EL RICO MASAJITO A LAURA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Conocí a Laura una calurosa tarde verano.
Estaba tomando una cerveza fresquita con una amiga en una terraza y sonó su teléfono.
Era Laura, a la que hasta ese momento no conocía.
Charlaron por teléfono y dijo que se apuntaba a tomar algo.
Al cabo de unos 20 minutos apareció ella.
Iba vestida con una falda muy corta de color blanco y un top de color azul claro.
Laura era una chica alta, de cuerpo firme, su melena de color oro con pelo rizado hasta el cuello.
Tenía unos ojos marrones oscuros muy bonitos y una sonrisa preciosa.
Pero lo que más realzaba de su cuerpo eran unas largas y buenas piernas, perfectas para darle un buen masaje.
Mi amiga nos presentó y ella se sentó en la mesa, cruzando sus piernas, muy sensualmente.
Estuvimos hablando de todo un poco, más que nada de temas vanales, pero desde el principio hubo buen feeling entre ambos.
Nuestras miradas se cruzaban y parecía que ambos estábamos interesados por el otro.
Finalmente, mi amiga y ella se marcharon y no supe de ella durante unos 10 días.
Un día recibí un WhatsApp de mi amiga, que me decía que me guardara el teléfono de Laura, que le había caído bien y que quería mantener contacto conmigo.
Al principio me alegré, aunque no le di mucha importancia y me imaginé lo que días después pasaría.
Empezamos a hablar por WhatsApp Laura y yo y las conversaciones eran normales, hasta que un día surgió el tema.
Me dijo que se iba a una masajista a darse un masaje y yo le dije que si probara el mío iba a salir más satisfecha.
Le dije que era un masaje erótico y que era una experiencia muy sensual, a lo que ella respondió que nunca se había dado uno y que le gustaría probarlo, pero la cosa no quedó en nada.
Seguimos tonteando y ya llevábamos tiempo tonteando por WhatsApp.
Que si te doy un masajito, que si tus manos van a recorrer todo mi cuerpo y me voy a poner muy caliente.
Hasta que un día me propuso tener un encuentro en mi casa para probar el masaje erótico.
Me dijo que le daba vergüenza porque me conocía, aunque fuera de un día, pero que le daba tanta curiosidad y morbo que quería vivir una experiencia así.
Le propuse que habría una sorpresa, sin decirle la que era.
Quedamos para el sábado a las 4 de la tarde en mi casa, pero le dije que no subiera, que le esperaba yo en el portal.
Ese día estaba solo en casa y preparé un plan.
Ambienté bien la habitación, puse mi camilla, preparé una velas e incienso, para que la luz fuera tenue y música relajante, además de mi neceser, en el que llevo aceites y otras sorpresas para el masaje.
Saqué mi antifaz del neceser y me lo guardé en el bolsillo.
A las 4 en punto suena un WhatsApp en mi móvil, era ella y estaba abajo.
Bajé al portal, le di dos besos y la saludé, entramos al ascensor y, nada más entrar, le vendé los ojos.
¿Qué haces?, dijo.
Prepararte para el masaje, respondí.
Subimos al piso y a llevé de la mano hasta la habitación, la desnudé muy lentamente y la puse totalmente sobre la camilla boca abajo.
Puse algo de música tranquila y empecé con el masaje.
Primero masajeé sus piernas, muy despacio y lentamente, con mis manos con aceite.
Laura parecía tranquila para ser su primer masaje erótico, aunque de vez en cuando emitía pequeños gemidos de placer.
Luego subí a sus nalgas, firmes y redondas, donde me entretuve un buen rato, se nota que le gustaba mucho esa zona por la reacción de su cuerpo.
Yo poco a poco me iba desnudando mientras le daba el masaje, hasta que me subí encima de ella en la camilla y le di un masaje por todo la espalda.
Aproveché para susurrarle al oído si le gustaba, a lo que respondió que le estaba encantado.
Tras un buen rato de masaje en la parte trasera, le di la vuelta y empecé con la parte delantera.
Primero sus pierna, luego sus muslos por dentro, subí hasta su vientre, mientras algún roce involuntario de mis manos en su vagina le hacían emitir pequeños gemidos de placer.
A estas alturas mi pene ya estaba muy erecto, masaje sus hombros y vi que estaba muy excitada, por lo que empecé a chupar sus senos, mientras le daba el masaje.
Esto no es un masaje, pero sigue, que me encanta, dijo ella.
Me daba mucho morbo que tuviera los ojos vendados, y pegué un salta para ponerme encima de camilla con ella y hacer un 69.
Empecé de degustar su sexo mojada, mientras penetré su boca con mi pene.
Mmm, qué bien lo haces, cabrón, exclamo ella.
Estuvimos un buen rato en la posición, hasta que le di la vuelta y empecé a saborear su ano.
Se nota que le gustaba pero me sorprendió su reacción.
Esto no me lo hace el cerdo de mi marido, no me como el culo, dijo.
En ese momento me quedé un poco parado porque desconocía que tuviera pareja, aunque la situación me daba más morbo.
Pues ahora te lo voy a follar por zorra, le contesté.
Cogí mi lubricante e introduje un dedo en su ano, mientras le comía el coño, en un cunnilingus brutal.
Mi pene estaba a mil, Laura estaba disfrutando mucho y tenía que entrar dentro de ella.
Lubrique bien su puerta trasera, me puse un preservativo y, lentamente, metí mi polla en su culo, mientras con la mano, metía dedos en su vagina y acariciaba su clítorix.
Me encanta que me folles el culo porque el perro de mi marido ya no hace nada, dijo Laura.
Le envestí de forma dura, ella gemía como loca y así estuvimos un rato.
Luego tenía ganas de follar su coño, pero también que disfrutara, así que cogí unas bolas tailandesas, que tenía sin estrenar, y se las metí en el culo, mientras le penetraba por el coño a 4 patas.
Me dijo que le diera azotes y que te le tirara del pelo, que le gustaba el sexo duro, a lo que accedí sin problemas.
Ella ya estaba cansada y empapada de sudor y me pidió mi leche.
Le dije que dónde la quería y me dijo que en la boca, me empezó a pajear hasta que exploté y llené su boca de mi néctar.
Se la tragó sin problemas.
Nos fuimos a la cama y nos sentamos, le dije que lo había pasado muy bien y que era muy guarra en la cama.
Me contó que no tenía sexo con su marido y que necesitaba de vez en cuando una buen sesión y que el masaje erótico le había puesto muy caliente.
Ahora solemos quedar habitualmente para disfrutar juntos y poder darle lo que tanto necesita y marido no lo da.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!