El masaje
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por txupoptera.
Ella trabajaba en un centro de medicina estetica como esteticista y masajista. Y el la conocia del gimnasio que habia enfrente. No iba mucho pero habian coincidido unas cuantas veces. Le parecia una mujer atractiva y cuando habian hablado en la cafeteria, inteligente y simpatica.
Desde que la conocio habia intentado acercarse a ella pero no le habia dado muchas opciones. No parecia timida asi que supuso que alguna mala experiencia le habia convertido en recelosa para con los hombres.
Pero cuanto mas le veia y mas hablaba con ella mas le atraia. Una de estas veces le pregunto donde trabajaba y al decirselo enseguida le vino una idea a la cabeza. Lo mejor era entrar en su terreno. Se invento unos musculos tensos y algun pequeño dolor y ella le dijo que se pasase a pedir hora cuando quisera. Pero el queria algo mas que eso y se le ocurrio decirle que por horario de trabajo era complicado hacer un hueco. Asi que sin pensarlo mucho le dijo si no podia hacer una excepcion un mediodia y cogerle fuera de hora…Luego la invitaba a comer. Ella lo penso un momento y cuando el ya creia que se iba a negar, le dijo que si con una sonrisa.
Quedaron para dentro de dos dias. El no quiso darle opcion a arrepentirse asi que pago los desayunos y se despidio. Al dia siguiente fue al gimnasio a otra hora paar no encontrasela, asi que la siguiente vez que se vieron fue en el momento en que ella le abria la puerta despues de tocar el el timbre.
– Hola, dijo ella al verle.
– Buenas tardes, contesto el, gracias por recibirme.
– Denada contesto ella sonriendo mientras le daba paso a una amplia habitacion muy iluminada por la luz del dia gracias a los inmensos ventales que daban a la calle.
Le indico el biombo para que se desnudase y le dijo que luego se tumbase boca abajo.
– Desnudo del todo, por favor.
Eso le pillo desprevenido, pero a la vez le excito. Noto como un escalofrio le recorria la columna mientras se tumbaba en la camilla.
Ella estaba entre esta y el ventanal. LLevaba una bata blanca de cremallera hasta un poco mas arriba de la rodilla. Y le sorprendio que se hubiese descalzado. El sol le daba a contraluz dejando entrever un sujetador blanco y unos culotes del mismo color. El no podia apartar los ojos de ella y cuando se volvio tuvo que bajar la vista rapidamente para disimular…
Ella cogio una toalla y la coloco sobre el culo de el tapando lo justo. Se embadurno las manos con un aceite y se coloco de pie delante de el.
Le pidio que se apoyase en la barbilla y cuando lo hizo puedo ver que llevaba la cremallera un poco bajada abriendo escote. Tenia un canalillo divino, unos pechos grandes que asomaban por la mitad del sujetador y se imagino unas areolas y unos pezones proporcionados.
Ella habia empezado a masajearle suavemente las sienes y el cuello y mientras el imaginaba que paseaba por entre sus pechos ella fue bajando por la espalda desde los hombros hasta la cintura y vuelta. Se movia de vez en cuando hacia los costados de la camilla para acceder mejor a una zona u otra. Todo esto le estaba poniendo muy cachondo, no podia dejar de pensar en follarsela alli mismo. Y cuanto mas lo imaginaba, mas se excitaba. De pronto noto como ella retiraba la toalla, cogia un gel y se lo echaba por el culo y las piernas. Estaba al lado derecho de el masajeando con las palmas de las manos sus nalgas fuertemente y despues pasaba suavemente las yemas de sus dedos… Se estaba volviendo loco. Tenia la poya durisima y no sabia como iba apoder aguantar. Cuando ella paso a los muslos masajeando la cara interna rozo levemente sus huevos y el penso que si volvia a hacerlo se correria en ese instante. Pero no, no sabia como pero estaba aguantando….Cuando hubo terminado con las dos piernas oyo como le decia:
– Date la vuelta por favor…
– Bufff, dijo el, voy a tener que esperar un poco…El masaje me ha excitado y estoy empalmado…
La verdad es que no esperaba esa reaccion por parte de ella. Pero no s elo penso dos veces cuando ella le repitio:
– Date la vuelta anda…mientras se bajaba la cremallera de la bata.
El bajo de la camilla y trayendola hacia si la agarro por la cintura para besarla y mientras le metia la lengua en la boca acariciaba su culo y sus tetas notando por fin esos pezones que llevaba rato imaginando.
Sin dejar de besarla en el cuello y los pechos acerco su poya a la entrepierna de ella restregandola por sus bragas notando como las mojaba.
El estaba muy excitado y queria que ella se pusiera a mil rapidamente asi que la cogio y la puso sentada en la camilla con las piernas hacia fuera. Ella apoyo los codos y el le abrio las piernas apoyando los talones en el borde. Le mordisqueo un rato los pezones mientras acariciaba con la palma de la mano su coño y cuando noto que ya estaba intensamente mojada, le qito las bragas, separo los labios con dos dedos y mientras metia otros en la vagina empezo a lamerle el clitoris a un ritmo fuerte que hizo que ella arquease la espalda echando la cabeza hacia atras y jadease sin parar.
Cuando la vio cercana al extasis agarro su poya con una mano y dio unos golpes con el kapuyo en el clitoris, la paso de arriba a bajo por toda la raja hasta el culo y sin esperar mas la metio de una embestida.
Empezaron a moverse al unisono como si lo tuviese preparado, ella sujetandose fuertemente a la camilla y el masajeando sus pechos.
Con cada embestida notaban como los huevos golpeaban el culo de ella, aumentaban los jadeos y los movimientos de ambos cuerpos. Se sabian cerca del orgasmo asi que el le agarro a ella por la nuca y parando unas decimas de segundo saco la mitad de la poya para meterla de golpe de nuevo, repietiendo esto tres o cuatro veces….
– Donde quieres que me corra?, pregunto el.
– Quedate dentro, le contesto ella. Y besame.
Acerco sus bocas y le lamio los labios mientras ambos aumentaban el ritmo de los movientos. Y justo cuando le estaba mordiendo los labios y ella le agarro del culo como si quisiera que entrase aun mas el chorro de semen inundo su interior a la vez que ella jadeante alcanzaba su orgasmo…
Cuando cesaron las palpitaciones y los temblores de placer el salio y ayudo a que ella se pusiera de pie. Le dio un beso en la boca y le pregunto:
– Cada cuanto seria bueno un masaje de estos?
Y ella lamiendo aun los jugos del placer le miro a los ojos y haciendole un guiño le dijo:
– Vuelve cuando quieras…
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