El nerd acongojado que cogió
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MilkyQueen.
¡Hola de nuevo! Me agrada compartir con ustedes una nueva historia, ya que veo que a algunos miembros de SST les gustan mis textos.
Sin embargo, en esta ocasión les contaré una historia que le pasó a una de mis amigas, y le concedo el crédito total de la historia, yo sólo me limitaré a contar lo que ella me contó a mí.
Mi amiga se llama Verónica, y es una mujer bonita y muy sencilla.
Tiene un cuerpo normal (senos, cadera, cintura y culo de proporciones normales) y un carácter muy lindo.
Es muy solidaria y siempre vela por el bienestar de los demás, aunque eso la meta en problemas a veces.
Sin embargo, también es una chica muy candente que tiene un lado que pocos conocemos, ya que ha estado inmiscuida en muchas situaciones de sexo por diferentes motivos.
Puedo decirles que ella me sugirió la idea de un trío y otras más, porque a pesar de ser noble, también es muy ardiente.
Ella, al igual que yo, va a la Universidad.
Está estudiando en la Universidad Pública, por lo que es muy común que haya fiestas y reuniones que terminan en sexo bajo influencia del alcohol o tal vez drogas.
Vero tiene pocos amigos en la escuela, pero trata de relacionarse con su grupo entero.
Entre ellos, hay un chico llamado Roberto, que es demasiado introvertido y tiene la facha completa de un nerd: lentes oscuros, frenos, aspecto un tanto descuidado y un andar lento.
Eso aunado a su carácter cerrado y un tanto extraño.
Yo llegué a conocerlo y traté de platicar un par de veces con él, sin mucho éxito.
En ocasiones tiene un comportamiento apático, pero no es mala persona.
Esta actitud le ha causado bromas pesadas y comentarios por parte de sus compañeros.
Vero, a pesar de que no lo considera un amigo, siempre sale en su defensa argumentando que no deben molestarlo sólo porque no lo han tratado y juzgan por estereotipos.
Muchos no le hacen caso y siguen en lo mismo, entre ellos una chica de nombre Rita.
Rita es de las chicas más populares y conocidas en la escuela.
Su fama, más que nada, se la debe al hecho de que es una completa puta.
Más de la mitad de su grupo confirma haber tenido algo con Rita, y en la escuela entera se ha regado el rumor como dinamita.
Yo llegué a conocerla, y realmente es una chica con la que te quisieras acostar por lo menos una hora.
De labios carnosos de color carmesí, ojos grandes de color miel, cabello negro lacio, piernas largas y marcadas, unas tetas y caderas gigantes y una cintura tan bien marcada por sus horas de ejercicio tanto en el gimnasio como en la cama.
Sin embargo, como ella sabe que tiene todas estas armas a su favor, le habla a los demás en un tono déspota y creído; incluso a sus propias “amigas” les ha hecho jugadas bastante sucias como acostarse con sus novios o incluso con sus padres.
Es una perra.
Rita era de las más crueles con Roberto, y debido a esto tuvo muchos problemas con Vero, ya que ella lo defendía y Rita la retaba, burlándose de ella también:
-¿Por qué defiendes al retrasado? ¿Qué acaso el bebé no puede defenderse solo?-le reprochaba Rita en un tono soez y burlón.
Roberto se quedaba callado mirándola fijamente.
-Si yo lo defiendo es porque es una persona y siente lo que tú le dices, ¿o qué? ¿Acaso lo tratas así porque no se ha acostado contigo?-le espetó Vero acertadamente.
Rita se sonrojó y escupió inmediatamente:
-¡CLARO QUE NO! ¡NUNCA ME ACOSTARÍA CON ESE ADEFESIO NI AUNQUE MI VIDA DEPENDIERA DE ESO! ¿ME OYES? ¡NUNCA!
Después de eso se retiró ofendida, dejando a Vero enfadada, pidiéndole disculpas a Roberto.
-Lo siento Beto, no era mi intención alterar más las cosas….
-N-No te preocupes V-Vero, t-te lo agradezco-contestó Roberto, tartamudeando tímidamente.
Vero se había enojado porque Rita era muy grosera, pero no podía hacer nada si Roberto lo permitía.
Así habían estado durante mucho tiempo durante el semestre, y Vero se estaba cansando de tener que defenderlo todo el tiempo.
Pensó que sería buena idea si lo invitaba a convivir un poco con las personas, y por suerte se acercaba un evento de fin de semestre en casa de uno de sus amigos al que asistirían varias personas, por lo que tendría la posibilidad de hacer amigos.
Durante el almuerzo de ese día, Vero le platicó la idea de asistir a la fiesta a Roberto.
Él se negó varias veces porque sabía las consecuencias de ese evento si él iba, pero Vero siguió insistiendo.
Al final, logró convencerlo de ir “en plan de amigos”, asegurándole que no lo dejaría solo.
Roberto se sonrojó y le dijo que la recogería en su casa a las 10 de la noche.
Vero me platicó que Roberto cumplió su promesa y llegó puntual a su casa.
Iba vestido demasiado formal y Vero le comentó que no tenía que vestirse de camisa y corbata pues la fiesta sería más bien algo informal.
Vero le prestó una camisa de su hermano y fueron a la fiesta en el auto de Roberto.
Mientras él iba manejando, Vero trató de platicar con él.
No duró mucho, pero al final Roberto le agradeció el gesto de haberlo invitado y le dijo que no la defraudaría.
Finalmente llegaron a la fiesta y Vero lo tomó del brazo.
Pudo sentir que Roberto se puso tenso, y lo tranquilizó diciendo que iban para pasarlo bien.
Entraron a la casa y todos saludaron animosamente a Vero, pero en cuanto vieron que iba del brazo de Roberto, se quedaron callados.
-Él es Roberto, viene conmigo-les dijo Vero en voz alta ya que la música alta no permitía que la escucharan bien.
Aunque esto no era necesario, porque muchos conocían perfectamente a Roberto por las veces que lo habían molestado.
No hicieron nada más para molestarlo y dejaron que entrara junto con Vero.
Había alcohol y shots de tequila por todos lados, por lo que Vero se acercó y tomó un par de tragos para ella y para Roberto.
Él nunca había tomado alcohol por lo que decidió tomar sólo un par.
Vero tenía temple para las bebidas, por lo que siguió tomando un poco más.
Comenzaron a bailar entre los dos y las canciones iban subiendo a un tono picante, y a Vero comenzaban a hacerle efecto los “pocos” tragos que había tomado.
Se acercaba a bailar más junto a Roberto y durante el baile, sintió que algo brincaba detrás de su trasero, algo duro y grande.
Roberto se acercaba más y más a ella, y durante el baile sintió que la tomó por la cadera y se pegaba a ella con más fuerza.
El empujón repentino hizo que Vero se espantara y le dieron ganas de ir al baño, por lo que le dijo se tenía que ir pero que la esperara ahí mismo.
Roberto le dijo que sí y Vero preguntó dónde estaba el baño más cercano.
Su amigo le indicó que había un baño en el segundo piso, dentro del cuarto de él.
Mientras iba subiendo, Vero se encontró a Rita en las escaleras, cayéndose de borracha.
Iba con un vestido negro de cuero, totalmente pegado a su sensual cuerpo, usando tacones altos, y trastabillaba mientras bajaba.
Rita la miró burlona y siguió bajando como pudo.
Vero siguió subiendo y entró finalmente al baño.
Terminó y comenzó a arreglarse un poco el cabello y el maquillaje cuando oyó que abrieron la puerta del cuarto.
Vero entró en pánico y apagó la luz del baño, para que no la descubrieran.
Pensó que quizás alguien había subido a coger al cuarto, por lo que esperaría hasta que terminaran.
Me dijo que se sentía un poco ebria, y además estaba algo caliente por lo que había pasado hacía un momento con Roberto.
Sabía que eso había sido una erección.
Vero abrió un poco la puerta del baño y miró a una pareja entrando al cuarto empujándose.
Iban comiéndose con lujuria, Y él la empujó a ella a la cama, mientras cerraba la puerta con seguro.
Vero ya no tenía escape… Si es que realmente deseaba salir.
La chica se estaba riendo, y el chico prendió la luz.
-Ay Rita, no sabes cómo me había estado pajeando por ti.
Ahora mismo te llenaré de la leche que me haces guardar desde primer semestre.
“¿Qué? Suena como a Roberto, pero… No puede ser él… ¿O sí?” pensó Vero para sí misma, y efectivamente era Roberto, que había lanzado a Rita a la cama.
Ella no paraba de reírse, y al tratar de hablar balbuceaba.
-Cielos, creo… creo que estoy demasiado… Borracha…
Roberto se le lanzó encima como un perro listo para cogérsela.
-No importa putita, cuando más rápido empiece, más rápido comenzarás a gozarlo.
Vero se sintió sorprendida porque nunca había escuchado a Roberto hablar así de vulgar.
Quizás porque estaba tomando revancha de todas aquellas veces que Rita lo había humillado.
Al final se lo cobraría, y lo haría demasiado personal.
Roberto comenzó a bajarle el vestido apresuradamente mientras lamía su cuello con presura.
Rita seguía riéndose pero conforme Roberto lamía y succionaba con fuerza, ella comenzaba a gemir.
Roberto comenzaba a dejarle marcas por todo el cuerpo y la piel de sus tetas, hasta que finalmente logró arrancarle el vestido.
La dejó completamente expuesta, y Vero me comentaba que sus pechos le parecieron magníficos.
Los pezones eran grandes y apetitosos, junto a sus tetas que hacían un manjar suculento que Roberto devoraba con gula y deseo.
Comenzó a lamer y succionar sus pezones, y los mordía con desesperación.
Ella se arqueaba y gemía más y más fuerte, mientras él comenzaba a desabrochar su pantalón.
Roberto pasaba su lengua por todos lados mientras bamboleaba las tetas de Rita, y la muy zorra lo estaba comenzando a gozar.
Roberto se apresuraba a desvestirse mientras manoseaba la vagina de Rita, que ya estaba muy hinchada.
-Así, ¿te gusta putita? ¿Te gusta sentir mis dedos perra regalada?
-Ay Bobby, ¡qué cosas dices!
-Más te vale que te guste puta, así lo vas a gozar en mi verga.
Mientras él seguía metiendo sus dedos en el sexo hinchado de Rita, Vero comenzaba a sentirse caliente.
Por desgracia dejó su vibrador en casa, pero recurrió a sus dedos y comenzó a sobar su sexo con una mano.
Cuando lo hizo, se dio cuenta de que estaba babeante y caliente, esperando poder sentir algo de lo que ellos iban a hacer.
Roberto finalmente se desnudó, y dejó ver lo que Vero había saboreado sólo a través de las ropas.
Ella me dijo que su pene era muy grande y gordo, y estaba arqueado hacia arriba.
Era todo un modelo de verga, y eso también lo supo Rita, que al verlo brincando de un lado a otro brotando líquido pre-seminal, se acercó como necesitada y hambrienta.
Roberto miró su interés y le sonrió maliciosamente.
-¿Te gusta lo que ves, putita? No habías visto uno así verdad, ¿perra de mierda? ¡Entonces prúebalo y me dices qué tal!
Al momento de gritar, Roberto tomó la cabeza de Rita y la forzó a hacerle sexo oral profundo.
Vero lo supo porque sonó una arcada dentro de la garganta de Rita, pero no se opuso.
Roberto la tomó del cabello y la empujaba y la sacaba con fuerza de su verga hinchada.
A Rita le costó al principio, pero después que entendió lo que tenía que hacer, puso las manos en las piernas de Roberto y comenzó a mamarle la verga con ritmo y soltura.
Roberto comenzó a gemir de placer y la miraba, sintiendo que la estaba sometiendo.
Rita le chupaba el glande como si se tratara de un caramelo, y Roberto la seguía tomando del cabello.
En ese bamboleo estaban y Vero se iba calentando más y más.
Se introdujo un par de dedos en su húmedo coño y comenzó a frotarlos, imaginándose la sensación de la verga enorme de Roberto en su lengua húmeda y expectante.
Roberto la apartó bruscamente y un hilo de baba se desprendió junto con ella.
Se podía mirar en la cara de Rita cuán caliente estaba.
Ni siquiera le importaba ya si era Roberto.
Ella había visto esa verga gorda y venosa y la quería toda para ella.
Con urgencia le pasó su pene erecto entre los pechos, dándole a entender que quería que le hiciera una paja rusa.
-Vamos putita, que tus tetas operadas sirvan de algo.
Rita le sonrió y se relamió, juntando los pechos y apresando ese miembro vigoroso y caliente.
Escupió un poco para lubricarlo y comenzó a mover sus tetas hacia arriba y hacia abajo.
En ese momento Vero se sentía ya muy caliente, y se imaginaba a ella misma en la posición de Rita, aunque claro sus tetas no eran tan grandes como las de ella.
Metió otros dos dedos a su sexo urgente de placer y comenzó a ruborizarse, sintiendo ese pequeño choque eléctrico de la satisfacción.
Rita seguía moviéndose rápidamente y Roberto comenzaba a sentir el orgasmo más y más rápido, podía verse reflejado en su cara.
Sin embargo, no iba a permitir que ella lo hiciera acabar así.
Volvió a empujarla contra la cama, y ella quedó boca arriba esperándolo impaciente, abierta de piernas.
-Ahora sí te va a cargar la verga, princesita.
Te voy a hacer sentir como una puta en congal.
Mientras le hablaba sucio se trepó encima de ella y rozaba su pene contra el clítoris de Rita.
Ella comenzó a gemir más y más fuerte, despertando las sensaciones eróticas de Vero tan rápido que de pronto necesitó algo más con qué masturbarse.
En el baño encontró un desodorante cuyo envase semejaba un pene, por lo que comenzó a rozarse contra el envase y a introducirlo lentamente en su coño hambriento.
-No me vayas a penetrar Bobby, estoy ebria-le dijo jadeante y sudorosa.
-Cállate perra, yo meto la verga donde yo quiera-le respondió tajantemente Roberto, y acto seguido procedió a penetrarla duramente en un solo movimiento.
Rita gimió adolorida, y Roberto comenzó a mover su pelvis contra ella, de una manera tan ruda que Rita se movía como loca, chillando y lagrimeando.
Roberto alzó sus piernas y las colocó en sus hombros, y comenzó a penetrarla más profundo.
En cuanto ella sintió el cambio de movimiento, comenzó a jadear y se aferró fuertemente a la cama.
Movía sus caderas al ritmo de la penetración y Roberto seguía hablándole sucio.
-Ah sí puta, ¿te gusta mi verga caliente? Y es toda para ti, preciosa.
No sabes las veces que me la jalé pensando en ti, puta de mierda.
Vero comenzó a sentir el orgasmo y terminó viendo esa escena que tanto le había calentado, y con las piernas y los brazos débiles decidió seguir viendo el desenlace de aquella historia picante.
Roberto seguía penetrándola y la giraba a su voluntad, se acomodaron en cuatro patas, parados, la ponía sobre él, la abría más, la abría menos, mientras seguían toqueteándose y besándose desaforadamente.
Al final, Roberto comenzó a bombearla tan duro y tan rápido que comenzó a gritar de placer, y ella lo sintió, pues comenzó a gritar también, y entonces él sacó su verga y la apuntó hacia la cara de Rita, donde comenzó a sacar grandes chorros de leche caliente para todos lados.
Rita había quedado como la puta que era, y ambos quedaron rendidos en la cama.
El miembro de Roberto aún había quedado erecto y seguía sacando leche.
Rita quedó dormida sobre el pecho de Roberto, y eso le dio tiempo a Vero para poder salir con cautela sin que la vieran.
A la mañana siguiente, cuando tenían la primera clase, Vero me contaba que llegó tarde porque estaba aún un poco cruda por los tragos extra, pero al entrar al salón de clase, lo que vio la asombró completamente.
Rita estaba sentada al lado de Roberto, y lo había tomado de la mano sobre la mesa.
Todos, al igual que Vero, los miraban atónitos.
¡¿Cómo es que había pasado?! Nadie podía explicárselo.
Estaban estudiando juntos muy acaramelados, y su expresión había cambiado mucho.
Incluso Rita la saludó amablemente y le deseó buen día.
Más tarde, Roberto habló con Vero y le agradeció por haberlo llevado a esa fiesta, pues ahí había conocido realmente a Rita y “descubrieron que eran el uno para el otro”.
Vero no se sorprendió ya que más que amor, Rita sentía excitación por la enorme verga de Roberto y no planeaba dejarla en un buen rato.
Así, Vero comprendió los alcances del sexo, y el alcance que puede tener una buena cogida con un buen miembro.
Espero que les haya gustado esta historia, cada vez que Vero cuenta esa historia dice que se moja tanto que al menos necesita masturbarse, y yo le creo.
Cualquier mensaje que tengan para ella déjenmelo y yo se lo pasaré con gusto.
Reciban un abrazo y un beso de su amiga MilkyQueen.
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