El novio de mi madre 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Emanuel, mi madre y yo, estamos pasando una vacaciones fantásticas.
Creo que el que mejor la está pasando es él, ya que nos coge a las dos, a mi a la mañana, y a mi madre supongo que a la noche cuando se acuestan.
Hablando con Emanuel, le dije que no me molesta que me la meta en la cola, ya que la penetración no me duele, lo que me molesta y es lo que no soporto, es cuando mueve su verga dentro de mi cola, siento unas molestias en el estómago y unas tremendas ganas de hacer caca, que yo disfruto sintiendo su verga moviéndose dentro de mi cuca, sentir como entra y sale, sentir los chorros de su leche caliente llenarla, sentir como se desborda.
Emanuel me ha metido la verga en la cola en todas las posiciones que quiso, boca arriba, de.
costado, me he sentado en su verga, de perrito, boca abajo, de parada en la cocina, pero solo eso, me la mete y nos quedamos quietos, sin que Ema mueva su verga.
Una mañana le estaba mamando su verga y me pidió venirse en mi boca, le dije que sí y se la seguí mamando hasta que se vino, me llenó la boca de semen, fue la cosa mas asquerosa que tragué en mi vida, me revolvió el estómago
.
Se la sigo mamando, pero sin que se venga en mi boca, la leche es solo para mi cuca, ahi que deje toda la leche que quiera que me encanta sentirme llena de leche.
Una de las cosas que me vuelve loca, y le pido verga a gritos, es cuando me mama la cuca, cuando me da la vuelta y pasa su lengua por mi ano, me supera sentir su lengua lamer mi ano.
Los únicos días que no me coge, son los sábados y domingos, ya que esos días mi madre no trabaja, se levantan tarde, se duchan juntos, pasamos el día en la playa, cuando venimos pedimos comida echa y enseguida se meten en la habitación.
Y a partir del lunes a primera hora, estoy en su cama de piernas abiertas con Emanuel sobre mí dándome verga.
Hasta que no es la hora de que mi madre regresa del trabajo, estoy completamente desnuda, ya que esté donde esté, Emanuel me coge de parada, o me hace agachar y me la mete en la cola y está un buen rato pagado a mi cola sin moverse acariciando mis tetas.
«Sos mi enana mimosa», me dice en la cama mientras me acaricia toda y me mama las tetas, lambiendo mis pezones, y eso me hace poner muy caliente.
Yo me subo sobre él y me meto toda su verga en la cuca, cogiendo mientras Ema me estruja las tetas.
La verdad, nunca me imagine coger tanto con un hombre, todos los días me cogía, todos los días le mamaba la verga, todos los días tenía su verga dentro de la cola.
Emanuel se iba de casa el domingo, como despedida le dije que el viernes me iba a dejar coger la cola, aunque no me guste y me moleste sentir su verga moverse dentro, iba a aguantar.
Lo que no me imaginé nunca fue lo que me iba a pasar.
Nos levantamos a eso de las diez de la mañana y nos fuimos a duchar, Emanuel me empezó a chupar las tetas, a pasar sus manos por mi cuerpo, nos besamos con mucha pasión, sentía deslizarse la leche de mi cuca por mis piernas, ya que antes de venir a ducharnos me había cogido.
Me agache y le empecé a mamar la verga mientras Emanuel acariciaba mi cola.
Me hizo agachar, doblando mi espalda hacia adelante, sacando mi cola, la agarré con la mano y la acomode contra mi ano, no era la primera vez que yo me acomodaba su verga en mi cola, Emanuel me agarró de las caderas y me la metió, despacio, hasta que mis nalgas quedaron pegadas a su pelvis, «ahí tienes mi regalo de despedida», le dije con toda la verga bien adentro de mi cola.
Emanuel me tenía agarrada de la cintura y sentí como empezó a sacar y meter su verga de mi ano.
Sentía como un vacío en el estómago, a medida que su verga entraba y salía de mi ano, tenía unas ganas tremendas de hacer caca, como cuando uno tiene diarrea, es incontenible, «Ema, espera que me hago caca, creo que me cago», le dije sintiendo su verga entrar y salir de mi cola, y las ganas de hacer caca eran incontenibles, «si enana, te estas cagando», me dijo, metiendo su verga y moviéndola dentro de mi cola, haciendo que cada vez tenga más ganas.
«Que vergüenza, me estoy cagando», le dije, porque me daba vergüenza que me pase eso, pero Emanuel me siguió cogiendo la cola, haciendo que a cada embestida me tire fuertes pedos, él estaba feliz diciéndome que cada vez que la saca, sale mas sucia.
«Termina de una vez de coger mi cola que me muero de vergüenza», le decía sin poder dejar de cagarme cuando la verga de Emanuel entraba y salía de mi cola.
Así me cogió hasta que por suerte se empezó a venir dentro de mi cola, yo no veía la hora que la saque, maldito el momento que lo quise despedir así.
Emanuel estaba feliz, como me agradecía lo que había echo por él, «enana, como me gustó que te cagues en mi pija», me dijo besando mi boca y vi como colgaba entre sus piernas su verga toda cagada.
Estaba entre avergonzada y orgullosa de ver así de contento a Emanuel.
Sentía latir mi ano, como ahora se escurria su leche mezclada con mi caca por mis piernas.
Nos duchamos juntos, yo sabía que desde que llegue mi madre hasta que nos volvamos a ver con Emanuel no ibamos a volver a coger, pero es así, él es el novio de mi madre, no mi novio.
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