El secreto de Nadia
Una jovencita con un gran secreto, seduce al padre de su amiga .
Nadia es una niña de 10 años, morenita, estura acorde con su edad, de ojos grandes y hermosos, boca de labios gruesos lindos, de un trasero gordo y redondito que se le nota desde lejos paradito, que inmediatamente capta la atención de cualquier hombre que la vea.
Ella es la amiga de mi hija de la misma edad, por lo que cuando jugaban en el jardín no podía evitar verla constantemente, de manera inconsciente mis ojos seguían su caminar, como movía sus magníficas nalgas, su manera de correr, como se agachaba y vergonzosamente terminaba con una erección involuntaria.
Mi hija es muy cariñosa conmigo, cuando llego del trabajo corre a abrazarme y a llenarme de besos en el rostro y Nadia solamente nos observaba silenciosamente. Sonriendo y dejando ver esos labios tan bellos que me deleitaban.
Un día que mi esposa había salido a comprar algo para preparar de comer, llegué a casa y mi hija fue a saludarme como era su costumbre, no sé en qué estaba pensando cuando le dije a Nadia, ¿“Tú no me quieres saludar?” se quedó en silencio unos instantes y corrió también a saludarme, riendo como si fuera un juego. La alcé en brazos y maliciosamente la cargué dejando mi mano en su prominente trasero, y ella me empezó a besar en todo el rostro, y yo a propósito movía mi cara y algunos de sus besos llegaron a rozar nuestros labios. Yo apretaba sus nalgas esperando una reacción negativa, pero Nadia solo sonreía y me besaba. Ese día fue todo para mí, y las deje jugar en paz.
Con el paso del tiempo empezó a saludarme, pero cuando estaba mi esposa presente la cargaba de la cintura y ponía mi mejilla. Cuando no estaba mi esposa, la tomaba de sus nalgotas y ponía mis labios junto a los provocativos suyos de piquito. Ella inteligentemente se empezó a dar cuenta también del cambio, y cuando no estaba mi esposa buscaba también darme más besos que duraban más tiempo. Empecé a sospechar que Nadia ya sabía algo de sexo, pues le gustaba que le acariciara su enorme trasero y le diera besos, algunas veces abría un poco la boca y sacaba su lengua buscando la mía. Esto me ponía muy cachondo, pero la cordura me vencía y la dejaba que fuera a jugar con mi hija, haciendo tremendo esfuerzo. Una niña de 10 años, con esos gustos, me intrigaba y a la vez me gustaba.
Un día cualquiera llegue a casa, mi esposa no estaba y mi hija estaba en el baño…. ¡Ella me vio y corrió, grito “¡Yo solita esta vez, yupi!” … brinco a mis brazos y con las dos manos agarré esas nalgotas que me ponían nervioso, y ella comenzó a llenarme de besos, pero para mi sorpresa fueron directo a mis labios… me besaba los labios sin abrir la boca inocentemente, pero sus besos duraban algunos segundos y su respiración aumentaba al igual que la mía. Le estrujaba su acolchado trasero y se lo agarraba con fuerza pasando mis manos por esas carnes prietas y mas excitación por ser tan pequeña. Después de besarla con lengua y juegos de saliva, la baje y nos sentamos en el sofá de la sala y le pregunte. ¿Nadia tienes novio? ¿quién te enseño a hacer esto? Ella se puso muy nerviosa y se estrujaba las manos, bajado la carita dijo. -¿ No le gusta Sr. Alberto? Yo pensaba que si, como me acaricia mis nalgas tan rico, pensaba que le gustaba. -Claro que me gusta, me gusta mucho, lo que pasa es que una niña de tu edad no piensa en esto tan pronto y veo que tienes experiencia, pero me gusta más que sepas guardar secretos. – Si, Sr. Alberto es un secreto, si usted me promete que no dice nada se lo cuento. ¿Me lo promete? -Claro mi amor si eso me encanta, guardar secretos y además demuestra que eres una niña grande. –Bueno, antes que se lo cuente debe darme un beso de grandes, como en las películas. -Valla sorpresa, y enseguida me prendí de su boca grande y sensual dándole no un beso sino un morreo, con todas la de la ley. La puse paradita frente a mí y le acariciaba su rotundo trasero. Ella se dejaba hacer, con placer jugaba con su lengua con mi lengua, una experta besadora era Nadia.
Haciendo un gran esfuerzo y ayudado por la curiosidad de saber quien la había iniciado en el perverso juego sexual a tan corta edad, me separé de ella y le dije. – Ahora si mi amor cuéntame tu secreto. – Esta bien, fue mi tío Roberto hermano de mi Mami, el que me enseñó a jugar así. A los ocho años, ya mi trasero le llamaba la atención a muchos hombres y mi tío que era fotógrafo más, él me decía que le posara para sacarme lindas fotos que no me enseñaba, y un día dejo su cámara en la sala de mi casa y salió a comprar algo, yo de curiosa la tome y como me había tomado varias fotografías con un shorcito de licra, muy lindo que me regalo para que me dejara fotografiar, abrí las carpetas de imágenes y había muchas mías en varias poses, pero muchas solo mi trasero.
Me enoje porque creía que solo le interesaba mi cola, y pense que quizás no era bonita, cuando regreso le dije bajito. -Tío ¿no te gusta mi cara? Él se sorprendió y me dijo. – Si me gusta, me gusta mucho, ¿porque preguntas eso?. – Tome tu cámara y solo hay fotos de mi trasero, por eso te pregunto ¿te gusta más mi cola que mi cara? – No es eso, mi amor me dijo él y después, mirando para los lados me dijo. Vamos a tu cuarto para mostrarte más imágenes. Fuimos a mi cuarto, que está en la parte alta de la casa y al llegar cerro la puerta, no hacía falta porque en casa solo estaba Mami y estaba durmiendo la siesta y le tenía mucha confianza a tío Roberto.
El Busco en la cámara y me mostro imágenes, pero no eran mías era de otras niñas, unas más pequeñas que yo y otras más grandecitas, pero no mayores de doce, todas estaban sin ropa y mostraban su trasero, otras de frente mostraban su vaginita sin pelos y después estaban unas mías, pero con ropa o short, me dijo. -Este es mi secreto mami, me gustan las niñas pequeñas, pero tú eres la más hermosa y tienes el mejor trasero del mundo. – ¿Tío quiénes son esas niñas y porque están sin ropa?- Son mis amiguitas, que también me quieren mucho y se dejan fotografiar así, como tú no me quieres y no te dejas fotografiar me tengo que buscar otras niñas. – Pero si te quiero tío, tu no me has pedido que me quite la ropa. – ¿y lo harías Nadia? ¿lo harías por mí? ¿me dejarías fotografiar ese voluptuoso y mofletudo trasero tuyo que me vuelve loco?
Tío no sé qué significa mofletudo y menos voluptuoso solo tengo ocho años. – Es tu trasero de diosa, que es todo eso, y además me causa otra cosa mira. – Me mostro su pene grande, muy grande y parecía hinchado. – ¿Te duele tío está muy hinchado? Si me duele paro si me dejas ver y fotografiar tu trasero se me quita. – ¿Si tío se te quita con eso? Está bien y me quite el short. Mi tío estaba como mareado, le gustaba tanto mi cola, que me tomo de la cintura me puso de espaldas a él y comenzó a tallar su enorme pichula en mis nalgas. Decía, que ganas de hacerte esto Nadita, como te quiero y en un momento gimió más duro y sentí algo caliente en mis nalgas y hasta en la espalda, toque lo que era y parecía leche condensada pero más aguada, ¿tío que es esto? le pregunte y el me dijo. – Es leche de hombre, que le sale cuando las niñas bonitas como tú le gustan mucho, gracias por dejarme hacer esto eres la más linda del mundo. -Me da pena confesarle que me gustó mucho, lo que mi tío me hacía. Después me dijo que este sería nuestro secreto, que no le contara a nadie de esto, porque si no lo meterían preso y más nunca lo volvería a ver. -Si tío tequilero mucho- Le dije- No le contare a nadie, te lo prometo, pero debes dejarme jugar más con tu Pichula, me parece tan bonita ¿sí? Su pene era el primero que veía y me gustó mucho, después el me enseñó a chupárselo y le salía mucha leche, también comenzó a mostrarme videos con las otras niñas no tan culonas como yo, pero que se dejaban meter esa casota por la vagina y por el hoyito, que el me dijo que se llama ano. Yo le pregunte si dolía y el me dijo que un poco, pero que si me dejaba el usaría un lubricante especial, que no me dolería y como mi trasero esta tan grande no sentiría mucho dolo, y me fue convenciendo. Un día le dijo a mami que iríamos al Cine, porque me había prometido ver un estreno. Mami acepta, le tenía mucha confianza al tío Roberto. Pero, no fuimos al Cine, sino a su apartamento donde tenía su estudio de fotografía, cuando llegamos me dijo. -Hoy me vas a hacer el hombre más feliz el mundo. -Estaba todo preparado para mi estreno, me había comprado ropa, mucha ropa sexi, short, tanguitas, vestidos que dejaban ver mi trasero, medias, ligueros, zapatos de tacón altos, faldas y short de mezclilla pequeños que casi no me entraban por mi gran culo, muchas cosa que le excitaban, cuando lo vi tan excitado, con la pichula muy tiesa, más de lo acostumbrado y como casi no me cabía en la boca le pregunte «¿tío, como vas a meterme esta Pichula tan grande en el culo, es imposible, no entrara, y además me vas a hacer mucho daño? -Tranquila Nadia voy a ser muy cuidadoso, tengo todo preparado mi Reina, no creas que te voy a hacer daño. De una mesilla cogió un bote de crema, me dio con ella en el ano. Me puso en la posición del perrito y separo mis grandes nalgas, masajeando con mucho cuidado mi agujerito. suavizo un poco con los dedos. -¿Tío conseguirás meterme todo eso? Le dije un poco preocupada. Estuvo un rato introduciéndome un dedo con crema, unto un poco en su Pichula y lo apoyo en mi agujero. – Apretó un poquito y casi tímidamente se abrió mi hoyito, penetro un poco la punta, pero comencé a quejarme que me dolía, por lo que lo retiro y me dio más crema, al tiempo que me decía. -Tienes que relajarte, suaviza el ano, has como cuando vas a hacer caquita. – Así estuvo bastante rato, hasta que consiguió introducir su capullo. Me queje un poco, pero no paro hasta que mi estrecho orificio se acostumbró a lo que tenía dentro. Con suavidad, paciencia y vaselina consiguió penetrarme, llegando a introducir su pichula entera. Cuando los 19 centímetros de su gruesa pichula estuvieron dentro de mi ano, y sentí que rozo mis grandes nalgas, con su pelvis, tomo la cámara y saco muchas fotos, muchas mientras decía. – Este momento es inmortal, tengo ensartado el culo más grandioso que niña alguna pueda tener te amo Nadia. – Sentía su Pichula muy a dentro casi en el estómago, al principio me dolió, pero cuando comenzó a sacarla y sentía un vacío que luego se llenaba. La sensación era muy rica dolorosa y placentera a la vez. Lo que le quiero decir Sr. Alberto es que me gustó mucho, yo que pensaba que no me iba a entra esa verga tan grande, la sentí tan adentro y me gustaba tanto que casi me orino, bueno, si me oriné, pero mi tío dijo que no era orines sino como la leche que él me da, y enseguida sentí como la descargaba en mi interior casi en mi estómago la sentí, uf me acuerdo y me hago pipi otra vez ji ji ji.
CONTINUARA…
Excelente relato, muy bueno. Espero la continuación, muchas gracias.
Cuenta más que el relato esta muy bueno 👌🍆🍆🍑🍑