mi cabeza, exigiéndome que les hiciera cosas, así como a cualquier otra mujer que me gustara, pero como lograrlo, en verdad no sabía qué hacer en primer lugar, además no contaba con el tiempo para ello, la fiesta de disfraces no tardaría mucho, por lo que todos los que trabajábamos en el colegio estábamos de un lado para otro (eso me incluye), intentando salir del paso, se imaginaran.
Todo era por la dichosa noche de brujas, casi no me importaba porque nunca tuve la oportunidad de divertirme en esas fechas, era un mal recuerdo, pero ahora quería ver a mis hermanas con los lindos trajes que les conseguí, eso me llevaría a una situación inesperada, aunque bastante suculenta, una noche mientras las vigilaba las cámaras, estaba viendo a mi prima Angie que dormía con Giby pero esa vez revisando el closet del cuarto buscando unas pantis notó los disfraces que tenía guardados, se quedó muy “impresionada”, ella también quería verse “linda”, por lo que al día siguiente fue a pedirle a su madre uno, pero mi tía no tenía mucha solvencia en ese momento además que tampoco podía ir por este al centro comercial, yo me enteré de todo la noche siguiente gracias a la cámara espía, y luego agradecería a mi pequeña Giby su comentario:
Entonces pídele ayuda a mi hermano, dijo que estaban baratos ahí a donde fuimos la otra vez, incluso conoce la tienda, no creo que se enoje, solo tendrás que “jugar” con él después…
Mi primita se quedó callada escuchando la historia, pero al acabar continuaron platicando sobre la fiesta especial, aunque Giby mencionó el juego de ser novios, el cual parecía ser no solo de nosotros, sino que era natural en esa escuela, así que nuestra prima puso mucho interés aunque se ponía roja al hablar de esas cosas y sus manos jugaban sin cesar mientras sus piernitas se apretaban, haciéndose evidente que por dentro se estaba corriendo por la simple fantasía. Tras esa platica por primera vez note 2 cosas con Angie, primero aunque era muy recatada, lo cual me sorprendía mucho puesto que en esa escuela todos se comportan con un aire erótico culpa del ente, ella parecía inmune, o eso hasta ahora y segundo, por primera vez la vi como la preciosa criatura que era, una niña de piel clarita, algo sonrosada por el sol, no muy alta, pero poquito más que mi hermana, pelirroja, nada sorprendente aunque se parecía más a su padre, linda en comparación de otras, con un culito muy llamativo y una barriga plana, pensar que ella me pediría un favor especial por el cual pagaría volviéndose mi “noviecita”, rápidamente me hizo maquilar algunas ideas, por otra parte, ahora que lo pensaba no supe mucho de Pit, eso me daba mala espina, por lo que tendría que ir a investigar, y con quien mejor si no era mi tía.
Al día siguiente fui a la cocina, después del almuerzo, haciéndome el que se me había hecho tarde, cosa que no fue del todo falso porque un par de estudiantes se peleaban por coquetearle con sus manos a una alumna, momento en el que tengo que intervenir lo quiera o no, es mi trabajo, por suerte mi tía me había guardado algo, así que comencé a platicar con ella mientras recogía las cosas y preparaba la comida para los del internado, cuando le pregunté por mi primo, ella me dijo:
Veras, Jay, lo que pasa es que me dio mucha pena contigo, así que si este muchacho tanto quería esas cosas como la cámara y todo eso, lo puse a trabajar para que se ganara la paga, que obtenga todo de forma honesta, no sé qué le pasa, cada vez se pone más extraño, menos mal que la doña no lo vio antes que yo – dijo mi tía preocupada.
No se preocupe, es como todos los chicos, pero aquí entre nos creó que se tomó muy en serio las historias que cuentan de la escuela, y así son sus gustos, no se preocupe, ya verá que dentro de poco se vuelve más normal, solo es cuestión de tiempo – le dije tratando de calmarla.
Ante mi respuesta ella se alegró y continúo trabajando, eso me dejó más tranquilo, todo iba en calma pero en su momento me dejó un poco de natilla, el postre para los estudiantes en general, eso me llamó la atención y me dijo:
Mijo, le quiero pedir un gran favor, ya sabe que se acerca la fiesta de disfraces, y todos tenemos que participar, hasta nosotras nos vamos a maquillar ese día, pero bueno, mi hija quiere un disfraz y por todas las cosas que tengo no puedo comprárselo, es horrible que tenga que ir de momia como el año pasado, es que me llegaron unos gastos de más, ella se porta muy bien, es una buena niña y vio que Giby ya tiene su disfraz, no sé si usted podría ayudarme con eso, yo se lo pago después, no se preocupe, no quiero deberle nada a nadie – dijo mi tía.
No se preocupe tía, yo me encargo de eso, y no le cobro nada, como cree, que si no fuera por usted ahorita estaría en la calle junto a mis hermanas – le dije con la mejor de las intensiones, dejando libre parte de mi buena voluntad.
Esa respuesta le alegró bastante, yo actuaba como un buen chico, y en cierta forma lo soy (jamás un santo), pero desde que llegué ahí todo cambio, ahora en mis adentros me sentía realizado, si me jugaba bien las cosas podría disfrutar de una buena sesión de sexo con mi primita, aunque estaba algo corto de efectivo, por el gasto de mis hermanas, pero eso se arregló cuando un extraño sonido se grabó en una cámara y un objeto salió volando en otra asustando a un gato callejero que se había metido, con esas 2 capturas me llegaría una buena suma, las cuales me agradecieron los de la revista, hasta me decían ¿Dónde sacas tanto material inédito? Y como respuesta yo decía que estaba trabajando en el ombligo del diablo, cosa que les dio gracia si empezaron a usarlo en sus textos, volviendo al tema.
El día pactado sería un viernes, por lo que no pude ir a visitar a la directora, quería guardarme para Angie, el plan era sencillo, saldríamos de la escuela para ir al centro comercial, y ahí compraríamos el disfraz (le invitaría una hamburguesa para hacer confianza), después la llevaría a casa, donde la cuidaría hasta que mi tía volviera, no había pierde y Pit no estaría porque se hallaría trabajando, así llegada la hora fui con mi prima, entregándomela mi tía, me pidió que la cuidara mucho, yo le tranquilice y salimos, se veía tan linda con su uniforme, su faldita se levantaba mucho en el área de su culito, haciéndola ver más sexy, como si llevara minifalda, aparte llevaba una camisa algo holgada y en veces por mi altura le podía ver sus tetillas en crecimiento. Tomamos el camión, ella estaba roja, sabía de antemano todo lo que le dijo Giby acerca de ser novios, me sorprendía que no le dijera nada a su madre sobre eso, como dije siempre me pareció muy recatada, pero ahora veía que quizás era una pervertida de closet, deseando en secreto que una buena verga la reclame como suya, por ello seguí adelante con mis planes, y cuando llegamos le ofrecí ir a comprar una hamburguesa, a lo que su carita se ilumino con la idea, así que fuimos a donde hay promociones infantiles, daban una muñequita o algo parecido, no lo recuerdo, ahí noté que su falda se iba levantando por sus juegos, carajo, siempre estaba normal pero ahora me parecía más corta y no fue hasta que en un movimiento se subió a la silla que pude notarlo al casi verle su panti, sus piernitas blancas, os ricos muslos, tan redonditos y firmes, se me antojaba probarlos ahí mismo, después de ello seguimos con el plan, ella estaba contenta con su nueva muñeca, me tomaba de la mano y parecía jugar, finalmente llegamos al pasillo donde estaba la tienda, se veía tan tétrico como antes, las clásicas tiendas estaban abiertas, más se veían otras como una de disfraces para adultos, de esas de temporada abiertas, de hecho esta me interesó porque yo también necesitaba uno, siguiendo encontramos otra con disfraces eróticos, hallando en el mostrador el de una dominatriz, a lo que le dije en son de juego:
No te gustaría uno así Angie – fantaseando con verla usando eso.
Como crees, ese se ve raro – me respondió mi prima sonrojada pues podrían verle las tetillas.
Un poco sí, pero creo que te verías linda – seguí con mi juego poniéndola nerviosa.
En eso ella se acercó a verlo mejor, el traje constaba de botas altas de tacón, liguero, una tanga, corsé, guantes hasta los hombros y collar, todo hecho en cuero negro, se quedó mirándolo y por culpa del reflejo por un instante me pareció ver su carita en ese traje, lo cual me sorprendió, pero también me dieron ganas de verlo en vivo, una fantasía nueva muy seductora por el contraste de su piel clara con el plástico y cuero negro. Finalmente llegamos a Conejitas, Angie se sonrió, parecía una tienda muy decente, y al entrar no pudo más que revisar toda la ropita, midiendo el terreno, adentro ya no estaba el marica de la otra vez, en su lugar había una mujer con cara de pocos amigos y pelo color chicle haciendo malas caras, le di permiso de comprarse una playera y algo más, que aún faltaban lo más importante, ella me miró con ilusión antes de elegir, pero después me dijo algo preocupada:
Primito, oye, no veo disfraces por ningún lado – dijo Angie inquieta.
No te preocupes, lo que pasa es que están en la otra área, yo tampoco supe de eso hasta que Tesi me lo mostro – le dije mientras le guiaba a la sección especial.
La tomé de la manita llevándola hasta la puerta oculta en el muro de espejos, ella se sorprendió bastante, no sabía a dónde ver, aparte que el lugar ya estaba decorado para la noche de brujas y por desgracia los precios habían subido un poco, Angie miraba ilusionada los disfraces, de hada, conejita, angelita, los cuales en realidad eran leotardos ajustados con medias y algunos accesorios coquetos, de solo imaginármela vestida así la sangre me llegaba a la cabeza, pues como he dicho si algo tenía que resaltar en ella, en mi prima era su culito, que era grande y muy redondo, daban ganas de nalguearla en un descuido, así que con cualquier cosa que se pusiera este iba a sobresalir, estaba fantaseando un poco cuando me dijo:
Primito ya que tú lo vas a comprar, dime cual me llevo – fueron las dulces palabras de Angie dejándome ver una inocencia que me hacia hervir la sangre y si no fuera por el lugar, la hubiera tomado para divertirme con su cuerpo de una vez.
Ante esas palabras, casi estuve puesto a preguntarle a la tipa si tenían traje de esclava o al menos de dominatriz, pero preferí calmarme y revisar los disfraces, decidiéndome por uno que me llamó mucho la atención, el de diablita, era un leotardo negro, parecía algo pequeño para ella, casi su talla un poco reducida, pero imaginaba que le combinaría con su cabello, iba con unas botitas, guantes largos, capa corta y una colita, sólo le faltaban unas medias, al verlo ella se quedó contenta, pero yo sabía que mi tía no estaría tan feliz, así que disimuladamente conseguiría una faldita para agregárselo, mi prima se emocionó, el disfraz era de su agrado, yo lo pague junto a una playera y la faldita así como un juego de maquillaje, luego nos fuimos a su casa, donde estaba seguro que la acción empezaría.
Nos tomó media hora llegar a su departamento, el cual estaba en un edificio, se veía limpio en buen estado, uno muy decente, a fin de cuentas ellos estaban en una buena situación económica, el papá de Angie era un hombre con muchos recursos que tuvo una aventura con mi tía, pero que no se quiso hacer del todo responsable de mis primos, se hubiera perdido si no fuera porque como ya dije Angie era muy parecida a él, pero no hizo mucho porque estaba casado con otra, como sea, gracias al “tío” tenían este lugar para vivir y una pensión, que bueno no era tan generosa, por lo que necesitaban del trabajo, una vez llegamos la pequeña se fue a su cuarto a guardar su disfraz, yo me fui a servir un poco de agua, todo estaba tranquilo, parece que de momento no había vecinos, que pudieran oírnos, yo sólo esperaba tener mi oportunidad así que me fui a la estancia donde prendí la tele, pasaron los minutos y mi primita no volvía, eso me estaba dando ansias, sabía que ella intentaría algo por la plática con Giby, pero no tomaba en cuenta que se pudiera acobardar, o eso fue hasta que llegó a mi lado tímida y muy roja.
Pasa algo prima – le dije buscando que se calmara, viendo que era el momento.
No, es solo que bueno, Giby me dijo que para pagarte podíamos jugar, pero me da pena – dijo ruborizada la niña, viéndose irresistible.
Oh, ya veo, a que te dijo que íbamos a jugar – le dije aunque yo sabía bien.
Bueno, no sé, digo si se, pero me da pena primito – decía totalmente roja Angie, realmente era una nena preciosa y en ese estado me parecía tan sensual.
Te preocupa que no sabes jugar a eso ¿no? – le pregunté buscando calmarla.
Sí, es que no se muchas de esas cosas, yo soy muy chiquita – fue su escusa, pero no me importó.
Ahí estaba Angie sentada a mi lado, pero la tome para dejarla en mis piernas y sin que pudiera pensar en nada le di un pequeño beso en los labios, ella se sorprendió un poco, se ruborizó tanto, me miró sin creer lo que pasaba, pero no le iba dejar que lo entendiera, la volví a besar sin meter mi lengua en su boquita, un pequeño contacto labial, luego fui acariciándola tiernamente como la nena hermosa que es. Me separé un poco, estaba más tranquila, se dejaba hacer, aquel beso le había calmado un poco, además yo le daba confianza, así que le di uno más, pero en esta ocasión comencé a meterle la lengua, esto volvió a agitarla, pero no le permitía escapar, solo que la sujetaba con cierta calidez, así que poco a poco se rendía ante mis besos y se dejaba hacer, aparte no podía casi moverse por mi brazo izquierdo que la abrazaba desde atrás, porque siendo tan pequeña alcanzaba a poner mi mano sobre su piernita, mientras con la derecha estaba en un juego muy especial, pues trataba de sobarle los pechitos queriendo masajear sus tetillas, pero ella con sus manos hacia lo posible para detenerme, sin darse cuenta que con la yema de los dedos iba rozando su falda, subiéndola para tocar primeros sus lindas piernitas, que eran tan suaves, pero eso era hasta llegar a su entrepierna, aquel tesoro deseado.
Fue gracioso ver cómo reaccionaba cuando mi dedo alcanzo su vulva sobre su calzón, ahora mi otra mano detenía a las suyas para continuar con mis acciones, poco a poco la fui venciendo, su resistencia se rompía ante la lujuria que despertaba en ella, aunque trataba de cerrar las piernitas pude introducir mis dedos masajeándole tan rico, que entre los besos se notaban sus gemidos, pronto su falda quedo tan arriba que su infantil panti quedo expuesta totalmente, sus piernitas se fueron abriendo por el deseo que la iba sometiendo, dejando que la pudiera acariciar con libertad, sus manos se aferraron a mi torso, al tiempo que iba retirando su camisa para comenzar a tocar su pecho planito pero tan deseable, ahí noté que en realidad sus pezones eran un poco más grandes de lo que creí, al acariciarlos noté que sobresalían al verse tan puntiagudos, así que los pellizqué logrando que siguiera gimiendo.
Te gusta Angie – le dije antes de besar su cuello.
No sé – respondía toda roja con los ojitos cerrados.
Quieres que me detenga, porque puedo hacerlo – le dije en el oído con cariño.
No sigue jugando conmigo – me respondió pérdida en el deseo.
Está bien, pero este juego será nuestro secreto – cerré el trato cuando ella se aferró a mí.
Me daba cuenta que estaba vencida, pero no quería darlo todo por hecho, Angie no dijo más solo se dejó hacer, pronto su camisa salió y su falda también, sólo quedó su panti rosita infantil, pero no me importaba mucho, estaba por estallar, mi verga me comenzaba a doler dentro de la ropa, todo el rato había sentido su culito y por el forcejeo este me había dado un pequeño masaje, estaba en mi limite, así que la hice a un lado, para bajarme un poco el pantalón y liberar mi barra, esta se alzó sorprendiendo a mi prima.
Todo eso me vas a meter – dijo Angie sorprendida viendo mi erección.
Si, y te va a gustar mucho, tanto que pedirás más – le aseguré a la nena hermosa.
Ella no me entendió, solo me veía un poco asustada, que visión mi primita me miraba con cierto temor vistiendo solo su panti, calcetas y zapatillas, no me pude contener estaba listo para seguir, en eso, aproveché para quitarle su panti, la sorprendí completamente pero no hizo nada, luego la levanté para acomodarla, era tan ligera, como si fuera parte de ella abrió sus piernas, permitiéndome apuntar bien a su entradita, en eso pude admirar su conchita linda, limpia y lampiña, se notaba que ya estaba dejando escapar sus jugos, me dieron ganas de lamérsela, pero el tiempo no estaba a mi favor, estaba ansioso por hacerla mía, así que la fui bajando con cuidado, aunque tenía el impulso de dejarla caer para metérsela de golpe, pero no podía ser tan bruto, debía ser más delicado con ella, sería fatal que me atraparan en la movida, así que se la fui metiendo con cuidado, ella pujaba, se notaba que se estaba aguantando el dolor, pero nunca trató de huir, hasta que al final pude penetrarla , aunque no toda mi herramienta entró, en parte porque eran tan estrecha y por otra si seguía seguramente me iba a correr, ella finalmente era mía, así que aferrándome a sus nalguitas comencé a moverla, metiendo y sacándole mi verga lentamente, tallando su interior de tal forma que pudiera soportar más aquella excitación, ella poco a poco fue cambiando y dejó de sentir dolor para gemir, era cuidadoso, tanto que me dijo:
Hay primito, sí, quiero más – me decía mientras su carita era un poema tan sensual.
Eso me éxito lo suficiente para acelerar el ritmo, le empecé a dar más fuerte y su cuerpo comenzó a vibrar, aunque lo hacía con algo de cuidado, disfrutaba del contacto, cada centímetro de su piel, mientras su cara se descomponía en el placer, me enterró sus deditos en la espalda, coloco su carita al lado de mí, escuchaba sus gemidos directo en el oído, no sé cuánto duramos, pero al final se corrió con ganas, inundándosele su cuevita, Angie se comenzó a estremecer, casi parecía convulsionar, su mirada se perdió mientras trataba de gemir, al final apenas suspiró y después se aferró a mí para besarme, su primer orgasmo había sido conmigo y a simple vista la había complacido, estaba tan contento con el resultado que mi estaca seguía clavada en ella, no perdió del todo la firmeza, así besándonos, mientras seguía dentro, jugaba con su culito, ella desesperada se aferraba a mi pecho, como si quisieran fundirse conmigo, tanto que sin darme cuenta se le salió la polla de su gruta y en vez de echarle toda mi descarga dentro, terminé por embarrarle su culito, eso me molestó un poco así que se lo pellizqué, logrando que gimiera, pensaba en volvérselo a meter pero con ganas cuando sonó mi celular, era mi tía que volvía a casa más temprano.
Eso arruinó mis planes, pero también me daría excusa para decirle a Angie que tendríamos que jugar después, ella aceptó y le dije que se fuera a cambiar, tomo su ropa y se escabullo a su cuarto mientras yo abría la ventana ventilando el lugar, justo a tiempo, porque Pit estaba entrando al edificio, el desgraciado se había escapado del trabajo, yo me arreglé y en cuanto el entró le salude y explicándome fui a retirarme, este quería reclamarme sobre la cámara, pero no le convenía, estaba cabreado por lo ocurrido, así que quería una excusa para que le debiera algo, sin duda quería tenerme a su merced para ayudarle en sus planes, pero no lo conseguiría, era demasiado bruto en su actuar, después yo me salí, justo cuando llegaba mi tía, tras unos saludos y comentarios me regresé al internado, justo a tiempo, un camión de paquetería llegaba conmigo, así que les abrí para que dejaran las cosas.
En esta escuela no sé porque les gustaba hacer grandes festejos, no me importaba mucho, aunque el ambiente sería algo nuevo para mí, les indique donde dejar las cosas y firme por ellas, después vería que estas llegaran a sus respectivos dueños, por decirlo así, eran decoraciones o materiales de estudio, ya estaba oscureciendo, así que me fui a mi celda, sabía que algunos maestros tuvieron una reunión para organizarse, pero no me importó, de hecho alcancé a ver que aún algunos seguían ahí, como el profe Beni de primaria, la señora Olga que además de encargada era un tormento para todos y la sexy maestra Holly, pero yo estaba satisfecho, quizá un poco sudado, así que me retiré para bañarme, por fortuna tenía una pequeña regadera o cuarto de baño en el sub área donde estoy, no querían que me mezclara con los alumnos, así que me dispuse a limpiarme y con suerte después saludaría a mis hermanas, pero la suerte me dio otra sorpresa.
No sé bien como pasó lo que seguiría, iba solo con mis sandalias toalla en mano, disfrutando el viento en mi desnudo cuerpo, listo para bañarme con agua fría, cuando al abrir la puerta me topé con una visión celestial, la maestra Holly se encontraba usándola, se duchaba, tampoco sé cómo es que ninguno se dio cuenta de nada, que yo abrí la reja cuando llegué o que ella estaba usando la ducha en ese momento, pero la miré y ella seguía en lo suyo, tal vez demasiado en lo suyo, limpiaba su cuerpo de forma sensual sintiendo con una fibra cada parte de su voluptuoso ser, una figura cargada de erotismo de alto nivel, pechos grandes, cadera estrecha, muslos de infarto, parecía haber nacido para excitar a los hombres y a varias mujeres.
Ah, sin poder (o querer) evitarlo me puse a su lado, cuando por impulso la alcancé, ella en vez de sorprenderse, me dedicó una sonrisa llena de deseo, una lujuria que me invitaba a más, se dejó tocar con total libertad, lanzándome a su lado, sobé su redondo culo que era tan suave, note en su mirada como se encontraba fuera de sí, el incubo, ya no me importó nada, a esta maestra quería cogerla a como diera lugar, en un acto insensato por decirlo de alguna forma, sabiendo que no reaccionaria, la jale para sentirla libremente, enterrándose sus enormes pechos en mis pectorales, sobe con una mano su culo carnoso y sensual, listo para desquitar la interrupción que tuve con mi primita, en un impulso la tomé para besarla apasionadamente.
Así la quería tener mis Holly – acerté a decir con fiereza.
Ella respondió con una fogosidad en sus labios que no le conocía, y con sus brazos se aferró a mí, lo que me permitió tomar una de sus piernas para alzarla a mi costado restregando nuestros sexos antes del verdadero placer, alargando un poco el momento esperado, contacto que era demasiado bueno para ambos, tanto que finalmente me dijo:
Qué esperas guardia rómpeme de una vez, hazme tu esclava – decía con una voz inesperada cargada de un erotismo sobrenatural propio del incubo.
Sin esperar más metí desesperado mi miembro, ella sólo pujo, la penetre sin contemplación, mientras con mi otra mano se apoderaba de su culo para controla el ritmo, que sensación, ella era la más deseada entre las maestras, su cuerpo sensual, no había alumno que no fantaseara con tenerla así, ella se dejaba manejar, así que más confiando fui soltando sus labios para chupar sus senos, estaba desesperado, sin duda era la mujer más sexy de la escuela, de nuevo la atraje para besarla jugando con nuestras lenguas, me encantaba y no podía dejar que se me fuera viva, pensaba en someterla de alguna manera, debía ser solo mía, así que desenfrenado la embestía, haciendo que con cada choque de nuestros cuerpos sonaran en la regadera mientras el agua seguía cayendo sobre nosotros, no supe cuándo pero ella gemía levemente, y eso fue mi fin.
Eres bueno, me encanta, sigue así – me decía con un poco más de cordura en su voz
no tardé mucho en correrme, así que la giré, levanté su culo para abrir sus nalgas, con más furia la empale, sacándole un gemido sonoro, me gustaba ese sonido, pero con las violentas embestidas ella respondió, sus manos se sujetaron a la pared, comencé a acariciar sus tetas mientras la sometía, podía sentir como es que sus jugos escurrían por mis piernas, finalmente gemía con fuerza, llenándome de placer que hacía que mi verga endurecer, como disfrutaba su cuerpo, era tan suave, olía delicioso, con cada penetración sus tetas se movían de manera cadenciosa y cuando la besuque esta se entregaba, ante tanto placer no pude soportar mucho, terminé por correrme una vez más, pero no estaba satisfecho, mi verga que se negaba a ceder, la levante y me la llevé a mi celda, así como estábamos la acosté sobre mi cama para seguir cogiéndola. Durante esa noche la maestra Holly fue toda mía, la goce a mi entero gusto, y al despertar ella seguía ahí, sólo me miró y me dijo: eres bueno, la noche fue increíble, bye. Se despidió con cierta frialdad, pero una sonrisa complicidad seguiría, mientras podía oler en mi cuerpo su aroma, había sido una noche esplendida, pero después me di cuenta que al parecer este Incubo planeaba algo.
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