EL VECINO:
Esta es la continuación de “MI PRIMERA VEZ CON MI PADRASTRO (2da parte)”. Recomiendo que lean desde la primera parte y lo disfruten..
El timbre sonó. Me acerqué para ver por la ventana de la puerta. Era el vecino, un hombre como de 25 años, 1.75 m de estatura, blanco y de contextura muy gruesa. Se veía muy atractivo con su camiseta blanca y pantalón jean azul. Con mi infantil voz pregunté:
– Yo: Quién es?
– Vecino: Hola preciosa soy tu vecino, está tu papi?
– Yo: No, no está
– Vecino: Qué lástima!, lo que pasa es que ayer no pudieron traer mi regalo de tu cumpleaños y apenas hoy lo pude conseguir. Quería dártelo ayer mismo lindurita.
Abrí la puerta y los ojos de aquel hombre se abrieron por completo al verme totalmente desnuda, chupando el caramelo en forma de pene y usando solamente una blusita rosada.
Me emocioné demasiado al ver un enorme regalo tras de él:
– Vecino: Puedo pasar?
– Yo: Sí
Rápidamente mi vecino cerró la puerta y me dijo:
– Vecino: Bebecita no quería que nadie te vea así. Porqué tienes eso en la boca?
– Yo: Es mi desayuno.
– Vecino: Qué!!. Mejor me voy!
Comencé a llorar al ver que iba a marcharse con mi regalo, pero entonces me dijo:
– Vecino: Eso es de tu papá. No deberías coger las cosas de tu papá.
Luego sigilosamente inspeccionó toda la casa sin encontrar a nadie:
– Vecino: Pensé que estaría tu papá. Me costó mucho traer tu regalo hasta acá.
– Yo: Déjamelo por favor!!!
– Vecino: Mmm está bien!, pero luego me voy.
Abracé a mi vecino con mi cuerpito prácticamente desnudo y pude notar que en medio de sus piernas crecía una dura erección.
Ya con mi regalo dentro de la casa estaba tan feliz, y como no podía abrirlo sola, le pedí que me ayudara. Era un oso gigante de peluche color beige. Al verlo, brinqué de alegría mientras él no dejaba de verme con el chupete en forma de pene que apenas entraba en mi pequeña boca, y a la vez observaba mi entrepierna detenidamente. Mi pequeña vaginita estaba muy enrojecida por la dura cogida que me había dado mi padrastro la noche anterior. Y mi vecino no pudo evitar darse cuenta:
– Vecino: A qué sabe ese chupete? Te gusta?
– Yo: Sabe a cereza y sí, me gusta mucho!
– Vecino: Qué te pasó ahí?
– Yo: Dónde?
– Vecino: Ahí en tu entrepierna.
– Yo: Ah nada, es que estaba jugando con mi padrastro.
– Vecino: Qué!!!, en serio???
– Yo: Sí!
– Vecino: Y a qué estaban jugando??? (tocándose la entrepierna)
– Yo: Mmm no sé como se llama, pero ayer al fin pude jugar con mi entrepierna y la de mi papi.
En ese momento pude ver que mi vecino intentaba ocultar su durísima erección y me dijo:
– Vecino: No mientas bebé, no creo que tu hayas podido aguantar!
– Yo: Me dolió mucho al principio, pero luego me gustó muchísimo!
Entonces me senté un el sillón de la sala, abrí mis pequeñas piernas y comencé a meterme el caramelo grande y en forma de pene por mi pequeña vaginita para que me crea:
– Yo: Mira así me mete mi papi!
– Vecino: Toodo eso te mete???
– Yo: Sí pero me mete la de él!
– Vecino: Pero si tu solo tienes 5 años!!!
– Yo: Sí pero desde ayer por fin pude jugar como yo quería.
– Vecino: Oo sea que tú querías jugar con él???
– Yo: Síí!
– Vecino: Como a qué hora llega tu papá?
– Yo: No sé, pero siempre llega a la hora del almuerzo.
– Vecino: No quieres jugar también conmigo?
– Yo: Mmm sí, está bien!
Acto seguido mi vecino se arrodilló frente a mí, abrió mis tiernas piernas de par en par y comenzó a meterme todo ese grueso caramelo en forma de pene por mi pequeña vaginita. Lo sacaba y me lo volvía a meter. Luego me lo metió por la boca y comenzó a chupar mi enrojecida vaginita como desesperado. Me hacía gemir mucho de placer:
– Yo: aaaah!!, aaaaaah!!, aaaay!!
– Vecino: Tu padrastro también te chupa así!!
– Yo: Síí!!, aaaah!!, sííí!!!
Pude sentir como me metía dos de sus gruesos dedos de macho adulto en mi pequeña cuevita:
– Vecino: Te gusta??
– Yo: Sííí, aaah!!, aaaaah!!
– Vecino: También te hace que le chupes la verga??
– Yo: Sí!
Entonces mi corpulento vecino se sentó a un lado del sillón, se desabrochó y bajo el cierre de su pantalón. Liberó su durísima verga de su bóxer y me dijo:
– Vecino: A ver, chúpame como se la chupas a tu padrastro!
Como pude tomé entre mis diminutos dedos la gruesísima verga de ese hombre. Sí que era muy gruesa y velluda. Me encantaba sentir el olor de su verga en mi carita. Comencé a lamer y a tragarme toso su líquido pre seminal. Tuve que abrir mi boquita por completo para poder meterme su gruesísimo garrote. El comenzó a jadear:
– Vecino: Oooooh!!, no manches, qué ríííco!!!, oooooohh!!. Así se la chupas a tu padrastro??, oooooh!!!
– Yo: Sí
– Vecino: Quéé rííííco!!!
Entonces me agarró con una mano de la cabeza y con la otra manoseaba mi culito. Yo hacía mi mayor esfuerzo por tragarme todo su durísimo pene. Cubría mis dientecitos con mis labios y apretaba su verga como lo hacía con la de mi padrastro.
De repente me agarró fuertemente con sus dos gruesas manos y me metió casi toda su gruesa verga en mi boquita. Por poco me ahoga al llenarme de su caliente y espeso semen. A la fuerza tuve que tragarme su leche. Pero la verdad es que me gustó demasiado. Se quedó observando mi tierna vaginita. No pasó mucho tiempo para que abriera de nuevo mis piernitas y empezara a chuparme y a morderme como loco. Su grueso pene estaba totalmente endurecido otra vez:
– Vecino: Desde cuando te mete la verga tu padrastro?
– Yo: Aaaah!, desde ayer!, aaaaah!
– Vecino: No te creo, si la chupas como una puta!
Entonces mi vecino se puso encima de mí, me agarró del hombro y comenzó a meter su gruesísimo pene en la entrada de mi tierna vaginita infantil. Empecé a gritar del dolor. Pero inmediatamente me tapó la boca con su enorme mano. No podía moverme y casi no podía ni respirar. Su durísima verga estaba abriendo toda mi pequeñita vagina:
– Yo: Ammmmmm!!!, ammmmm!!!
– Vecino: Oooooooh!!!, oooooooh!!!, quééé rííííco!!!
Todo el cuerpo de ese robusto hombre estaba sobre mí. Mi vaginita me dolía mucho de las fuertes clavadas que me daba. De repente cambió de posición y me puso en cucharita. Y aunque liberó mi boca, me agarró fuertemente de las caderas y así logró meterme toda su gruesísima verga durísima hasta el fondo:
– Yo: Aaaaaaaaah!!!!, aaaaaaaah!!!, me dueeele!!! aaaaaaaaah!!!!!
– Vecino: Cállate puta!!, esto querías!!, aguanta!!!
– Yo: Aaaaaaaaah!!!!, noooooo!!!!, aaaaaaay!!!!
– Vecino: Así te la mete tu padrastro???
– Yo: Aaaaaaaaah!!!!, aaaaaaah!!!!, siii pero!!!, me dueeeele!!!, aaaaaaaay!!!!
– Vecino: Oooooooh!!!, tooma puta!!! oooooooh!!!, oooooooh!!!
De nuevo pude sentir como mi útero era estirado al máximo al igual que mi pequeñita vagina. Los gruesos testículos de ese hombre chocaban fuertemente contra mí. Me clavaba tan duro que en esta ocasión tampoco pude evitar orinarme. Me tapó la boca de nuevo y empezó a moverse más rápido. Estaba violándome salvajemente. Me agarró del cuello y con unas fuertes embestidas terminó llenándome por completo de toda su leche. Era tanta que al sacarme su verga se me comenzó a salir poco a poco.
Luego mi vecino se fue al baño. Me limpió. Borró cualquier rastro de evidencia y me dijo:
– Vecino: Esto será un secreto entre tú y yo. Si quieres que te compre más regalos no le debes decir nada de esto a nadie!, entendido?
– Yo: Si
Entonces se marchó dejando una nota para mi papá.
Ese mismo día por la noche mi padrastro llegó en compañía de un amigo. Era el hombre que un mes atrás había venido a visitarlo.
Hola solo comentarte que me a parecido muy ligera y agradable tu redacción, además que la secuencía es muy buena. y tambien decirte que no se por que razón este sitio no a publicado mi terncer relato, lo que me tiene un tanto frustado puesto que ya tenia otro en mente con las experiencias que vivi en un internado, si te interesa conocer esas historias para complementar o iniciar un relato nos podemos de acuerdo, bueno es todo saludos.