El padre Alberto y la dama de negro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El padre Arturo no ocultaba su nerviosismo… iba a celebrar su primera misa en ese pueblo que se preciaba de ser uno de los más religiosos y de costumbres más conservadoras, cuando subió al púlpito a la prédica dominical observó a su grey, la mayoría eran gente campesina que se agolpaba en las bancas de atrás de la iglesia dejando las bancas delanteras para la gente de bien , o dicho en otras palabras para los ricos del pueblo…sus ojos de pronto tropezaron con la figura de una dama elegante completamente vestida de negro, su cabeza estaba cubierta con un sombrero grande del cual se desprendía un velo negro y fino que le cubría el rostro y que ocultaba su cara…descollaba por su talla al pie de las otras mujeres del pueblo por lo que se deducía que era bastante alta…por un momento el padre Arturo sintió que lo miraba directamente a sus ojos…se sintió más nervioso pero inició su predicación… no sabía si por coincidencia o porque el destino le quería jugar una mala pasada la lectura del Evangelio aludía a la mujer adúltera que querían lapidar…el padre Arturo hizo énfasis en que la mayoría de veces la gente no tenía autoridad moral para juzgar otras personas…por eso aunque parecía obvio nadie podía tirar la primera piedra pues por nuestros comportamientos a veces teníamos la misma culpabilidad sobre todo en cuanto a la fidelidad se refería…esto no gustó mucho sobre todo en la gente ricachona del pueblo.
A medida que transcurría la misa y siempre que miraba al auditorio los ojos de esa mujer vestida de negro lo estaban mirando…era una mirada de esas que desvestían…sentía que esa mujer era la personificación de la tentación…y que tentación !!!.
A Dios gracias la misa terminó y salió a cambiarse su vestido de sacerdote.
Cuál no sería su sorpresa cuando ya vestido de civil se disponía a salir hacia la casa cural y estaba la mujer de negro esperándolo …se dirigió a él con mucha devoción y en voz sensual le pidió el favor de confesarla…el padre al oír esa voz tan cálida sintió un estremecimiento que le sacudió todo su cuerpo…con voz pausada para ocultar su nerviosismo le dijo que debía esperar hasta el miércoles pues tenía mucho que hacer…la mujer le dijo que estaría puntual a las cinco de la tarde…
Era una verdad a medias…la iglesia estaba muy desordenada y en cierta forma muy descuidada…las personas que ayudaban al anterior sacerdote eran personas de edad y no se les podía exigir mucho.
Lo primero que debía hacer era conseguir gente más joven y activa pero eso llevaría algún tiempo.
Esa noche en su cuarto que era muy austero el recuerdo de esa mujer de negro no lo dejaba conciliar el sueño.
Recordó que estaba allí ejerciendo el sacerdocio por darle gusto a su abuela materna que lo quiso mucho y que le inculcó ese amor por la vida eclesiástica…pero a veces las tentaciones lo asediaban…y lo de hoy era un claro ejemplo…
Al otro día muy temprano recibió una agradable sorpresa…doña Encarnación la señora que se encargaba de la casa cural apareció acompañada de una joven muy bonita…era su hija Rosabel que la iba a reemplazar en las labores de la casa cural pues ella se sentía cansada y era consciente que no podía ayudarle con la misma eficiencia.
El padre Alberto le dio la bienvenida y doña Encarnación se fue a mostrarle la casa y a decirle los quehaceres diarios a su hija.
Antes de irse Doña Encarnación el padre la llamó por separado y le preguntó discretamente quién era la dama de negro…ella en forma breve le dijo que era la viuda del señor más rico del pueblo…vivía en una hermosa casa junto a su cuñada que la cuidaba o mejor la celaba al extremo…era una mujer extremadamente bonita pero estaba aislada casi secuestrada en su casa…
Después del almuerzo el padre solía leer la Biblia hasta que le cogía el sueño y echaba una breve siesta…en una vieja mecedora que había en el patio comenzó su ritual de costumbre…pero esta vez las cosas cambiaron…Rosabel empezó a lavar ropa en el patio de la casa…se había colocado un pequeño short ajustado y una blusa de franela blanca…había omitido su brasier por el calor sofocante y sus abultados senos se translucían con impresionante nitidez…el padre Alberto no podía concentrarse en sus lecturas bíblicas…con preocupación sintió que empezaba a tener una erección…hacía tiempo no pasaba por esta situación…Rosabel para refrescarse empezó a echarse agua , la blusa se pegó a su cuerpo resaltando esos senos turgentes y sus pezones que ahora estaban erectos parecían desafiar la gravedad mostrándose agresivos y provocativos…cuando terminó de lavar empezó a extender la ropa en las cuerdas que precisamente estaban cerca al sitio donde estaba el padre y la situación se agravó…el short también mojado se había metido en sus portentosas nalgas y dejaba ver su trasero prominente…la erección se acentuó…cuando Rosabel se colocó de frente su pubis prominente dejó alelado al padre que ya tenía su verga erecta…menos mal que la sotana disimulaba un poco…pero como dice el dicho “ la procesión iba por dentro” un intenso deseo sexual afloraba por toda su piel …el padre apenas se persignó y se fue a su habitación…
Serían las cinco de la tarde cuando el sacristán entró con un joven…quería saber si su sobrino podía hacerle un reemplazo temporal mientras él se sometía a una pequeña intervención quirúrgica…el padre le dijo que no había ningún inconveniente…sin quererlo su deseo se había cumplido y ahora tenía un par de jóvenes que le ayudarían…
Esa noche el padre salió a dar una caminata por el pueblo…después de recorrer las silenciosas calles regresó para descansar…antes de entrar notó que había luz en la pieza de Rosabel, la curiosidad le hizo cambiar de dirección y silenciosamente fue a su cuarto y miró por la ventana…casi se cae de para atrás…Rosabel estaba desnuda mirándose al espejo, sus manos acariciaban sus preciosas tetas, su cara reflejaba una intensa emoción y sin querer sus largos dedos empezaron a acariciar su sexo…el padre se retiró para evitar esa escena tan lujuriosa…llegó a su cuarto…se desnudó y se acostó…pensó en Rosabel y su verga empezó a pararse quedando en una posición completamente vertical…sus pensamientos lo devolvían a su juventud donde disfrutaba de sus aventuras sexuales…estaba muy excitado y casi no oye unos golpecitos en la puerta…se había olvidado de cerrar con llave y de pronto la puerta se abrió…apareció el joven sobrino del sacristán, había venido a traerle un vaso de leche caliente con miel para que el padre pudiera dormir…el joven al ver al padre acostado y desnudo con ese pene erecto quedó con la boca abierta…se acercó trémulo a la cama, se arrodilló y colocando el vaso en la mesa de noche agarró la verga erecta y empezó a acariciarla , el padre no tuvo tiempo de reaccionar y el joven empezó a succionar el inmenso falo, nuevamente el padre trató de hablar pero era una mamada deliciosa, de esas que mueven las fibras más íntimas, y para colmo de males todo ese sexo reprimido, más la excitación producida por Rosabel, le produjo un orgasmo casi instantáneo y una eyaculación casi prematura…una cascada de semen llenó la boca del joven que dichoso disfrutaba de esa leche concentrada y espesa…
El padre quedó extenuado, adormilado, sumido en un sopor pecaminoso, un sentimiento de culpa empezó a carcomerlo en lo más íntimo de su ser, se sintió culpable y después que el feliz acólito se retiró el padre tomó una pequeña fusta y empezó a castigarse tratando de borrar sus culpas con una autoflagelación…los pequeños latigazos empezaron a dejar sus huellas en la espalda del padre…el dolor, el cansancio, más la felación del joven vencieron al padre que se quedó dormido completamente desnudo.
Rosabel llegó temprano a despertar al padre y lo encontró boca abajo con su espalda surcada de marcas ensangrentadas, afanada corrió a la cocina, trajo unas compresas y con cuidado empezó a curar las heridas, el padre despertó sobresaltado, sintió las manos de Rosabel en su espalda y una excitación empezó a despertar nuevamente sus instintos más animales, el dolor de esas curaciones sirvieron como un catalizador sexual que pronto se manifestó en una erección inmediata, el padre se dio vuelta y ahora quedando boca arriba quedó con su verga erecta ante los ojos asombrados de Rosabel…la chica que tanto había anhelado un momento como este corrió a la puerta, cerró con llave y desnudándose se acaballó en el inmenso falo empezando una fogosa cabalgata que la hizo trepidar de emoción…al padre Alberto se le olvidó el dolor en su espalda correspondiendo a los movimientos de su bella amazona con unos movimientos sincronizados de cadera que convirtieron esa curación inicial en un encuentro sexual inolvidable…el padre Alberto volvió a conocer las delicias de un orgasmo, el clímax de ese encuentro lo llevó a las puertas del cielo y Rosabel por primera vez vio el multicolor destello de su primer orgasmo…
La peligrosidad de esa escena los hizo volver a la realidad y los dos amantes se retiraron a cumplir con sus obligaciones.
El padre Alberto pidió perdón a Dios fue a la ducha y se dispuso a iniciar un nuevo día.
Sin embargo algo le preocupaba …la confesión de la dama de negro…ya era inminente la llegada de ese momento y sabía de antemano que no iba a salir muy bien librado.
Y ese día llegó…la preciosa mujer llegó puntual…el padre sólo se había colocado su sotana…sus heridas en la espalda le impedían resistir una camisa y el calor sofocante no lo dejó ponerse un pantalón…debajo de su sotana sólo llevaba un bóxer…colocó su estola y se sentó en el confesionario, corrió la ventanilla lateral para oír la confesión pero se quedó esperando porque la mujer corrió la pequeña cortina de enfrente y se arrodilló frente al padre…alzó el velo negro que cubría su cara y un rostro bellísimo quedó frente al padre…empezó a confesarse diciendo llanamente que estaba urgida de sexo…que todos sus pensamientos giraban en torno al sexo…soñaba siendo penetrada por muchos hombres …pero lo más grave era que desde que el padre había llegado a esa parroquia deseaba entregarse a él…estaba obsesionada con sentir sus caricias, anhelaba disfrutar del sexo con un hombre prohibido…el padre Alberto sintió que su sangre ebullía, que la excitación lo estaba matando, que ese maldito cosquilleo que recorría su cuerpo era la antesala de tener una tremenda erección…para colmo de males la mujer apoyó sus manos en sus piernas…luego fue subiéndolas lentamente a su entrepierna…sabía cuál era su destino y aunque lo podía evitar no estaba dispuesto a hacerlo…también él deseaba que esas bellas manos agarraran su verga erecta y dura que empezaba a levantar su sotana…no bastó mucho tiempo para que ese deseo se cumpliera…con una paciencia premeditada la dama desabotonó la sotana justo en el sitio donde se levantaba esa verga deseada …la tomó y con un frenesí rayano en la locura empezó a probar el delicioso bocado…fueron minutos eternos en que la felación sacrílega provocó un orgasmo explosivo y una eyaculación llenó de semen esa boca lujuriosa y sedienta…luego un silencio de muerte y la dama de negro se paró y salió hacia su casa.
Esa noche pensativo en su cuarto la tentación de la carne lo asaltó con ansiedad, se acordó de Rosabel, a esa hora estaría masturbándose frente al espejo, se paró y se dirigió a su cuarto,abrió la puerta y la oyó bañándose…se sentó en su cuarto y la esperó, cuando la chica salió lo vio allí con la salacidad en su cara, con la verga parada que estaba que rompía su pantalón…y ella recién bañada con toda su belleza al desnudo deseando ese hombre imposible… el padre Alberto no lo pensó dos veces y tumbándola en el lecho empezó a hacerla suya con una pasión desmedida…la lujuria lo enloquecía y le daba fuerzas sobrehumanas para satisfacer el apetito voraz de esa doncella.
Cuando ambos llegaron al clímax de la pasión se despidieron…habían saciado sus apetitos carnales…una satisfacción muy íntima los dejaba en una calma aparente…el padre se fue a su cuarto …tomó una ducha y otra vez sus pensamientos volvieron a traer el recuerdo de la dama de negro…ya estaba desvestido en su cama cuando el acólito llegó con el vaso de leche…el joven que era un adicto a mamar verga nuevamente se adueñó de ese pene y tras unos besos en el glande empezó a chupar la verga del padre que empezó a tomar vida y a ponerse rígido, la felación de ese joven era insuperable, el padre empezó sentir como nuevamente deseaba descargar su semen en esa boca ansiosa…pero el diablo es puerco y un pensamiento obsceno empezó a obsesionarlo…que se sentiría al comerse un virgo de un joven como ese…la única manera de saberlo era haciéndolo, apartó de su verga al joven y lo tumbó en la cama…el chico sabía que le esperaba y antes de asustarse abrió sus piernas y ayudándose con las manos separó sus nalgas para dejar el orificio de su culo en la mejor posición para que el padre lo penetrara…fue algo que el padre nunca olvidaría la entrada de su pene por ese pequeño orificio y luego la presión de esas paredes rectales sobre su pene fue la mejor sensación de su vida…luego su galopar sobre ese culo se hizo cada vez más frenético hasta que una eyaculación llenó de semen todo el recto de su acólito.
El chico salió con el culo ardiendo pero con la satisfacción de haber estrenado el cura.
Al otro día muy temprano Rosabel le llevó un sobre sellado con la advertencia que era urgente que lo leyera, el padre Alberto tomó la esquela y la leyó…unas gotas de sudor surcaron su frente…con el ceño fruncido se sentó en la cama…era de la dama de negro…urgía de su presencia en su casa…sabía que si iba lo más seguro era que terminaría revolcándose en su cama y si no iba lo lamentaría toda su vida…decidió lo primero porque su deseo por poseer esa mujer se había vuelto algo prioritario…de sólo pensar en estar su lado le ponía la carne de gallina…mientras caminaba hacia esa lujosa mansión se hacía una autocrítica de la cual no salía bien librado…estaba sucumbiendo a todas las tentaciones…el deseo estaba triunfando sobre la castidad…el mal le ganaba al bien….
y en lugar de enmendar su comportamiento iba como un ternero amarrado a que le dieran el golpe de gracia…pero cómo resistirse a ese demonio hecho mujer?
Una mujer de rostro adusto le abrió la puerta y lo hizo seguir…lo acomodó en una salita de espera y le dijo que lo iba a anunciar…a los pocos minutos bajó la bella mujer envuelta en un precioso abrigo de piel negro que contrastaba con su piel blanca…con esa voz cálida que parecía una caricia al oído le pidió que la acompañara a su cuarto pues tenía que bendecir algunas imágenes sagradas…el padre Alberto sintió que sus piernas flaqueaban…entró al aposento detrás de la bella mujer…apenas traspasó la puerta el sacerdote la mujer hecho seguro a la puerta.
el padre con voz trémula preguntó dónde estaban las imágenes pero la mujer no respondió nada…se quitó el abrigo de piel y quedó completamente desnuda…su bello cuerpo parecía una estatua de una diosa griega…su cabellera negra caía sobre su pecho y trataba de ocultar unos senos turgentes adornados de unos pezones grandes y erectos…su abdomen extraplano hacía resaltar su prominente Monte de Venus adornado de un vello púbico negro y ensortijado que formaba un mullido tapete en su zona púbica…sus piernas eran largas y estilizadas…el padre Alberto quedó sorprendido…no esperaba este recibimiento…cuando se dio cuenta la bella dama ya estaba besándolo con ímpetu y deseo…su lengua penetraba buscando reciprocidad a ese beso de fuego…el padre flaqueó y devolvió casi con fiereza y agresividad ese gesto de lujuria…mientras la mujer lo besaba apasionadamente con sus manos lo iba desabotonando…cubrió su cuello de besos y pasó a chupar las tetillas provocando que sus pequeños pezones se pararan de la emoción…zafó el cinturón y en un gesto apremiante bajó el pantalón y el bóxer hasta dejar al padre desnudo…de un suave empujón lo mandó a la cama y ahí se abalanzó como una fiera sobre la inerme presa…sus manos cogieron a dos manos el inmenso pene y luego de contemplarlo por unos breves segundos como un juguete imposible que llegara sus manos empezó a acariciarlo con sus labios, su lengua empezó a envolver esa cabezota grande, brillante y provocativa…casi no cabía en su pequeña boca pero ella lo acomodó y empezó a chuparlo como una deliciosa golosina…
el padre Alberto empezó a sentir el efecto de esa caricia quizás la más erótica y excitante… su piernas temblaban y un escalofrío recorría su cuerpo…estaba que no podía más de la excitación…retiró un poco la apasionada mujer y buscando con afán su húmeda vagina empezó a prodigarle el más ardiente sexo oral…su lengua empezó a explorar una gruta de placer llena de efluvios con sabor a néctar…se recreó con especial atención en el precioso rubí de su clítoris que emergía como un estandarte de su bello sexo…la mujer empezó a retorcerse de la pasión…el padre cambió su lengua por su pene y la fue penetrando…primero lentamente con una demora premeditada para tocar esas áreas erógenas y provocar la máxima excitación…luego con una aceleración más pronunciada y por último un envión que llevaba deseo, furia y pasión.
La verga erecta llegó al fondo…un grito de placer llenó el recinto…luego el galopar frenético del padre que hizo vibrar las fibras más íntimas de esa mujer…por último un orgasmo de locura…una proximidad al cielo de la concupiscencia…un abanico de luces multicolores adornaron el bello momento y luego la placidez de un descanso merecido…el padre Alberto no había obtenido su orgasmo…su verga permanecía como un riel…rígido, parado y con más expectativas…se acordó de su acólito…cómo sería comerse ese culito virgen de esa bella mujer…la volteó delicadamente y besándola desde la nuca fue bajando por su columna hasta llegar muy cerca a ese bello orificio…la proximidad de su boca y de la inquieta lengua puso a la defensiva a la dama de negro pero las caricias y los besos fueron anestesiando esa área sensible…sus manos abrieron las apretadas nalgas y dejaron al descubierto un ano apretadito, rosado y limpio que incitaba a llenarlo de besos…su lengua empezó a penetrar esa puertecita que a fuerza de besos fue abriéndose lentamente como el capullo de una flor…su lengua venció esa resistencia y se abrió para recibir esa verga que deseaba ese sexo anal para obtener el premio mayor de esa bella jornada de sexo…fue una labor demorada pero al final el inmenso tolete de carne se acomodó en ese recto virginal…lo sostuvo quieto…parecía un sueño…deseaba no sacarlo pero la mujer con un vaivén de sus caderas le recordó que ella estaba allí para gozar de esa penetración anal…el cura empezó a meter y sacar su pene despertando alaridos de locura y de lujuria…luego vino ese orgasmo de locura y una eyaculación copiosa que llenó de semen el recto de esa hembra…
El padre Alberto había coronado una faena que nunca en su vida había pasado por su mente…se vistió…puso un casto beso en la frente de la bella mujer, abrió la puerta y sin decir nada se retiró de la casa…llegó a su cuarto y se tendió cuan largo era….
hacía apenas cinco días había llegado a ese tranquilo pueblo y en ese lapso había infringido todas las normas de la moral, del cristianismo y las sanas costumbres…el que pareciera un apacible pueblo era en realidad la caldera del diablo…tomó de pronto una determinación…muy temprano salió del pueblo llevando en su maleta la carta de renuncia a su cargo…era la mejor determinación así tuviera que faltar a la promesa de su adorable abuela.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!