El Médico y las Niñas Cap. I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
En mi última salida por motivos de enriquecer más mi acervo, respecto a mi profesión de Gineco-Obstetra, en el País de Italia, conocí a mucha gente colega y logré platicar con algunos amigos de otros países por citar a algunos de Argentina, Republica Dominicana, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Colombia etc, independientemente de nuestras experiencias en nuestra carrera de la medicina, de cosas altamente eróticas y con el permiso y autorización de uno de ellos, escribiré su relato que, para mi gusto está sumamente caliente y espero que les agrade a la mente de todos y (as) que lleguen y tengan el gusto de leerlo.
Nota: Soy sexigaleno el escritor del relato, más no soy el personaje principal que vivió esas experiencias, que quede claro, yo respeto a los que se me acercan a fin de que les relate alguna situación erótica, pues ya aclarado comienzo a relatar su vivencia del aludido como médico:
Me presento, soy un médico, que en el año de 1990, se graduó e inicio a practicar profesionalmente la carrera como médico general, en un barrio paupérrimo, ya que como apenas iniciaba, no había los recursos económicos suficientes, como para alquilar o rentar un espacio de algún edificio e instalarme, tenía que hacerme de mis pacientes poco a poco, y pues llegue a un barrio como dije antes pobre en la capital, alquilé una pequeña casa de dos plantas en una esquina y pues en la parte de abajo instalé mi consultorio y lo fui acondicionando a fin de tenerlo presentable, aunque con poco mobiliario, pero limpio e higiénico y poco a poco comenzaron a llegar pacientes de todas las edades personas mayores, adultos, jóvenes, niños, bebes, mujeres embarazadas, etc, y me fui haciendo mi cartera de pacientes, algunos pagaban mis servicios con dinero, otros no tenían, pero me pagaban con especie, ya sea una gallina, maíz, galletas, cosas comestibles y así, pero me conformaba, ya que apenas iniciaba y pues a veces a la gente les daba las medicinas obsequiadas, ya que el sector salud me proveía en ese tiempo de medicamentos que estaban por caducar, pero activos, y eso me hizo popular en el barrio.
Recuerdo que una ocasión eso de las 10 de la noche tocaron la puerta del consultorio, yo estaba a punto de irme a la cama, así que me asome por la planta alta y vi que era una señora joven con una niña de no más de 11 años y la cual se tallaba su estómago, les grite desde el balconcito que, ¿que se les ofrecía?, y la respuesta de la mujer me dice que su niña está mal y que le duele mucho la panza, bueno baje y abrí el consultorio, la revisé e hice las preguntas de rigor a la menor, acerca de lo que sentía y de lo que había comido días y horas antes, la ausculte, le tomé sus signos vitales, e hice mis anotaciones en una hoja del probable padecimiento de esa niña que llamaré Sandra, bueno ya tenía el diagnostico de su alteración estomacal, una probable gastroenteritis aguda, así que por los síntomas las constantes deposiciones y vómitos, tenía que poner una solución, con un medicamento, pero si había la solución y el equipo necesario de venoclisis, pero no había el medicamento que debería ir en la solución, ya que en ese tiempo se utilizaba poco en mi consultorio, así que le dije a la mamá que se debería de suministrar este medicamento en un suero y que por el momento no lo tenía, y que debería ir a comprarlo a una farmacia, pero la señora me dijo que es ese momento no tenía recursos, para comprar, bueno, saqué de mi escritorio unos billetes y se los extendí y le dije que se fuera inmediatamente a la farmacia a comprar y que se regresara lo más pronto posible, mientras yo iba a preparar a la nena misma que se quedó conmigo, la asee de su brazo, le coloque lo necesario a fin de poder pincharla y que empezara la solución a entrar en su torrente sanguíneo, ya una vez puesto, me fui a sentar al sillón de mi escritorio.
y de ahí observaba a la pacientita, que se movía mucho acostada en una camilla, así que me levanté y me fui a ponerle una manta en sus piernas, ya que como llevaba un vestido de botones al frente sé le abrían por lo gastado de los ojales de esa prenda, y exactamente de la altura de su pubis se le desabrochaba y como no traía fondo pues se le veía su pelvis algo alzadita ya que de lejos se le notaba una montañita muy paradita, la cual me llamaba la atención, así que la tapé y le dije que se abrochara su vestido a la altura de su partecita, y me dijo que se le desabrocha mucho ya que está muy abierto y gastado de los ojales, bueno me fui otra vez a sentar y como estaba inquieta se le resbaló la manta de sus piernas y otra vez tenía abierto esos ojales del vestido y me fui y le dije que se tapara y que nuevamente se abrochara, pero no podía ya que tenía puesta la solución en su brazo, entonces me dijo, oiga doctor abrócheme usted, e hice los movimientos para hacerlo, en eso se acomodó boca arriba y pues ahí le vi de cerca lo protuberante de su pubis a lo cual me llamó la atención y comencé a hacerle preguntas, acerca de esa protuberante cosita de niña, y me dijo.
que desde que se acordaba siempre la ha tenido muy levantadita y con todo tipo de ropa, se le notaba mucho, en eso de la plática le comenzó a dar sueño y se quedó completamente dormida, ya que por la deshidratación que traía y el cansancio se venció sin más y la madre no llegaba con el medicamento, así que ociosamente me tomé el atrevimiento de revisarla de su alzada cosita de niña, y pues le aperturé su vestido y quedo a mi vista una linda montañita de su pubis muy erótica la cual tenía metida entre sus labios vaginales la tela desgastada de su pantaletita la cual apenas se le notaban unos dibujitos de Disney por los múltiples usos, le pase un dedo entre sus labiecillos de esa cosita, encima de su prenda íntima, la cual estaba muy caliente y sin querer y por instinto de hombre me incline a olfatear su aroma de niña a pipí y a algo de mujercita, la calentura invadió mis sentidos y pues le baje su panty de niña, la hice a un lado de la camilla y me le ubique entre sus flacas piernitas morenitas y me frote en su parte con mi ropa puesta, pero las fricciones que le hacía morbosamente me calentaron la mente y mi cuerpo al grado que tenía una enorme y gran erección y pues me saqué mi miembro y se lo coloque con cuidado encima de su rayita de placer y se lo pasaba y frotaba de arriba abajo en toda su rayita, en eso pues me animé y le alce sus piernas a mis hombros y le coloqué mi glande entre su rajita la cual estaba ya húmeda y le fui presionando de a poco hasta que le desaparecí mi cabeza en su vulvita y hay me mantuve un rato sin moverme hasta que sentí, como en la inconciencia de Sandrita, me estaba apretando mi glande muy rico a lo cual no aguanté mucho por esas contracciones y me vacíe dentro de la nena
No me dio tiempo de salirme de ella, ¡que exquisito placer me dio dormidita!, me separé de ella, la limpie con cuidado y le acomodé sus ropas, me fui a asear, mientras en eso llegaba la madre de Sandra con el medicamento, el cual se lo puse en la solución he hice esperar a la madre, para que una vez terminada la solución, se llevará a Sandrita a descansar a su cama en su casa, pero obviamente la señora me pidió el costo del tratamiento, y pues la cantidad no era alta, pero las condiciones como la veía, pues me hicieron retractarme de cobrar lo que debió ser en ese momento, y quedamos que me daría en los próximos días lo que le había proporcionado, para la compra del medicamento, ya que no iba a poder darme todo.
bueno de ahí nació un lazo de amistad con la señora y la pequeña Sandrita, ya que se me hacían presente cada tercer día a mi consultorio con el fin de hacer el aseo del mismo y de mi hogar en la planta alta, y pues la convivencia de a poco fue viento en popa, la chiquilla estudiaba por las mañanas en 5º. Grado de primaria y al salir se pasaba a mi consultorio y hay hacía sus tareas y pues platicábamos de acuerdo a su edad, y así sin tocar ningún tema respecto a su protuberante cosita que se cargaba y así continuábamos diariamente, me había acostumbrado a verla, hasta que una ocasión llegó de sorpresa su madre y me comentó que se iría a los Estados Unidos de Norteamérica ya que allá estaba un amigo íntimo de ella y que le había conseguido un buen empleo, pero que no tenía con quien dejar a Sandrita, ya que se iba a pasar por el desierto o por el Río Bravo, y me propuso la manera de que se quedara conmigo, ya que me tenía mucho aprecio, cariño y confianza, pues le dije que lo pensaría ya que yo vivo solo y la verdad las mujeres del vecindario pueden pensar mal, ya que la menor sin su madre y a mi lado podría traerme algunos chismes, pero en fin pasaron los días con toda normalidad, hasta que una noche llegó pasadas las 11 de la noche Sandrita con su mochila de útiles escolares y otra bolsa con ropa y sus uniformes escolares, y le pregunte que, ¿Qué había pasado? Y me dijo que su madre acababa de partir para el otro lado y pues me dejó la bronca de la chiquilla, sin avisarme, bueno, le dije que como nos íbamos a comunicar con ella, pero me dijo que ella escribiría a mí y me daría los datos de donde se encontraría en la Unión Americana, los días pasaban, y las semanas y nada de que escribiera, Sandrita se había desmejorado psicológica y anímicamente de pensar en su madre y tuve que atenderla médicamente, a lo cual respondió al tratamiento, pasó un mes y nada de carta o telegrama, prácticamente se perdió.
así que una ocasión llego Sandrita de la escuela con una compañerita de ella, la cual me presentó, a hacer un trabajo escolar de equipo entre las dos y me pidió que si le daba unas monedas para comprar unas reseñas de historia, le dí y fue por ellas con su compañerita, al regreso se pusieron a hacer sus deberes escolares en la planta alta, así que me dedique a mis pacientes que llegaban, los atendía y se iban, hasta que dieron las 8 de la noche y dije ya es todo por hoy cerré el consultorio y me fui a descansar a ver tv, en eso Sandrita me dice que quiere cenar y pues obviamente yo no guiso y pues salimos a cenar a una fondita cerca de mi hogar unos antojitos, al salir ella se me enganchó con un brazo al mío y caminamos de retorno a casa, platicábamos de cualquier cosa sin importancia, hasta que me dijo que un chico de su salón la había forzado a darle un beso de boca y le pregunte que si lo había hecho y me dijo que no, que se fue corriendo y lo acusó con su maestra, bueno, entonces llegando a casa retomé la plática y conversamos así:
M.- bueno Sandrita y porque no le diste el beso a ese chico, ¿Qué no te gusta?
S.- ay no como crees, ese niño es muy alborotado, a unas niñas se las lleva al baño y les hace cosas.
M.- ha sí, y ¿Qué cosas les hace, haber platícame?
S.- ¿púes recuerdas a Luisa la compañera que vino a hacer la tarea conmigo esta tarde?
M.- claro que si la recuerdo, la salude ya que me la presentaste apenas hoy.
S.- a bueno, a ella la besó en el baño de las niñas y le tocó su puchita, tú crees,
M.- ¿cómo haber cuéntame bien que le hizo?
S.- a, pues me dijo que la besó y le empezó a tocar inmediatamente en medio de sus piernitas y le metía un dedo en su rajadita, pero ella se enojó y lo pateó en sus huevos,
M.- a que chamaco tan cab…, ¿y que hizo luisa, después de que lo golpeó?
S.- a pues me dijo que sentía algo rarito en su puchita, como que le brincaba y sentía algo extraño que humedecía su chonito de en medio,
M.- ¿y eso cuando pasó? Que le hizo eso, eh, cuéntame cariño, ven a mi lado,
S.- a, pues fue la semana pasada, después del recreo ya que no teníamos maestra ya que se enfermó y no fue a la escuela.
M.- ¡haber platícame bien eso! y la senté sobre mis piernas, para que me explicara bien,
S.- bueno ella me dice que hasta hoy siente cosas raras y moja babosito su chonito y en las noches cuando se va a bañar siente algo rarito cuando pasa el jabón en medio de sus piernitas o sea en su puchita,
M.- ¿y ya te dijo que siente exactamente y qué hace para quitarse esas cosas raras?
S.- sí, dice que cuando se acuesta se quita su interior y se pasa sus dedos encimita de su rajadita y siente unas como cosquillitas que la hacen sentir bien, como que se orina dice,
M.- ¿y cuántos años tiene Luisita, amor?, y más la acercaba a mi paquete de una manera disimulada, ya que la tenía en las piernas,
S.- pues tiene un año más que yo, ¡tiene doce!, pero se ve de catorce, ya que está más alta que todas las del salón, ya hasta tiene chichis, ¿no viste?
M.- no recuerdo haberla visto bien, sólo me acuerdo que si es más alta que tú, y es más gruesa de cuerpo, pero no le vi sus pechitos,
S.- sí ya los tiene bien grandes y se le paran sus bolitas de enfrente, desde la semana pasada, dice que los trae como mamilitas, bien paraditos tú crees,
M.- ¿y te dice lo que siente por traer sus pezoncitos erectos?, ¿te ha dicho de eso algo?, dime amor,
S.- sí me dice que a veces se pone a jugar con unas muñecas que tiene en su cuarto y les da sus bolitas duras a que se las chupen sus muñecas, pero dice que en lugar de que se le bajen se le ponen más duras, tú crees,
M.- a que niña, un día de estos la voy a revisar no sea que vaya a tener algo raro, un día que venga contigo a hacer tarea le voy a dar consulta, ¿quieres?
S.- sí, eso te iba a decir que le dieras medicina, para que no sienta esas cosas raras, ya que me dice que no quiere decir en su casa, ya que su mamá es muy enojona y no quiere que le vaya a pegar con la vara,
M.- sí, claro que sí, ¿cuándo la traes?, ya veré que le receto, para que no sienta esas cosas, ya que ha de ser incómodo para ella sentir eso,
S.- mañana tenemos que continuar la investigación de historia y tiene que venir conmigo, si quieres le digo que la vas a curar de eso,
M.- bien cariño, cuando lleguen se vienen para haca arriba y me marcas por el interfono de que ya llegaron, para apurarme a atender a mis pacientes y ya sabes a las dos, cierro y te marco, para que bajes con ella y ya la veo, ok,
S.- sí, está bien, eso haremos, ¡pero has que se ponga bien, sí!,
M.- claro tú deja todo en mis manos, ya verás que en unos días estará sin esas cositas que siente y ya no se andará toqueteando su puchita, como dices, ¡en eso ya Sandrita estaba encima de mi paquete y la apretaba muy suavemente a mí!,
Me estaba excitando tanto la plática, como el calor de su cuerpecito de niña y la movía despacio, bueno sentía sus nalguitas como presionaban mi pene, en eso la deje de mover y ella sola se hacía pequeñas rotaciones en mi paquete, cuando sentí que estaba soltando una abundante lluvia dorada encima de mí, pues Sandrita se había orinado en mi pantalón, en eso le dije, ¿Qué te pasó Sandrita?, mira me orinaste, ¿Qué te pasó? Y ella con sus ojitos cerrados y su boquita entreabierta jalando y soltando aire,
S.- ay no sé, sólo sentí algo y no me pude parar, sentí bonito y como unas gotitas que me salían que no pude aguantar, ay que pena, ¿no sé qué me pasó?, ¡perdóname no vuelve a pasar ésto!,
M.- no te preocupes mi amor, es que yo creo que por la plática que estaba tan amena hizo que no te contuvieras orinarte, ¿sentiste algo raro al decirme eso?,
S.- pues no sé, sólo sentí algo que me empezaba a palpitar aquí, “señalándome su partecita”, cuando me preguntabas lo que sentía Luisa y sentía algo calientito que me bajaba y sentía muy babosita mi puchita, ¿Qué era?,
M.- yo creo que te excitaste amor, eso debe de haber sido, mira ve a cambiarte tu ropa y te pones tu bata de dormir y me alcanzas en el consultorio, mientras yo también me cambio, te voy a revisar, ¿para ver, qué fue lo que te pasó?, allá te espero abajo,
S.- ¿me exci… qué? bueno ahí te alcanzo, para que me revises . . .
Bueno mis apreciables amigos de la comunidad y visitantes, esperen la continuidad de la segunda parte, ya que se ponen las cosas al fogón, más calientes con el Médico, Sandrita y Luisita, no se la pierdan un saludo de sexigaleno.
cuando la continuación esta bueno
cuando subes la continuación esta bueno
Ya quisiera q un médico me coja
Que paja mi Telegram arrow40ct por si quieres hablar o enviarme cosas guarrillas