El Rusito del barrio
A sus 10 añitos, era un bombón, la piba más linda del barrio de su edad, no alcanzaba ni la mitad de la belleza de Isaías.
Isaías, con 10 años de edad era todo una belleza, de cabello castaño claro enruladito, ojos verdes, labios carnosos y ojitos soñadores. Amistoso, servicial y muy voluntarioso, y eso fue lo que lo perdió. Yo tengo 15 años, no soy ni lindo, ni vistoso, son un pibe común, que hace mucho deporte y nada más. Solíamos jugar con Isaías en mi play station cuando su madre lo dejaba en casa para que lo cuidáramos al tener que ir ella al centro de la ciudad, lo que sucedía bastante seguido. Entonces nos encerrábamos en mi pieza para que nadie nos moleste y pasábamos horas jugando. Una tarde, de mucho calor, llegó el rusito y su madre. Ella tenía que ir al médico y demoraría bastante. No había problema, los dos nos entreteníamos bien juntos. El rusito tiene un hermoso cuerpito, alto para su edad, y sus piernas terminan en dos hermosos glúteos redonditos y firmes. Mas de una vez yo lo había observado, y a veces al jugar nuestros cuerpos se tocaban y yo sentía una descarga eléctrica, automáticamente sentía como mi verga comenzaba a erectarse. Mi tripa no es nada descomunal, son 17cms de largo, algo cabezona, pero lo más llamativo es que se va engrosando a medida que se arrima al pubis, y la verdad es que en los últimos cinco centímetros es bien gorda, mas que una lata de picadillo o pate foie.
Esa tarde en especial debido al calor yo me encontraba vestido solamente con un pequeño short de baño, los brasileros le llaman «Zunga», es un slip muy ajustado que obvio marca en demasía el bulto. Cuando Eloísa, la madre del rusito entra a la casa, mi madre me llama para avisarme del pibe, yo salgo al living y allí la madre del pendejo lo primero que hizo fue mirarme el bulto entre las piernas. Y se sonrojó, pero parece que le gustó lo que vió ya que dos o tres veces dirigió la mirada hacia mi paquete. Finalmente se fué, mi madre me dice que se va a la casa de su madre que se encuentra algo enferma y que regresará a la tarde. Que nos portemos bien, que tomemos la merienda y no hagamos lío. Dicho esto tomó su cartera y nos dejó solos.
Isaías directamente encaró para mi pieza, yo estaba algo excitado debido al día, a las miradas de Eloísa, que se yo. El hecho es que mi verga comenzó a pararse y formó una linda carpa en mi zunga. Isaías que es muy curioso y preguntón, enseguida al ver mi bulto, preguntó por qué tenía ese bulto entre las piernas, y esas ocurrencias de pibes, le contesto que como el me gusta mucho se me paró la pija. El me miró extrañado, intrigado. Entonces le ofrezco mostrársela, cosa que el acepta, yo me bajo el slip y libero mi palo que ya está totalmente duro y amenazante. Termino de sacarme el slip y me le acerco, le pregunto si no tiene calor, el me dice que sí, entonces le propongo que se saque la ropa como yo así estamos mas frescos, el acepta y rápidamente se saca la remera y su pantaloncito de futbol, dejando al aire su pequeño miembro todavía sin circuncidar, pero lo que más me llamó la atención fue su hermoso culo, cuando se agacha para sacarse el pantalón de las piernas, me pone de frente ese hermoso culo blanquito. Más dura se me puso la verga, me aproximé y lo tomé de las caderas aproximándolo a mi pija, le apoyé el tronco entre sus nalgas y lo abracé de atrás, comencé a darle besitos en el cuello y en la cabeza, luego le tomé su pijita desde atrás y comencé lentamente a estimularlo, lo pajeaba despacito mientras mi verga iba y venía por el canal de su culito, lo punteaba con la cabeza y el no decía nada. Lo llevé hasta la cama, lo hice arrodillar de frente a mi y tomándolo de la cabeza aproximo su boca a mi tripa pidiéndole que me la chupe, el ni se molestó, tomo desde el tronco mi palo y se lo metió a la boca, le entró la mitad y comenzó a chupar y morder, le tuve que decir que me la chupara como cuando come helados, rápidamente aprendió, tenía una boca muy caliente, y en un santiamén me tuvo listo y le llené la boca de semen, chorro tras chorro, y el rusito tragaba y tragaba. Led hice lamer mi rabo hasta que lo dejó limpito, pero todavía seguía bien duro, lo puse boca abajo en el borde de mi cama, su culo en pompa era precioso, fui al baño y traje crema de enjuague para lubricar su agujerito, y comencé a untarle en su ano, primero con un dedo, luego dos y finalmente tres, el no decía nada, solo se dejaba hacer, se sonreía, cuando su culito estuvo listo unté la cabezota de mi verga con bastante crema enjuague y le digo, Isaías, necesito que te abras las nalgas con las dos manos, el solícito y voluntarioso lo hico, permitiéndome ver ese hermoso y estrecho agujerito rosadito, apoyé la cabeza de mi tripa y empujé un poquito, entró sin dificultad, empujé otro poco y la mitad de la verga ya estaba adentro de ese túnel estrecho, aterciopelado y caliente, el suspiraba pero no soltaba sus nalgas, finalmente inicié el asalto de su agujero con la parte más gruesa de mi poronga, y allí se puso muy estrecho, el gemía y mi tripa costaba entrar, se la saqué varias veces y volvía a entrar, cada vez un poquito más adentro, finalmente todo mi palo se encontraba dentro de su culo, el lloraba, y yo sufría por lo apretado y estrecho de su canal, lentamente comencé con un vaivén tranquilo, el rápidamente se acostumbró al grosor de mi pija y ya la disfrutaba, a los cinco minutos yo lo cojía fuerte, se la sacaba toda y se la metía hasta el fondo de una, el suspiraba, pero no aflojaba, finalmente llegué al climax llenando su culo de semen, el al sentir mi leche en su agujero largó cuatro o cinco gotitas de líquido de su palito, que estaba totalmente erecto, era un dedito firme de carne. Cuando finalmente se la saqué, el agujero de su culo estaba muy colorado y dilatado. El se sentó en la cama, me tomó la verga otra vez desde el tronco y comenzó a pajearme lentamente. Yo por un rato no podría lograr que se pare, pero el rusito quería seguir recibiendo verga por el orto. Desde ese día, hace ya cinco semanas, todos los días le hago el culo y el me chupa la verga. Me conseguí una novia espectacular, lo único que me pide es que se la meta en el culo.
Que rico relato, ni corto ni largo, bien narrado y con un lindo protagonista. Ojalá cuentes más.