El Incubo del Internado – Sangre Nueva 01
Mini historia con un nuevo protagonista que descubrirá los placeres del sexo dentro del internado maldito… .
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
***debido a un comentario que recibí, he decidido revivir esta historia, serán unos pocos capítulos, empezará lento, y se irá llenando del morbo común, espero lo disfruten…
Saludos, mi nombre es Bartolomeo, aunque todos me dicen Brat, o de eso trato de convencer porque no quiero que me confundan con un personaje de ciertas caricaturas, también me dicen toda clase de cosas que no repetiré para que no me censuren, es que la verdad soy un chico problema, me gusta causar desastres, aparte soy un pervertido de primera que le gusta pensar que cogerá con alguna compañera detrás de los salones, conseguirá que le hagan una mamada de campeonato, probará todos los huecos posibles de una chica tentona, que podría hacer esclavas sexuales hasta a alguna niña, jejeje, papá no fue bueno al momento de criarme, que escondía sus revistas clásicas de adultos, donde cualquiera podría hallarlas, donde aprendí muchas de las cosas que ahora deseo, como poder atar a alguna buena putita, en verdad es un borracho sin remedio, la mayoría las encontré solo preguntando tras darle una cerveza, pero que se le va a hacer, aparte mi madre es una mujer capaz de no ver los problemas de este aunque sean tan evidentes, mientras le dé duro por la concha, le importa poco lo que sea.
Además tengo 2 hermanas menores, Lizzy de 9 años y Megan de 6, ambas lo suficientemente lindas para pensar en cómo cogérmelas, en especial cuando las espió cambiándose, por cierto que yo tengo 15, pero dentro de poco cumpliré 16, y como todo chico en esa edad, soy un pervertido de primera, por si no quedó claro, no hay chica de la que no me esté fijando, casi me he jalado el ganso pensando en todos los cultos de mis compañeras, o algunas de mis maestras, aunque no todas, algunas son un espanto, siempre estoy listo para buscar alguna debilidad, u oportunidad de ver lo que otros no quieren, incluso conseguí unas cámaras espías para vigilar los baños de las chicas, así descubrí un par de cosas con algunas compañeras, unas ya usaban tangas, otras se afeitaban el coño, aunque lo peor sería con ciertas maestras, lástima que no les gusté yo a esas pervertidas, ah, perdón, creo que me fui, pero como verán soy como un perro de casa listo para la acción, me encantan las tetas, culitos y conchitas jugosas, desearía poder meterles hasta el fondo mi verga a algunas compañeras de salón, en especial a las que están sumamente ricas, esas que su playera se levanta demasiado por su talla exagerada, si me las puedo imaginar cogiendo cada que las veo, también tienen nalgas gordas, por eso cada que puedo suelo espiar en el baño de colegialas o los de mi casa, me dan tantas ganas de coger con algunas de mis victimas, que por eso me expulsaron de mi anterior escuela, carajo, fue un verdadero drama, mis papas se enojaron tanto que decidieron echarme de la casa por el bien de la familia, aunque no sabían que hacía lo mismo ahí, que de lo contrario seguro me castran.
Aunque no puedo culparles, la verdad es no se controlarme, incluso con la sabionda de mi hermanita, la clásica cerebrito (al menos en actitud), que se siente superior a todos, porque encuentra toda la información que busca en el celular, aunque no se sabe nada de las materias importantes, muchas veces la eh engañado, suele ser mi principal objetivo, de hecho tengo unas ganas de meterle la verga hasta el fondo, y hacerla mi putita personal, pues con todo se ve bastante rica al moverse de un lado a otro, aparte es una preciosa castaña de ojos almendrados, con un culito gordo que la trauma, pues a su edad ignora que algo así nos gusta a los hombres, si una vez descubrí a un maestro que le daba clases de guitarra, que se robaba una foto de traje de baño, seguro que se la iba a jalar esa noche, es que tiene lo suyo la tonta, igual que la mas chiquita de mis hermanas, si siempre que puedo las espió en el baño, también tengo un par de cámaras ocultas dentro, que me permiten verles todo lo que esconden bajo su ropita, uf, es una delicia verles sus coñitos abultados, o sus tetillas rosadas, tengo ganas de hacerles tantas cosas, meterles los dedos por las nalgas hasta hacerlas chillar, que se traguen mi verga hasta llenarles la boca de semen, encajarles algunos juguetes en sus culitos, grabarlas mientras les hago de todo, meterles la polla hasta el fondo, y darles tanta salchicha que hasta luego me pidan mas, bañarlas en mi leche, amarrarlas para someterlas, y así hacerlas mis esclavas, siendo buenas niñas ante los demás, pero que al verme pierdan la cabeza deseando chuparme la verga, esas suelen ser mis fantasías, que por suerte no me han descubierto, pues de lo contrario estaría totalmente perdido.
Aquí debo aclarar algo, fui expulsado de mi casa, pero no es como si fuera dejado a mi suerte, repudiado por mi familia, la verdad es que en realidad me dejaron en un sucio internado militar, un lugar que da miedo, creo que hace unos años el lugar se incendio, algo horrible que hasta cuentan que se vio al demonio entre las llamas, muchos juran que hay fantasmas, incluso que un demonio suele moverse por ahí. Pero cuando revisé en la red, poco se decía de este lugar, la información era bastante poca, algunas fotos de clases, con algunas maestras demasiado sexis, cosa que no me importó porque todo aumentaba el morbo de saber que tan perturbado sería el terreno, en serio quería adentrarme a conocerlo, conocer nuevas alumnas a quien espiar, y por ello no hice reproches cuando me tiraron ahí. Además por algunos rumores me fui a enterar que el lugar era poseedor de muchos secretos suculentos, que se veían a las maestras ser violadas en el aire, sin olvidar que eran verdaderas bellezas de cuerpos demasiado excitantes (confirmadas por la web), o que era fácil pasarla bien con las alumnas, siendo unas guarras deseosas de sexo, cosas que me emocionaron, hasta que me di cuenta que el maldito lugar ahora, tras el incendio era solo para chicos, aunque como un ligero consuelo tenían razón, las maestras eran demasiado guapas, en especial vi a un par, Holly y Sage, que se veían tan sexys, todos mis compañeros querían ver sus tetas, o tocar sus nalgas, chupar sus coños, así mismo la secretaria Sheila, era uf, una sexy belleza que deseaba manosear en algún momento, todas tenían unos cuerpazos demasiado sensuales, tetas que apenas contenían las camisas, piernas bien formadas, soñaba con ver esas tangas entre las nalgas, estaba demasiado caliente, y aunque no fuera muy mi estilo, la prefecta Kim tampoco se quedaba muy atrás, pues no tenia chichis grandes, pero todo el resto era tan exquisito, además la encargada de los dormitorios, la señorita Marón, estaba muy guapa, aparte era tan amable, no serían pocos los que deseábamos meternos a su cama, a pesar que todos sabíamos que ellas eran madres, ah, que delicia saborear leches de esas tetas.
Al menos eso pensé en un principio, porque al final todo eso solo eran gustos pasajeros, no me tocó ver nada de lo que tanto esperaba, las maestras, sin excepción resultaban muy estrictas, vestían de manera profesional, o eso decían, aunque sus formas eran fácilmente reconocibles, en verdad era una tortura, aunque luego me enteré que por unas remodelaciones no había chicas por unos meses, por lo que dejaría ver después, además, no había ese aire morboso que antes pensé, al contrario, era bastante severo, me molestaba que lo único real, es que si habían fantasmas, se movían cosas de un lado a otro, sonaban gemidos de ultratumba, se veían sombras flotando, pero no hacían ninguna perversión como yo creí, realmente era un castigo estar ahí, que bueno, finalmente papá lo consiguió, más no me gustaba, quería escaparme a como diera lugar, aunque esa escuela en realidad era mi última oportunidad, sino me mandarían con mi tío a la granja, y ser novio de mi prima, la cerdita, no gracias, nadie estaba tan desesperado para meterse con esa loca controladora que roncaba como camión, sin embargo no todo estaba perdido, pues mis nuevos amigos Milton y Ned, chicos que conocí ahí, me dijeron que había un reto, parecía que algo se ocultaba, que había un cuarto secreto, si lo encontraba ganaría una apuesta, lo cual me motivo a irme a buscarlo desde que me enteré de este.
Ahora que lo pienso, quizás pudo haber sido una trampa, para burlarse de mí, un par de mayores, Otto, Jimmy, Clarence, eran los encargados, aparte de los matones, aunque también eran los más explotados por los maestros, odiaban a los bravucones.
Ah como fuera, no estaba contento de estar ahí, en especial cuando había retos internos de cogerse a una estudiante a mitad de la plaza cívica, pero sin compañeras para realizarlo, pensar eso era una tortura, pues sabía perfectamente que muchas de mis futuras compañeras eran preciosidades, sabía de una rubia que era muy inocente, sería fácil cogérsela, y lo mejor tenía un cuerpo de puta de lujo, con tetas como mandarinas, y cara de princesa a la que uno quiere ver con una verga metida entre los labios, de igual forma existen otras chicas, algunas no tienen los cuerpos tan delirantes, pero se ven tan sexys, como una niña de cabello castaño, su cuerpo es esbelto, pero es bastante linda, de actitud dócil, llena de temores que la hacían fácil de engañar para dejar que se manoseara, además que luego me fui dando cuenta que había otras bellezas, pero no me decían nada porque estos pensaban en alguna forma de llevársela a la arboleda, un lugar pegado al bosque donde era fácil coger para los estudiantes, además que hacer toda clase de cosas sexuales parece una obligación, sin embargo eso no me tocaba a mí, llegué en el peor de los momentos, era como una sequia de sexo.
La disciplina militar estaba a cargo de un soldado de poca monta, un cabo o algo por el estilo, la verdad era el tipo pedante al que un bromista como yo gustaba de molestar, y por desgracia me tocó hacerlo, no podía evitarlo, quería divertirme, y era sencillo si me burlaba de alguien o no me sentía cómodo, así que me fui a hacer de mis tretas, pero fui descubierto, aunque nadie le quitó la pintura labial de la boca al pobre diablo, quien parecía un maricon de closet, o la mancha que parecía que se había accidentado en sus pantalones, sin embargo una cosa era el maestro de disciplina militar o los ejercicios y otra muy diferente el director, quien parecía ser un capitán o algo así. El jefe se trataba de un tipo bastante rudo, con sus 28 años, nadie quería verse en pleito con él, además que muchos le respetábamos, porque su mujer era una belleza, de grandes tetas con cintura breve, rostro precioso, parecía estar pensando en alguna perversión, de hecho varios cuentan cosas, como que cada que viene se encierran en su despacho y hacen toda clase de cosas, no son pocos los que aseguran que la han oído gemir, seguro se la coge sobre el escritorio, mientras le agarra todas las gracias que tiene, disfrutando de ese cuerpo del delirio, haciéndole sentir lo que parece una enorme verga, la cual le ha de abrir tanto como para dejarla afónica, aparte que yo no me quedaría sin mamarle las tetas, que mm, han de ser una delicia, casi la podemos imaginar ensartada con ese pedazo de carne suplicando por más, viéndose como toda una zorra, que bien sabíamos tenía como 3 hijos, pero de alguna manera se mantenía con un cuerpo de infarto, el cual deseábamos tener, en especial cuando llegaba con medias, falda corta y blusas elegantes que si se mojaran, dejarían ver sus gracias perfectamente, aparte que muchas veces supimos que se la cogía en algún salón de clases, pues se notaba, cuando una puerta se quedaba cerrada y si uno se acercaba podía escuchar como obviamente le estaba encajando la verga hasta el fondo, haciendo su labor de macho alfa de la escuela, en verdad era un monstruo tentándonos a todos, sin quitar que se sabía que no era la única. Era una locura, sin embargo nos dimos cuenta en breve, por lo menos yo, que al parecer se cogía a las maestras, mismas que me gustaban mucho, además de ciertas alumnas, algunas preciosas fueron convertidas en sus putas, nombres como Tammy, Sary, Elisa, chicas un poco mayores, en especial la ultima, se sabían que estuvieron “castigadas” por él, recibiendo su leche hasta quedar preñadas, cosa que desesperó a muchos, que tenían en la mira a varias de las presentes, de hecho se dice que el director se coge a cuanta mujer quiere, es para tenerle toda la envidia del mundo.
No me tocaría comprobar nada de esto al principio, solo eran chismes, los cuales no me gustaron, entré a mitad del invierno, cabe aclarar, pero durante el día revisaba los salones buscando la sala perdida, esperando encontrar una pista o lo que fuera, estaba ansioso por saber lo que se ocultaba en esa escuela, bien, no hallaría esta, aunque si notaria algo, que suerte la mía, porque justo en el salón de música, el de los pocos con alfombra, fui encontrando una puerta oculta, en una ventilación, no muchos podrían entrar, por suerte mi talla me lo permitió, y parecía ser solamente una especie de pasillo estrecho entre los muros que me dejaría moverme sin ser visto, aunque eso me ayudaría a fisgonear algunas cosas puesto que el lugar estaba lleno de miras ocultas, en verdad la escuela estaba llena de sorpresas que me agradaron, en especial me tocaría ver algo inesperado, pues era largo este camino, y llegué a uno de los salones, que cosas pude ver.
Esas tetas eran más grandes de lo esperado, tan redondas que daban gusto, casi soñaba en lamerlas al verlas en libertad, la cintura no tan breve, pero deliciosa, y el culo de lujo tan grande y redondo, me estaba haciendo tener una dolorosa erección, además se había afeitado el coño, y sus piernas tenían puestas unas medias color negro con tacones a juego, su traje de maestra hecho a un lado, pues estaba siendo penetrada por un semental que la hacía perder la razón, wow, gemía como puta en celo aferrándose a su macho mientras se le llenaba con una verga feroz, estaba enloquecida en una buena cogida.
Como estás rica miss Holly – llegué a decir para mí mismo.
Estaba sobre el escritorio con sus piernas abiertas, aferrándose a este para que no fuera mandada a volar por las embestidas de aquel macho, se veía totalmente dominada, era el director, quien se movía con fuerza, agitando sus caderas para darle con todo, siendo tan enérgico que la misma maestra se decidía a sujetarse del cuello de este para besarlo, mientras sus pechos se restregaban contra sus pectorales, dejando verlos por los lados, pues eran tan grandes, que daban gusto, en serio que me gustaría estar en su lugar cogiéndola con todo, era un maldito gusto, incluso la maestra se aferraba con sus piernas mientras follaban, pero a todo esto incluso hablaban.
Como van las clases – bien pero los alumnos solo quieren cogerme – eso lo hacen todos los que te ven mujer – sí, pero es incomodo, no me ponen atención – es eso o porque quieres coger con ellos – como crees – ja, cierto tu coño es solo mío, y no lo olvides – mejor cállate y dame con todo…
Llegaba a escucharles decir, que envidia la maestra más deliciosa de todas estaba atrapada por el jefe, era por gusto su puta, dejándose hacer tanto como quería, si la estaba embistiendo de tal manera su cuerpo, que ella no escondía nada en su rostros, lo disfrutaba tanto, en serio el director era una bestia, estaba dándole con todo a la preciosa mujer, logrando que esta se perdiera en una ardiente calentura, como jamás esperó verla antes, era un salvaje, pero lo respetaba porque con una esposa tan sexy tenía una amante a la par, me preguntaba como seria estar en sus zapatos, cuando este admitía que si tanto quería quedar preñada pidiera permiso a la esposa, Tea, para darle ración de leche todos los días, hasta que quedara, eso era increíble, el jefe podía coger libremente, incluso su mujer lo sabía, que loco.
Por desgracia, se me ocurrió jalármela mientras veía todo eso, y no fui lo suficientemente silencioso, entre suspiros y mis manos terminé dándole un golpe a la pared que me delató, lo cual sería fatal, pues interrumpiría al hombre, quien terminaría eso para soltar toda su carga en las nalgas de la maestra, pero eso no era lo importante, cargándola para no perderla, se acercó a donde estaban, el desgraciado dio un maldito golpe a donde estaba casi alcanzándome, rompió la pared de ladrillos, después de cogerse a su hembra, que bruto, tuve que alejarme antes que se diera cuenta, o seguro me iba a castrar, aunque con esto ahora tenía algo importante, acceso a todas las aventuras de mi director.
Excitante y trae recuerdos fogosos.