El placer de tener una sobrina
la típica relación incestuosa de un tío con su sobrina.
La vida en distintos momentos te presenta situaciones las cuales uno suele desaprovechar ya sea por principios o por miedo ya que son cosas de alto riesgo sobre todo si un menor está involucrado en dicha situación.
Por lo que este relato da inicio cuando tenía los 30 y mi estado civil soltero, situación que algunos alaban por la libertad de hacer o hacerlo con quien te dé la gana mientras otros te presionan para que consigas pareja que por lo general estos suelen ser familiares, sobre todo tus padres preguntando cuando verán sus nietos. Muchas veces son cosas que te pueden causar gracia si tu billetera es incapaz de mantener una familia mientras que otras son causas de estrés por haber recorrido media vida y aun no te has establecido y para empeorar todo no haber tenido tu primera vez, que cuando lo piensas simplemente sueltas un gran suspiro mirando al cielo a la vez que mencionas que tu vida apesta.
Bueno, saliendo de la deprimente reflexión, ya más o menos se dan la idea del personaje: soltero de 30 años que solo se mata a paja, pero para agregar un poco más de contexto la relación con la familia materna es casi nula, a mi madre y hermanos ya tenía 12 años que no los visitaba mientras por lo que no conozco a los nuevos miembros. Andrés siendo menor que yo ya había tenido una hija cosa que me enteré de manera telefónica o sea en vez de yo convertirlo primero a él en tío, el me hiso tío a mí. No obstante, es algo que no me afectó más bien me fue indiferente, aunque yo no los visitaba no porque haya habido algún problema entre nosotros, simplemente que estábamos bien alejados y no tenía dinero para el viaje por lo que terminó transcurriendo todo ese tiempo hasta llegar a esos 12 años de ausencia, por lo que cuando por fin decidí volver a mi tierra natal ese reencuentro con mi madre fue más que emotivo ya que esa mujer no paró de llorar.
Bueno ese día conocí incluso a un par de nuevos hermanos que nunca había visto y también a la familia de mi hermano Andrés por lo que fue la primera vez que vi a mi pequeña sobrinita de 6 años llamada Ángela la timidez con la que se me presento detrás de la pierna de su padre me pareció adorable, en parte la vi como una pequeña mascota. Quizás algunos podrían tener algún otro sentimiento al ver aquella morenita, pero en mi caso no ya que en ese momento no se me cruzaban esa clase de pensamientos.
Esas Vacaciones fueron bien refrescante, luego de mucho volví a convivir con mi madre y otros días andaba en la casa de mi hermano y a pesar que en el primer día mi pequeña sobrinita me evitaba, al siguiente día que todos fuimos a la playa parecía que tuviéramos una relación de años, incluso dormíamos juntos y era muy agradable en cómo se acurrucaba conmigo sin embargo todo lo bueno llega a su fin. la cara de tristeza de Ángela sí que me dio cosita, pero no podía quedarme más, pero tampoco tenía la intención ausentarme tanto otra vez por lo que me propuse en regresar el año siguiente.
Mientras transcurría el tiempo en casa de mi padre, el cual también es soltero. Mi mentalidad cambió algo al navegar un poco en la deep web y lograr mirar porno y no cualquiera sino de menores de 12 – 16 años teniendo relaciones, ver aquello por primera vez me puso la verga como nunca, por lo que mi gusto en las féminas fue ampliado ya que antes para mí la edad mínima que me habría gustado hacérselo eran a colegialas de 16, pero ahora imaginar a nenitas de 12 recibiendo mi verga, eran fantasías que me la ponían bien dura, pero tampoco es que me imaginara o planeara asaltar una chica inocente como llegue a ver en algunos videos no me agradaba la idea de corromper una chiquilla.
Y pues ese año transcurrió sin novedad, aun continuaba solo.
La siguiente vez que decidí ir a visitar a mi madre y hermanos lo hice en diciembre, esta vez que volví a ver a Paola me recibió feliz y los días pasaron igual que el año anterior, las veces que me quedaba en casa de Andrés ella dormía conmigo a fin de cuentas a mí me gustaba como se acurrucaba conmigo y dado por lo afectiva que era yo solo quería ser un buen tío para ella y consentirla mientras pudiera. La llevaba para la playa, parque, la encaprichaba con dulces, etc. Era el típico tío que le compra de todo al sobrino.
Y cuando menos te lo esperas la vida te da unas sorpresas que si bien pudiste haber imaginado. Ese día cuando regresaba a casa de Andrés luego de andar con unos compas, miré que Paola andaba correteando con sus amigos, algo que da algo de nostalgia cuando los observas ya que uno fue igual sin embargo la cosa se pone rara si aquellos niños que corrían por todos lados de un momento a otro se sienten silencioso aunque tampoco era algo que le presté atención una vez que llegue me puse a ver la tv por lo que no sabía nada de lo que sucedía afuera, pero lo que si me dio curiosidad fue escuchar murmullos cerca de la ventana y pude observar que había dos chicos acorralando a una chiquilla para cuando se sacan rápidamente la verga y la ponen a mamar mientras que el otro se hacía la paja luego al momento que se la va a mamar al otro verifique que era mi “inocente” sobrina que se la estaba mamando a su primo Gabriel (13 años) y a un niño del barrio que tendía unos 9 – 11 años por lo que hablé en tono grave “—eh, que están haciendo ahí atrás pues—” y si estaba haciendo sus cositas rápido y aún más rápido se subieron los pantalones y se dispersaron.
Desde ese momento ya no miraba de la misma manera a Ángela, estaba sorprendido que siendo tan jovencita ya estaba haciendo esas cosas, por lo que por desgracia mi mente comenzó a fantasear con diversos momentos donde ella estaría implicada, no obstante, aún quería ser un buen tío, pero las cosas nunca uno sale como quiere.
Esa noche dormía solo ya que Ángela se había ido a dormir más temprano, pero a altas horas de la noche me despierto con una erección y me doy cuenta que Ángela estaba pegada a un lado de mí. Honestamente era el peor momento para que ella quisiera dormir conmigo, tenía una erección y había visto lo que ella hiso por lo que mi morbosa mente estaba inquieta. Mi manera de actuar en ese momento no era para nada la de un tío normal, mis manos que recorrían sus brazos de manera ascendente buscaban algo más que el confort de aquella niña, el besito de buenas noches que antes le daba en ese momento tenía un sabor diferente, en vez de ser el besito rápido ahora me tomaba mi tiempo oliendo su cabello pensando todo tipo de cosas para luego darle una suave lamida en su nuca acompañada con un ligero beso sin embargo la cosa no acababa allí dado que mis manos habían tomado rumbo a sus nalguitas y para colmo aquella niña solo vestía una pequeña trusa, si bien no era ninguna novedad no era el momento para que durmiera conmigo con solo una blusita y en ropa interior, mi morbosidad estaba de locos imaginando que cositas ya habría hecho y en un parpadeo mis dedos comenzaron a recorrer su rajita desde atrás, no podía creer estuviera tocándole el culo mientras mi dedo recorría su mil arrugas mientras empujaba suavemente con intención de tantearle su interior, pero estaba muy seco como para que pudiera entrar y luego de un rato decido continuar recorriendo su raja, pero en un santiamén en el momento que decidí recorrer el camino sentí que mi dedo medio cayó un hoyo, en un hoyo muy húmedo que incluso me asusté y me hice el dormido, pero sin retirar mi mano de su entrepierna mientras analizaba la trampa en que mi dedo había caído y como Ángela ni reaccionaba así que pude sentir muy bien su interior hasta su himen, estaba muy húmeda y calentita e incluso pude meter un segundo dedo sin problemas y de pronto escucho un ligero “ah…”.
—¿nena, te desperté? —, le susurre muy nervioso, pero no respondió nada.
No estaba seguro si continuar, pero las ganas me superaron y pude sentir como ese prieto hoyito comenzó a apretar de manera más seguida mis dedos, pero ser delicado me estaba frustrando, ya tenía un buen rato jugando con su chocho y mi pene estaba que estallaba así que me comencé a masturbarme sin embargo de estar disfrutando el momento me fui al baño para acabar ya que no me gusta ensuciar donde duermo y eso fue una jalada inigualable que incluso sentía que iba a cagar mis bolas, ya aligerado pude dormir tranquilo bien abrazadito con mi sobrinita. A la mañana siguiente estaba ligeramente ansioso porque a pesar de todo lo que hice no mostro alguna señal de rechazo sí que sentía cierta incertidumbre, era poco probable que no se hubiera despertado con todo lo que le hice y tras el ligero gemido que hiso estaba casi seguro que en algún momento de esa noche ya había despertado y aun así se quedó quieta.
Una vez la vi se comportó igual que siempre por lo que era muy conveniente para mí, pero me tenía igual de ansioso. No era algo de que podría hablar abiertamente con ella y luego de casi todo el día teniendo tal preocupación prefería que las cosas avanzaran y ya.
En parte el problema que en las noches me sentía como todo un puberto solo pensando en sexo y como mi hermano no tenía ni idea de mis intenciones Ángela continuaba durmiendo conmigo con la aprobación de sus padres, lo malo que aún no contaba con la complicidad de ella, solo me aprovechaba mientras durmiera y si la despertaba en algún momento no tenía manera de probarlo porque si me equivocaba y llegase a gritar tendría suerte si llegase a morir de un infarto, pero bueno quitando la mentalidad pesimista cada noche que podía tocar a Ángela era glorioso, casi parecía una perfecta muñeca de masturbación.
Podía acariciar cada rincón y ella continuaba “dormida” e incluso tras humedecer su coño me acurrucaba bien con ella pasando mi verga por su entrepierna hasta que se me pusiera flácida sino pues… al baño.
Lamentablemente esas buenas noches estaban a pocos días de terminar por lo que tocaba hacer algunas diligencias y ala llegar a la casa junto a mi hermano pude sentir cierta tensión, la cara furiosa de mi cuñada era muy intimidante que me hiso pasar miles de cosas por la mente de lo que podría haberla molestado y comienza a hablarle a Andrés de lo que andaba haciendo su hija y resulta que la mamá la descubrió haciendo cositas con su primo Gabriel, yo no sabía que hacer por lo que preferí apartarme de eso y me fui con Ángela para consolarla: diciéndole que ese tipo de cosas no se hacen o sea el “tío bueno y correcto”. En esta ocasión su madre los pilló mientras se tocaban sus partecitas mutuamente por lo que conllevo a que recibiera unas buenas nalgadas y un castigo inmediato que no le permitían salir de casa ni mirar tv ni nada. Paola (mi cuñada) estuvo bastante histérica hablando de lo sucedido y rajándole el cuero al pobre Gabriel, diciendo que no permitiría que se le volviera a dirigir a su hija y ese tipo de cosas, pero bueno era algo que no podía cuestionar de ninguna manera ya que solo estaba protegiendo a su hija aun así lo curioso de toda esta situación era que no le prohibió que durmiera conmigo por lo que estaba un tanto feliz de ese trato favorable y bueno el resto de la tarde y noche fue bastante incomodo, la niña ni podía mirarla directamente que incluso cuando me fui a dormir me dijo que no le permitiera usar el móvil y le respondí con seguridad de manera afirmativa ya que mis verdaderas intenciones eran otras y viendo las movidas de mi hermano parecía que él tenía las intenciones de relajar a su esposa. Luego de lavarme la boca como de costumbre Ángela estaba acostada en mi cama por lo que traté de subir con cuidado y noté que ella estaba despierta:
—¿no puedes dormir? —, le pregunto con tono bajo y ella solo mueve su cabecita y yo le empecé a acariciar su cabecita.
—Te quiero tío—. Escuchar esas palabras con su dulce voz me hiso muy feliz.
—Yo también mi vida—, y le doy un besito en la frente.
Y tras un breve silencio le pregunto desde cuándo “jugaba” con su primo y aunque en un principio pareció no querer decirme tras insistirle y hacerle cosquillitas empezó a hablar luego de decirme “no le vayas a contarle mi mamá”. —sabes que puedes confiar en mi—, le respondí.
En su cuento no había ninguna novedad, Gabriel es un familiar con el que juega desde muy pequeña por lo que si dejas a dos niño o jóvenes que se tengan confianza no es sorpresa que en su curiosidad se exploren a sí mismos y como antes se llegó a quedar bastante tiempo con su tía nació esa relación incestuosa entre Gabriel y ella cuando tenía sus 5 años. En un principio solo se mostraban sus partecitas y como a él le gustaba que ella se lo agarrara fue dando inicio sus jueguitos por ende la casita y el doctor eran fijo que lo jugaban. Ángela prefería jugar a la casita porque le gustaba besarse con Gabriel, pero a él le gustaba más jugar al doctor (¿por qué será? Guiño, guiño) por lo que eventualmente las cosas fueron subiendo aún más de tono al punto de que Gabriel empezó a meterle la verga en la boca cosa que en un principio a ella no le gusto, pero con el tiempo y la insistencia por parte de él, ella fue cediendo sin embargo no le gustaba que su lengua hiciera contacto.
—¿no te gusta? —, le pregunto con una erección ya armada.
—no, huele raro—.
—¿entonces por qué te lo metes en la boca? —.
—a él le gusta y cuando lo lleno de baba no es tan malo—.
—pero parecía gustarte el otro día que te vi tras de la casa con Gabriel y con otro amiguito—. Ella se queda ligeramente pasmada, —pero no dije nada porque creía que tu mamá se iba a molestar mucho y parece que tuve razón—.
—¿y si descubre lo que me hacemos también se enojará contigo? —.
Eso fue una daga en el corazón, el bombeo de sangre en ese instante me hiso pensar que me estallaría la cabeza. Por lo que respondo de la manera más calmada que pude: —¿y qué hacemos nosotros? —, el corazón lo tenía a mil, pero al mismo tiempo tenía la verga bien dura.
—tú sabes no te hagas el tonto—. Y me juego con ella diciéndole que no se de lo que habla. —ay tío, tú sabes que me tocas la cosita todas las noches—.
—ajá… picarona, estabas despierta—, y continúo jugándome con ella hasta acurrucarme con ella y le pregunto al oído —¿y te gusta jugar con el tío? —.
Y siento como su cabecita se mueve afirmándome junto con un susurrante si, —tu tío está muy feliz de tener a la mejor sobrina del mundo—, mientras mi verga punteaba sus muslos, —¿y hoy también quieres jugar con el tío? —, por lo que ya andaba paseando mis manos por su barriga hasta su plano pecho y como me vuelve a responder que si otra vez le salgo con una pregunta —¿Qué quieres haga? —y mi mano continuaba recorriendo hasta tocar sus pantys, pero sin llegar más abajo.
—tú sabes—, me responde con un tono bastante tímido. Pero yo de manera juguetona me hacía el tonto hasta que me toma y me la pone en su entrepierna así que cumpliendo su petición comienzo acariciársela sobre su ropa interior, —¿te gusta esto? —.
Lo mejor fue que tras unas repetidas caricias sobre su panty, ella por si sola se la hace un lado para que la tocara directamente —conque la nené lo quiere por aquí—, por lo que mi dedo empieza a recorrer su rajita de arriba abajo para luego insertar mi dedo en su hoyito así que me entretuve en silencio masajeándoselo por dentro y por fuera, solo la manera en que respiraba me decía que estaba disfrutando mis dedos dentro de ella y al mismo tiempo nos dimos nuestro primer beso en la boca aunque no más hubo contacto entre nuestros labios de manera prolongada y desconozco cuanto tiempo estuvimos en eso, pero ya sentía la necesidad de dormir.
—¿lindura, ahora podrías jugar con él mío? —, le pregunto tras tomar una media.
—pero ya tengo sueño—.
—será rápido, yo también tengo sueño—.
—mmm. Ok un ratico y ya—.
Y cuando se acomoda y cuando empieza a tantearme la verga, dice con sorpresa: —está muy grande —, la manera en que me la sostenía eran torpes y muy excitante, sobre todo cuando me toca la punta. —Está baboso aquí y huele raro—, aunque su expresión simplemente me lo podía imaginar porque la oscuridad de la habitación me lo impedía ver con claridad.
—¿huele mal? —, le pregunto.
—no sé, es raro—.
—¿y no quieres probarlo? —.
—ay no, me da asquito—.
—¿y un besito? —.
Y tras un breve silencio siento el leve contacto de sus labios en mi verga, la situación ya ano lo podía soportar más por lo que sostengo sus manos que sujetan mi verga y me comienzo a dar de arriba abajo y creo que no fueron más de 20 movimientos cuando me vi obligado a tomar la media para cubrir el lechero que me había ordeñado.
—uy si nenita, un día quiero que te lo tomes—, dije mientras me corría.
Ángela no pudo ocultar su sorpresa por lo que me pregunta:
—¿Qué te pasa tío? —.
—es que me hiciste muy feliz—.
—y por qué te cubres el pipi con la media—.
—es que porque se pone muy baboso cuando lo haces sentir muy bien, pero bueno ahora si a dormir—.
Pero antes me fui al baño a lavármelo y guardé la media.
A pesar de que mis vacaciones tenían sus días contados ya era cosa mía en la manera que los aprovechara.
Rico relato espero seguis contando esto apenas inicia teIgrm vadermark1
Muy rico. Sige