El repartidor y yo de 13
A los 13 un rerepartidor de jugos me dio de sus jugos en mi boquita.
Esta historia se remonta a cuando tenia 13 años, mi abuela tenía una tienda en la que ocasionalmente me tocaba cuidar cuando ella salía y en un dia como esos… un repartidor de una empresa algo conocida en México llegó para darme a probar un nuevo «jugo cremoso».
El dia estaba tranquilo cuando llegué de visita con mi abuela y en eso ella me pide de favor que atienda su tienda en lo que ella iba a hacer sus mandados y yo como buena nieta que soy le dije que si, a lo que ella partió diciéndome que llegaría el repartidor de jugos y que el ya sabía que jugamos dejar y cuales llevarse y que le diera el dinero que ella dejó debajo de la caja de cobro, y así fue como pasó el rato desde que salió. No había mucha venta aquel dia, por lo que acalorada me dirigí al refrigerador de la tienda a tomar un refresco qué normalmente ella me invita. En eso estaba cuando veo como se estaciona en la entrada de la tienda el repartidor, rápidamente agarré el refresco y cerré el refri para ponerme atenta en el mostrador.
El repartidor entró, era un hombre como de 45 años, gordo y con algo de barba, y algo alto.
Me saludo y me preguntó por la doña de la tienda (mi abue) a lo que respondí el saludo y le dije que mi abue no estaba, pero que yo podía encargarme de recibir los jugos y el entre murmuros dijo mientras veía mis tetitas con los pezones notorios por no usar corpiño – espero que puedas con todos mis jugos qué te voy a dar.
Y sin darme cuenta el ya estaba muy cerca mio acercando sus dedos a mi cabello diciendo- qué linda eres, seguro tienes una mami igual de linda que tu. Por lo que tímidamente respondí que gracias y que si eran muchos los jugos que traía. El deliberadamente respondió mientras se agarraba su enorme bulto– justo aqui tengo varios para ti preciosa.
En eso el me pide que le ayude a recoger los jugos qué ya estaban caducados en la tienda mientras que el iba a ir por los que iba a dejar, por lo que le dije que si y procedí a recogerlos todos.
Estaba por terminar de recoger los jugos, pero al estar pequeña no alcanzaba los de hasta arriba, hasta que llegó el repartidor y dejando en el suelo los jugos que traía me preguntó si necesitaba ayuda, le dije que si mientras aun intentaba alcanzar unos. De un momento a otro el repartidor me agarro mis nalguitas y empezó a masajearlas como desesperado y yo apunto de oregubtsrle qué estaba haciendo el me agarró las caderas y me alzó para que pudiera alcanzar los jugos, y así fue que agarré con cuidado algunos. Mientras el me alzaba con sus manos fue acercando mi cuerpo hacía su cara y en un abrir y cerrar de ojos sentía su nariz y toda su cara en mi trasero. Le pregunté que porque hacía eso y el solo seguía restregando su cara en mi trasero. Empecé a intentar que me soltará pero entre mas intentaba el me sujetaba con mas fuerza y con mas ganas me frotaba mi entrepierna con su nariz. El me bajó y me dijo que le recordaba mucho a su hija porque siempre jugaban a eso y a hacer jugos, pero como ahora el estaba trabajando no podía verla ni jugar con ella. Y yo con mucha curiosidad y algo mojada le pregunté cuál era el otro juego y que si la extrañaba mucho yo podía jugar con ella. Con todo el entusiasmo el me dijo que podía enseñarme a jugar, pero que a cambio le prometiera que solo podía jugar con el ya que era un juego muy secreto. Y le dije que si, lo iba a mantener en secreto. Entonces me preguntó si podíamos cerrar la tienda en lo que jugábamos rápido y que no nos interrumpieran. Le dije que si y juntos cerramos rápidamente la tienda. Le pregunté si quería jugar en la tienda o pasando la puerta donde se encontraba la sala de mi abue (la tienda y la casa eran una sola). El emocionado me dijo que así era mejor jugar, me cargó nuevamente en sus brazos pero ahora me puso de frente en su rostro y restregó nuevamente su cara en mi, pero ahora en mi vaginita.
Llegamos a la sala y el rápidamente se quitó la ropa. Esa fue la primera vez que vi el pene de un macho, media alrededor de 18 cm y era muy gruesa, tenía algo de pelo y unos huesos enormes.
El me dijo que para jugar yo tambien tenia que estar desnuda como el y que debía quitarme la ropa, pero yo no respondía al estar hipnotizada con su gran miembro, así que el sin dudar me quitó toda mi ropita y puso mi calzón en su miembro. Rápidamente reaccioné toda apenada y me dijo: desde pequeña se te ve lo puta que eres, ya quieres probar el jugo de papi?. Yo sin saber muy bien que me había dicho le dije que si asintiendo la cabeza. Entonces el se acercó a mi y me metió su lengua en mi boca, me beso de una forma muy agresiva y me escupió en mi boca. Estaba a punto de preguntarle por qué estaba haciendo eso cuando sentí como me ahogaba, el había metido todo su pene en mi boca. Solo alcanzaba a alzar la mirada y ver como sonreía de placer y me agarraba con fuerza el cabello. Mientras el intentaba meterme hasta los huevos en la boca me dijo: no uses los dientes mi amor. Te voy a enseñar a sacrle los jugos a un macho como yo mientras te hago mas puta así como me cojo a mi hija, ella ya es la puta de papi.
Sacó su pene de mi boca y me volvió a besar como si estuviera en celo y muy necesitado de sexo. Me susurró al oído que no tuviera miedo y que disfrutará porque el me iba a llevar al cielo con tanto placer. Le dije que está bien y que le iba a obedecer.
Con todas las ganas del mundo me puso de espaldas en posición de perrito y empezó a lamerme mi conchita mientras me decia que era toda una perrita cachonda y que mis agujeros eran muy afortunados por ser la primera vez en probar su pene.
Yo solo podía gemir de lo exitada que estaba y sentía muchas cosquillas en mi interior.
El repartidor escupió en mi conchita y colocó su pene en la entrada de mi vagina, y sin dar aviso la metió toda completa. Di un grito por el dolor de ser penetrada por primera vez y mas con ese pene grueso. El me tapó la boca y empezó rápidamente con el mete saca. Se escuchaba como rebotaban sus bolas contra mi vagina mientras me daba como cajón que no cierra. En eso empezó a tocar mi anito intentando meter uno de sus grandes dedos. Yo no podía gritar del dolor, pero algo dentro de mi lo empezaba a disfrutar, sentía cada metida con mas intensidad y eso me empezó a poner muy cachonda.
El no paraba de cogerme muy duro y rico mientras me decia cosas sucias al oído. En eso saca su pene de mi conchita y me dice que se la chupete. Me senté y le dije que no sabía como. El solo sonrió y me dijo que me iba a dar todo su jugo para dejarme marcada como su puta. Me agarró fuertemente de la cabeza y me metió todo su pene con sus huevos en mi boca. Y empezó a literalmente cogerme la boca, así como me violo mi conchita hizo lo mismo con mi boca y en eso escucho como empiez a a decirme que se iba a venir y dejarme la boca toda volada y usada como muñeca sexual. Yo intentaba respirar cada que sacaba su pene solo para sentir mas dolo cuando el la metía y en una de esas metidas senti como mi garganta se llenaba con sus jugos.
El sacó su pene y empezó a frotarme todo su pene en mi cara para dejarme su semen en mi rostro mientras decía: ahora si eres una mujercita, mi mujercita sucia, ahora cada que te vea te voy a violar todita, eso es para lo que sirves ¿entiendes putita? Solo sirves para que tu macho te use. Yo toda exitada y limpiando el semen de mi cara le respondí: si papi, ahora soy tu putita y puedes usarme cuando quieras, me gustó mucho lo que me hiciste. El sonrió y me beso apasionadamente.
Rápidamente los dos nos limpiamos y nos cambiamos porque ya era tarde y mi abue estaba a nada de volver, el me dijo que se llevaría mi calzón para acordarse de mi en el camino y le respondí que se lo podía llevar y que a la próxima que viniera le podía dar otro. Antes de abrir la tienda e irse el me cargó nuevamente y me beso muy rico, jamás olvidaré ese beso que me dio, mientras me besaba me manoseaba todita, tocó mis pechitos y mis nalgada las tocaba de forma agresiva y rica. Me estaba poniendo mojada otra vez y en eso me estaba bajando cuando lo abracé poniendo mi boca encima de su bulto y haciendo como si se lo mamara pero con ropa, el rápidamente me agarro el cabello y me movió la cabeza como si se lo mamara sin ropa, el rápidamente terminó y nos volvimos a besar y me dijo que de grande seria una buena puta traga leche, a lo que respondí que el me había hecho su putita.
El se fue y mas tarde llegó mi abuela sin sospechar de nada y asi fue como a los 13 me hicieron una putita adicta al sexo
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