El Inicio de un Perverso

Fui voyerista sin saberlo, presencié cómo a mi tía le daban una buena cogida y yo no sabía lo que estaban haciendo ella y su amante..
El Principio

Hola, comenzaré por decirles que nací en un pequeño pueblo de Veracruz, México. La familia de mi abuelos estaba conformada por nueve hijos, de los cuales solo tres eran hombres. Mi padre era el tercero de todos los hijos, por lo que algunas de mis tías y tíos, eran solo un poco mayores que yo, que fui el primogénito de tres hermanos. Hablaré de los hermanos de mi padre y para que se den una idea, mencionaré la edad que tenían cuando yo nací: Daniel, 23; Laura, 22; mi papá, Antonio, 20; María, 18; Enedina, 15; Gabriela, 13; Arturo, 10; Sara, 8 y Natalia 5. Por esa razón, cuando mi historia comienza a tener forma, yo tenía ocho años y ya podrán sacar en cuenta que mi tía Naty solo tenía 13 años, Sara, 16 y Gaby, 21, las únicas solteras aún, con mi tío Arturo que era el único que estudiaba en la ciudad y era el orgullo de todos. En esa época, casi todos los nietos convivíamos en casa de los abuelos, pues mis tíos y mi papá, solían trabajar con mi abuelo y vivían en en la misma cuadra y los terrenos no estaban divididos, las tías casadas, no vivían muy lejos, por lo que nos juntábamos los primos a jugar en las tardes. Una mañana, a la hora del recreo, me agarré a golpes con otro compañero y para que no me dejaran castigado después de la hora de salida, me escapé de la escuela antes de volver a clases y llegué como a las once, a esa hora, mi abuelo debía estar con mi papá y mis tíos en el campo, pero para que no me regañara mi mamá por escaparme de la escuela, no me metí a mi casa, me fui a la de mis abuelos, que siempre tenía la puerta abierta, solo con una cortina. Pensando que mi abuela podría verme, entré sigilosamente, pero no había nadie en la cocina, que es donde siempre estaba mi abuela, al no verla, me escabullí hasta su cuarto, que no tenía puerta y también tenía una cortina de tela y ahí me escondí debajo de la cama. Después de unos minutos, escuché que alguien entraba, supuse que era mi abuela y me quedé quieto, eran dos personas, hablaban en voz baja, se metieron al cuarto. Reconocí la voz de mi tía María.

—Apúrate Nacho, porque mi mamá no va a demorar en venir otra vez del mercado.

—Sí mi amor. Levántate la falda nomás, no te la quites, así nomás con el calzon a un lado para que sea rápido.

—Sí mi vida, métemelo todo, rápido, muévete que ya tengo muchas ganas y mi mamá ya casi regresa.

Claramente supe que mi tía no estaba con su marido, luego supe que era Ignacio, el novio que había tenido antes que mi tío, se la estaba cogiendo como si quisieran romper la cama de mis abuelos. Lo hacían ahí porque mi tía vivía con su suegra y no podía escaparse a otro lado, su marido, mi tío Rafael, trabajaba en un pueblo cercano como chófer de una camioneta que transportaba ganado para un rancho y no siempre estaba. Yo me asomé por la parte de los pies y ví como Nacho, con los pantalones y la truza hasta las pantorrillas, estaba encima de mi tía María, quién con la falda a la cintura, abrazaba con las piernas a su amante y se besaban como si se quisieran tragar. No tardaron mucho y entre bufidos de él y los gemidos de ella, llegaron a un orgasmo que los hizo quedarse quietos por unos instantes, me volví a meter debajo de la cama y me quedé quietecito. Se arreglaron la ropa y se salieron del cuarto, no supe lo demás. Solo unos minutos después, llegó mi abuela y se puso a cocinar, mientras yo debajo de la cama, pensaba en lo que acababa de ver y no me explicaba por qué se frotaban de esa forma mi tía y el Nacho. Ya cuando escuché mucha algarabía de los niños que regresaban de la escuela, salí de mi escondite y cuidando que mi abuela no me viera, me fui a mi casa.

Esa fue la primera vez que vi coger a alguien; sin embargo no tenía idea de lo que era. En los siguientes capítulos, les cuento quien me explicó lo que era el sexo y me ayudó a tener mi primera relación sexual.

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