El mundo es pequeño y no para de girar.
Giro inesperado de la historia inspirado por un lector..
El mundo es pequeño y no para de girar.
Historia post eventos inspirada en una serie de ideas que un lector me dió. Contiene saltos de tiempo.
¡Espero la disfrutes!
Han pasado casi 3 años desde que Nancy y Claudio se entregaron y comenzaron su relación, la pareja a evolucionado en una sólida relación que augura envejecer juntos, pero en este momento, los jóvenes se preparan para su ingreso a la universidad.
Nancy de 17 años ha cambiado, dieta, gimnasio, Tae kwon do y 4 sesiones de sexo semanales con su novio han cambiado su cuerpo.
Sigue sin ser la más dorada de la preparatoria, pero es, sin duda, la más envidiada.
Su cuerpo es el de una artista marcial, su pecho no es grande, al contrario, normal tirando a pequeño, 60 Cms de busto, pero un busto hermoso, firme, parado, pareciera que fue con un cirujano plástico y se puso implantes, pero no, son naturales.
Lo siguiente que resalta en Nancy son sus hermosas piernas labradas con horas de ejercicio, entre gimnasio y Tae Kwon Do tienen tal firmeza, sensualidad y grosor, que la chica prefiere usar faldas o vestidos para que no le aprieten, que además, permíteme a su hermoso trasero lucirse a cada paso, 85 centímetros de duras nalgas, con la cantidad perfecta de grasa envolviendo sus músculos, parado, suave y con una hermosa forma de corazón cuando se pone a 4 para su novio.
El rostro de Nancy ya no es el de una niña, sin ser una belleza, su rostro es fuerte, denotan carácter e inteligencia, atributos principales de Nancy que ahora está involucrada con el negocio de la familia de Claudio, pedidos, facturas, cobros, pagos, nómina, cuentas corriente, todo, nada se le escapa a Nancy que con su participación ha mejorado el rendimiento y crecimiento del negocio que algún día será del hijo único, Claudio.
Hablando de él, su rostro apasible de adolescente desapareció, en su lugar, emergió el rostro de un hombre hermoso que roba suspiros de hombres y mujeres cuando cruzan miradas y les sonríe onlos saluda con su voz grave.
El antes chico ahora es un hombre, su cuerpo es una pieza de mármol tallada por los dioses griegos, músculos grandes y definidos, 180 de testosterona que emana por cada poro de su piel, su presencia puede intimidar a quien sea, pero no es así, Claudio es tranquilo, amable, gentil, desborda empatía y causa una sensación de confianza en todo el mundo.
Claudio está desconectado del negocio de sus padres, el siguió el camino que su madre le enseño, el yoga, Claudio es instructor de una clase con más de 30 alumnos, hombres y mujeres de diferentes edades.
Sumado a eso, está aprendiendo a dar masajes. Las cosas pintan bien para él, apenas es un estudiante y ya lo buscan pues sus manos son magia pura, despejan cualquier síntoma de estrés en minutos, dejando al cliente relajado y libre de presión.
La pareja se está preparando, es una semana importante, examen de admisión para la universidad, dos días después el cumpleaños de Claudio.
Montada sobre él, Nancy cabalga el enorme pene de su novio, besándose apasionadamente la pareja se despeja después de 2 horas de estudio. El pene entra y sale en la empapada vagina que escurre, las manos de él recorren el cuerpo que ama, los dedos que usa para buscar tensión ahora recorren la piel dando amor, nadie en el mundo conoce esa sensación, solo Nancy, ella es la única que ha experimentado orgasmos con esos dedos tocando su cuerpo, solo ella sabe lo delicioso que es tener a este hombre concentrado en darle placer, esas descargas causadas por microorgasmos previos a un orgasmo que le pone los ojos en blanco, antesala de ese orgasmo poderoso que le arranca el alma y la razón, dejándola desvanecida sobre el enorme miembro de su amado que la llena de esperma caliente. Esa sensación es la favorita de Nancy, el esperma de Claudio, una poción curativa que la trae de regreso a la realidad con su calor que se esparce desde su interior.
La pareja se besa con pequeños piquitos, hay amor en sus ojos, sonríen y se miman totalmente satisfechos en su ritual post apareamiento.
Nancy lleva toda la semana preparando todo, administradora inhata y excelente gestora de recursos y tiempo, mañana es el cumpleaños número 18 de Claudio, familia y amigos lo van a celebrar en casa de él, pero la fiesta no termina ahí, la chica de retirá antes de la fiesta pues debe atender asuntos, nadie se sorprende, ellos saben que es así, ocupada todo el tiempo.
Está vez los asuntos que le atañen es el regalo de Claudio «cuando se vaya el último invitado, te espero en este domicilio» esas fueron las instrucciones. Claudio abordo de un taxi nota que se alejan de la ciudad, can rumbo a unas cabañas a las que suele ir con su familia, Nancy los a acomodado siempre desde que se formalizó su relación hace ya casi 3 años.
Dentro de la cabaña está una Nancy relajada, unas horas atrás estaba en el baño, apurada, defecando y aplicando enemas, quería que su recto estuviera impecable, incluso aplicó fragancia, quería que oliera rico.
Dentro del repertorio sexual de la pareja, el sexo anal aún no estaba en el menú, Claudio aún no se lo pedía y a Nancy le daba miedo, PERO, a Claudio no le da asco nada del cuerpo de Nancy, en sus sesiones de sexo, más de una vez ha devorado el ano de Nancy con besos, lenguetazos y sus dedos, esto le encantaba a ella, saber que su novio no le tenía asco a ninguna parte de su cuerpo o fluidos y esos dedos mágicos tocando su culitos que palpitaba.
Pero está noche, en el cumpleaños 18 de Claudio, ¡El sexo anal se agregará al menú!
Claudio ingreso a la cabaña, sabía que dentro estaba Nancy y harían el amor, tenía su pene erecto y no se esforzaba en disimularlo, no había nadie después de todo.
Una nota en la mesa decía «trae el vino y las copas, te espero desnuda en el cuarto».
Con todo el orden que lo caracteriza, se desnudó, cada prenda era doblada y acomodada sobre una silla, tomó la botella, las copas, caminó al cuarto donde lo esperaba la mujer que ama y se detuvo en la entrada.
Ahí estaba ella, acostada con las piernas abiertas, totalmente depilada, hermosa, sonriendo, esperándolo, Nancy tenía el recto limpio, perfumado y está lista para entregarlo, pero Claudio no lo sabía, el contemplaba a su mujer en el marco de la puerta.
Nancy lo contempla «hermoso, simplemente hermoso» dijo, su pene erecto, una verga enorme, magnífica, deliciosa «ven aquí amor, párate a un lado de mi» invitó ella y él de inmediato atendió.
«¿Me sirves una copa?» Sonriéndole dijo ella, «con gusto» dijo él.
Nancy se incorporó un poco y se metió el pene a la boca, ya ni era una adolescente, era una mujer con boca grande y casi 3 años de experiencia mamá do está hermosa verga.
Claudio suspiraba con una copa de vino en la mano y la botella en la otra, ya no era la torpe felación de una chica de 15 años, era una mamada que le succionaba el alma. En casi 3 años de relación Nancy perfeccionó su técnica, había conseguido que su hombre eyaculara en su boca sin usar sus manos, incluso había logrado meterse todo hasta que su nariz toca el plano abdomen de él y eso es lo que pasaba en este momento, sonidos guturales llenaban el cuarto, Claudio disfrutaba de las caricias que el interior de la garganta de Nancy «va a ser una noche increíble» pensaba Claudio sin saber lo que venía.
Nancy saco ese enorme pene de su boca lentamente, evitaba el contacto con su lengua y labios porque quería dejarlo empapado de su saliva, sentada en la cama extendió su mano por su copa de vino, espero a que Claudio se sirviera y brindaron «Feliz cumpleaños mi amor ¿Listo para tu regalo?» Preguntó Nancy sabiendo que por más empático, intuitivo y emocional que fuera, no podría adivinar lo que le esperaba.
«Estoy listo Nancy, siempre estoy listo para ti amor mío» sonreía Claudio pensando que ahora le haría el amor.
Nancy bebió su culpa de vino hasta el fondo y se incorporó, pero no se puso de pie, con su pecho pegado al colchón, espalda arqueada, culo apuntando al cielo, manos separando sus hermosas nalgas, dió instrucciones a Claudio.
«En ese cajón hay un frasco, sácalo»
Claudio abodece sacando un lubricante que describe el producto, bálsamo lubricante sensación tibia sabor fresa.
«Ahora mi amor, quiero que me comas el culo»
Claudio salto a la cama y hambriento pegó si boca al ano de Nancy que sonreía al ver la reacción de su hombre.
«Ja ja ja ja tranquiiiiiiilo, no me voy a ir a ningún lado, tómalo como siempre mi amor, pero usa mucho tus dedos, me encanta»
Entre risas Nancy disfrutaba de la comida de ano, Claudio entendió lo que pasaría, el regalo de cumpleaños es el ano de Nancy, con sus fuertes manos amazaba las nalgas, besos tronadores, lengua haciendo presión, los labios, el aliento del hombre bufando, sus dedos, ¡Oh esos dedos! La volvían loca de placer, sus manos abrían sus nalgas, él aplicaba el bálsamo, sus dedos lo esparcian, presión, lengua, besos, aliento, todo eso tenía a Nancy suspirando, su ano se contraía liberando un delicioso aroma de su interior, lanzaba gritos de placer «Por dios esto es delicioso, !Mete tu dedo amor!» Y presto Claudio obedeció, su dedo meñique entraba en el relajado ano «¡Aaaaaaaaght asíiiiii, por dios es delicioso!» Gritaba ella disfruta del asalto anal.
«Me encanta tu culo amor, voy a disfrutar tanto estrenarlo»
Si saberlo, Claudio abrió una vieja herida, no era su intención, no se dió cuenta, para él todo quedó olvidado, olvidado en serio, no recordaba su accidentado inicio, pero para ella no era así, recordó que ninguno de los dos tuvo su primera vez con el otro.
El enorme placer que sentía con Claudio atrás de ella, su voz, saber que era él, la ayudó a sobrellevar el sentimiento que simplemente dejó ir.
Entre suspiros y exhalaciones de placer Nancy le indicó a su hombre que estaba lista «Cuando quieras amor, cuando gustes puedes cambiar tu boca y dedos por tu majestuosa verga»
Claudio seguía comiendo culo, disfrutaba del lubricante sabor fresa combinado con el agradable aroma del recto de Nancy, con su lengua metida hacia movimientos circulares, dilatando el relajado ano, no quería separarse, le encantaba, sentir las nalgas duras de Nancy, lo arrugado del culito, la suavidad, noto que se había depilado con cera, normalmente hay pelitos en esa zona, pero nunca le había importado cuando se lo comía, pero hoy, en su cumpleaños, estaba depilado, limpio y aromatizado para él.
Nancy notaba como Claudio de pie y rodillas flexionadas se perfilaba detrás de ella, el hombre dejó caer su enorme miembro sobre el ano a propósito «poof» un gritillo de emoción salió de la boca de Nancy, conocía bien esa verga, la deseaba dentro, Claudio recorría el canal de sus nalgas tallando su caliente miembro, conocía bien ese canal, pero hoy recorrería un camino nuevo.
En ese momento Claudio cayó en cuenta de lo que dijo hace rato, será la primera vez que se lo hace anal, que lo hacen anal «espero no haberla inportunado, pero este no es el momento de hablarlo» pensó Claudio que seguía con el barrido de verga.
Con la punta de su miembro siendo besado por la boca del ano de Nancy, Claudio vacilaba «!Ah! Amor, despacito, es… Mi primera vez» termino ella girando su rostro para hacer contacto visual con su amado que le sonreía con su hermoso rostro.
Con una mano en la cintura y la otra en el hombro, ayudo a Nancy a incorporarse, el movimiento fue lento y suave, las nalgas de Nancy bajaron, el dilatado y relajado ano permitió la entrada de la inmensa verga, ⅓ tercio del miembro entró expandiendo el interior de la hembra que sorprendida gemía y se dejaba hacer.
Separados por el resto del pene que no había entrado, Nancy arqueaba su espalda hacia atrás, su cabeza reposa en el hombro de su hombre que la abraza sujetando sus senos y acariciando su clítoris, la pareja se besa apasionadamente, ella respira agitada, un dolor suave le incomoda en su ano, su hombre paciente estimula con maestría y sabiduría las zonas más sensibles de su hembra que responde con caricias, besos y gemidos.
El dolor persiste, el pene invasor se desliza poco a poco en el interior que acepta el inmenso monstruo gracias a la saliva y lubricante, la hembra gime y puja, lágrimas caen de sus ojos, duele, duele en serio, pero lo desea, desea entregarle el ano a su hombre.
Claudio disfrutaba de las nuevas sensaciones, nunca había probado culo y vaya si le estaba gustando.
Cálido, apretado, las contracciones por expulsarlo le causan una sensación como si lo masturbara, la espalda en su pecho, el clítoris expuesto para ser amado, sus piernas, un nuevo repertorio surgió frente a él, nuevas formas de amar a su hembra, que gimiendo le entregaba su última región virgen.
La pareja bailaba sobre la cama en un suave y rítmico sube y baja, la penetración controlada por ambos era tan profunda como ella lo permitía, Nancy empujaba sus caderas hasta donde podía y Claudio se aseguraba de no pasar de ese límite, a cada nuevo empuje él le permitía bajar y se detenía cuando ya no podía, ¾ de pene adentro, sus nalgas sentían el calor, sudor y vello de su hombre, pero sabía que faltaba más, lo intuía.
Nancy con su mano baja a comprobar cuánto falta por recorrer, poco más de dos dedos de ancho «Quédate quieto, voy por todo mi amor» dijo Nancy que se movía tratando de ganar vuelo y valor para clavarse ese poquito restante.
Con sus manos acariciaba los estímulos de su hombre, grandes, pesados, cargados de leche, pero desde hace unos años, depilados. La suave piel del escroto de su hombre le encanta, más de una vez se los ha metido a la boca, calientes, con un sabor a macho, sobre todo cuando llega del gimnasio sudado.
Nancy ganó un poco de altura, movió su culo en círculos y sin pensarlo demasiado se dejó caer.
El sonido de sus nalgas al impactar acompañaron su ahogada quejido, lentamente se recargo en Claudio con lágrimas en sus ojos, ese último movimiento le dolió hasta el alma, pero lo había conseguido, engulló todo el pene de su hombre «hasta las bolas amor».
Claudio besaba a su hembra, sus manos recorrían su cuerpo, ella suspiraba, llena y feliz de haberle regalado su virgo anal.
Poco a poco reanudaron su baile, el coito anal no era precisamente placentero, pero era más su orgullo y satisfacción personale de saberse capaz de comerse ese pedazo de verga.
Entre besos la pareja disfrutaba de su primer coito anal celebrando el cumpleaños de Claudio.
A la distancia, en una oficina, Pedro sentado en su escritorio leía unos resultados, era estéril, no podía tener hijos, con el corazón hecho pedazos de no poder volver a engendrar, exceso de estrés, bebida y alcohol sumado a una infección nunca tratada, le dijo el médico, lloraba mientras bebía, no sabía cómo se lo diría a Alejandra, con quién llevaba tiempo tratando de concebir.
Nancy acostada boca arriba recibía a su amado hombre analmente sonriendo y feliz de ver cómo lo disfruta, acompañado de los embistes venía la sensación de sus enormes huevos chocando con sus nalgas, el dolor paso a una extraña sensación, cómo si defecara, nada dolorosa, solo extraña.
Claudio marcaba el ritmo, con los ojos cerrados y boca abierta, jadeando con la nueva experiencia que su mujer le brinda, sus manos recorren el cuerpo, pero ella sabe que no lo está haciendo como siempre, está demasiado perdido en su propio placer como para concentrarse en ella, pero como dije, eso la hacía feliz.
Agitado Claudio sentía su orgasmo llegar, abrió los ojos y contempló a Nancy sonriendo en posición fetal, sostenía sus piernas con sus brazos, se sintió mal pues cayó en cuenta que se concentró en su propio placer.
Con sus brazos acomodó las piernas de ella en sus hombros, se recostó sobre ella sonriendo, beso su cuello y ambos reanudaron su ritual de amor lleno de caricias, besos, risas y palabras de amor.
Claudio llegó a su límite, las embestidas subieron de velocidad, Nancy sabía lo que pasaba, lo invitaba a liberarse.
«Dámelo amor, lléname de leche el culito, lo deseo, hazlo amor »
Claudio se dejó llevar por su propio placer y dejo salir todo su espeso y caliente esperma que llegó hasta lo más profundo de Nancy que con una sonrisa gemia al notar el bálsamo curativo que era el esperma de su hombre y transformó la sensación extraña en placer.
Sobre el cuerpo de una mujer descansa el cuerpo de un hombre.
Ella acaricia su espalda y cabeza, en su interior el pene palpita y va perdiendo volumen lentamente, siente el tierno abrazo de su hembra y se acurruca con cuidado sobre ella.
«Eso fue asombroso» dijo Claudio entre risas.
Nancy rodeo con sus piernas a su hombre, el pene flácido aún se mantenía dentro, aún enorme en su estado dormido «feliz cumpleaños mi amor» susurró Nancy en el oído de Claudio y sellaron su amor con un beso.
…
5 años han pasado, un joven matrimonio comía en una plaza, reían y conversaban cómo siempre.
Una madre y su hijo están cerca, ambos son ajenos a la presencia del otro, el niño juega en un jardín cercano con otros niños y sin querer cruza mirada con Nancy.
Es un pequeño de aproximadamente 7 años y tiene una particularidad, es idéntico a Claudio.
El pequeño ignora a Nancy y corre ante el llamado de su madre, Nancy no puede apartar su vista del pequeño a quien sigue con la mirada.
En una plaza, 8 años después de la fiesta, Nancy y Alejandra hacen contacto visual y sonríen.
Dos mujeres conversan plácidamente en una plaza, una de ellas tiene en sus brazos a un niño que no es suyo, pero que le es muy familiar, Pedrito, cómo su «papá» ese es el nombre del menor que sonríe y tiene un rostro apacible.
A la distancia Claudio disfruta de una cerveza, no tiene nada que temer por lo que esas mujeres conversan, se relaja y observa al menor discretamente «cómo ha pasado tiempo, ya ha crecido bastante» pensaba Claudio.
El niño curioso observa a Nancy, no sabe quién es, pero le cae bien.
Alejandra es feliz en su matrimonio, el nacimiento del niño calmo y centro a Pedro, hubo un evento hace unos años que lo deprimió, pero ahora lo ha superado «es un hombre ocupado, pero cuando es tiempo de familia, esta aquí » dijo Alejandra de 32 años le confiesa a Nancy que le hubiese gustado otro hijo, ella no fue hija única y deseaba que su hijo disfrutará de tener sonbrinos, pero no será.
Nancy noto la tristeza real en el rostro de Alejandra, de su ahora esposo, Claudio, había aprendido a perdonar, pero le ardía la sangre al enterarse del nombre del niño, quería matar a Pedro, ahora que es un adulto se pregunta «¿Qué clase de persona se acuesta con un menor sin preguntarle su nombre?» Si bien Alejandra se acostó con Claudio, ella sabía su nombre, sabía quién era y lo hizo poner vengarse de ese maldito, su esposo tuvo su venganza, embarazó a su prometida, pero ¿Y ella? Abuso de ella, tenía 15 años ¿Con qué derecho le pone Pedro al hijo de su esposo?
Nancy era un cumulo de ideas negativas, escuchaba a Alejandra y lo feliz que era de ser madre, pensaba en eso, le daba vueltas, la irá y su intelecto la incitaba, sin pensarlo mucho, hizo su jugada…
«Pedrito, ves a ese señor de allá» dijo señalando Nancy a Claudio ante la mirada atónita de Alejandra «es mi esposo, es muy agrayyble gustan los niños ¿Por qué no vas con él?».
El pequeño miro a su madre quién curiosa por saber que tenía por decir Nancy asintió con la cabeza.
Claudio observa al niño aproximarse, recuerda las fotos de su madre cuando Claudio tenía la misma edad, son idénticos, dos gotas de agua.
Las mujeres guardan silencio, Nancy había hablado, la propuesta es simple, acuestate con mi esposo, queda embarazada de él por segunda vez, necesito sentir que obtuve mi parte.
Alejandra le era fiel a su esposo, al inicio hubo problemas, pero se había calmado y todo estaba bien entre ellos.
La petición de Nancy implica riesgo, si el bebé se parece a Claudio de nuevo, sabrá que él no es el padre de Pedro, sabrá que le fue infiel antes y obvio, después del matrimonio, Pedro no es fuerte, al contrario, es frágil, tiene problemas cardíacos por su tabaquismo, «necesito tiempo para pensar, por favor».
Nancy aceptó, sabía que Alejandra deseaba un segundo hijo «si necesita pensarlo, entonces hay una posibilidad».
Alejandra es una mujer inteligente y astuta, tenía en sus manos la posibilidad de tener el segundo hijo que desea, necesita tiempo para pensar como plantearselo y convencer a Pedro que no debía enterarse de la infidelidad, además había una cosa que le preocupaba, el tamaño de Claudio, tantos años con el mismo hombre, su vagina no aceptaría tan fácil semejante miembro.
Adrejandra y Pedro hacían el amor, no era tan intenso como el de Nancy y Claudia, pero hacían el amor.
Alejandra se había adaptado al sexo con Pedro, tenía uno o dos orgasmos y eso la dejaba satisfecha, la frecuencia era de 2 veces por semana, bien podría hacerlo más veces, pero no presionaba a su esposo.
Al final del acto siempre conversaban, está vez Alejandra sacaría el tema de un segundo hijo, tema tabú para ellos, pero tenía un plan.
«Quiero, queremos un segundo hijo y sé cómo conseguir quedar embarazada»
Pedro miro intrigado y sorprendido a su esposa, quería un segundo hijo, era verdad lo que Alejandra le dijo a Nancy, Pedro había cambiado, con la paternidad paso de ser un niño mimado a un hombre responsable y amable.
Con la voz quebrada por el miedo y dolor hizo la pregunta»¿Cómo, cómo vas a conseguir que te embarace?
Alejandra está a preparada, tenía un plan…
El negocio de la familia de Claudio que ahora administra Nancy era un pequeño laboratorio que fabricaba medicamentos para terceros, con Nancy en frente el laboratorio creció, ahora fabrican medicamentos a gran escala y además es un hospital, Nancy es la administradora principal del negocio, sus suegros están jubilados y el destino quiso que además, tengan una clínica de fertilidad.
Alejandra lo sabía, ya habían acudido a ese lugar buscando una solución para su esposa, ignoraba que era de la familia de Claudio, pero ahora que conoce el apellido de casada de Nancy sabe que es de ellos.
«En la clínica podrían practicarme una inseminación artificial, no tiene que ser tu semen, podemos dejar que escojan un candidato con la menor taza de éxito, así no veremos su rostro y nunca nos prepcupariamos por eso, por favor, ¡piénsalo!»
Alejandra se giró e intento dormir.
Pedro le daba vueltas a la idea, no estaba convencido, pero el reloj biológico hace de las suyas, el tiene un hermano, se lleva bien con él, tendrá sobrinos, los desea, todo eso mezclado le da vueltas en su cabeza.
Alejandra le marca 8 días después a Nancy «creo que podremos hacerlo, pero tengo condiciones» Nancy escuchaba atentamente, el plan le parecía razonable, factible, si bien no le gustaba la parte de mantenerlo en secreto, tampoco era algo que no pudiera manejar, su hermoso esposo dejaría su herencia genética en este mundo con dos mujeres diferentes, pensaba en eso y sentía la culpa desaparecer, sonreía con malicia, el bastardo aquel haría la labor de padre de los hijos de su esposo.
No todo era venganza para Nancy que le daba una gloriosa mamada de garganta profunda a la monumental verga de su esposo Claudio que suspiraba de placer, de todo lo que hacen en la cama, la garganta profunda es un sólido número 3, después del sexo en la tina de hidromasaje y el número 1, sexo anal.
Un gruñido de placer y Claudio descarga todo en el esófago de Nancy.
Silencio en la pareja, Claudio acostado en las piernas de su esposa que le hace mimos piensa en el plan que le acaban de contar.
«No te voy a pedir que dejes el tema, voy a hacer lo que sea para que te sientas tranquila, pero quiero que sepas eso, lo hago por ti.»
La pareja se besa sabiendo que si Pedro acepta, Claudio voleria a eyacular en el fértil vientre de la mujer de 32 años que tomó su virginidad.
Pedro juega con Pedrito, el hombre de 34 años se divierte con su hijo, extraña cuando era más pequeño y lo cargaba en brazos, las desveladas, cambiarle pañales, su risa de bebé… En su interior ya tenía una respuesta.
Todo fue arreglado por Nancy, las citas y pruebas fueron reales, Alejandra estaba fértil y aún podía engendrar.
Pedro fue a todas y cada una de ellas, esperaba afuera siempre, paciente.
El día de la inseminación llegó, si bien los esposos pueden acompañar a sus parejas, Alejandra se aseguró que no entrara «tal vez sea mejor que no entres, te puedes sentir incómodo, déjame a mí, te prometo que en cuanto se confirme mi embarazo, haremos el amor para celebrar».
El mundo es pequeño y da muchas vueltas, hace más de 7 años la moral y ética de Claudio lo llevaron a cometer el peor error de su vida, esa noche «está bien, te llevo, regreso a casa y regreso a cuidar a Pedrito y pasamos por tí.»
Alejandra sonrió, no por la infidelidad, lo que hizo sonreír a Alejandra es que tendría su segundo hijo y claro, la ingeniudad de Pedro, la cual llevo aún más lejos «No es necesario, llegó sola a la cita y pasas por mi en 2 horas, después de la inseminación necesitan valorarme antes de dejarme ir.»
El ingenio de Pedro, motivado por la paternidad, aceptó.
A las 3 PM llega Alejandra a su sesión, no había cita, por eso no llego a recepción, adentro de la oficina de Nancy estaba ella con su esposo.
Claudio ya estaba desnudo, acostado en el sofá cama que tenían para cuando se les antojaba sexo fuera de casa.
Alejandra llegó alla hora acordada, pero no había secretaria, le habían dado el día, pero Ale no lo sabía, así que llamó a Nancy, quien al ver si teléfono sonar le pidió a su esposo abrir la puerta.
Alejandra veía por segunda vez en su vida el cuerpo de Claudio desnudo «es hermoso» pensó la mujer, siendo un caballero Claudio la invitó a pasar.
El descomunal pene de Claudio era más grande que el de Pedro, incluso flácido era más grande que Pedro «¿Cómo me entró eso?» Dijo en voz baja la preocupada Alejandra.
Nancy se hecho a reír, sabía que la mujer lo pasaría mal, con ella también tenía cuentas pendientes y se las cobraría.
«Toma asiento, ven, tómate esto, te va a relajar» Nancy extendía una copa de vino a Alejandra que estaba sentada a lado de Claudio.
El tiempo cambia a la gente, Alejandra fue una joven con una vida sexual muy activa, pero el matrimonio y la maternidad la cambiaron, ahora era una mujer que estaba al frente de la cadena de farmacias de la familia de Pedro, ella también es inteligente, pero en el plano sexual, su vida cambio, era feliz y un segundo hijo la completaría.
Con los ojos abiertos como platos observa como Nancy le hace garganta profunda a su esposo, ella alguna vez lo intentó de jóven pero no con penes de ese tamaño y realmente nunca llegaron tan adentro.
Nancy ahora salta sobre Claudio con todo su pene adentro, Alejandra recuerda cuánto trabajo le costó, en cambio Nancy lo recibe sin problema.
La orgullosa Nancy le pone atención a Alejandra, sabe que está nerviosa, asustada y humillada, ella no es capaz de amar a su esposo de la misma manera, seguramente sus relaciones sexuales son aburridas y cortas, se la estaba cobrando, la verdad es que se burlaba de ella, porque cuando cambien de posición, Alejandra sufrirá con el tamaño de su esposo.
Claudio se deja hacer, intenta no pensar demasiado y disfrutar, ayudará a su esposa a olvidar y le dará un segundo hijo a la mujer que lo desvirgó, será el fin de esto y tendremos una vida normal.
Alejandra metía en su boca a duras penas el grueso pene de Claudio, pensaba en su esposo, su hijo y que con esto tendría su familia completa, recordaba la primera vez que se metió está verga a la boca, lo enojada que estaba, ahora sentía vergüenza, era una mujer de 34 años sometida a la voluntad de una mujer de 25 años «mi segundo hijo, la familia completa» repetía en su mente Alejandra mientas mamaba está monumental verga que años atrás le dió tanto placer.
Nancy admiraba la felación, no era tan especiales como las de ella, pero se esforzaba, se acostó con Claudio que tenía los ojos cerrados y suspiraba, pero no esos suspiros de amor como con ella, eran suspiros como los de los actores porno de las películas que veía con Claudio.
Con su mano en su pecho se acomodó en su oído «Disfrútalo amor… No tiene nada de malo… Yo te doy permiso de pasarla bien… Por tu mano en su cabeza… Sí, así, guiala… Eeeeso amor, que haga un buen trabajo… Este sacrificio va a acabar con todo… Ella tendrá su hijo…. Yo tendré mi venganza… Tu tendrás placer… Mañana haremos el amor… Y el lunes sexo anal… ¿Quieres llenarme el culito de leche amor?… Yo sé que quieres… Mjuje (risa) siempre quieres…» Entre frases a modo de susurro Nancy besaba, lamía, mordía, chupaba o penetraba el oído/oreja de su esposo que se dejaba hacer, cambio su expresión y ahora sonreía de placer, los gemidos y suspiros eran más profundos igual que la mamada de una cada vez más excitada Alejandra.
«Un poco de buen sexo, una corrida y me iré a casa con la semilla de este hermoso ejemplar que germinará en mi interior, puedo con esto, lo siento amor, pero me tocará disfrutar» pensaba Alejandra concentrada en la mamada, siguiendo el ritmo que Claudio le marcaba.
Las cosas habían cambiado, Claudio besaba a su esposa, con una mano la sujetaba de la cabeza, con la otra sujetaba a Alejandra a quién guiaba en la mamada.
Nancy escurría de su vagina, le gustaba ver a su esposo disfrutar, ella sabía que Claudio podía hacer el amor diario, pero siempre se concentraba en qué ella disfrutara, seguramente haría el amor con si esposo después de Alejandra y eso la emocionaba.
Alejandra sentía el sabor de la verga de Claudio, le traía recuerdos «definitivamente es la verga más rica que jamás me he comido» pensaba y sonreía con 15 centímetros de verga en su boca raspando si garganta y causando espasmos y arcadas que poco a poco controlaba.
Nancy se separó de su esposo con la «sigue disfrutando mi amor» y se puso detrás de Alejandra, ella seguía con su vestido, bragas y bra puestos, Alejandra desde atrás le bajó las gracias hasta donde pudo y puso su mano en la vulva de la mujer, un gemido ahogado por la verga en su boca «Shhhhhhhh tranquila, sigue a lo tuyo» le dijo Claudio y miro a Nancy con una sonrisa.
Un ejemplar masculino perfecto, hermoso, de verga enorme acostado en el sofa cama de la oficina de su esposa, la directora de la empresa de su familia, una mujer de 32 años casada, cometiendo un acto de infidelidad para concebir un hijo con poco más de 16 centímetros de verga en su boca penetrando garganta, la directora de la empresa y esposa del hombre detrás presenciando el acto de infidelidad, palpando la mojada vagina, deslizando 3 dedos en su interior, dilatando un poco para el asalto final.
«¿Qué estás haciendo mi amor?»
«Te estoy preparando el camino amor mío, está vagina es estrecha, mojada, pero estrecha»
«¿Crees que entre?»
«Me entró a mi a los 15 años, después de ser asaltada por el esposo de ella, seguro también le entra a ella»
Claudia frunció el ceño, de pronto estaba molesto, por primera vez en su vida, Claudio estaba molesto.
«Ese maldito bastardo, si algún día lo veo, le voy a destrozar el rostro»
Con eso el semental incremento el ritmo de la mamada, movía su cadera, estaba follando por la boca a la mujer de aquel hombre.
Alejandra chorreaba, los dedos de Nancy, el ritmo de Claudio, la conversación de la pareja, la emoción de la infidelidad, la alegria de la maternidad y el aliento de Nancy en su oído.
«Tranquilo mi amor, aquí tienes a su esposa, descarga en ella tu furia, cógela, préñala, usala para darte placer, marcala, dale eso que su esposo nunca podrá, te aseguro, te aseguro mi amor que volverá por más, ¿verdad perra?» Esa última frase vino acompañada de uno de esos besos que le da a Claudio en sus orejas, Alejandra nunca había sentido algo así y se estremeció, saco el enorme miembro de Claudio de su boca y gimió con un orgasmo intenso que hacía año no experimentaba.
La mano de Nancy empapada le daba de beber los jugos de Ale a su marido que tragó y después recogió con su lengua hasta dejar limpia la mano.
Alejandra, aún vestida, descansaba en el sofá cama, sus pantis enrollados a media pierna, el vestido levantado en amos extremos, sus senos expuestos con el Bra abajo subían y bajaban con su respiración, la vagina brillaba por los jugos expulsados, sus piernas abiertas, ojos cerrados, sonrisa de satisfacción escondida por años causa de una mala vida sexual con su esposo, de quien no se acordaba «te voy a dar un hermano de sangre mi amor, espera un poco» pensó Alejandra recordado a su hijo.
Claudio era guiado por su esposa Nancy, caminaba rumbo al sofá cama, Nancy tomo sus manos y las colocó en las bragas enroscadas y empapadas «quitaselas amor.»
Nancy era su operador, Claudio era una máquina que obedecía sus órdenes.
«Tomala de las piernas y levantadas, eso, así mi amor, ponlas sobre tus bíceps, ahora acércate a ella, así, pon tu hermosa verga ena entrada, alto amor, no la mentas, espera, juega con ella, así, sube y baja, en círculos, asiiiiii ¿Sientes la humedad mi amor? Yo la puse así para tí, está caliente, húmedo y un poquito floja, pero no mucho, te va a costar meterla, le va a doler, va a pedir clemencia, va a suplicar que pares, pero la vas a ignorar, no te vas a detener hasta que tus 22 centímetros de gruesa verga este adentro ¿Entendiste mi amor?»
En medio de su discurso Nancy acariciaba el cuerpo de Clauido, su musculoso y firme cuerpo, esparcía el sudor de su hombre, lo bebía, gemía, suspiraba y respiraba excitada, acompasaba si ritmo cardíaco al de su esposo que tenía u fuego en sus ojos, no era amor, era deseo de follar, cojer, singar, culiar, deseaba a esa mujer y si esposa lo animaba, ambos parecían un par de demonios de la lujuria, hermosos.
Alejandra se sentía indefensa, pequeña, desprotegida, la enorme verga tocaba a su puerta con punzadas, grande, jugosa, venuda, carnosa, gruesa, caliente, el solo tacto la hacia sentirse llena, violada, pero no engañaba, lo deseaba, quería sentirla adentro, que le bañara su interior con su semilla «Hazme tuya, cojeme, dame placer, date placer con mi cuerpo, preñame, ¡pero hazlo ya!» Grito Alejandra anciosa por verga.
El ataque al oído de Claudio por parte de Nancy y con un susurro la frase «Ya escuchaste a la madre de tu hijo, esposa del cerdo que me desvirgó, haaaaazlo»
Como un toro cuando embiste, Claudio embistió a Alejandra con toda su fuerza, 22 centímetros de gruesa verga se hundieron de un solo empujón en la perfectamente bien lubricada y muy excitada vagina de la mujer de 32 años que responde al nombre de Alejandra.
Ni la edad, la experiencia, haber dado a luz, lo excitada y lubricada de su vagina la prepararon para eso.
«¡Pero que apretada está!» Con fuego, lujuria y odio hacia Pedro en los ojos miró fijamente a Alejandra que era incapaz de gritar por el shock, solo gruesas lágrimas de sus ojos rodaban por sus mejillas, aún así miraba al semental que la había penetrado. Con toda la atención de Alejandra depositada en él, Claudio terminó su frase «Aunque no lo creas amor, seguía siendo vírgen»
Esa frase trajo de vuelta a Alejandra que comenzaba a a tener esos suspiros previos al llanto, intentaba sonreír, jalaba aire, la pareja la observa, Claudio montado en ella con toda su verga adentro y Nancy recargado en el con su cabeza saliendo por su hombro «¿Qué tiene? ¿Seran esposa de dolor? ¿La dejaste sofocada y trata de jalar aire?» Preguntó una curiosa, risueña y burlesca Nancy «No tengo idea amor, tal vez un poco de todo» contestó Claudio un poco preocupado porque tal vez fueron muy lejos.
Una risa como ida salía de Alejandra, poco a poco se distingio más y se notó que era una risa cortada por el dolor, cómo cuándo te golpeas tontamente y te ríes a medias porque el dolor no te deja.
Una agitada Alejandra respiraba cada vez más recuperada su pecho subía y bajaba, a Nancy le molestaba, su busto era más grande que el de ella, sin estrías, unos pezones hermosos.
«Lo recuerdas, mi consejo, mis palabras, Dime Claudio ¿Era Nancy virgen?»
Nancy se sentía perturbada, sus palabras no le causaban gracia, se intentó incorporar pero si esposo no la dejó.
«Sí, virgencita, apretada, inocente, gimió y sufrió cuando la penetré, el espacio era justo, me costó trabajo entrar, pero fue fuerte, aguantó y en NUESTRA primera vez, le metí todo mi miembro, hasta el fondo, recibió mi semen la misma noche que te embaracé, disfruté de ella como él no pudo, y he disfrutado de ella cada día desde entonces, cuando dejo de ser virgen con mi pene»
Nancy no entendía del todo, pero abrazaba a su esposo, orgullosa de su hombre, de como la abrió y borro todas las marcas de Pedro.
En el otro lado de la ciudad, Pedro juega con su hijo, le platica que pronto tendrá un hermanito, el niño salta de felicidad, abraza a su padre y siguen jugando en lo que mami regresa.
Mientras tanto, mami es penetrada por la inmensa verga de Claudio que bombea con toda la longitud de su verga.
«Si mi amor, mira su cara, lo está disfrutando pero le duele, mira como sonríe la sucia, le gusta que te diga cosas sucias, mira sus labios, ti pene estira toda su vagina y se los trae con el, ve todos esos jugos, está mojando tu pene ¿Te gusta tu pene mojadito mi amor? ¿Te gusta la puchita que te consegui? Disfrutala mi amor, es tuya, es para ti, déjala abierta y bañada leche, preñala mi amor, preñala para mí, le he estado dando fármacos mi amor, está tan fértil que una gotita bastará, pero tú le vas a dar un torrente, llenala mi amor»
Claudio cogía a Alejandra sin parar animado por las palabras de Nancy, Alejandra pasaba poco a poco del dolor al placer y sus pujidos pronto dejaron de ser de dolor para dar paso a las expresiones de placer.
«Oh dios mío, me vengo, me vengo» grito Alejandra en su primer orgasmo.
Claudio no se detuvo, Nancy lo empujaba e impulsaba con su pelvis.
Orgasmo tras orgasmo Alejandra berreaba de placer, pero nada es eterno, ninlas erecciones de Claudio que gemía y gruñía, Nancy sabía que estaba cerca, pellizaca sus pezones, atacaba sus orejas, le pedía que la preñara, que la mandara a su casa con otro hijo suyo, que le diera un hermo a Pedrito.
Alejandra y Claudio gemían al borde del orgasmo Alejandra pedía entre gemidos que le dieran un hijo, Claudio le decía a su esposa lo rico de su obsequio y le daba las gracias.
Nancy empujó a su marido y este cayó sobre Alejandra, ambos se besaron y se vinieron en un climax que retumbó en la oficina.
Nancy excitada observa a la pareja y sonríe «Saben, esto no tiene que ser la última vez»
Alejandra y Claudio rieron, no podían estar más de acuerdo.
Continuará…
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