El Médico y las Niñas Cap. VII.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
>>>¡¡¡ este relato en especial, es largo, y puede que caiga en aburrimiento, en el tedio de la lectura, ya que por su naturaleza y confección al irlo plasmando, se hace largo, es por eso que lo he dividido en capítulos, que hasta el día de hoy son VII, pero falta mucho por escribir, por lo que pido, no dejen de leer, paso a paso, ya que sí, se lee de una manera directa y seguidamente los capítulos, puede uno caer en aburrimiento, o simplemente sería como leer una novela y es por eso que, me he permitido hacerles esta breve sugerencia, hay más, es largo, pero es muy exquisita la trama, ya que se conjugan facetas de amor, mucho morbo, sexo exquisito y mucha complicidad de las partes que son actoras de esta redacción !!!<<<, Un amplio y enorme saludo a todos de su amigo SEXIGALENO.
Retomando la continuación del capítulo VI., le doy seguimiento y continuación al relato:
Esa plática suscitada entre el médico y Karlita, y después que la pequeña se retiró a dormir a la habitación de Sandrita, él médico le daba vueltas a la situación, que había platicado con la pequeña, no encontraba la manera de cómo acercarse a la madre de esa niña, lo caviló por horas, hasta que el sueño de madrugada lo venció, al sonar el despertador, se paró como si hubiera tenido una noche de vino y licor, se sentía desgastado de haber pensado ese problema, se dispuso a picar la fruta, que había comprado Sandra en el tianguis y sirvió los respectivos cereales, para las niñas, él sólo una taza de café, ya que el hambre se le había ausentado, por lo comentado por la hermosa Karlita, las fue a levantar, y las esperó en el pequeño comedor, para qué las ninfas tomaran lo que les había preparado y servido, los tres sentados ellas desayunando y el con su café y un cigarrillo matutino, raro ¿el no fuma?, terminaron y se dispusieron a retirarse a la escuela, se despidió Sandrita, como siempre, con un beso y sus brazos al cuello.
Karlita, al ver la acción de Sandrita, también hizo lo mismo, pero la princesita le reclamó en ese instante, así:
S.- ¡oye que te pasa, no me gusta que beses y abraces a mi papi!, no seas abusiva, es mi papi, y es mío, nada más, ¿porque no besas así a tu padrastro?,
K.- ya no te enojes, tu papá es muy bueno conmigo, ya vez hasta el desayuno me hace, ya quisiera que en mi casa, aunque sea una taza de café me sirvieran, pero ya, ¡no te enojes, y mejor vámonos!,
M.- ya princesita, no seas así, con Karla, ella es muy buena contigo y pues es la despedida, de que ya se van, ya sabes que tú eres mi pequeño amor, ¡ya váyanse se les va a hacer tarde!, al rato platicamos, acuérdense de que va a ver pizza, y pastel le dicen a Luisa y a Norma, que se vengan con ustedes, bye.
Sorprendido mi buen amigo, se dijo a sí mismo, por la manera de reaccionar de Sandrita, ¿pues qué le pasa a mi princesita?, nunca la había sentido así, como celosa, ¿serán celos lo que sintió?, o se habrá enojado así, nada más, ¿será que cuide el amor que le doy o serán celos cómo mujercita?, ¿Quién sabe qué sintió?, pero percibí a una pequeña-mujer celosa, que defiende a su hombre, ¡pero es una niña!, caray, mejor me voy a bañar, para despejarme, de lo de Karlita, que me dijo anoche, al rato voy a poner a Sandrita a prueba, para ver, cómo reacciona:
La mañana pasó, como siempre, la consulta la llegada de las niñas de la escuela, el interfonazo de que ya estaba Sandrita en casa con Karlita y las demás, rutinariamente a las dos de la tarde el médico subió, las saludó de beso a cada una de las chiquillas, y se dispusieron a degustar esa pizzas, el pastel de postre y una jarras de jugo helado, la charla entre ellos, de lo más agradable, de escuela, de tarea y de que ya era viernes y que querían ir a una cancha que está cerca, a jugar voleibol, y cosas sin trascendencia importante, descansaron de la comida, y cuando el médico se fue a continuar su consulta de la tarde, las chiquillas ya iban de salida a jugar, se despidieron y Karlita le dijo que de ahí se iba a su casa, ya que no había pedido permiso, para quedarse, pero que mañana sábado vendría por la mañana, para ver ¡eso!, y Sandrita salto a la breve despedida, ¿de qué, eso, eh?, que te traes Karla, te veo muy misteriosa, ¿acaso quieres vivir aquí en mi casa, con nosotros?, uff, no, mejor vámonos a la cancha y hay hablamos, entonces le dije, a Sandrita, no hija, ella quiere que le revise su pancita, ya vez que ayer se sentía mal, y todavía hay que darle otra medicina, es todo, tranquila y váyanse a jugar al rato conversamos princesita, ¡se cuidan y se portan bien, bye normita, bye luisita.
Ya por la noche solos Sandrita y el médico, platicaron un poco respecto al accionar explosivo que había tenido su princesita y le pregunto así:
M.- ¿Qué te pasa cariño, porqué te portas así con Karlita?
S.- ay, es que me da muina de ver, como te besa y te abraza, es bien abusiva,
M.- ah, es por eso, eh, pillina, ven a mis piernas, y vamos a platicar de ella, ok.
S.- bueno, ¿sí tú quieres?, ¿pasa algo, sigue enferma, que tiene?
M.- no, nada de eso, lo que pasa es algo muy delicado y quiero hablar contigo de eso, y de que, sí tu permites algunas cosas que quiero hacer con ella, lo hago y sino, mejor hay dejo todo,
S.- pues que es, ¡dime!, ya que la vi hoy muy contenta y hasta me compró un helado a la salida, y ella nunca trae dinero, pago con un billete de cien, y me invitó unos juegos de las máquinas en la tienda de la esquina de la escuela,
M.- ya ves, no es mala onda, lo que pasa, que tiene unos problemitas con su padrastro, eso me dijo ayer, cuando le revise su pancita, y pues hablamos de que su mamá, casi no la ve y no la atiende, y además tiene que ver a sus medios hermanos y ya se duerme muy tarde y de que su padrastro le pega y la regaña mucho, como ves,
S.- ah, ¿porque le pasa eso?, ella dice que está bien en su casa, y que su padrastro le compra muchas cosas y que su mamá, siempre está con ella y que la llevan a pasear muy seguido,
M.- pues, yo diría que es todo lo contrario de lo que sabes de ella, no te detallaré cómo son las cosas, pero te diré a modo de que entiendas unas situaciones muy desagradables que le han pasado y le siguen pasando, pon atención y escúchame princesita,
S.- sí, te escucho, ¿dime que le pasa a mi amiga?,
M.- bueno, mira, lo pasa, que a Karlita, su padrastro le hizo unas cosas, cuando ella tenía siete años, la lastimó mucho y la hizo tomar aguardiente, en esa ocasión, y ahora, en estos tiempos la maltrata mucho y le hace unas cosas muy feas, que me gustaría que mejor las escucharas de ella, ya que a mí, eso me da tristeza y rabia, y entonces yo le dije que sí quería vivir aquí con nosotros, y que iba yo a hablar contigo, ya que tú eres la que puede decir ¡sí o no!,
S.-¿ pero que le hace ese viejo panzón ?, ya lo he visto que a veces va por ella, y se pone como nerviosa de verlo, y casi ni le habla, ¿Qué le hace?,
M.- mi amor, ¿te acuerdas que hace una semana estuvimos juntos en mi cama e hicimos algo en relación con nuestros sexos?,
S.- aja, ¡si me acuerdo y hoy te toca seguir enseñándome en la noche, no!,
M.- sí, ya sabes que sí, pero escucha, ese viejo panzón, le hace ese tipo de cosas a Karlita desde que era más chiquita que tú, de siete años y la ha maltratado mucho, es por eso que ahora, no lo quiere, es lo único que te puedo explicar y por eso quiero que viva, aquí con nosotros,
S.- eso, no nos había contado a nosotras, que somos sus amigas, es muy callada a veces, y a veces habla como loro, pero, y si se viene aquí a vivir, ¿ya no va a ser lo mismo?, ya ves que tú me compras todo lo que quiero, me das para la escuela, me llevas a pasear, al futbol y, si ella está, a lo mejor, a ella le vas a dar todo lo que te pida, y a mí ya no,
M.- no pienses así princesita, ¡mi amor, mi querer y mi cariño hacia ti, son únicos!, nadie puede quitarte ese lugar que tienes en mi vida, ya que has llenado un espacio vació de años, de mi soledad,
S.- bueno, que sea como tú quieras, pero quiero que ella me cuente lo que le pasa, para ayudarla, y tú también papi, ¡ayúdala!,
M.- está bien, pero si llega a vivir, aquí con nosotros, tienes que compartir, ya que ella, ¡no tiene lo que tú disfrutas!, y me sentiría muy mal, de que la hicieras menos, ¿sabes dónde vive?, para mañana buscarla y a ver si encontramos a su madre, para que hablé con ella, para ver, que piensa de nuestra proposición,
S.- no, nunca nos ha dicho, pero sé, que vive en la colonia ¿*?, pero no exactamente, la que ha de saber es Luisa, ya que tiene unos cuadernos de ella y ahí tiene sus datos con la dirección, como los míos, si quieres mañana voy a verla, para que me preste uno de los de ella y hay tomamos su dirección,
M.- sí, mientras me baño y preparo nuestro desayuno, vas, pero no digas, para que la quieres, sólo cópiala y te vienes, y ya vemos que hacemos, ¡ya duérmete!,
S.- papi ¿y ahora no me vas a enseñar, más cosas?, ya es viernes, y pues toda la semana he estado esperando el día de hoy, ¿o no quieres enseñarme ahora?,
M.- mmm, ¿Qué te parece, sí lo dejamos para la siguiente semana?, me siento un poco mal, por lo de Karlita, de pensar, ¿sí estará bien ahora?, pero sí te voy a enseñar todo, deja que arreglemos está situación, y pues nos vamos a un lugar bonito, en dónde cenemos los dos y oigamos algo de música, y nos quedemos en un lugar muy especial y te enseñe a disfrutar algo muy rico, mientras duérmete, princesita,
K.- bueno, te quiero mucho, mañana veo lo de la dirección de Karla, para que vayamos a verla, ¡hasta mañana!
En eso, mi amigo se fue a descansar a su habitación y el timbre de la casa sonó, de una manera muy insistente, ya que a veces, había enfermos que requerían de alguna consulta de emergencia y afuera existía un letrero, que rezaba, “servicio las 24 horas”, se volvió a calzar y bajo, como de rayo, ya que a veces las emergencias, no pueden esperar, y por la mirilla, observó a Karlita, abrió inmediatamente y se sorprendió de verla, preguntándole, ¿Qué pasó hija, porque vienes a esta hora, pasa algo?, pásate, arriba, voy a cerrar, subió la pequeña y atrás el médico, preguntándole lo que estaba sucediendo, por su llegada a esta hora, y un diálogo se estableció, de esta manera:
M.- ¿estuviste llorando, verdad?, que sucedió, platícame, vente vamos a la sala, ¡voy a traerte agua!, o ¿quieres un café capuchino?, de los que te gustan de canela y vainilla,
K.- no, no quiero, sólo que ya me vine a vivir con ustedes, tuve problemas hace rato, con mi padrastro y me corrió de su casa, y mi mamá no estaba, pero le deje un recado de que me venía aquí,
M.- sí, pues, pero antes debemos hablarlo con tu madre, por hoy na hay problema, puedes quedarte, pero mañana temprano tenemos que ir con ella, para solucionar este asunto, a la voz de ya, ¡deja hablarle a Sandra, para decirle que acabas de llegar, ha de estar por dormirse, espera, en eso llamó a la pequeña, Sandrita y le comento de la llegada de Karla, y pues la sorpresa no se hizo esperar para la princesita, quien de inmediato hizo acto de presencia, para dar la bienvenida a Karla,
S.- ¿Qué paso Karla, porque llegas a esta hora?, ¿Qué ha pasado, como te veniste, en que te veniste, que pasa?,
K.- pues fíjate que mi padrastro me pegó y me corrió de su casa, ya que andaba tomado y pues, me vine para acá contigo, ¡ya no quiero regresar!, le deje una nota a mi mamá a donde me venía, para que venga a buscarme, para que tu papá, hable con ella, para quedarme aquí a vivir, digo si no te molesta, ya ves, que eres algo especial, ¿pero tu papá me va a ayudar?,
M.- sí, ya hablamos hace un rato de lo que andas pasando y ella me pidió que te apoye, y pues así lo voy a hacer, espero todo salga bien con tu madre mañana, duerme con Sandra y ponte cómoda, las dejo, seguramente van a hablar, no se desvelen, besos a mis dos amores pequeños, hasta mañana,
S.- vente Karla, vámonos a la recamara, quiero preguntarte muchas cosas,
K.- sí, claro, espero no desvelarnos mucho, ¡vamos!
S.- ¡siéntate a mi lado, arrímate conmigo!, ¿Qué ha pasado contigo, confía en mí?,
K.- pues, mira yo tuve una situación a mis siete años, con mi padrastro, ya que me lastimó, en ese tiempo y a la fecha lo sigue haciendo, pero hoy me pegó y por eso me salí, me dio con un cinturón en mis nalguitas y mis piernas, ¡mira!,
S,. ¡a’ su m. . . .!, te dio con ganas, pues ya le dijiste a mi papá, para que te cure, o le digo, ¡se te va a hacer morada la piel!,
K.- no, no le dije, me da pena que me vea los cintarazos marcados,
S.- pero se te va a poner morados, para mañana, bueno mira te pongo crema de esta, es para manos, pero es suave, refresca, acuéstate, te voy a untar un poco,
K.- bueno, con cuidado eh, que me arden mucho,
S.- bueno, dime ¿Qué te hace?, aparte de madrearte así, mira como traes las nalgotas y las piernas,
K.- ah, pues te dije que me hace cosas, como si fuera mujer grande, ¡me hace sexo, a veces, en las noches!, desde que tenía siete años, ya te dije, y pues me amenaza, para que no le cuente a mi madre,
S.- ¿Cómo?, uff, y porque no lo acusas, con tu mamá,
K.- no, ya que dice que si lo hago, va a matarla y a mí me va a llevar a un convento, para que me haga monja y que no voy a salir ni a asomar la nariz a la puerta de ese convento,
S.- ah, entonces sí es muy malo, ese panzón, mala cara, deja que mi papá hable con tu mamá y pues ya te quedas conmigo y te voy a cuidar, de que no te pase nada,
K.- sí, ojala, mi madre acepte y vea lo que me hace su “marido”,
Las horas transcurrieron y por fin se quedaron dormidas, Sandrita arrimó a Karlita al rincón de la cama y ella a la orilla y tiernamente puso su brazo encima de ella, la abrazó y en voz baja le susurró, ¡te voy a cuidar Karla!
Al pasar los días y después de esa plática entre el médico y la madre de Karla, llegaron a un acuerdo, acerca de la estancia de Karlita, quien se quedó a vivir en casa de Sandrita a petición del médico y por las circunstancias vividas por esa pequeña ninfa, todo caminaba a la perfección, la rutina como siempre, escuela, tareas, salidas entre las dos chiquitinas, juegos, y el médico con su rutina propia de atención a sus pacientes, así como las visitas continuas de Luisita y Normita de casi a diario, hacía ver alegría, a esa casa y obviamente, al médico que departía mucho con ellas, juegos de mesa, salidas a algunos parques de diversión, o simplemente a ver un partido de futbol en algún estadio, los meses pasaban por inercia del tiempo, hasta que una noche, Karlita le dijo al médico que quería platicar con él, a solas, ya que tenía algo que le andaba sucediendo de hace unas semanas:
K.- quiero hablar contigo daddy, fíjate que, no sé qué me está pasando de hace dos semanas al día de hoy,
M.- si, ¿Qué te pasa, mi amor platícame?, ¿te duele algo, te sientes mal, dime?,
K.- pues, mal no me siento, no me duele nada, pero es algo que siento aquí, abajo, que me inquieta, como que me da algo así, de cosquillitas muy bonitas y me hacen, como estar incomoda, y pues me sobo un poquito y más siento esas cosillas raras, ¿puedes ver qué es?
M.- sí, claro que sí, pero, quiero que decirte algo mi reina, y pon atención, eso que me dices que te pasa, es porqué, tu vaginita necesita de atención, ya ves que, bueno cuando vivías con tu madre, tu padrastro te hacía cosas, de las que ya hemos hablado y la última vez quería hacerte por tu cola y por eso te golpeo, ya que no te dejaste, ¿recuerdas?,
K.- sí, claro que me acuerdo, y de las veces que me hacía su mujer, en las noches, bueno así decía,
M.- ok, pues no tienes nada, que te deba preocupar, ¡es sólo una necesidad de hacer eso, que tú padrastro te hacía, ya que estabas acostumbrada, aunque era a la fuerza, y ahora no, y pues el cuerpo aunque sea de tu edad, necesita de cierta atención en ese aspecto, pero ya sabes, nada de cosas a la fuerza, todo debe ser delicado, tierno y que aprendas más que nada a disfrutar esa plataforma camino a la sexualidad temprana, pero con ternura, ¿quieres, y te gustaría probarlo?,
K.- sí, quiero que me enseñes tu daddy, esa vez que me quede aquí, me gusto como me hiciste, ¡sí quiero!,
M.- bien, te vas a aguantar, para mañana, en la noche, ya sabes lo que tienes que hacer, esperar a que Sandra se duerma, y te vienes aquí a mi recamara, sin hacer ruido, ha, pero ahora, quiero que te pongas muy bonita, y te pongas esa faldita corta que tienes y aquí te vas a poner las zapatillas de esa vez, que están donde las dejaste esa ocasión, ya veraz que será algo distinto, y te va a gustar, iré a comprar algo que tomemos, pero sin que tenga alcohol,
K.- si daddy, como tú digas, mañana por la noche te veo, ¡te quiero mucho!, bye
Al día siguiente la misma rutina de siempre, escuela para ellas, trabajo para el médico, la visita de luisita y normita, la comida juntos, todo normalmente, hasta que llega la noche, el médico se asea, con el fin de evitar esas bacterias nosocomiales, por el trato y contacto con sus pacientes, y llega el momento de despedirse de ambas nenas, pasando a la recamara que comparten ambas, muchos besos y pues se marcha a su habitación a “descansar”, sabiendo que de algún momento a otro haría su aparición Karlita, vestida, como una pequeña colegiala de secundaria o preparatoria, al médico se le hizo eterna la espera, hasta que por fin, llegó ese bocado exquisito que se llama Karla.
K.- ¿yo creí que ya estabas dormido?, Sandra apenas se durmió, estaba viendo una peli de osos, hasta que acabó, y pues no me podía salir, pero ya la deje bien dormida, y ya estoy aquí,
M.- ¿pero, te fijaste que, ya está bien dormida?, ya ves que luego se para al baño o a tomar agua, y no quiero que vaya a ver algo, ¡cierra la puerta bien con seguro y vamos a platicar bonito!
K.- sí, mira me puse esta faldita de tabloncitos, ya me queda bien chiquita, es todavía de la última que le compré a una señora, en un botadero de ropa americana, allá por donde vivía ¡me la dio en 5.=, esa vez.
M.- ¡uy que hermosa te queda, hasta tu bóxer, se te ve!, y con esa piernotas, te ves, como una artista de televisión, y eso que vienes descalza,
K.- espera, ahora me vas a ver con zapatillas, y tú me dices como se me ve, ¡sí!,
M.- caray Karla, te ves muy exquisita, ¡hasta dan ganas de darte de nalgadas!, y caminas como una señorita, ¿y a poco esa falda te la ponías, para salir?,
K.- nooo, como crees, a veces me la ponía en donde vivía y cuando escuchaba la camioneta de mi padrastro que llegaba, me iba al baño de volada a cambiarme, imagínate, si me hubiera cachado alguna vez así, uff, noo,
M.- me imagino, ven, ¡acuéstate a mi lado, pero así vestida, no te quites ni las zapatillas!, ¡te ves sensacional Karla!,
K.- me gusta, que me veas así, eres muy tierno conmigo, ¡subiendo una de sus piernas a las del médico!, ¿me quieres?,
M.- claro que te quiero Karla, eres mi adoración, ¡qué te parece si apagamos la luz!, para hacer travesuras, ¿quieres?
K.- sí, yo la apago, y se pasó encima del médico, para apagar la lámpara de noche del buró, montándose en el vientre del médico, y ahí se quedó encima de él, ¡ya con la luz apagada!, y acariciándole el pecho,
M.- el depositó sus manos en la cintura y a la vez, rozando y descansándolas en esas caderas de niña voluptuosa, haciendo que ella participara en ciertos movimientos coitales encima de él, vestida con esa falda y calzada de sus zapatillas, y un top, que mostraba esas tetas infantiles, de muy buen tamaño,
K.- ¡enséñame daddy, como se debe una de mover, así como estoy encima de ti!, quiero aprender, nada más de ti, ¿así lo hago bien o como se hace?, dime,
M.- mmm, ahh, así, así, tu muévete como si jugaras al caballito, pero sin saltar, sólo jala tu colita hacia atrás y la regresas, machucando mi pene, ahhhh, sii, así, eso es, dale muy despacio, con suavidad, aprende a erotizarme más de lo que ya estoy, sigue, ahh, ahhh,
K.- ¡uy, qué gordo se siente tu coso!, me roza mi “chepita”, siento bien, mmm, ahh, ahhh, ¿lo hago bien?, dime, o muéveme tu, ahhhh, ahhhhh, ¡me gustaaa!, ahhhhhh, que bien sientooo, ahhhhhhh, ay, ayy, algo sientooo, algo sientooo,
M.- haber álzate, voy a quitarte el bóxer y me lo vuelves a hacer pero de piel a piel, para que sientas, más bonito, eso es, acomódate, ¡ahora vuelve a empezar, muy despacio igual saca la cola hacia atrás y la regresas, pasando tu vaginita encima de mi pene, eso es, eso es, sigue, ahhh, ahhhh, que rico mojas, ¡ya estás mojadita!, acuéstate, me voy a subir encima de ti,
K.- siii, siii, ¡ay me siento muy mojadita de mi chepis!, ¿abro mis piernas?, ¿ay, que me estás haciendo?, uyy, que bien, me haces, ¿te gustan esa babitas, que sacó, verdad?, ayy, ayyy, ahhh, ahhhhh, síiiiigueeeee, sigueeeeeeee, ahhh, ahhhh, me vas a hacer orinarrrrrr, como ese díaaaaa, ahhhhhh, ahhhhhhhhhhh, uff, ya, yaaa, no aguantooooooooooo, nooo, me hagooooooooo, me hagooooooooo, aahh, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, me estoy miandooooooooooooooo, hijo de p . . ., yaaaa, yaaaaaaaaaaaa, me haces cosquissssssss, hijo de su p . . . m . . . . , ¡Que ya me orineeeeeeeeeeeeeeeeee!, ya nooooo, me la mamesssssssss, ya noooo, ayyyyyyyyyyyyy, ayyyyyyyyy, ayyyyy, ahhhh, ahhh, ahh,
M.- ya, amor ya está pasando, tranquila, ya te llego un orgasmito muy dulce, me lo tomé todo, ¿sientes todavía muchas cosquillitas?, abre las piernitas, eso es, quiero que me cargues como ese día,
K.- espera, espera, siento muchas cosquis, ya me están pasando, espera, porfis,
M.- cuando me digas, mientras descansa, voy por una botella de jugo de manzana, que te compré, mientras descansa,
K.- aja, sip, ¡ah, qué bien sentí!, cómo qué me oriné, pero no fue eso, ¿a poco te chupaste esa cosa que me salió?, ¿Por qué te gusta chuparme la chepis?, ¿a que te sabe, ha de ser sucio, no?, por ahí me hago pipí todos los días,
M.- sí mi amor, tu cosita saca unos jugos igual de sabrosos, que los de esta botella, ten toma, es de manzana, no tiene licor, por eso lo compré, para ti, bueno varias botellas, para que Sandra tomé mañana y todas las amigas de la escuela que vienen,
K.- ah, que rico, está helado, ¿pero, no me dijiste, porqué te gusta chuparme mi chepis?, a que te sabe mi pipí, siento que me la dejas seca de tanto que le jalas con tu boca,
M.- ah, pues es un sabor, que no te lo puedo explicar, pero que a muchos de nosotros los varones, nos encanta y más sí una mujercita pequeña como tú, nos los da, ya que son muy especiales, y tú eres muy limpia no hueles a nada, solo saben a un poco de tu pipí y una cosa que a nosotros los hombres nos atrae de ustedes las muñecas de carne, ok,
K.- bueno, pues si te gustan te los voy a guardar, para que te los tomes a diario, ¿quieres?,
M.- pues, no sería mala idea, pero hay que saber abstenerse, de que esto sea diario, ya que tanto nosotros los hombres, como ustedes las mujeres, nos desgastamos de hacerlo todos los días y pues, se acaba la magia de estar juntos, eso puede ser, a tu edad de once años de a poco, pero puedes hacer algo sola, cuando sientas lo que me dijiste ayer en la noche, que eran, como unas cosas raras, sin que haya necesidad de mantener un encuentro como el de ahorita, ¿me entiendes?,
K.- aja, pero explícame, ¿Qué tengo que hacer?, ¿es que son unas como unas cosquillas muy extrañas y siento que me brinca la chepis?,
M.- Bueno, para empezar ya no quiero que le digas a esta partecita ¡chepa, chepita, chepis!, se llama vagina, pero de cariño muchas mujeres les ponen algún apelativo de acuerdo a su personalidad, como ejemplo “pepita, semilla, vaginita, bollito, etc.”, pero tú eres una niña, y me gustaría que le dijeras a tu partecita de otra forma, por decirlo, te gustan unos pastelillos que venden en las tiendas que se llaman ¡. . . . . . .!,
K.- ah, sí a veces los compramos y vienen de a tres en la bolsa y hay de vainilla, chocolate y fresa, sí, me gustan, ¿a poco te gustaría que le dijera así a mi chepita?,
M.- sí, exactamente, ese nombre me gustaría que le dijeras de hoy en adelante, ya que eres una niña muy bonita, y muy dócil conmigo, sí me agradaría que ya la bautizáramos con ese nombre, ¿te gusta?,
K.- sí, ¡sí me gusta el nombre!, ¿y cómo la bautizamos?, ¿a poco me vas a llevar a una Igle . . ., para que un P . . . ., le eche agua B . . . . . . .?,
M.- ja ja ja, me haces reír con tus ocurrencias, Karla, ¡no, como crees, aquí le ponemos su nombre ahora, mira acuéstate y abre esas piernotas, cierra los ojos, pero no los abras, hasta que te diga, te va a caer algo ahí en la vaginita, cuando te diga, “ya”, los abres,
K.- aja, sip, cierro los ojos, abro las piernas, me echas agua y, ¡hay, esta frio eso que me echaste!, hasta a la cola le toco esa cosa fría,
M.- ¡abre los ojos!, en este momento la señorita chepa, deja de llamarse así, por que no va de acuerdo con la personalidad de Karlita, y de ahora en adelante, se llamará “twinki”, por ser una orden jerárquica, ya que este nombre está de acuerdo a lo hermosa que es su dueña,
K.- ji ji ji, que bien, entonces ya puedo decirle chepa, ahora, ¿pues límpiame mi twinki?, esta mojada de jugo de manzana, toma mi bóxer y límpiamela,
M.- no, con eso no, mejor voy a quitar ese jugo con algo que te gusta, mmm, mmm,
K.- ay, me agarraste desprevenida, ayy, ayy, ji ji ji, ayy, ayy, me haces cosquis ji ji ji, ahh, me hacess, me hacesss, ahhh, mmm, ahhhh, te gustaaa, ahhh, ahhhhh, que bien, uff, me haces ricooo, ahhh, ahhhh, ahhhhhhhhhh, ayy, yaa, yaaa, yaaaa, me haces que me orinee otra vez, ayyy, ayyyy, ayyyyyy,
M.- mmm, que rico sabe la twinki, aummm, la voy a hacer que se orineee, mucho, mmm,
Como hace rato ajjjmmmm, ajjmmmmmm, te gusta que te chupeee, ¿verdad?,
K.- siii, siiiii, me haces orinarrrr, me haces orinarrrr, ayyy, ayyyyy, ayyyyyyyy, me hagooo, me hagoooo, ahhh, ahhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhh,
M.- mi Karla, que rico terminaste, ahora más que hace rato, eres una fuente de jugos, te amo, mi pequeño amor, en eso, él se fue acomodando entre las piernas de Karla y poco a poco fue acercándosele, hasta sentir esa humedad íntima y pasaba su instrumento masculino en el twinki de Karlita muchas veces, hasta en los oídos de ambos se escuchaba el chapoteo de esos órganos disparejos,
K.- ayy, despacio, ayy, poco, poco, ayyy, ayyy, sí, sí, poco ahh, ahhh, ayyy, ayyy, ahhh, ayy,
M.- ya entró, Karla, ¡ya entro!, quédate quieta, siii, ya entre bien, voy a sacar un poco y tú te quedas quieta, para que no te moleste mucho, voy, el médico se movía de una manera muy suave, salía y entraba en esa pequeña cuevita que le quemaba el glande, varias veces, hasta que empezó a escuchar gemidos muy tenues de la pequeña, Karla,
K.- ahhh, ahhh, ahhhhhh, abrazándose a la cintura de él, ahhh, ahh, ahhhh, uy que ricooo,
M.- hasta que al fin él quedo perfectamente descansando en el pubis de Karla, y se movía en rotación a éste, sin sacar nada de su hombría de la pequeña twinki, que lo estaba llevando a traspasar toda galaxia de emociones, sólo sus oídos eran testigos de los gemidos de satisfacción de esa pequeña mujercita,
K.- ahh, ahhh, ayyy, ayyy, me hagooo, me hagooo, ahhh, ahhh, ahhhhhhhh, ahhhhhhhhh, ayyy, ayyy, mmjaaaa, logrando Karla una oleada de sensaciones, jamás vividas por su padrastro, un río de fluidos se venían en cada embestida delicada que él le hacía, ahhhhhh, ahhhh, yaaa, ayy, yaa, ahhhhh, yaaaaaaaa, ¡acabo Karla un orgasmito más! y el médico quieto dentro de ella, hasta que sintió, como se mojaba Karla y a la vez a él, lo bañaba de sus fluidos en sus partes nobles y vello púbico,
M.- ahhh, que bien terminaste, me mojaste todo, de tus jugos, ahhh, ahh, déjame dentro de ti, amor, quiero terminar yo también, pero descansa, conmigo dentro tuyo, ahhh, ahh,
K.- siii, siii, me haces cosquillas dentro de mi che, digo de mi twinki, ay que rico, siento como se te engruesa adentro de mí, ahh, en eso Karla bajo su mano y se tocó su pubis y sintió que el pene del médico estaba perfectamente alojado en ella y dijo sorprendida, ¡ah, me lo metiste todo, y ni sentí?,
M.- si amor, todo lo estas comiendo, ya eres una mujercita, y no te lo voy a sacar, hasta que se tome mi esperma tu twinki, quédate quieta, así como estas, mientras se te pasa lo agitado y se te pasan las cosquillitas, mientras platicamos, ok,
K.- si, como quieras, ¿qué quieres platicar?, ahh, no me lo muevas, estate quieto, me das cosquis adentro,
M.- bueno, yo quiero que me digas ¿Qué diferencia hay entre lo que hacemos tú y yo, y tu padrastro, cuando te lo hacía?,
K.- ah, pues, sólo se me iba encima y me metía su coso, rápido me hacía doler de mi twinki y como al minuto me echaba sus espermas, de ahí se bajaba se lo limpiaba y me aventaba el mismo trapo, para que me limpiara, y se iba con mis medios hermanos, y al rato otra vez, había veces que me lo hacía, hasta cuatro veces en la madrugada,
M.- ¿y tú lo deseabas que te lo hiciera?, ¿o era ¿qué no lo aceptaras?, ¿pero, te dejabas nada más?, para no tener problemas con él,
K.- nunca me gustó que me lo hiciera, ya te dije que lo odiaba mucho, pero que podía hacer, mi madre no sabía nada, y me sentía indefensa, por sus amenazas,
M.- pero, me imagino que era muy cuidadoso para hacértelo, ¿no?, o ¿Cómo te hacía?, ya que conmigo eres muy participativa y te dejas hacer muy bien y gozas estos momentos,
K.- ¡cómo crees!, era una bestia, me hacía bien feo y fuerte, había veces que hasta sangre me sacaba, ya que me limpiaba su porquería esa y en el papel o en el trapo se veía sangre mía revuelta con eso, de él,
M.- pero, me imagino que le reclamabas, para que fuera más cuidadoso, ¿contigo, no?
K. pues si le dije, dos veces, que me lo hiciera despacio, pero era un animal, no entendía, a veces me hacía llorar, de lo fuerte que me lo metía,
M.- sí, me di cuenta ¿esa vez que te revisé, te acuerdas?, de que te vi tu vaginita muy desarrollada, ya que la tienes como una jovencita de unos 15 o 16 años, te voy a decir algo, y quiero que lo tengas presente siempre en tu vida,
K.- dime, daddy, pero no me lo muevas mucho que me haces reír, ji ji ji,
M.- tú ya no tienes ni rastros dónde estaba tu himen, desgraciadamente fuiste desgarrada de una manera poco cuidadosa, pero, ¡tienes algo que pocas mujeres, bueno aún eres tú una niña, pero cuando seas ya una mujer, tu veras que tu vaginita es muy estrechita o sea muy reducida, prácticamente eres muy elástica y eso hace, que no se note mucho esa pérdida de tu telita, llamada himen,
K.- pues, que bien, ya había pensado en decirte, que me operaras de mi twinki, para volver a ser virgen, ya que leí en un periódico, de que se puede recuperar esa tela rota llamada himen, ¡ay, siento que esponjas mucho tu coso!, ¡me siento muy mojadita, de la twinki!,
M.- pues, sí se puede, pero mejor quédate así, ya veremos más adelante, mientras sigue disfrutando a esta edad, ¡antes no te gustaba, pero ahora ya sientes necesidad de mujer!, y quiero que lo sigamos haciendo, como hoy, de vez en cuando y que no se entere nadie de tus amigas, o maestras, nadie, esto es muy serio lo que estamos haciendo, para mí sería muy comprometedor esta situación, que me traería muchas consecuencias y pues ya no me verías y ya ni te podría apoyar, como hasta hoy, esto es “secreto privado”, ok,
K.- sí, yo no diga nada, sino dije lo de mi padrastro, menos lo tuyo, ¿me quieres?, o no,
M.- mucho Karla, te quiero a mi lado, aunque nuestras diferencias de edades, sean muy grandes, tu apenas de once y yo de 29, pues son 18 años que te llevo, pero eso, no es impedimento, para amarte aunque seas chica, vamos, hazme como cuando estabas arriba de mí, que movías la cola para atrás y luego para adelante, pero ahora yo arriba de ti y tu abajo, hazlo muy despacio, alzas y bajas tu pelvis, para que me hagas rico, ¡empieza!,
K.- aja, sip, ¿así está bien?, o cómo, nunca lo he hecho, no se moverme, haber deja hacerlo otra vez, . . . . . ., ¿así, se hace?, ¡explícame cómo!,
M.- mira, mi amor, vas a aprender ahora, pon atención, la espalda y las pompas, las dejas bien reposadas en la cama, esas no se levantan, lo que vas a mover es nada más tu cadera, cómo sí hicieras ejercicio de educación física, de atrás para adelante, haber te voy diciendo, arriba abajo, otra vez, arriba abajo, eso es, vuélvelo a hacer varias veces, nada más las caderas, empieza, cuando te apriete la mano, paras un momento y cuando la suelte, vuelves a hacerlo varias veces, pero despacio, y así por intervalos cortos y veraz que lo podrás hacer,
K.- bueno, agárrame mi mano, a tu señal, . . . . ., ¿ya me muevo?,
M.- eso Karla, así, asií, suave, suave, no hay prisa, alza baja, alza baja, eso es, descansa, ¿sentiste algo?, que estorbaba dentro, ¿verdad?,
K.- sií, to coso lo siento apretado cuando te hago los movimientos, pero se siente bien,
M.- bueno, ya sabes, a mi señal, vamos, . . . . ., eso es, eso es, despacio, eso es, sube y baja, varias veces, así, así, ya ves si puedes, sigue, si te cansas paras un poco y vuelves, hasta que. . . . . . . . ., ahh, si Karla, ahhhh, dale, dale, ahhhh, ahhhhhhh, más Karla, más eso es, massssssssss, ahhhh, ahhhh, ahhhhhhhh, no aguanto amor, no aguantoooooo, ahhhhh, ahhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhh, mmmmmmmmmmmm, mmmggggggggg, tomaaaa, tomaaaaaaa, mmmmggggggg, ahhhhhhh, ahhhh, ahhh, ahh, me vacié en tu twinki amor, me vaciéeeeeeeeeeeee, ahh, ahhh, ahhh, mmmmmmm, mmmmm, mmm,
K., uy que caliente son tu espermatozoides papi, me llegan hasta mi pancita, los siento calientes, calientes, uyyyy, ahh, yaaa, salte de mí, me roza mucho, ya me está lastimando,
M.- si mi amor es mucho lo que haces, deja salirme de ti, no te muevas, eso, . . . . . ya estoy fuera de ti, ¿te gustó?,
K.- ay, sí, te quiero papi, te quiero, haces que no me duela y me siento bien, ¿me quedo a dormir contigo?, o quieres que me vaya con Sandra,
M.- pues, ¡te limpio!, y vas a darle una vuelta a Sandra, haber sino se ha despertado o algo y vienes a decirme, ¡eso es ya quedo limpio “mi twinki”! ves y vienes, sin hacer ruido, pero ¡quítate las zapatillas!, para que no hagas ruido. . . . . . . . . . . . ,
K.- ¡está bien dormida!, déjame dormir contigo, quiero que me abraces, ¡al rato me pasó con Sandra!, ándale papi,
M.- ok, acuéstate y vamos a dormir, acuérdate de que te tienes que asear tu vaginita, cuando te bañes, ¡no quiero que huela a mí!, antes de que Sandra se levante, ya debes de estar limpia de la twinki y ya bañada, ya ves que van a la escuela y ya es viernes, vente súbete a mi lado y vamos a dormir, un rato, dame besito,
Bueno mis amigos de la comunidad y a los múltiples visitantes, espero que este capítulo haya sido del agrado de ustedes, me siento muy orgulloso de escribir este relato de mi colega y amigo el Dr. Mangual, que exquisitez de su narración, sobre todo esa manera y forma de despertar a Karlita, a sus once años, aunque la niña, ya había tenido esa experiencia con su padrastro en múltiples ocasiones, la pequeña jamás (disfrutó), de algo tan sutil, como lo que se dejó hacer en este encuentro, ya que aprendió y a su edad disfrutó, de esas mieles, que nos llevan a vivir las relaciones sexuales, pero a su edad, hay que tener mucha calma y cuidados muy especiales, un saludo a todos de SEXIGALENO.
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