El Médico y las Niñas Cap. III.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
Pues llegado el jueves de ese tiempo, el médico atendía en consulta a sus múltiples pacientes, ya que se había hecho de una cartera algo grande de ellos, y él era uno de los que por su nobleza, carisma, simpatía y altruismo, era bien visto en ese barrio de gente de baja economía, y no había en que alguna señora o algún paciente le llevara alimentos cocinados, para él y Sandrita, bueno en eso llegaron las chiquitinas de la escuela e inmediatamente se subieron a la plata alta, a hacer sus obligaciones escolares, en ese momento Sandrita tomo el interfono y le dijo al médico, que ya habían llegado y que estaban haciendo sus tareas y que Luisita estaba contenta de que la iba a curar de esas cosas que sentía, y colgó y se fue con ella a hacer su labor, pasadas las dos de la tarde, y después de haber cerrado el consultorio, el médico subió y saludo a Sandrita de beso, como siempre y la abrazó como si fuera su hija, y también saludó a Luisita que estaba sentada en la alfombra de la pequeña salita haciendo sus tareas, el médico dijo, nenas vamos a comer los tres, ya que ahora nos trajeron un rico asado de res con papas, arroz a la jardinera y de postre pastel de tres leches, y las niñas y él se instalaron en el pequeño comedor, comían y platicaban de cualquier cosa relacionada con los estudios de ellas y el médico le comenzó a hacer preguntas a luisita de que estaba muy grande para tener doce años y cosas simples, hasta que la chiquilla tocó el tema de lo que últimamente estaba sintiendo y que no encontraba una explicación a esas cosas raras, ya que no contaba con la comunicación abierta de su mamá, ya que era una persona bastante hostil, regañona, amargada y que no tenía interés en lo que le pasaba o hacía luisita, mientras comían el médico comenzó a hacer una serie de preguntas a luisita de una manera infantil de acuerdo a su edad, ya que se veía grande, pero era muy inocente, para su edad, aunque grande de estatura y talla, era simplemente “boba”, como así se les dice a esos niños, ¿haber Luisa platícame que cosa es la que has sentido, que medio, me dijo Sandrita y por lo cual no entendí bien?
L.- pues mire, me pasa una cosa muy extraña, después de que un chamaco, me besó en mi boca en el baño de niñas en la escuela, el condenado escuincle, me tocó mi conchita y pues la verdad, me espanté y le dí una patada y salí corriendo de ahí,
M.- y como sucedió eso luisita, ¿tú lo permitiste que te hiciera ese tocamiento? O fue sin tu consentimiento,
L.- bueno, lo del beso si le di chance, pero de agarrarme mi conchita, no, ya que me espanté mucho, ya que me dieron como unas cosquillitas y que hasta hoy las ando sintiendo a cada rato,
M.- algo de eso me dijo Sandrita de ese chamaco, que las anda tocando de sus partecitas, ¿ya es grande de edad ese mozalbete?, o como es,
L.- pues sí es el más grande del salón tiene 15 años, es bien burro ya ha reprobado como 4 veces, por eso está en 5º. Grado, ya que es, para que estuviera en la secundaria,
M.- a ya veo, ya es un adolecente, no es un niño a esa edad, ¿y no lo acusaste con tu maestra de lo que te hizo?
L.- sí lo acusé, nada más que la maestra lo tiene bien consentido, ya que siempre le lleva, que una manzana, un durazno o una torta, ya que trabaja en las tardes y trae dinero siempre, a mi a veces me invitaba que un refresco, una nieve o algo y ahora ya no,
M.- a que cosas, con este mini-delincuente, y que más ha hecho con las compañeritas de ustedes de su salón, haber platícame,
L.- ah, pues a una niña de otro salón, seguido la anda nalgueando, es amiga de nosotras y nos dijo que una vez, después de clases de educación física, se fue a cambiar al baño y que cuando se estaba poniendo su uniforme escolar, entró ese chamaco y como estaba media desnuda, él la abrazo y le chupó su cuello y sus tetitas, y se puso a llorar, y la dejo y se fue, la niña se llama Karla y tiene diez años, pero es chica de tamaño, pero tiene unas nalgotas bien grandes y nos dijo, que seguido la anda dando nalgadas, usted cree, ¡p . . . . . chamaco!,
M.- ¿bueno ese chamaco, no lo han castigado por las faltas que les hace a ustedes?, o es algo de alguna maestra, ya que parece intocable,
L.- sí, ya una vez citaron a sus papás y hablaron con ellos, pero el c . . . . ., sigue en lo mismo, una vez nos mostró su pene y lo tiene bien grandote, parece un chorizo, y la verdad, salimos corriendo del susto,
M.- bueno ya terminamos de comer y tengo una hora, para abrir mi consulta, me voy a asear mi boca, mientras que Sandrita te baje al consultorio, para revisarte bien y para ver tu malestar que sientes, allá espérenme,
L y S.- si, ya vamos para abajo, y que Sandra me acompañé, claro tonta, no te vayas a espantar con el esqueleto que está en el consultorio, vente. . .
Pasados unos minutos, bajó el médico y escuchó a las dos muñequitas, que estaban en una amena plática, y se detuvo tras la puerta ya que oyó una caliente conversación entre Sandrita y Luisita, así:
L.- me da pena con tu p. . ., bueno con tu padrino o lo que sea, ya que me va a hacer algunas preguntas de lo que me pasa, y la verdad me da pena decirle, que me ando metiendo el dedo en mi conchita,
S.- ay no seas tonta y miedosa él es doctor y sabe de eso y más, además es de mucha confianza ya que nunca habla de sus pacientes, ni conmigo me chista algo, tu tranquila,
L.- pero me va a preguntar de lo que me hizo el p. . . del Andrés en el baño y de lo que de ahí ando sintiendo,
S.- ay tonta tú dile lo que sientes y lo que te haces, ya vez, que con tu mamá, no puedes hablar y hasta te vaya a pegar con esa vara que dices que tiene,
L.- sí, verdad, es mejor que me quite de dudas y me diga lo que me pasa, ya que a veces ando como acelerada, ya ves, cómo se me paran las mamilitas de mis tetitas, y así ando todo el día, apuntando al frente,
S.- sí ya te las he visto, y las tienes algo grandecitas, se te notan con las blusas tipo camiseta, esas de algodón, parece que te pones unas bolitas de plastilina, ji ji ji,
L.- así es, mira ven mira ahora como las tengo, bien paraditas, hasta me molesta el brassier con el roce de la tela, ¡mira! Desabrochándose la playera escolar,
S.- ¡ha, bárbara, que tetas tienes!, están bien grandes y que bolas tan paradas, pareces mamá que da pecho a los bebés, ji ji ji,
L.- ya, no te burles cab. . . ., que me da pena en la calle, ya que los hombres se me quedan mirando a mis tetas de niña, y eso me hace enojar,
S.- ya, cálmate de aquí te iras con esa bolitas bien dormidas, vas a ver, el doctor te va a dar una medicina muy buena, para que se te calmen esas cosas raras que sientes,
L.- ay, sí, ojala me quite esas raras cosas, ya que mi mamá, me pregunta a cada rato que si ando arrecha o que si estoy caliente o que si ya quiero un macho que me coja, y la verdad no entiendo de eso, nada,
S.- ya, mejor dile a mi doctor lo que sientes, y no dudes en decirle todo, ya que si no la medicina que te vaya a dar no, te curará, ¿entiendes?
L.- si, Sandra te entiendo y gracias por ser mi amiga, te quiero muchote,
En eso entra el médico y les dice ¿Qué hace este par de hermosas doncellitas?, seguramente hablando de la escuela o de los futuros novios, verdad,
L y S.- al instante las dos respondieron, nooo, como crees, somos muy chicas para eso, dice Sandra, a lo mejor luisa ya anda en eso, ya que está más grande y más desarrollada que yo,
M.- a que chiquillas tan coquetas, bueno a ver luisita, dime lo que te pasa, ya que tengo que abrir a las cinco el consultorio y tenemos una hora, para hablar y darte algún tratamiento, sí es que lo necesitas,
L.- sí, pero me da pena, ya que está Sandra y no quiero que escuche lo que quiero decirle a usted, que se vaya a terminar nuestras tareas mientras,
M.- muy bien, haber Sandrita, ya escuchaste a luisa que quiere hablar en privado conmigo, ¿puedes irte a la planta alta a terminar las tareas de las dos, mientras habló con ella?,
S.- sí, claro me voy, los dejo solos, luego me platicas luisa, byee,
M.- bien, me levanté y fui a cerrar la puerta de acceso a la planta alta con seguro, ya que por lo que íbamos a platicar, era mejor no ser vistos, ni escuchados, por Sandrita, bien luisita, cuéntamelo todo,
L.- pues verá doctor, fíjese que hace dos semanas, en el baño de las niñas de la escuela, iba yo saliendo y el chamaco que le dije, me empujó adentro del mismo y me besó en la boca, pero al hacerme eso, una de sus manos fue a levantarme mi faldita y me acarició mi conchita y me metió un dedo en mi ranurita, encima de mi calzón, y de ahí le dí una patada y me fui corriendo a acusarlo, pero desde ese día no sé qué me pasa, ya que mis chichitas se me ponen sus bolitas muy duras y se me levantan mucho, hasta se me marcan en mis blusitas,
M.- sí, muy bien, y que más has sentido, aparte de eso, de tus senitos y tus pezoncitos, que se te erectan, sin que te los toques,
L.- bueno, me da pena decírselo, pero Sandra me dijo que le debo decir todo y pues, desde esa ves suelto una babita muy rara de mi conchita y que me hace mojar mi calzoncito, y me voy al baño me limpio bien y al rato otra vez ese juguillo ya esté en mi partecita y pues al caminar la siento muy babosita y me hace que se me levante una bolita de arriba de mi rajadita,
M.- bien, por lo que me dices y lo que te está pasando, es que tus gónadas de mujer, han empezado a funcionar y a despertar a unas sensaciones que no conocías y ahora ya las sientes, las estás viviendo, pero no sabes que es, ni porque te llegan, ya que centras tus pensamientos a lo que te hizo el chamaco ese, hace dos semanas, ya que seguramente aunque rechazaste esa caricia en “tu conchita”, te gustó, pero te espantaste a la vez,
L.- sí me gusto el beso así de improviso, pero la tocada de mi conchita, pues también me agradó, sólo que ese dedo que puso en medio de mi rajadita, me hizo como estremecer, como qué me agradó por unos segundos, pero al momento sentí unas cosquillas muy raras en mi pancita y por eso le pegué una patada y me salí corriendo,
M.- bueno, esas cosquillitas raras que sentiste en tu pancita, es un signo que se llama excitación, pero tú la rechazaste y saliste corriendo, fue lo mejor luisa, pero ahora sientes esa caricia como si en este momento te la estuviera haciendo ese chamaco, verdad,
L.- sí, la verdad sí, me da pena decírselo, ¡pero ahora mi chonito está algo mojadito!, y pues mis pezoncitos que dice usted que así se llaman, ¡están muy levantaditos, miré!, descubriéndose sus pechos de niña-mujer,
M.- sí, ya veo como los tienes, haber ven acércate a mi lado, te voy a revisar y después te vas a acostar en esa camilla, para tomarte tus signos vitales y escuchar tu corazoncito,
L.- ¿aquí estoy bien en este lugar?, o quiere mejor, que me valla a esa camilla, ya que me siento un poco incomoda de que me vea de pie,
M.- cómo quieras, súbete y te acuesta boca-arriba, pero antes te quitas toda tu ropa y la pantaletita también, ah, y no te seques ese fluido de “tu conchita”, ya que lo quiero ver, y te pones esta bata, para que pueda auscultarte,
L.- Sí, está bien, eso haré, pero me va a dar vergüenza, ji ji ji,
M.- no tiene por qué darte vergüenza, estás con un profesional médico, mientras se desvestía y se ponía la bata, me fui a echarle un ojo a mi Sandrita, para ver qué estaba haciendo y la condenada chiquilla estaba bien dormida en la salita y la tarea, nada de hacerla, bueno me bajé a ver a luisita que ya me esperaba en la camilla,
L.- ya estoy lista doctor, siento algo raro, de que me vea, pero en fin hágalo y cúreme,
M.- correcto, ¡haber luisa que paraditos se te ven esos pezoncitos, voy a tocarlos y me vas diciendo que sientes!, ok,
L.- sí, siento como si empezaran unas cosquillitas en mi conchita muy despacito y como que me agitó, para respirar,
M.- bien, ¿te está gustando que te toque?, así con mi mano y ¿te jalé con los dedos tus bolitas duras?,
L.- sií, se siente bien, me está gustando, siga doctor, siga, ahh, ahh, mmm, que me pasa me estaa gustandoo mucho esas cariciassss, ahhh, ahhh, uyyyy,
M.- haber muñeca voy a pasarte mi mano directo a tu piel, sobre tus senos, me dices que vas sintiendo,
L.- ayy, doctorr, ¿qué me hace, que me hace?, siento algo, que no sé qué es, ayy, es muy bonitooo, tálleme mis chichitassss, así, asií, ahhhh, asiiii, asiiii, ayyy, ¿qué me pasaaaa?, me siento orinarrrrrr, ayyyy, ayyy, me brinca mi conchitaaa, ayyy, ayyyy, ahhhhhhhhhhhhhhh, me estoy orinanandoooooooooooooooooo,
M.- claro ya te orinaste muñeca, ya mojaste todo, yo estaba bien caliente de sentir a luisa, en ese estado de excitación tan grande, para una niña de doce años, y pues la limpié de su conchita y me incliné a olfatear su aromita y pues también una lengueteadita le dí a su botoncito y rayita, la cual estaba muy lubricada, y la chiquilla, decía,
L.- ¿Qué me hace doctor? ¿Es su lengua en mi conchita, verdad?, no le doy asco, acabo de orinarme y a de oler feo, ay que rico me lame mi conchitaaa, ayy que rico,
M.- bueno, muñeca, lo que tienes es que estas muy excitada y tienes que aprender a dominarte, ya eres una pequeña mujercita, estás más desarrollada que muchas niñas y pues, hasta cuerpo de mujer en pequeño tienes, sólo que tienes que aprender más de esto, ya que sentí que alcanzaste un rico orgasmito, y me bañaste mi boca, cuando te la besé,
L.- y pues, usted me puede enseñar a dominarme de eso, que dice, de excitación de mi cuerpo, y a que ya no se me paren mis pezoncitos, ayúdeme doctor, quiero estar como antes, de hace dos semanas sin sentir esas cosas, que me alteran,
M.- bueno, yo te ayudaré, pero sólo una cosa, debes de hacer, ya que no puedo recetarte algo para tranquilizarte, tenemos que hacer algo privado entre los dos, y eso será, una vez a la semana, hasta que ya te sientas bien, tu conchita necesita atención y unos cuidados muy especiales, así que un sábado te quedas aquí con Sandra a dormir y yo te voy curando cada semana, hasta que te sientas bien, ¿quieres?
L.- sí voy a pedir permiso a mi mamá, para quedarme con Sandra y ya estando aquí me curas bien, y ya el domingo me regreso a mi casa,
M.- muy bien luisita, pero este fin de semana, no, será hasta la semana que entra, ya que estaré ocupado con Sandrita, ya que vamos a salir y regresaremos hasta el domingo por la noche, y ya no habrá tiempo de “curarte”,
L.- bueno, pues mientras voy preparando mi permiso en mi casa, y ¿mientras que me tomó o que me hago, para no sentir esas “excitaciones”, que me dice?,
M.- Bueno, mira pon mucha atención, “””cuando sientas esas cosas, lo que vas a hacer, es, sí estás solita, te quitas toda tu ropita, como hoy, y te acuestas en tu cama y te pasas tu mano encima de tus pechitos y con la otra te tocas tu conchita por encima y le das masajes circulares y hacia arriba y hacia abajo, y si sientes más bonito, ¡este dedito de en medio te lo pasas en la rayita que separa tus labios vaginales y arriba, mira el poster ese, aquí exactamente, vas a encontrar con tu tacto de este dedito largo, un bolita de carne muy chiquita que la tendrás como durita, a esa la puedes masajear con tu dedito, hasta que sientas que te orinas, no va ser pipí, será un pequeño orgasmito, cómo el de ahorita y ya después de que pasé esa sensación, te levantas y te limpias bien y eso es todo”””, ah, no vayas a meterte el dedito en el hoyito, ya que te harías daño y yo quiero que este bien cerradito, para que yo te lo abra, poco a poco, es todo, vístete, y súbete con Sandra, voy a abrir, para mi consulta,
L.- gracias doctor, es usted buena gente, dándole un beso en la mejilla y por el acercamiento de la niña, pasó restregándole sus pezoncitos aun erectos. . .
Espero allá sido del agrado esta parte del relato de mi buen amigo el Dr. Mangual, quién es el personaje y actor principal, de esta zaga, que a pasos lentos va llegando a lo más subido eróticamente detallándolo, ya que sus nenitas de ese tiempo, son una bomba llena de inocencia que se van despertando a un mundo de sexo sin que lo perciban, pero llegan a disfrutarlo a sus edades muy tiernas esos personajes son el Dr. Mangual, Sandrita, Luisita y ahora Karlita que entra a escena, en el próximo capítulo IV, lleno de morbo y altamente excitante, nos vemos en el próximo, comenten y califiquen, hasta pronto, un saludo a todos de SEXIGALENO.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!