El juego favorito de mi hijastra de seis
¿Cierto que no podemos decirle a nadie de esto papi, o no me vuelves a hacer así de rico en mi Cuquita? Eso me decía la niña mientras mi verga subía y bajaba sobre su raja.
El juego favorito de mi hijastra de seis.
Valentina es mi hijastra, una niña hermosa de seis años a la fecha en que comenzaron nuestros juegos. Su mamá se vino a vivir conmigo cuando ella era una nena de tres. Mi esposa es enfermera por lo cual es normal que yo pase mucho tiempo a solas con Valentina, la cual es mi adoración.
Una calurosa tarde estaba tumbado en mi cama viendo tv cuando llegó la niña y se acostó a mi lado, en la pantalla los protagonistas iniciaron una acalorada escena por lo cual decidí mejor apagar la tv. El silencio se hizo incómodo, pero mi nena que es muy hábil y curiosa rompió el hielo acariciando mi rostro. Valentina siempre ha Sido muy amorosa, yo nunca lo había visto extraño, pero ese día iniciaría entre nosotros una aventura deliciosa
Valen se subió sobre mi vientre y empezó según ella a hacer una rutina de «skin care» en mi rostro. Sus manitas suaves iban y venían al capricho de su imaginación. Yo sentía el calorcito de su vaginita en mi abdomen, era delicioso, mis manos paloaban sus piernitas. Así estubimos bastantes minutos hasta que caí en cuenta que su madre llegaría pronto y no vería con buenos ojos tanta cercanía.
-mi niña, después seguimos jugando, le dije bajandola de mi. La niña se fue sobando un poquito su entrepierna sobre su ropa. Me revise y mi miembro estaba un poco húmedo. No me di tanta importancia y pensé que ya no pasaría más, que equivocado estaba.
Los días y las semanas pasaban y la nena siempre aprovechaba nuestros momentos a solas para acercarse más de la cuenta a mi. Era melosa, me daba besitos en el cachete y le gustaba sentir el raspón de los pelos de mi barba áspera. Tocaba mis piernas mi pecho, se subía sobre mi y se dejaba mover como si una muñequita de tela fuera. Mi imaginación volaba y cada vez me arriesgaba a ir más lejos. Me encanta sentir sus piernas y el calor de su culito y su vagina. Nos hicimos cómplices en nuestro juego.
Una tarde salí de la ducha y la encontré sobre la cama, me estaba esperando, – quiero jugar, papito, me dijo viendo mi cuerpo cubierto solamente con la toalla. Teníamos mucho tiempo, me tendí en la cama y ella se subió sobre mi, cabalgaba de un lado al otro y yo posaba mis manos de forma descarada sobre sus nalgas. Miraba como se mordía su pequeño labio. Pero de repente ella paró y giro su torso a la parte inferior de mi cuerpo, viendo la enorme carpa que formaban mi pene de 19 cm y la toalla. La nena estiró la mano pero en un reflejo brusco de mis piernas por impedirlo la toalla salió disparada y mi hijastra me vió en mi desnudes total. Sentí su mano sobre mi verga apretando de forma brusca, a lo cual me levante y le grité que se fuera.
La niña salió corriendo de la habitación, nunca antes la había gritado. Yo tenía mucho miedo, pues nuestros juegos nunca habían llegado tan lejos, temia que su mamá lo supiera, que se acabara mi reputación. ¿En qué momento dejé que esto se fuera tan lejos? Recibí un mensaje de mi esposa diciendo que no llegaría en la noche, pues debía cubrir asuntos en la clínica. Eso me deba algo de tiempo para arreglar las cosas con mi hijastra.
Después de mucho pensarlo, la fuí a buscar a su cuarto. Cuando me vio en la puerta se sentó en la cama y con sus ojitos me invitó a pasar. Me senté junto a ella y como siempre ella solita rompió el hielo: -Papito no quería que te enojaras conmigo, perdóname. Yo aproveché para rodearla con mis brazos, le dije que todo estaba bien, que yo había reaccionado así por qué me asusté de pensar en lo que podría pasar si su mamá o alguien se daba cuenta de lo que acababa de pasar.
-Tranquilo, yo te quiero mucho papito y nunca le contaría a nadie. Yo no me lo podía creer, la niña lo tomaba todo con mucha naturalidad. -Tu pipí es muy bonito y más grande que el de mi tío Carlos. Una corriente pasó por todo mi cuerpo, ¿Por qué mi niña conocía el pene del hermano de su mamá?
-¿Por qué dices eso valen, dime la verdad.
– te voy a contar papi, pero tú tampoco digas nada. Una tarde estaba en la casa de mi tío jugando con mi prima y ella me prestó el tele celular que le dieron por su cumpleaños número Díez. Habían unas fotos de ella desnuda con su papá, sostenía su pipí en las manos. En otras se abrazaban sobre la cama y mi tía le ponía su pipi en varias partes del cuerpo. Mi mente volaba pensando en mi cuñado haciendo sexo con su hija, quien sabe que tanto harían y desde cuándo. Valentina me sacó de mis pensamientos cuando dijo que eso se veía muy lindo, que ella pensó que nosotros podíamos hacer lo mismo, que le gustaría tener un papá que la quisiera así como su tío quiere a su prima.
La niña me miraba con ilusión. Mi pene estaba a reventar imaginado todo lo que ella me contaba, en su inocencia para ella eso estaba bien en indirectamente llevaba semanas insinuandose. -¿Te gustaría que yo te hiciera eso mismo a ti? , si papito mi prima se veía muy feliz y yo quiero que los dos lo seamos. Me quedé helando, la veía de arriba abajo, recordaba la delicia del calor de su pequeña vagina, el tacto de hace un rato de su mano sobre mi verga. La razón se fué al carajo, la abrace con todo mi cuerpo y ella hizo lo mismo. La pasión empezó a crecer pero de una forma torpe.
La niña de forma sumisa abrió sus piernas, yo pose mi mano sobre el calzón, ella cerró los ojos y decía si papi si papi vamos, tócame. Me bajé el shorts y mi pene volvió a quedar frente a ella, ya desinhibidos ella me agarraba el miembro con las dos manos mientras yo le arrancaba el calzón.
En cuestión de segundos nos desnudamos. Yo me aparte para cerrar la puerta y revisar por última vez mi teléfono celular, teníamos horas para hacernos nuestro nuevo juego. La nena me esperaba en la cama con sus piernas muy abiertas. Su vagina pelada se veía deliciosa, la chupe como nunca antes lo había hecho con otra vagina. Me cabia toda en la boca y con la punta de mi lengua sentía el salado de su tierna cuevita. Valentina me tomaba del cabello y llevaba su cadera de un lado al otro, era innegable que le encantaba lo que le hacía. – Papi hágame con el pipí. Me dijo a lo cual me arrodille y puse cada una de mis manos en sus rodillas, la abrí un poco más, le nena es muy flexible.
Puse la cabeza de mi verga en la vulva de mi hijastra. La sensación era gloriosa, sentir esa cosita lisa y tierna para mí solito. Comencé a ir i venir tallando un poco más fuerte sobre su pepita. Ella se arqueba de una forma deliciosa, no ponía pretextos no se quejaba, solo se agarraba fuerte sobre mi piel clavando sus uñas. Tuve que hacer un esfuerzo grande por no perforar su vagina, no me podía arriesgar a lastimarla, mi chimbo iba y venía sobre ella. Después de un rato de tallarla despacio comencé a pegarle con mi verga sobre cu coño como fi fuera una banqueta y un tambor. Mi pene ya estaba goteando bastante y la salpicaba por todo su cuerpo.
-papito que rico, hágame más más papito quiero más. Pegué más mi ingle sobre la suya. Me entregué a frotar y frotar mi mástil sobre su coño mientras todos sus peluches, muñecas y demás juguetes eran testigos. Lo puse boca abajo y me hice de pie sobre ella, le metí el pene por entre las piernas y le di muy fuerte. Su camita crujia, después de un rato me senté y la puse a ella misma se culumpiara arriba de mí. Le metí la lengua en su boca y le agarraba las nalgas. Esa tarde tallé muy duro sobre la cuca de esa niña de seis años.
Después de un buen rato, cuando ya el sudor era bastante y ella hacía énfasis en mencionar lo rico que se sentía, lo delicioso que era sentir mi pene grande y grueso, la magia de las cosquillitas de hacerla orinar varias veces, me vacíe como nunca antes lo había hecho sobre otra mujer. La niña respiraba fuerte, el deseo no mermó así las energías fueran pocas. La puse de lado y le mordí los pezones mientras mi dedo corazón jugaba con su sexo. -Te gustó? -Me encantó papito bello, quiero que me lo hagas siempre. Así comencé mi relación con mi hijastra, ya han pasado varios años y no hay nada de lo que pueda quejarme , en estos años hemos vivido a plenitud corriendo riesgos y aventuras como la ves que su tío y yo jugamos juntos con ella. Pero eso será para una próxima historia.
Esa pequeña resultó muy adelantada, y sí, hay bastantes nenas que a su corta edad ya han visto de todo en la red de internet. Y en cuanto ellas quieran jugar, ¿quién podría negarles ese gusto?
Y quién puede negarse a ese placer?? Sintiéndose tan delicioso
Quién es uno para dejarlas con ganas??
Sabroso relato estoy en una situación parecida con una niña vecina Pero cada vez que viene a acaba solo. En exprimirme y yo chuparle sus cositas ella dice que le dan cosquillas tiene apenas 6 años y empecé en mayo de este años hace ya ,3 meses con ella
wow super hot, ue envidia jejejeje, disfruta, saludos esperamos mas relatos
una delicia, que buena primera vez, como golosa la nena no?
Grandioso poder disfrutarla a esa edad, todo nuevo y ajustadito.
Bien relato espero que tenga continuación
Uffff riquísima historia, con ansias esperamos la siguiente entrega ojalá y puedan juntarse las nenas con los papás!!!!
Lo malo es que cuando llegan a la adolescencia, te queman y finalmente te reemplazan por un culicagao. ☹️ Pero los recuerdos de años de placer nadie te los quita. 😄
@ROBERTO JESUS
Que envidia robert, disfruta y cuenta como te va en tus encuentros saludos.
William
Ojalá a mí me hubieran cogido así de niña que ricooooo me encanta