El mundo es pequeño, el primero en llegar, es el primero que se sirve III
La historia finaliza.
Nancy y Claudio sentados en los columpios en silencio.
La chica tenía en su mano una píldora del día siguiente que Claudio le dió.
Ambos habían dejado su virginidad atrás, se contaron su versión de los hechos e historias.
Nancy sentía culpa, ella era la responsable de que Claudio se entregara a otra mujer.
Claudio, después de escuchar la historia de Nancy, tenía dudas sobre si quería seguir adelante con lo suyo.
Después de todo, ella aceptó que no lo veía como su pareja, si no como si algo, ella nunca pensó o considero que él fuera el primero, parte de ella quería dejar de ser virgen sin importar quien, aparte del efecto del afrodisíaco.
Claudio se había montado una historia de amor entre ellos dos, pero descubría que no era recíproco.
Nancy se sentía peor al saber que Claudio en realidad la veía como su chica, la amaba y quería entregarse a él, pero Nancy es solo inteligente, no sabe mucho de sentimientos, en su cabeza el romance no es precisamente lo más importante.
La chica de 15 años nunca se percató de sus propios sentimientos, de cómo Claudio a estado con ella desde que tienen 6 años, siempre la ha cuidado, le a dado su amistad y cariño, a estado en todos sus cumpleaños, sus regalos siempre han sido los mejores, pulseras, collares y adornos hechos a mano, hechos por él.
-Yo… Lo siento mucho – dijo ella con la voz quebrada -No soy buena con los sentimientos, nunca me di cuenta que siempre estabas ahí, hasta hoy – con el corazón en la mano la chica esperaba que Claudio la perdonara – me gustaría, si estás dispuesto – continuo ella con la quebrada – Intentar algo, tu y yo, intentar lo nuestro ¿Tal vez? Si quieres… –
Claudio pensaba, él aún sentía algo, lo mismo en realidad, y más importante, la deseaba «ella es aún virgen… Minúsculo pene», las palabras de Ale sonaban en su cabeza «Serás papá… Otro hombre se hará cargo» – Estamos igualados, y yo seré padre, llevo ventaja, su coito duro a lo mucho 25 minutos, el mío poco más de una hora – Su mente le daba argumentos a sus sentimientos, poco a poco cedía, Claudio era capaz de perdonar y olvidar, sus padres siempre le han enseñado eso «debes dejar el pasado y lo que te hace daño».
De pie en frente de Nancy, Claudio le extendía la mano, el corazón de Nancy latía a mil por hora, frente a ella estaba un chico que sentía algo por ella, el tacto de su fuerte, áspera y enorme mano le causó un escalofrío que llegó a espalda y vagina, la chica experimentaba excitación, pero está vez era natural.
Tomados de la mano caminaban Claudio y Nancy, el destino era desconocido para ella, pero a la fiesta no iban, las 840 en el reloj -Aún tenemos tiempo- pensaba Nancy que sujetaba con fuerza a su novio de la mano.
Estaba tranquila, se sentía cómoda, estaba excitada, su vagina, caliente y húmeda, pedía a gritos ser penetrada, en su pecho sentía emoción y nerviosismo, por su cabeza pasaba la pregunta ¿De qué tamaño la tendrá? Y se respondía ella sola «Se le nota un paquete grande» sonreía como tonta y se colgaba del brazo de Claudio, que la miraba con su rostro apacible y una sonrisa.
En ese momento Nancy se dió cuenta de lo hermoso que es Claudio, no es bien parecido, es hermoso, grande, fuerte, con rostro que inspira tranquilidad, una sonrisa que irradia amor, la duda invadió a Nancy por un segundo «no me merezco a este chico» pensó «no soy guapa, ni sexy, soy la chica con los senos y glúteos más pequeños de la clase y quizá de la escuela, tampoco la más bonita, en lo único que resalto es en la escuela, también soy delgada, pero nada más», Claudio la miraba y le sonreía despejando todas las dudas de la chica. Para él, Nancy era la chica más hermosa del mundo, era alegre, inteligente y sexy, para Claudio ella es la chica más hermosa del mundo y no tiene dudas al respecto.
-Llegamos, espero no importunar, aquí fue donde estuve con la otra chica, espero nos permita usar algún cuarto, porque no quiero volver a la fiesta y no tengo ningún otro lugar a donde llevarte.
Nancy se sintió incomoda, por una parte estaba el factor de la otra chica, por otra parte estaba el factor ella sabrá lo que hacemos, pero, por otra parte, Claudio se la cogería -¡No Nancy, vamos a hacer el amor!- con eso en mente, acepto la situación y espero.
Claudio es bueno con las palabras, se esmeró en tratar de convencer a Alejandra que sonreía, no era necesario convencerla, con gusto le prestaría el lugar, pero ella estaba ocupada analizando a la chica «fea no es, hay mejores sin duda, pero algo tiene» pensó Alejandra.
-Iré a cenar, son las 9, regreso a las 1030, diviértanse. – Dijo Alejandra dejando a los dos chicos solos en su departamento.
Las 910 en el reloj, Alejandra ríe mientras conversa con Pedro que ignora su prometida tiene en el útero el semen de un chico con alto riesgo de quedar embarazada.
En su departamento, una pareja de jóvenes se besan apasionadamente mientras se desvisten, la chica propone pasar a darse un baño, quería eliminar restos de su anterior encuentro.
Ella espera a que él termine de desvestirse en la ducha, se lava a conciencia la zona genital para borrar los restos de sabor del otro hombre cuando se abre la cortina y delante de ella aparece su amante, un chico de 15 años con un pene monstruoso y erecto, la joven se siente nerviosa ante semejante monstruo.
El chico entra a la regadera y la besa punzando con su enorme miembro el vientre de la chica, ella se emociona al sentir sus brazos a su alrededor en un abrazo cálido, el pene llega desde su monte de Venus hasta la boca de su estómago, es caliente, duro y palpita.
Ambos jóvenes se besan en la cama, la chica aún nerviosa recibe los dedos de él en su vagina con placer, son gruesos, largos y raspan sacándole gemidos de placer que se callan con el beso.
Ella recorre la extensión del chico con sus manos, es tan grueso que no puede abarcarlo con sus pequeñas manos, debajo cuelgan unos grandes testículos, pesados y peludos.
Mientras los jóvenes exploraban sus genitales, Pedro besaba a Alejandra quién no se lavo los dientes, sin saberlo, Pedro degustaba el sabor del chico que sería el padre de su hijo.
En el departamento Nancy probaba el sabor del pene de Claudio, era afrodisíaco, dulce pero sin empalagar, con cada beso en el descomunal miembro sentía como cuando te pones una pila en la lengua, sostenía y jugaba con sus enormes testículos, su boca producía enormes cantidades de saliva que chorreaban a su pecho, la chica de boca más grande que Ale, le daba amor con un poco de problemas al pene de su amado, en realidad era la falta de experiencia, «con algo de práctica, podré comermelo sin problema» pensaba Nancy degustando el miembro que tenía en la boca con dulzura y amor.
Claudio de pie disfrutaba de las atenciones de su chica, suspiraba y gemía, su respiración era rítmica, su vientre subía y bajaba moviendo su pene haciendo un efecto de penetración en la boca de ella, la lengua de su chica jugaba con su glande y frenillo, poco a poco Claudio descubría lo que es hacer el amor y lo diferente de tener sexo.
Sin decir palabra sujeto a Nancy por los hombros y la levanto como si no pesara nada, al sentirse alejada de su delicioso dulce hizo un puchero que derritió a Claudio, y así, sujeta de los hombros, la beso probando el dulce sabor de su saliva mezclado con el sabor de su líquido preseminal que impregnaba su aliento.
Pedro conversaba con Alejandra, sus padres llegaron y fue libre para venir a verla, le decía cuanto la amaba, lo mucho que la extrañaba y lo ancioso que estaba por pasar el resto de su vida a su lado, al mismo tiempo, Alejandra podía sentir el semen de Claudio destilar por su vagina, manchando sus tanguitas.
De vuelta en el departamento Claudio degustaba el sabor de Nancy, no se detenía a pensar en su sabor, solo lo bebía, Claudio sabía que tal vez le estaba tocando probar el sabor del semen de otro hombre, pero no le importaba, era su chica.
La vagina de Nancy es pequeña, ligeramente irritada por su primera experiencia, la lengua de él era un bálsamo curativo, Nancy olvidaba poco a poco lo que sintió hace unas horas y un nuevo abanico de sensaciones la invadía, la saliva de Claudio inundaba su interior, se mezclaba con sus juegos y después Claudio los bebía. La espalda de la chica se arqueaba con todo lo que sentía, gemía con una sonrisa en su rostro, masajeaba el cráneo de Claudio invitándolo a continuar, lágrimas rodaban por sus mejillas, pero eran de placer y felicidad. Su respiración era agitada, un nuevo orgasmo llegaría y ella sabía sería fuerte, sus piernas reposaban en los fuertes hombros y espalda de Claudio – ¡Más amor, más! ¡Algo viene, algo viene! ¡Oh por dios es grande, es enorme, es inmenso! ¡Aaaaaaaaaaah! – Nancy expulsaba todo de su interior, saliva de Claudio, restos de semen de Pedro, sus jugos acumulados, todo salía con el torrente de flujo de la extasiada Nancy que experimentaba el orgasmo más fuerte de su vida, del desconocido ni se acordaba, Claudio era el indicado, él sería el responsable de llevarla al cielo y no permitirá que nada ni nadie los separara.
El sediento Claudio se bebió todo lo que le arrojaron, le supo delicioso. De rodillas con su enorme pene erecto pulsando acariciaba el cuerpo de Nancy que respiraba agitada, sonriendo, con los ojos cerrados, sus senos modestos estaban enormes, inflamados por la excitación, los pezones erectos y duros invitaban a Claudio a tocarlos, sin esperar confirmación se inclinó un poco y amasó los pechos de Nancy, quien sintió un shock eléctrico recorrer su cuerpo, abrió los ojos y miro a su amado, giro un poco la cabeza, 940 en el reloj.
Pedro tomaba de las manos a su prometida que lo miraba a sus ojos fingiendo que nada pasaba, ama a este idiota que le fue infiel, lo perdona, pero solo porque consumó su venganza.
En el cuarto Nancy se acomodaba, se ponía cómoda, con las piernas abiertas a los costados de Claudio.
Su mano izquierda masajea su pecho derecho y pellizca suavemente su pezón, su mano derecha masajea su clítoris y termina por separar un poco sus labios vaginales -Ven amor, te quiero dentro – invitó a a su novio que se perfiló con su enorme miembro, jugando con su glande en la entrada de la vagina que en comparación de su pene, se veía diminuta.
-Sé gentil – Pensó en decir, es mi primera vez, pero no lo era, se contuvo, pero seguía nerviosa, estaba excitada, lo deseaba, pero es enorme.
Claudio, al ser tan empático e intuitivo se dió cuenta de la situación, sin retirar su pene de la entrada se acostó sobre ella, sus brazos a los costados a la altura de su cabeza, él se inclinó, la beso con dulzura y pegado a su oído le dijo -Tranquila, sé que es tu primera vez –
Nancy lloraba por las palabras de Claudio y por el dolor de sentir sus labios abrirse al monstruoso pene de su novio.
Sus manos sujetaban los firmes hombros de Claudio clavando sus uñas, el pene entraba poco a poco ante la mirada de la excitada y adolorida Nancy que temblaba del dolor.
Ale cenaba plácidamente un filete en compañía de su prometido, bebía agua mineral en lugar de la clásica copa de vino, se había retirado al tocador un momento, su vagina aún estaba dilatada, escurría semen, palpo su interior y comprobó que aún resumaba esperma, se acomodo la ropa, metió sus dedos a la y degustó el sabor del joven semen, espeso, concentrado, dulce.
Se aseguró de le quedarán residuos en su boca y así salió a besar a Pedro, quien degustó el semen de Claudio sin saber. Hablando de Claudio, excitado sobre Nancy empujaba y saca suavemente una fracción de su enorme pene, la chica experimentaba placer y dolor mezclados, realmente era más dolor, pero la emoción de saber que se entregaba a Claudio la empujaban a seguir sonriendo y quejarse con suaves gemidos con cada pausado y suave movimiento de su hombre.
Una especie de succión procedente de la vagina de Nancy jalaba el pene de Claudio cada vez que se retiraba un poco, cuando empujaba, esa succión permitía que otro poco del glorioso miembro del joven se alojará en el interior de su chica.
-Oh dios mío, la mitad ya entró, no te detengas amor, quiero sentirlo hasta adentro- dijo una entusiasmada Nancy al ver que se había comido la mitad del pene de su hombre, alzó las piernas y lo rodeó por la cintura, con sus manos hacia lo mismo al rededor del cuello, sus ojos llenos de amor y deseo miraban a Claudio, él por su parte se deleitaba con lo increíblemente apretado de su interior «sigue siendo vírgen» rotonaba en su cabeza.
-¿Estás bien amor? Podemos hacerlo con esto – Propuso el comprensivo Claudio, preocupado por la integridad de la chica, que por mucho amor y deseo en su mirada, sus muecas de dolor delataban otra cosa.
-Claudio, amor, dime, ¿ella pudo con todo?
El sorprendido y honesto Claudio no pudo mentir – Sí, pero justo a la mitad, se pauso y descansó un momento… Y dime, ¿él sabía que era tu primera vez?
Una apenada Nancy se encogió de hombros, apenada, pero en el momento y ante la cinseridad de Claudio, le respondió -Te soy cinsera, no sé ni su nombre –
Un poderoso Claudio tomo por la espalda a una ligera Nancy y la sentó sobre él, la chica sintió otro poco del pene entrar y se aferró con fuerza a la espalda de su amante.
-Se llama Pedro – dijo levantando un poco a Nancy -La chica se llama Alejandra, su prometida- dijo bajando a la chica penetrando más profundo -Sobre esta cama tuvimos sexo- subía – La hice tener mas orgasmos de los que no ha tenido nunca con él – bajaba más profundo -Llegué a partes a las que nunca llegará él – subió hasta casi estar fuera- deposité mi esperma profundo y me le adelanté, hoy es un día fértil para ella, esa mujer se casa en 3 semanas, llevará en su vientre un hijo mío- Con esa frase bajó Claudio a Nancy enterrando todo su miembro a la impactada chica al sentir lo mismo que Alejandra sentía unas horas antes, toda su vagina extendida a límites insospechados, tocando hasta lo más profundo de su ser, llorando se aferraba a su hombre, le pedía perdón en susurros de voz que eran lo único que podía proferir, el miembro de Claudio le robaba el aliento, llena, plena y feliz de haber sido capaz de albergar ese monstruo que tiene por pene su novio, monstruoso si, pero hermoso y de un sabor exquisito.
-Debiste haber sido tú… Debiste ser el primero… Lo siento tanto… Fuí una zorra…
Repetía Nancy con el enorme pene de su amado enterrado, Claudio, quien con su primera y única experiencia había aprendido a cómo tratar a una mujer, sujeto a su chica por una pierna, con su otro brazo que metió debajo del brazo de su chica y sujetó por la espalda y con un ritmo suave guió el cuerpo de su chica por toda la extensión de su pene.
La chica se aferraba a su espalda, gimiendo y pujando, lágrimas de dolor y felicidad recorrían sus mejillas que caían en el hombro y espalda de Claudio que disfrutaba de lo apretado y húmedo de la vagina de su chica.
-Es delicioso amor, tan caliente y apretado !No me quiero salir nunca! – Decía Claudio disfrutando de la caricia que la vagina de Nancy se la da.
-¡No te salgas nunca! No tienes que salierte nunca ¡Aght! Duele, duele, pero no te detengas, sigue amor, ¡sigue! – la chica guardo silencio mordiendo el hombro de su amante, intentaba concentrarse en el placer, su vagina chorreaba y hacia espuma en la misma pose que Alejandra horas antes, quería tener un orgasmo, pero el dolorcito se lo impedía.
De golpe Claudio se detuvo para besar con pasión a Nancy, en el restaurante Pedro besaba con la misma pasión a Alejandra que pensaba en como le estaba llendo a los chicos, con su lengua removía el interior de Pedro que notaba un sabor extraño en su novia, pero no sabía que.
Claudio enseñaba a Nancy a respirar, con los ojos cerrados la chica respiraba al ritmo de la penetración, subía e inhalaba, bajaba y exhalaba, poco a poco el dolor desaparecía y cambiaba por una sensación de placer y plenitud, sus gemidos eran más evidentes, pujaba de placer, poco a poco llegaba a su nuevo orgasmo -¡Dios, viene amor, es otro grande papi, sigue así, sigue, ¡Esto es delicioso! – decía la chica al borde del climax.
El concentrado Claudio disfrutaba de las contrataciones de su chica, se sumaban a lo apretado de su vagina y representaban un enorme reto para el joven que luchaba por mantener la concentración.
En el restaurante Pedro pagaba la cuenta e invitaba a su prometida a ir a su departamento, Alejandra le dijo que sí, pero primero le gustaría pasar a comprar algunas cosas que necesitaba para su domicilio, miró su reloj, 950, en ese momento Nancy liberaba su segundo orgasmo a manos de su amante, el 4to de su vida, pero el 2do más intenso.
Respiraba agitada sobre el hombro de su amado, contenta, feliz, con la vagina papitando ajustada sobre el grueso pene que la empalaba -Verga, señor verga – pensó Nancy, en su interior nació una bestia, quería más, al menos otro más, quería la leche de su macho y no pararía hasta conseguirla.
-Continua amor, quiero que termines, quiero tu leche- dijo Nancy que daba brinquitos sobre el pene de Claudio que sonreía ante las energías y ocurrencias de su chica.
-También lo deseo, quiero ver mi semen escurrir de tu interior amor – remato el chico que reanudó los movimientos, pero está vez la cambió, ambos chicos sonreían, se movían al unísono, gimiendo y riendo del placer que sentían.
-Vamos amor, termina esto, dame lo que te pido.
-Sí amor, te doy lo que quieras ¡Mi vida si es necesario!
-Ja ja ja ja, por ahora solo quiero tu orgasmo, quiero que rocies mi interior con tu leche.
Claudio gimiendo dejándose llevar afirmó con la cabeza y concentro sus sentidos en el placer que recibía.
Nancy acaricia brazos, espalda, rostro, cráneo, vientre y todo lo que tiene a la mano, la chica frunce el ceño como señal de placer, hace pucheros y exhalaba gemidos como muestra que está cerca.
Claudio respira agitado, ama a Nancy y disfruta sus muestra de amor y sus pucheros lo derriten y lo hacen sonreír.
El amor se podía sentir en sus cuerpos, la joven pareja se dejaba llevar y terminarían juntos por primera vez en sus vidas.
Explotaron juntos en una sonrisa que conectaba sus almas, todo había quedado atrás, a ninguno de los dos les importaba lo acontecido, ambos pensaban en su futuro y todos los orgasmos que tendrían para compartir.
Las paredes vaginales rebozando esperma lo transformaban en espuma con la fricción, la pareja había tenído -Pero que cantidad de semen amor, te juro que lo siento hasta la garganta.
Claudio abrazaba con amor y ternura a Nancy, un lado de él había despertado, el lado morboso, pensaba en todas las cosas que quería hacerle a Nancy, pero también lo quería decirle -Hasta la garganta re la voy a meter –
Sonrojado Claudio por lo que acababa de decir se limito a abrazar con fuerza a Nancy que reía a carcajadas.
En un carro estacionado en un supermercado, un decepcionado Pedro aguardaba a Alejandra «Hoy no habrá nada, estoy cansada, me llevas a mi casa y a dormir» fueron las palabras que pusieron a Pedro de mal estado de ánimo -Al menos me desquité con esa escluincla- pensó en voz alta recargado en su asiento esperando a su prometida.
Nancy se negaba a bañarse, se puso las pantimedias que de inmediato se bañaron con el semen de Claudio -Es mucho amor, ¡Mira como me escurre!- mostró la chica señalando esperma que recorría su pierna hacia sus pies.
Claudio se sentía apenado – Lo siento- le dijo el chico bajando la mirada, a su vez la chica lo golpeaba en en pecho con su puño cerrado y le decía que no estaba mal, que de hecho, le gustaba.
1020 en el reloj, la pareja de jóvenes amantes dejaban el departamento apurados por llegar a la casa de Nancy que sentía como a cada pasó chorros de esperma salían de su vagina mojando sus piernas, una llamada de teléfono público bastó para avisar a sus padres que iba camino a su casa acompañada por Claudio, quién inspiraba total y absoluta confianza a sus padres.
En el departamento Alejandra se despedía de Pedro a quien no invito a pasar, parada en su cuarto podía oler el aroma a sexo impregnado en su habitación, la cama estaba hecha, pero podía sentir la humedad dejada por los cuerpos de los jóvenes amantes.
Sonreía al saber que las cosas les fueron de maravilla, mientras tocaba su vientre. Alejandra tomo el celular de su bolso y marcó a su jefe…
Al llegar Pedro a su casa la fiesta ya había acabado, los chicos se retiraban con sus padres y los padres de Pedro lo esperaban.
-Alejandra se retira de emergencia, una tía está enferma, regresa en 10 días – dijo el padre de Pedro que se quedó sorprendido.
Fuera de la casa de Nancy los chicos reían y jugaban, los padres de la chica sonreían al ver a los chicos tan cariñosos.
Una semana después Claudio hablaba con el padre de Nancy pidiéndole permiso para salir con ella.
El padre le dió permiso al muchacho, bajo la condición de que Nancy mejorara en la escuela.
Los chicos contentos celebraron estudiando.
4 días más tarde Alejandra regresaba, en su poder tenía dos pruebas de embarazo diferente fabricante con resultado positivo, estaba embarazada de Claudio y Pedro jamás lo sabría.
3 meses después Nancy recuperó su nivel académico, en su cabeza había 3 cosas, escuela, Claudio y su enorme verga que se comía con una frecuencia de 3 veces por semana.
Claudio era tan buen tipo como siempre, bajo un poco de peso pues comenzó a correr… En su mochila simepre traía condones.
Sería ideal que continuarás la historia con un encuentro entre Claudio y Alejandra después de su embarazo. Y con un final donde acepte que no puede olvidarse del chico y sea pareja de Claudio con consentimiento de Nancy que aún es consciente de su error. Un trío entre los 3 mientras Pedro cuida de su «hijo». Para mí esa sería la venganza perfecta. Quien sabe, que la embarace otra vez. Ojalá lo consideres.
Coincido con SergioCT, sería un final excelente. Y si Alejsndra sale embarazada de nuevo, 10 puntos; pero que esta vez no se lo dica a Claudio.