El secreto de Nadia 2da Parte.
Una jovencita seduce al padre de su mejor amiga. ¿Quién seduce a quién? .
Estaba extasiado, una niña claro está con tremendo culo, tenía tanta experiencia, era tanto el morbo que acabe sin tocarme y sin que la estuviera tocado solo de oír como contaba aquella aventura de lo más normal y excitante. De pronto soltó a llorar. – ¿Qué pasa? le pregunte ¿Qué te ocurre? – Es que mi tío Roberto, murió hace un año en un accidente automovilístico, fue en víspera de mi cumple años número 9. Y desde entonces nadie me había mirado las nalgas y tocado como él. – Usted señor Alberto lo ha hecho después de él, por eso lo quiero como lo quería a él. – Me conmovieron sus palabras y pese a la excitación, le dije que yo la querría igual que su tío Roberto, que no se preocupara, que dejara de llorar porque mi hija ya salía del baño y si la ve llorar sospecharía que le hice algo malo.
Estaba tan estimulado con una niña que podía ser mi hija y no podía creerlo. Escuchamos el cerrar del agua del baño, se separó de mí y me dijo “este es nuestro secreto”. Mi hija salió del baño y convido a Nadia a que subieran a su cuarto. Cuando lo hicieron salí corriendo al mío a cambiarme la ropa interior llena de semen, porque si me encontraba mi esposa en estas fachas pensaría mal. Que sorpresa más grande, Nadia la de las enormes nalgas con mucha experiencia en el sexo anal y quería que sustituyera a su tío, que maravilla.
Un día tuve que ir por mi hija al colegio porque mi esposa por su trabajo no pudo, me encontré con la mama de Nadia. Su figura esbelta propia de su raza, con unas prominentes tetas y un trasero, que me imagine que así se le pondrá a Nadia cuando este más grande, un trasero de campeonato, paradito y voluptuoso, casi me descubre mirándoselo cuando la salude. – ¿Cómo está? Esperando a Nadia? Sabe, ella es muy amiga de mi hija como son de la misma edad.
– Sí, señor Alberto la estoy esperando, me alegra que viniera a buscarla hoy, siempre viene su esposa, y como Nadia habla tan bien de usted quería darle las gracias, no sabe usted el favor que le hace siendo amigo de mi hija. Nadia quería mucho a mi hermano que falleció en un accidente automovilístico hace ya dos años, el la consentía muchísimo y ella lo extraña un mundo. Tan consentidor era que le dejo su cámara y su laptop, fue lo único que pudo decir en el hospital, que le dieran su laptop y su cámara a Nadia expresamente que a más nadie. – Con semejante culo no la va a consentir. – Pensaba al tiempo que entendía el porqué de esos regalos post mortem del querido tío Roberto. Las niñas y los niños comenzaron a salir. Mi hija junto a Nadia se acercó corriendo. –Papi viniste que sorpresa, dijo mi hija y Nadia a su madrea Mami, Mami es el señor Alberto. Qué bueno que lo conozcas. Si hija es un gusto, ya por fin lo conocí. – Señor Alberto ya mi mami lo conoce, que bueno así habrá más confianza y podre ir más seguido a su casa, claro si usted quiere. – Claro que voy a querer Nadia, si eres la mejor amiga de mi hija, y además te quiero como tu tío, ya tu mami me conto que él te quería mucho. Y si tú quieres voy a hacer como él. – Sí, si, como el tío Roberto. ¡Yupi ¡. -Gracias Sr. Alberto, como se lo agradezco, no sé cómo le voy a pagar esta gran ayuda con Nadia, ella sufría mucho por su tío hasta que lo conoció ¡Muchas gracias¡
Yo encantado y muy honrado de poder ayudarla y a Nadia, no tenga ninguna preocupación Nadia sabrá pagarme con solo su presencia y estar muy feliz y contenta, ¿verdad Nadia que ya no vas a extrañar a tu tío, lo recordaras siempre pero no sufrirás su perdida porque yo sabré, ojalá, suplir su ausencia.
Si Sr, Alberto usted es muy bueno como el tito Roberto.
Nos despedimos e invite a la señora a que nos visitara a lo que respondió. – No, sería mucho abuso, con que Nadia los visite con más frecuencia es suficiente. – y nos despedimos al despedirme de Nadia le dije al oído te extraño mucho, vamos a jugar muy pronto, pórtate bien.
El sábado siguiente, temprano en la mañana, le dije a mi hija. -Vamos a buscar a Nadia a su casa, así le damos una sorpresa, su madre me pidió que la entretuviera para que no pensara en su tío, es víspera de su cumpleaños once y fue por estos días que su tío murió. – Si papi vamos a sorprender a Nadia, Pobrecita ella quería mucho a su tío. – Mi esposa tendría que trabajar en sábado y estaría ausenté hasta tarde en la noche, además la curiosidad por saber que contenía la laptop del difunto tío que le lego a Nadia me carcomía.
Llegamos a su casa, mi hija tenía la dirección apuntada y si, fue una gran sorpresa, nos abrió la puerta su espléndida madre con una ropa de estar en casa que dejaba ver todos sus encantos por demás su lindo trasero.
Nadia al vernos salto de la alegría. – Señor Alberto, Lucia que alegría verlos aquí y salto a mis brazos, se contuvo para no besarme y yo hice un mayor esfuerzo para no agarrar su prominente trasero enmarcado en un fino short de pijama. – Nadia por favor pórtate bien, que dirá el Sr. Alberto que eres una alborotada. – Decía la madre, al tiempo que nos hacía pasar a la sala de la casa. –Mientras, yo le decía al oído a Nadia. – Portarte bien para que te dejen venir a la casa, a eso hemos venido, estaremos solos, mi esposa tiene trabajo hasta la noche. -La señora muy atenta y agradecida, entro de prisa a la sala con mi hija, lo que aproveche para apretar el mullido par de nalgas de Nadia y le decía. -Trae la laptop de tu tío y la cámara, me muero por saber que tienes ahí. – Si, si, yupi volveré a usar la cámara de mi tío, que bueno yupi ¡. – Al entrar deje a Nadia sobre la alfombra de la sala y le dije a la señora. – Si usted no tiene inconveniente, nos gustaría que Nadia nos acompañe a la casa, hoy comenzare a cumplir la promesa que le hice en la salida del colegio. –Ay ¡ Sr. Alberto usted es un sol, como no la voy a dejar, si me contenta tanto que Nadia tenga alguien que se preocupe por ella, claro que si con todo gusto. ¡Yupi ¡vamos Lucia subamos a mi cuarto para que me ayudes a preparar todo. Gracias Mami. ¡Te quiero ¡. – y subieron de carreas los escalones.
Estuvieron listas en un santiamén tan rápido que solo le di un sorbo a la taza de buen café que me ofreció la señora. Al verlas bajar casi me atraganto, y me descubre la doña, Nadia se había puesto una licra pegadita de color verde manzana y un top que resaltaban su moreno color, la licra marcaba en todo su esplendor su atributo más hermoso, sus grandes nalgas. Tosí para disimular. Y espere que la doña dijera algo encontrar de esas prendas y la forma que revelaban sus formas, pero, ¡oh milagro ¡. -Dijo, Nadia, no aguantaste y te pusiste de la ropa que te regalaba tu tío, que niña esta, Sr. Alberto si usted aprueba que salga así, yo no tengo ningún problema. – Claro que no, Sra. Al contrario, me alegra que Nadia sea tan madura y que esa ropa no le traiga recuerdos dolorosos. Por mi está bien. Salimos deprisa, para que no existieran más problemas. – La regreso en la noche, le dije a su madre mientras entrabamos al automóvil.
No fuimos directo a la casa, las lleve a desayunar aun lugar que vendían comida rápida grasosa y helados, mi plan era que Lucia mi hija, no fuera un obstáculo, para lo cual arregla un sobrecito con somnífero suave, cuya fórmula baje por internet, y lo tenía preparado para cundo se presentar la ocasión. Llegamos al ruidoso lugar lleno de gente, la mayoría niños, les dije que podían pedir lo que se les antojara, helado fue su respuesta inmediata. -Está bien pero primero algo salado un sanduíche, para las dos y todo el helado que quieran. –
Si, papi dijo mi hija y si papito Nadia, lo dijo con un tono tan sensual que mi pichula dio un brinco. Puse en marcha lo planeado en un momento dado fui por los helados y le puse el contenido del sobrecito al de mi hija y se le entregue, ella inocentemente lo devoro, mientras yo hablaba con Nadia. ¿Trajiste lo que te pedí? Hoy es el día que lo vamos a disfrutar. –Sí, traje lo que me pediste y algo más, una sorpresa para ti, ya verás. – Valla ¡que cajita de sorpresas son estas niñas actuales. -Pensaba mientras veía a su carita de inocente sonriente con esos sensuales y carnosos labios. -Papi me dio mucho sueño dijo mi hija al tiempo que se recostó en mi hombro. La cargue, pague la cuenta y nos dirigimos al auto, allí la acosté en la parte trasera y le dije a Nadia que fuera en el lado del copiloto.
-¿Oye Nadia quieres aprender cómo manejar?
Nadia grito, ¡sí! emocionada y dio un brinco de alegría.
Eche el asiento para atrás para dejar que Nadia se sentara en mis piernas, y la acomode justo en mi verga, no sin antes haber acomodado mi pantalón, quitándome el cinturón y los botones, quedando solo tapado por mis bóxer.
Nadia con su licra apretadita, dejaba mi pene rozara únicamente con el calzoncito de tanga que se, que se veía muy bien a los lados, por la posición en que ahora estaba, chocaba mi verga con el culote de Nadia. a cada rato daba acelerones o frenazos, para que Nadia me restregara su culote.
Nadia de vez en cuando daba saltitos, dejando caer su culote en mi verga, mientras tanto tenía una de mis manos en el volante, pero la otra la tenía en la pequeña cintura de Nadia, y a cada frenazo que daba intencionadamente, se le metía la licra en sus grandes nalgas.
comencé a darle unas embestidas cada vez más fuertes al culote de Nadia, que lo movía para acomodarse mejor el bulto en su rajita que se le marcaba en su tanguita, y al mismo tiempo brincaba de gusto. Nadia era consciente de lo que pasaba, además le gustaba pues cuando subía la cintura hundiéndole todo mi bulto, ella entrecerraba los ojos y se apretaba con su culote contra él, pues estaba sintiéndola en su enorme cola.
Haciendo un gran esfuerzo, porque estaba disfrutando grandemente de frotar mi verga en su trasero enorme y que ella disfrutara de lo lindo, llegamos a la casa. Ahí sería más seguro continuar con nuestros juegos. Al llegar entramos rápidamente, para evitar que algún vecino curioso viera que entraba con mi hija en brazo y acompañado de una niña muy nalgona. Subi a mi hija a su cuarto y Nadia se quedó en la sala. Deje a mi hija en su cama pase al baño de mi habitación a refrescarme un poco y ponerme un short holgado y una franela.
Al volver a la sala, encontré a Nadia con un conjunto de liguero rojo tipo hilo que se perdía en sus nalgas y un corpiño a juego en su par de bultos firmes y atrevidos que a la jovencita ya le habían brotado en el pecho. Eran un par de cositas realmente de ensueño: duritas, sensuales, casi perfectas en sus formas y en su tamaño. – ¿Te gusta Papi? Este y muchos otro me regalo mi tío, pero este era el que más le gustaba. Y como no le iba a gustar si era el vivo retrato de la lujuria y el morbo. Ver a una niña con semejantes nalgas en un traje tan sexual era de otro nivel de sensaciones eróticas, parecía increíble que una criatura de tan corta edad supiera manejar los hilos de la lujuria que despertaba en los hombres tan magistralmente. Dio un giro de ciento ochenta grados, y me puso el culo en pompa al tiempo que lo movía de izquierda a derecha. ¿Dime te gusta Papi? Es todo tuyo, al tiempo que se abría las nalgotas y dejaba ver su ano cruzado por el hilo. Impresionado, casi babeante y con una erección casi dolorosa, bajé mi short y mostré mi pichula de 18 centímetros con varias venas y la cabeza enrojecida y le dije. – Mira mi respuesta, esto demuestra lo mucho que me gusta tu culo Nadia de mi alma, y me lancé sobre ella agarrando esas voluptuosas nalgas. – Ji ji ji, igual que mi tío, no se podía contener cuando me vestía así, es tuyo papi es tuyo ahora, Muérdemelas estrújalas son tuyas, ji ji ji.- La obedecía como un esclavo, las mordida y las besaba, las abrí y bese con pasión su rozado ano, metí mi lengua como pude y sentí lo fácil que se abría. Esto me dio una idea de cuál veterana era en el sexo anal más me postro. – Papi tu pichula es muy hermosa, deja que te la mame como me enseño mi tío, a él le daba mucho placer y tengo mucho tiempo que no doy una mamada anda déjame probar tu palo ¿sí? – Claro mi nena hermosa, claro que te dejo, aún nos queda mucho tiempo, quiero hacerte muy feliz y que te olvides de tu tío, al cual agradezco que te haya hecho una diosa de la lujuria para complacer a los hombres.
Me senté en el sillón y dejé que me agarrara el palo con sus pequeñas manos, bajaba lentamente sus manos para descapullar mi pichula y al tiempo sacaba la lengua relamiéndose los gruesos y sensuales labios con lujuria. El placer la hizo juntar abundante saliva que fue poniendo con su lengua desde la cabeza a la base de mi palo, esto lo hizo a conciencia, sabedora de lo muy excitante que era. Casi le supliqué que se lo metiera en la boca, ella lentamente fue mintiéndose mi pichula hasta la garganta, devorándolo entero sin el menor esfuerzo, ni arcadas le provoco. Cosa que me asombro porque era la primera vez que una mujer y en este caso una niña pudiera meterse toda mi verga de un solo intento, las lágrimas que le salieron instintivamente, reflejaron el esfuerzo superado por la veteranía en el arte de la felación, sentí mi palo en lo profundo de su garganta y lo que hizo a continuación me hizo descargarme inmediatamente. Cuando tuvo toda mi pichula en su garganta, y podía sentirla con sus manos, dio varios golpes en su garganta y gesticulo como si fuese a vomitar, lo que hizo que estas vibraciones entraran en mi palo tan profundo que extrajeren de forme inmediata chorros de leche que cayeron directamente en su tráquea ya que no hizo el menor intento por sacarla cuando los chisguetes de leche espesa y tibia golpearon su garganta y tráquea. Alucine extasiado me desplome en le respaldar del sillón, que maravilla de mamadora excelsa y sublime era Nadia la nalgona, Nadia la diosa Nadia. Cuando saco mi pene de su boca, estaba limpio de semen ni una gota derramo. -Espesa y rica como me gusta, tenía tanto tiempo que no tomaba lechita gracias papi, gracias.
Continuara…
Muy buen relato, realmente me emocionó. Espero la continuación. Muchas Gracias