El tío abuelo y su pequeña sobrina
Una pequeña niña es usada para satisfacer los deseos ocultos de su tío abuelo..
El tío abuelo y su pequeña sobrina.
Emilia es una pequeña niña que vive con sus abuelos Martha una mujer de 50 años y Leonardo de aproximadamente 53 años, en esa casa también habita Andrés (51 años) hermano de Leonardo y su mujer Petra.
Los padres de Emilia cruzaron la frontera para trabajar en Estados Unidos y allá viven de ilegales. La pequeña siempre ha sido muy obediente con sus abuelos, es una niña responsable de sus cosas a pesar de contar con cinco años.
Casi todos las tardes Emilia acompaña a su abuela a vender ya que ella se dedica a la venta de productos de belleza, mientras su abuelo trabaja en la construcción. Andrés es un oficial de la policía municipal y Petra trabaja en una fonda de comida.
Los abuelos siempre miman a su nieta, pero también la corrigen cuando es necesario.
Un día sábado por la mañana Emilia jugaba con una pelota y al lanzarla rebotó y al golpear un mueble rompió el florero de cerámica. La sra. Martha escuchó y se dirigió hacía la sala.
-(Abuela)… ¿Qué pasó aquí?
La pequeña no dijo ni una palabra
-(Abuela)… ¡Te estoy preguntando Emilia! ¿Qué fue lo que hiciste?
-(Emilia)… Con mi pelota rompí el florero, perdóname abuelita.
La abuela reprendió a la niña dándole unas nalgas de coraje. La niña corrió y se escondió al lado de un sofá y ahí se quedó llorando, todo esto lo observaba su tío abuelo Andrés, cuando él vio que su cuñada se había retirado se acercó a su sobrina y la abrazó.
-( tío abuelo)… No llores, si no quieres que tu abuela te pegue, debes obedecer.
La niña abrazó a su tío, él la cargó y se sentó en el sofá y a cada rato le recordaba que debería obedecer a los adultos o sino sus abuelos se enojarían y tal vez entre los dos le pegarían y ya no la iban a querer. Andrés se acomodaba para poder sentir el cuerpo de la pequeña encima de su entrepierna, eso lo calentaba sin imaginar que despertara en él un deseo por Emilia.
Ese mismo día por la tarde Martha y Leonardo fueron a comprar la despensa al centro comercial y como Emilia estaba castigada no la llevaron y se la encargaron a Petra. Cuando los abuelos de la niña se retiraron la sra Petra también lo hizo, dejando a Emilia con su tío abuelo Andrés.
-(tío abuelo)… ¡Ya ves Emily ! Te dije que te portes bien y obedezcas.
-(Emily)… Pero, pero ¿por qué no me llevaron? Yo quiero ir.
-(tío abuelo)… Simplemente debes obedecer, cuando tus abuelos te digan que hagas algo lo debes hacer, sin preguntar ni enojarte.
-(Emily)… Yo soy obediente, verdad que sí, tío.
-(tío abuelo )… ¡No lo sé! Yo no te he mandado a hacer nada.
-(Emily)… Deberás tío, mándame y lo hago. Por favor.
-(tío abuelo )… A ver trae mi cerveza del refrigerador.
La pequeña salió corriendo y trajo una lata de cerveza.
-(Emily)…¿ verdad que sí obedezco ?
-(tío abuelo )… Ahora trae mi celular que está sobre la mesita.
Nuevamente salió corriendo y fue en busca del celular.
-(Emily )… Aquí está tío ¿ahora sí soy obediente?
-(tío abuelo )… Pues no mucho, recuerda que debes obedecer, pero no le vamos a decir a tus abuelos que has estado ensayando.
-(Emily )… No, si tú no les dices yo tampoco.
-(tío abuelo )… Bueno ahora que te pido, ah recuerdas que hace días te vendaron tu mano, busca esa venda y traela.
Por tercera ocasión Emilia busco la venda y se la llevó a su tío abuelo.
-(Emily )…¿ Aquí está tío?
-(tío abuelo )… ¡Uy creo que no es!, bueno te la paso, pero te voy a castigar.
-(Emily )…¿ Me vas a pegar como mi abuelita?
-(tío abuelo )… No, nunca lo haría, solo te voy a tapar tus ojitos y te voy a dar a probar algo. Ven vamos a la cocina
Ya dentro de la cocina el hombre colocó la venda en la cabeza de Emilia tapando sus pequeños ojos.
-(tío abuelo )… ¿Vez algo?
-(Emily)… No tío, no veo nada.
En ese momento Andrés sacó su verga de sus pantalones, la tomó con una mano, la acercó a la boca de Emilia y le dijo.
–(tío abuelo )… Bueno ahora vas a probar cosas de la cocina.
-(Emily )… Sí
-(tío abuelo )… Abre tu boca, lo más grande que puedas, pero no debes morder, solo probar con tu lengua. Además que tampoco te debes quitar la venda de tus ojos, porque harías trampa y perderías.
Emily abrió su boca lo más que pudo y su tío abuelo le metió solo la punta de su babeante chota, se la metía y sacaba una y otra vez.
-(tío abuelo )… ¿Adivina que es?
-(Emily )… ¡No lo sé!
-(tío abuelo )… A ver nuevamente lo vas a probar. Abre bien tu boca.
-(Emily )… No sé qué es tío
-(tío abuelo )… Bueno si quieres también puedes usar tu lengua.
En tanto la pequeña sacó su lengua, Andrés no lo pensó dos veces y metió nuevamente su polla en la boca de su sobrina, cada que la niña pasaba la lengua sobre el glande de la verga del hombre, éste sentía llegar al clímax.
Emily trataba e intentaba saber qué era lo que tenía dentro de su boca, pero como nunca había tragado una verga de hombre, no sabía que era.
-(tío abuelo )… ¿Ya adivinaste?
-(Emily )… ¡No se que es tío! ¿Me dejas ver?
-(tío abuelo )… No
De pronto se escuchó el automóvil de los padres de Emily que se estacionada en el garage de la casa. Andrés rápidamente sacó su verga empalmada de la boca de la niña y se la metió entre sus jeans. Tomó del refrigerador unas salchichas, se las puso en la boca a la pequeña y le quitó la venda.
-(tío abuelo )… ¡Mira Emily era una salchicha! ¿Acaso no te diste cuenta?
-(Emily )… No, soy bien mensa.
Así pasaron algunos días y Andrés siempre tenía en mente las imágenes de su sobrina tragándose su mástil y por las noches en la ducha siempre se pajeaba recordando ese suceso. Un día a Leonardo se le ocurrió salir un fin de semana con su esposa Martha para celebrar su aniversario de bodas, lo platicaron con Andrés y con Petra y ellos muy amables les dijeron que cuidarán a Emilia ese fin.
Al llegar el viernes por la noche los abuelos de Emily estaban muy emocionados por su viaje a una playa del caribe.
-(tío abuelo )… No se preocupen, nosotros cuidaremos de la casa y de Emily, vayan con cuidado y sobre todo diviértanse y disfruten de esos momentos románticos.
-(Leonardo)… Gracias hermano, no sé qué habríamos hecho sin su ayuda.
-(Martha)… Sabemos que está en buenas manos y que la cuidarán como sus propios padres. Además ya le dijimos a Emily que sea obediente.
-(tío abuelo )… Ya basta de tanta cursilería, el taxi los está esperando.
Ese viernes por la noche le tocaba hacer guardia a Andrés en la comandancia, así que se preparó y se fue a trabajar. Al siguiente día por la mañana regresó, su esposa Petra le dio el desayuno y él se dispuso a descansar.
-(Petra)… La niña aún no se ha despertado y yo tengo que ir a la fonda.
-(tío abuelo )… No te preocupes, ve a trabajar y en tanto despierte Emily me levanto y le doy de desayunar. Ok
Petra así lo hizo y se fue a trabajar, Andrés estaba perdido de sueño cuando escuchó lamentos que salían de la habitación donde dormía Emily y sus padres.
-(tío abuelo )… ¿Qué pasa princesa? ¿Por qué lloras?
La pequeña lloraba más y más, cada vez con más sentimiento.
-(tío abuelo )… ¡Ya no llores Emily!
-(Emily)… Abuelita me va a regañar y a pegar.
-(tío abuelo )… ¿Y porque haría algo así?
-(Emily )… Moje la cama, me hice pipi.
-(tío abuelo )… Ven, baja de la cama, te cambias de ropa y al rato que llegue tu tía Petra le decimos que lave las sábanas.
La pequeña Emilia comenzó a quitarse el pijama una pieza a la vez, para quedar totalmente desnuda. Andrés veía cada movimiento que hacía Emily, cada que se despojaba de su ropa, sentía cómo se le hinchaba la verga dentro de sus bóxer ajustados. Cuándo observó el cuerpo infantil sin nada de ropa, su falo comenzó a expulsar el precum, mojando gran parte de sus bóxer blancos.
-(Emily )… Tú no me vas a pegar ¿verdad?
-(tío abuelo )… No, como crees que te voy a pegar, pero eso sí te voy a castigar.
-(Emily)… ¿Me vas a castigar?
-(tío abuelo )… Mira, Emily yo no quisiera hacerlo, pero si tus abuelos se enteran a mi también me sancionarían e incluso yo creo que hasta me corren de la casa.
-(Emily)… No, tío yo no quiero que te corran.
-(tío abuelo )… Bueno, entonces este va a ser nuestro secreto. A ver dime Emily de dónde te salió todo eso.
La niña muy apenada señaló su parte íntima.
-(tío abuelo )… ¡Ah ya veo, fue de ahí! Entonces sólo castigaremos esa parte. ¿Estás de acuerdo?
-(Emily )… Si.
-(tío abuelo )… Pero no debes ver, porque si lo haces te va a doler. ¡Ya sé que haremos!, te voy a vendar tus ojitos para que no te duela. Ok
-(Emily )… Si.
Andrés le puso la venda, tapando los ojos de su pequeña sobrina. La cargó y la llevó a su habitación. La recostó sobre la cama e hizo que abriera sus piernas y le dijo.
-(tío abuelo )… Bueno vamos a empezar, recuerda que no te debes destapar los ojos, eh. Lo primero que tengo que hacer es limpiar tu cosita, vas a sentir raro, pero no te asustes.
El tío abuelo dirigió su boca a la parte íntima de Emily, sacó su lengua y comenzó a deleitarse esa exquisitez, chupaba y volvía a relamer. El cuerpo de Emily comenzaba a contraerse y a curvarse hacía arriba. Andrés con su lengua lamía como loco y desesperado. Con su palma de la mano el tío abuelo empezó a frotar y frotar por encima de la cuca de la chiquilla, se untó saliva en su mano y restregaba con sutileza.
-(Emily )… Tío, ¡me está ardiendo mi cosita!
-(tío abuelo )… Es normal Emily, es normal.
Andrés intentó meter un dedo en la vagina de la nena, pero ésta puso resistencia, nuevamente trataba de meter su dedo, pero como la peque era virgen su vagina ponía renuencia a la entrada de ese dedo.
-(Emily )… Tío, tío, ¿qué me estás haciendo? Me duele.
-(tío abuelo )… Antes de castigar a tu cosita ( vagina ), debo limpiarla para que no tenga rastros de orín.
El tío abuelo comenzó a devorar la vagina de la niña, metía su lengua dentro de ella y realizaba movimientos circulares, después pasaba nuevamente su lengua sobre los diminutos labios vaginales, parecía que devoraba un delicioso helado. Emily jadeaba y jadeaba, pero hasta ese momento no se quejaba, el sonido de jadeo solo hacía que Andrés se pusiera más cachondo y que su falo estuviera duro como una roca.
El tío abuelo despegó su boca de la cuca de Emily, introdujo un dedo hasta el tope, lo sacó y lo introdujo en repetidas ocasiones. La respiración de la infanta era cada vez más entrecortada, su abdomen se dilataba aceleradamente. El tío por enésima vez besó y lamió, introdujo su lengua en aquella diminuta vagina virginal que tenía a su disposición.
-(tío abuelo )… Ya estoy castigando a tu cosita, para que tus abuelos no te peguen. ¡Recuerda Emily que a nadie le debemos contar ésto! A ver cosita de Emily te has portado mal, ahora vas a sentir poquito dolor.
Andrés metió dos dedos en la cuca de su sobrina, lo que hizo que la niña diera un leve grito y tapara con sus manos su parte íntima.
-(tío abuelo )… ¡Nooooooo, Nooooooo Emilia no hagas eso!
Al escuchar la voz contundente de su tío Andrés, Emilia por instinto se zafó la venda que tapaba sus lindos ojos, pero Andrés enfurecido le dio una bofetada y le colocó la venda.
–(tío abuelo )… ¿En qué quedamos Emilia? El trato fue que no te deberías de quitar la venda porque sino ahora sí te iba a castigar más fuerte.
-(Emily )… Snif sniff ya no me la quito, pero no me pegues tio.
-(tío abuelo )… Ahora le toca entrar a mi pitó en tu cuca. Estés o no lista ahí te va.
Terminando de pronunciar esas palabras Andrés puso su venosa verga en la vagina de Emilia y le enterró más de la mitad, la peque se movía como si estuviera exorcizada, se retorcía del dolor inmenso que sentía y como era de esperarse se soltó en un llanto inconsolable. El tío abuelo intentó calmar el llanto de la niña, besaba su cara, mejillas,pecho y la frente de su sobrinita.
-(Emily )… Augh me duele, me duele mucho sniff, sniff
-(tío abuelo )… Aguanta un poco más pequeña, un poco más y ya no te va a doler.
El tío dejó la mitad de su enhiesta verga durante unos minutos más y al escuchar que la respiración de la niña ya se había calmado, le susurró que ahora se la iba a dejar caer toda, acto seguido sepultó toda la verga morcillona en la vagina infantil. El morbo y la calentura estaba en su máximo nivel.
Emily gritaba y lloraba, pero el tío abuelo con su mano cubrió la boca de su sobrina, para no dejar escuchar sus lamentos. El movimiento del vaivén de ese hombre eran tiernos y suaves. Tanta fue la lujuria que irradiaba Andrés que no tardó mucho tiempo en correrse dentro de la cavidad de la niña.
-(tío abuelo )… Mi pequeña Emily, ya todo pasó. Ya no llores.
Cuando el hombre sacó su flácida polla de la cuca de la niña, ésta derramó una cantidad exagerada de semen revuelto con sangre, los cuáles cayeron sobre la sábana de la cama de Andrés. La vagina de Emily estaba rosada casi al llegar a un color rojo, además que estaba muy abierta. El tío pasó su lengua por última vez sobre la parte íntima de Emily.
El hombre se puso sus ropas, para que su sobrina no lo viera desnudo. Emily se quitó la venda y se sentó sobre la cama, mirando a su tío y a todo su derredor.
-(Emily )… ¿Con que me castigaste? Sniff, sniff.
-(tío abuelo )… Fue con ese muñeco de peluche. Recuerda princesa que a nadie le vamos a contar que te hiciste pipi en la cama y tampoco que te castigue yo. Tu sabes que tus abuelos son muy enojones y hasta a mí me correrían de la casa.
El tío fue al baño, llenó de agua tibia la bañera, llamó a Emily para que se metiera y tomará un baño. Unos segundos más tarde llegó Petra, observó que la pequeña estaba en la tina y fue de inmediato con su esposo a preguntar el motivo.
-(Petra)… Oye amor, ¿Por qué la niña está bañándose?
-(tío abuelo )… Ay corazón, la niña se orinó en la cama y para que no la regañen quiso meterse a bañar.
Éste fue el primer encuentro que Andrés sostuvo con su pequeña sobrina
Lástima que no se la cojieron los dos