El velador de la escuela – Parte 3
Volvemos con más aventuras de Seve y las niñas.
Apenas habían pasado unas semanas desde que me convertí en el velador de la escuela primaria donde decidí pasar el resto de mi vida, Cinthya me cambio la vida por completo y quería coger a cuanta niña me trajera, nunca pensé que esa niña fuera toda una bomba a sus tiernos 7 añitos, me demostró que las niñas son fogosas tanto como las mujeres, y por supuesto hubo más niñas nuevas.
Ya me había cogido a algunas compañeras de Cinthya y hasta ese momento todas ya habían sido desvirgadas anteriormente pero no había tenido la oportunidad de quitarle su virginidad a una nena, lo malo es que si metía la pata podría terminar preso, y aquí es donde Cinthya entró en el juego, como les dije ella tenía varias amigas y muchas ya tenían experiencia en el sexo pero otras aún no habían tenido la oportunidad de disfrutarlo, por lo que ella me ayudaría a traerme alguna niña virgen para que la desvirgara.
Además buscaba una forma de preservar los recuerdos de esas lindas nenitas pero el problema era que en ese año las cámaras solo eran asequibles para gente adinerada o estudios de foto y video, recuerden que en ese año (1989) aun no existían los Smartphone ni el Internet, por lo que inmortalizar nuestros juegos se volvió una tarea difícil de resolver, así que compré algunas cámaras de rollo pero debía tener cuidado de no sacar fotos desnudas o a la hora del revelado tendría problemas, por lo que solamente me limite a tomarles fotos normales con ropa como si estuvieran modelando para una revista, al menos tener un recuerdo de ellas era suficiente para mí, aunque pensaba comprar cámaras instantáneas por el momento no me eran asequibles ya que tenía que viajar a la capital para comprarlas, por lo que pasó un tiempo para que pudiera comprarlas.
Volviendo al relato, le pedí a Cinthya que me trajera a una nena virgen de su edad y ella me dijo “sé a quién traer”, por lo que solo restaba esperar ese día y después de varios días de coger con las niñas antes mencionadas por fin llegó el día esperado.
Era un día escolar como cualquier otro y ese día como era de exámenes y distintas pruebas los alumnos salen más temprano que de costumbre, lo que aprovechamos bien para que Cinthya me trajera a una niña virgen, me había tomado una siesta y desperté para asearme y arreglarme para nuestro encuentro, y cuando llegó la tan esperada hora baje para abrir la puerta secreta y me llevé una sorpresa, ya que no me trajo una o dos, sino tres niñas nuevas para jugar.
Les describiré a las nenas, una se llama Cecilia, de 7 años, piel morena clara, cabello oscuro recogido en una cola de caballo, piernas llenitas y ojos claros, Susana de la misma edad, de piel clara, cabello rubio, delgada pero no tanto, ojos verdes y pecas en sus mejillas, y finalmente Miriam de 6 años de cabello corto con gafas, pelo oscuro, piel clara y era la más pequeñas de las tres niñas nuevas.
-Seve, le traje a mis amigas como le prometí-
-sí, mi reina, son tan bonitas-
Como las tres niñas no tenían ni idea de que disfrutarían mucho conmigo Cinthya fue la que comenzó quitándose la ropa hasta quedar desnuda y se acercó hacia mí que estaba sentado en el sofá para liberar al prisionero de su celda y llevárselo a la boca, sus tres amigas no podían creer lo que veían, Cinthya me daba una mamada fenomenal y cuando estaba a punto de venirme les dije a las otras tres niñas que miraran con mucha atención.
-Ya viene tu premio, mi reinita-
-Si Seve, lo tomaré con gusto-
Disparé una gran cantidad de semen en su boquita y la pobre tragó lo más que pudo pues se le escurría de sus labios hasta caer al suelo, las otras tres niñas se quedaron sorprendidas por lo que acababan de ver, por lo que supuse que querían intentarlo.
-Y bien, preciosas ¿Quién quiere intentarlo? –
-y… yo lo haré-
Miriam, la más joven y tímida de las tres nuevas niñas, fue la primera que se animó a mamarme la verga, se acercó algo tímida y abrió su boquita lo más que pudo y solo entró una tercera parte de mi verga.
-solo chúpalo, no lo muerdas por favor-
-si-
Le dije que por favor no me mordiera o apretara sus dientes para no lastimarme, y puse mi mano sobre su cabecita para empezar a moverla y ella lo disfrutara, empecé a moverme despacio y fui acelerando a medida que iba aprendiendo, y al parecer me excedí un poco porque la niña parece que se quería ahogar, pero por suerte saqué mi verga a tiempo y deje que descansara un poquito.
– ¿Te gustó Miriam? – le pregunté.
-un poco- dijo algo cansada.
-bien, entre ustedes dos chúpenmela con sus lengüitas-
Les pedí a las otras que me chuparan al mismo tiempo, acercaron la punta de sus lenguas y entre ellas me daban lengüetazos y poco a poco se convertía en una competencia de quien podía chuparme la verga lo mejor que podían. Y de ellas Susana lo hacía mejor, pero algo más despacio y Cecilia era algo más atrevida, pero lo hacía más torpemente, bueno no se podía esperar a que unas niñas principiantes aprendan a mamar correctamente una verga como la mía en su primer intento.
Después de que las tres nenitas nuevas me dieran su primera mamada les tomé unas fotos con sus uniformes con la cámara que era de mi padre (de hecho, conservé varias cosas de él y su cámara era de rollo por lo que tuve que comprar rollos adicionales y ya después compré otras, y como ya les dije solo les tomaba fotos con su ropa hasta que me compré cámaras instantáneas) y después de eso les pedí que se quitaran sus ropas para que pasáramos a la mejor parte.
Les había tomado fotos con su ropa puesta y las mandaría a revelar más tarde, me abstuve de tomarles fotos desnudas por el momento, y el hecho de que no tuviera a la mano cámaras instantáneas para inmortalizar estos momentos me hicieron sentir con más morbo todavía, era fascinante contemplar esos cuerpos desnudos que estaba a punto de estrenar, no cabe duda que las niñas desnudas son hermosas, al ver esas piernitas bien formadas, su torso sin desarrollar y esas caritas infantiles hacían que mi verga se pusiese más y más erecta.
-Niñas, por favor siéntense en el sofá-
-Si seve- respondieron las cuatro al unisonó.
Las cuatro niñas tomaron asiento en el sofá de tres plazas y decidimos que sea Cinthya la que comenzaría con la primera ronda sexual para que sus amiguitas aprendieran, además de que preparé insumos médicos para tratarlas en caso de ser necesario.
Yo estaba sentado en el sofá individual y Cinthya se levantó de su lugar y caminó hacia donde me encontraba sentado y caminaba de forma sensual haciendo que mi pene se pusiera tan duro como roca, se sentó sobre mis piernas y con su mano se metió mi verga a su rajita como ya lo sabe hacer, empezó a moverse poco a poco para que después yo tomase la iniciativa y me moviera más rápido, como estábamos de frente nos besábamos como amantes apasionados mientras veía como las tres nuevas aprendices miraban con total atención a nuestro acto sexual.
-ah, Seve, me gusta mucho como me coges tú-
-Si, Cinthya, a mí también me gusta-
Empecé a acelerar mis movimientos ya que sus palabras me habían encendido como no tienen idea y después de un rato de estar cogiendo en dicha posición hice que Cinthya se sentara a cuatro patas y le di por detrás a esta niña que siempre venía a coger conmigo, y ella por su parte gemía como toda una putita en celo, las tres aprendices parecían absortas con nuestra ronda sexual hasta que llené el interior de Cinthya con mi leche
-Seve, ah… lléname… ah…- gemía Cinthya y como buen macho que soy le cumplí su deseo, previamente me había tomado la pastilla energizante para coger con las otras tres y no cayera rendido tan rápido, cargué a Cinthya y la acosté sobre mi cama para que descansara de la cogida brutal que acababa de tener.
-Muy bien niñas, es hora de decidir quién de ustedes sigue-
Las tres niñas me miraron ansiosas pero un poco asustadas, ya que, aunque tenían ganas y querían hacerlo, no estaban completamente seguras de intentarlo, por lo que Cinthya actuó como mediadora.
-Vamos amigas, ya es dije que solo duele un poco y después se siente rico- trató de animarlas Cinthya
-No lo sé, es que nos da miedo- murmuró tímidamente Miriam
-No hay porque temer, niñas, déjenmelo a mí- les dije tratando de calmarlas.
Les puse una pomada en sus vaginas que era la misma que usaban los deportistas para tratar esguinces y molestias físicas, y después de un rato hicimos una ronda de selección de la misma forma que hacen los niños cuando deciden a quien le toca contar mientras los demás se esconden, y la primera en ser seleccionada fue Susana, quien tímidamente se recostó en el sofá grande y comencé primero a tratar de estimularla con mis dedos, primero haciéndole cosquillas y luego tratando de meter uno o dos dedos para comprobar que se había estirado lo suficiente, por si acaso le pedí a Cinthya que limpiara la sangre que saliera, y luego metí la punta de mi verga en la vagina de Susana.
-Ah, duele… duele…- Susana se quejaba de dolor.
-Tranquila preciosa, aguanta- le dije tratando de calmarla.
-Si, ya te dije que solo duele un poco al inicio, y después se siente rico- trató de animarla Cinthya.
Nunca creí desvirgar a una niña virgen, y menos si era de primer año como Susana, es cierto que mientras más chicas las nenas se disfruta más que si fuera madura, pero no voy a negar que con Cinthya lo había gozado muchas veces, era simplemente el morbo que me producía quitarle la virginidad a una nena y mi aliada la convenció de venir a jugar conmigo, quien sabe cómo hizo para convencerla de venir conmigo, ella fue un recurso muy importante y gracias a ella me cogería a muchas niñas que iré incluyendo en capítulos posteriores.
-Ah… ah… au… au… augh…- sollozaba la pequeña Susana tratando de aguantar el dolor.
-Solo aguanta un poco más-
Se lo fui metiendo despacio para que se acostumbrara y cuando entró todo mi glande de un movimiento le rompí la virginidad, la pobrecita hacia sollozos queriendo llorar y le dije que aguantara, que se le iba a pasar y aun así lloró un poco para poco a poco irse calmando.
-Dime preciosa, ya no te duele-
-Solo un poco- me contesto todavía algo triste.
Cinthya limpió la sangre que iba saliendo de la rajita de Susana como se lo había pedido, y ya un poco más relajada comencé a moverme despacio con tal de que se acostumbrara, y luego lo fui haciendo más y más fuerte hasta que la pequeña gemía de placer, ya le estaba gustando lo que estábamos haciendo y no cabía duda de que lo disfrutaría como nunca.
-Woah… si… me esta… gustando…sigue…-
-Me alegro que te guste preciosa-
No había duda, la pequeña ya lo estaba disfrutando a pesar de que le dolió al principio, me moví cada vez más y más rápido haciendo que el PLAP-PLAP sonara con más intensidad mientras las demás miraban atónitas la escena.
-Ah… me gusta… mucho…-
-Claro preciosa, se siente muy rico, es por eso que te gusta mucho-
Le lancé mi leche dentro de su vagina recién desvirgada y prácticamente se quedó sin aliento y la cargué para llevarla a mi cama y que descansara un rato mientras seguía con las otras dos.
Ahora era el turno de Cecilia y con ella comencé primero a mamarle las tetillas planas que me gustaron desde el momento en que las vi, ella se dejaba hacer y solo se reía diciendo que sentía cosquillas.
-Ah, me hace cosquillas-
-Perdón, es que tus tetitas están muy ricas-
Continue mamando sus inexistentes pechos un ratito más y luego de eso la acosté sobre el sofá con las piernas abiertas y le metí mis dedos lo más que pude hasta cerciorare de que era el momento adecuado, repetí lo mismo que hice con Susana y le metí despacio mi pene hasta tronar su virginidad de un solo golpe.
-AHHG- la nena gritó del dolor de perder su virginidad.
-Tranquila preciosa, ya se te irá el dolor-
A pesar de que la pomada ayudaba a calmar el dolor no lo calmaba del todo, al parecer fui demasiado ingenuo como para pensar que ella pudiera aguantar, solo lloraba sollozaba y traté de calmarla para que se le pasara el dolor de la ruptura de su himen y lloró un poco para después irse calmando.
-Dime preciosa si ya te sientes bien-
-Si ya se me calmó un poco-
Me empecé a mover despacio para que se fuera acostumbrando a los movimientos sexuales y poco a poco ir aumentando el ritmo de las embestidas, el PLAP-PLAP era como música para mis oídos y la niña gemía y gemía de placer, ya le había gustado y no quería parar.
-Ah… me gusta… se siente rico…-
-Si pequeña, tu disfrútalo porque te encantará-
Seguí moviéndome salvajemente y la niña ya le estaba gustando la penetración porque la oía gemir ah… ah… y yo bufaba de los movimientos que hacía para meterle mi pene lo más que pudiera, la pequeña no quería soltarse de mi puesto que trataba de aferrarse a mí con sus brazos y piernas.
-Ahh… ahhh…. Ahhh…- gemia la pequeña Cecilia.
-Dime nena ¿Se siente bien o se siente rico? –
-se siente… bien rico… ahh…-
La nena claramente estaba gozando de placer, y no era para menos, una vez que se acostumbran les empieza a gustar la verga, tanto así que se comportan como putitas en celo solo pidiendo más, y por supuesto les di lo más que pidió la nena.
Mis movimientos repetitivos se volvían cada vez más acelerados y la nena gozaba de gusto, sus Ah-Ah eran toda una delicia escucharlos, ya faltaba poco para llenarla con mi leche y cuando llegamos al clímax le solté un buen de leche que llenó sus entrañas y la hizo caer rendida.
-Woah… se sintió muy bien- dijo Cecilia quien también cayó rendida.
-Ves cómo te dije que te iba a gustar mucho- le comentó Cinthya a su amiga.
-Ahora sigues tú, pequeñita- le dije a Miriam que no dijo una sola palabra y solo asintió con la cabeza con algo de temor.
Primero la cargue como un príncipe cargando a una princesa y la llevé a mis aposentos (mi cama) y la acosté lentamente tratando de que se relajara, le chupe sus tetas planas e inexistentes y con mi mano le acariciaba su clítoris y la pequeña daba ligeras risitas de lo bien que sentía, y después de un rato por fin llegó la hora de desvirgar a otra nenita virgen.
Miriam era tan pequeña e irresistible, esta preciosura de primer grado de primaria era lo que estaba esperando, aunque las otras dos que pasaron antes que ella tampoco estaba mal, digo, esa combinación de ternura, inocencia y timidez era lo que a mí me atraía mucho de una nenita, y ella era una gran candidata a ser putita fogosa como su amiga Cinthya, se nota que esta última tenía amistades con casi todas las niñas de la primaria, Susana y Cecilia ya sabían algo de sexo pues habían visto a familiares suyos hacerlo (obviamente a escondidas para que no supieran) y Miriam solo había sabido algo pero por las palabras de sus compañeritas de grupo, eso le dio curiosidad y cuando Cinthya las invitó rápidamente aceptó, ahora su turno de ser desflorada había llegado y por supuesto traté de hacerlo con calma para que lo disfrutara.
-Muy bien, ahora solo faltas tu- le dije acostándola y abriendo sus piernas lo más que se podía.
_S… si, por favor…- la pequeña estaba algo nerviosa.
Le abrí las piernas a Miriam dejándome ver su vaginita en todo su esplendor y hundí mi cara en el para saborearla, la pequeña se reía de lo bien que sentía al igual que sus dos compañeras recién desfloradas, a ella le estaba gustando como me comía su conejito por lo que puso sus manitas sobre mi cabeza para que siguiera degustando su exquisito manjar que tenía a mi disposición, le seguí lamiendo y chupando hasta que soltó un chorrito de líquido orgásmico que empapó las sábanas de mi cama.
-perdón, me oriné- se disculpó Miriam casi a punto de llorar.
-No te preocupes, me encargaré de lavar las sábanas- le dije a la pequeña sobándole la cabeza para que se relajara.
-A mí me pasó lo mismo- dijo Cinthya tratando de animar a su amiga.
Después de quitar las sábanas puse unas que ya estaban usada mas no olían feo ni se veían sucias pero que de todas maneras iba a lavar, también le pedí a Cinthya que me ayudara a limpiar la sangre que saliera cuando le rompiera el himen a Mirian, y acosté a la pequeñita y abrí sus piernas como si fuera un compás, le fui metiendo mi dedo poco a poco hasta meter otro y cuando vi que ya era hora de desvirgarla le metí muy despacio mi glande, las otras dos ya habían descansado y estaban mirándonos con atención ya que no querían perderse la primera vez de Miriam, en cuanto metí casi la cuarta parte de mi verga la niña comenzó a gritar de dolor.
-Ah… me duele, sáquelo…- me dijo tratando de zafarse.
-Aguanta preciosa, ya casi lo logras-
-No… ya no quiero… me duele…-
-Susana, Cecilia, háganle cosquillas- les ordenó Cinthya.
A la orden de su amiga ambas niñas trataban de hacerle cosquillas a su amiga, primero en las axilas y luego en la planta del pie para que se le pasara el dolor y fuese más fácil para mi desvirgarla, Miriam se reía tratando de contener su llanto de dolor y aproveche para meter mi verga hasta el fondo y cuando Miriam ya iba a dar un grito de infarto Cinthya le metió un cojín a la boca para evitar que gritara.
-Tranquila, amorcito, ya estás, solo relájate-
-Ahh… ahh… ahh…-
La pequeña Miriam se había quedado inmóvil después de gemir un rato, parecía que la desvirgada que sintió fue mucho para ella, Cinthya le quitó el cojín para que respirase y las otras dos le dejaron de hacer cosquillas, y permanecimos inmóviles unos instantes hasta que su vagina se iba amoldando al tamaño de mi pene.
– ¿Cómo te sientes? –
-Me duele un poquito-
-No te preocupes, se te pasara y te gustara-
Le sonreí a la pequeña que suspiraba y respiraba tratando de contener el dolor de su himen roto y Cinthya se encargó de limpiar la sangre que salió de la vagina de su amiga, sin quitar la verga de su entrada sostuve a Miriam con mis brazos y me acosté en la cama viendo hacia el techo y la niña sentada sobre mi como si fuera vaquera.
-Ahora si pequeña Miriam, es hora de que empieces a gozar de esto- le dije a la vez que empezamos a movernos.
-si… seve…-me respondió Miriam-
Poco a poco empecé a mover mis caderas poco a poco para que se fuera acostumbrando a los movimientos, y la pequeña empezó a gozar, ya que ella misma empezó a moverse solita y mis manos sujetaron las suyas para que se apoyara y no se cayera, estuvimos cogiendo sabrosamente en esa posición durante un buen rato mientras las otras tres nos veían curiosas.
-Ah…, esto… es… se siente… muy… bien-
-Lo ves, primero te duele, pero después te empieza a gustar-
-sí, tenía usted razón…, se siente… muy rico…-
La pequeña gemía como toda una putita en celo, por lo que le costaba trabajo hablar sin dificultad, me alegraba saber que la pequeña Miriam ya se había convertido en una putita, si bien sus otras dos amigas también lo disfrutaron, ninguna de ellas me hizo sentir lo que la pequeña Miriam me hizo sentir, y por supuesto vendrían en muchas ocasiones para tener sexo.
-ah, pequeña, te voy a llenar esa vagina linda que tienes-
-Si, Seve, lléneme toda…-
Miriam soltó un pequeño grito ahogado mientras mi pene disparaba lo que me quedaba de semen de mis bolas y llenaba el útero de la pequeñita, después de eso descansamos un rato para recuperar energía, pues había estrenado a tres nenitas nuevas, tenía que estar agradecido por que una niña, la primera que me había cogido, me estaba ayudando a desvirgar a sus amigas, y por supuesto fueron muchas.
Por fin había logrado mi objetivo de coger a una niña virgen para desflorarle su vagina y hacer que lo goce como sus demás compañeritas que ya habían disfrutado conmigo, ahora había que ver como traer a más niñas y sobre todo, iniciar a las más jóvenes para que, cuando ya estuvieran a punto de salir de la primaria, iniciar a otras niñas más jóvenes, y Cinthya y sus amigas me ayudarían con ese plan que me permitió disfrutar de muchísimas, muchísimas niñas que les iré contando.
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Estábamos Cinthya y yo en mi departamento casi una semana después de que desvirgue a Miriam, Susana y Cecilia, ese trio de niñas de primer grado que querían saber lo que se sentía el sexo y lo disfrutaron al máximo casi tanto como yo, pero no podían venir seguido ni mucho menos vino otra niña que no fuera la misma que me indujo al mundo del sexo, por lo que aprovechamos esta ocasión de fin de semana que sus padres habían salido de la ciudad y su abuela aprovecho para irse con sus amigas de toda la vida, solamente avisó que se iba a quedar en casa de una amiga.
Cinthya y yo estábamos en un 69 muy sabroso, por primera vez saboreaba ese manjar exquisito que ya estaba pidiendo a gritos, pero ella era quien me daba sexo oral y casi no le daba sexo oral a ella, principalmente porque me gusta disfrutar mas de esa vagina estrecha pero bien estirada que quien sabe cuantas vergas habrá dejado ingresar.
-Seve, usted si sabe como hacerlo bien con las niñas-
– ¿eso crees? –
-de verdad, Seve, desde que lo hiciste con Miriam ella lo hace con sus primos e incluso con mis tíos-
-No me digas, parece que alguien te puede ganar-
-Ja, no lo creo, yo ya lo he hecho más veces que ella-
-Y te creo, pero dime, ¿hay alguna otra niña que quiera venir? –
Cinthya se rasco la cabeza con el dedo como queriendo buscar la respuesta a mi pregunta, ella lo pensó ya que aún había niñas que querían y no podían, pero otras podrían, pero no sé si querrían venir, además de que la profesora Carmelita se estaba recuperando y en próximos días regresaría a laborar, lo que limitaba mucho que me cogiera a alguna niña que no tuviera clases, pero siempre me he considerado afortunado ya que se presentó una oportunidad para disfrutar de más niñas.
Los dos aun seguíamos en el 69 muy rico que estábamos haciéndonos el uno al otro, no era sorpresa que esa niña a su tierna edad fuera toda una maquina sexual, sinceramente me impresionaba lo que una niña como ella era capaz de hacer para satisfacer la libido de un hombre como yo, continue lamiendo esa rajita que me volvía loco y ella me daba placer con su boquita que quien sabe cuántas vergas habrá probado la pequeña diablilla.
-Ahh… me gusta cómo me lames en mi rayita-
-y a mí me gusta cómo me lames mi verga, preciosa-
Los dos continuamos haciendo lo que estábamos haciendo después de sonrojarnos un poco por el cumplido del otro, mi pene en su boquita se sentía indescriptiblemente sensacional, una boquita como la de la pequeña Cinthya lamiendo como caramelo mi pene y yo disfrutando de su manjar era algo que cualquier afortunado como yo no desperdiciaría jamás.
Después de que terminamos de darnos sexo oral Cinthya se bajó encima mío y se acostó sobre la cama boca arriba y con sus manos abría sus piernas de par en par, no hacia falta que me dijera lo que tenia que hacer ya que esto lo hicimos varias veces como para grabar una película, pero les vuelvo a mencionar que en ese año no había cámaras digitales solo cámaras rudimentarias y por eso no saque casi nada de ella, solo me quedan sus bellos recuerdos.
Introduje mi pene en esa cueva sagrada que se estiro como un resorte, se amoldo a mi verga y comencé a moverme moderadamente para no lastimar a mi pequeña diosa.
-Ah, Seve, muévete un poco más, ah-
-Si, princesa-
Como ella lo pidió, fui acelerando mis movimientos a medida que mi libido iba en aumento, realmente coger a una niña como Cinthya era sin duda lo mejor que me había pasado en la vida, pues gracias a ella mi vida como velador en la escuela nunca seria la misma.
-Ah, ah, sigue, dame más-
La pequeña gemía y jadeaba de tanto placer que estaba sintiendo su partecita engullendo mi miembro de tamaño grande para un hombre adolescente pero no descomunal que tronaría cuanta vagina tuviese enfrente, los movimientos eran cada vez más acelerados, y yo también jadeaba de tanto placer que me daba esta pequeña niña de primaria que me buscaba con hambre y deseos de lujuria.
-Cinthya, ya casi… voy a… darte mi semen. –
-Si… Seve… dámelo todo-…-
Expulse semejante cantidad de semen que ya era costumbre, pero en aquella ocasión se sentía mucho mejor que las veces pasadas, e incluso mejor que nuestra primera vez, al sacar mi pene de su vagina se oyó un ligero sonido como cuando le quitas el corcho a una botella de vidrio, al retira mi verga un chorrito de semen salía de la vagina de Cinthya y escurría como cascada hasta que dejó de salir todo el semen que le di a la pequeña, era reconfortante ver dicha escena en vivo, y mientras dejaba a Cinthya descansar, fui al baño a lavarme y vestirme, y lo mismo hizo Cinthya cuando se recupero de nuestra intensa ronda sexual.
-gracias Seve por jugar mucho conmigo, me gusta mucho hacerlo con usted-
-ni lo menciones, ya sabes que puedes venir cuando quieras, solo no olvides traer nuevas niñas-
-No lo olvido, ya verás que vendrán más, solo espera-
Nos despedimos tiernamente e incluso se dio la media vuelta para regresar brevemente y robarme un beso rápido en mis labios, debo decir que ella era no solo coqueta y divertida, sino también picara y algo caliente, después de robarme un beso se regresó corriendo y salió por la puerta secreta esperando la oportunidad para regresar a su casa sin ser vista, y después de que se fue me puse a hacer la limpieza de mi departamento imaginándome como seria las nuevas niñas ya que debido a mi trabajo no interactúo con los niños y niñas de la escuela que vigilo por las noches.
Como les comenté anteriormente, Cinthya era mi cómplice para que me trajera niñas putitas como ella o pescaba a alguna que quisiera ser desvirgada, y eso me dio grandes ventajas, la primera seria que Cinthya, al ser niña y alumna, pasaba desapercibida y yo no tendría que arriesgarme a buscar presas, además la entrada secreta que les mencioné en el primer capítulo se convirtió en la puerta de entrada para que mis niñas pudiesen entrar sin que nadie se diera cuenta, y lo mejor es que varias de las niñas a las que cogí también se convirtieron en reclutadoras y a veces me traían a otras niñas (a veces de otras escuelas pero pasaban conmigo a disfrutar un rato).
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Con el paso de los días la maestra Carmelita regresó a trabajar y Cinthya y sus compañeras no vinieron por un tiempo, pero otro golpe de suerte se presentó ya que otra maestra pidió incapacidad por su embarazo, lo que dejaba abierta la posibilidad de que otras niñas vinieran, y por suerte algunas de las niñas con quienes ya cogí eran de esa clase y lo aprovecharon para visitarme.
En el primer día que se ausentó la maestra no hubo docente alguno que la cubriera y eso hizo que toda la clase se quedara libre, y como no iba a venir la maestra en cuestión muchos alumnos no se presentaron, pero ya saben que es aquí donde entra en juego la puerta secreta, y en la mañana después de que los niños y niñas entraron a sus clases, ya estaban cuatro pequeñas niñas escondidas en los arbustos que protegen la entrada secreta, una de ellas toco la puerta, escuche el sonido, así que bajé a abrirles y entraron.
-Hola Seve, vine con mis amigas a jugar-
-Adelante, pasen por favor-
Era Miriam, la misma niña que había desvirgado hace poco y que además me trajo a tres compañeras suyas, eran alumnas de primer grado (por si no lo mencioné Cinthya era de segundo) y tenían puesto el uniforme de la escuela que resaltaba muy bien sus piernas.
Las describo a las otras tres: Paola, de seis años, cabello claro trenzado, piel clara, ojos verdes y carita angelical, Honoria, de la misma edad, piel canela, ojos claros, cabello oscuro lacio y se le notaba una mirada traviesa, y por último Enedina, quien a diferencia de las demás se mostraba tímida, más tímida incluso que Miriam cuando vino por primera vez, era de pelo corto, piel clara, ojos cafés y estatura promedio para una niña de su edad.
-Hola, venimos a jugar con usted- dijo muy tímidamente Enedina al grado que se sonrojó.
-Les platique a mis compañeras lo bien que lo pasamos la otra vez que quisieron venir- dijo muy alegremente Miriam.
-Ya veo, entonces pasen- Les dije.
Las cuatro niñas entraron y pasaron a sentarse a los sofás, las cuatro vestían sus uniformes escolares que les quedaban muy bien y les daba un aire algo coqueto, no podía apartar mi mirada de aquellas piernas infantiles que tanto me llamaban la atención, al parecer Miriam se dio cuenta de mis intenciones y abrió sus piernas para mostrarme sus braguitas blancas de niña que se le vean preciosas, sus demás amigas también hicieron lo mismo y pude ver esos calzones infantiles que escondían una joya sin igual, la rajita sin pelos de chiquillas tiernas.
-Wow, que lindos calzones tienen, preciosas-
Las niñas se sonrojaron ante el cumplido que les di, y Miriam, que se había vuelto más caliente y atrevida desde la vez que me la cogí, fue la que dio el siguiente paso e hizo a un lado su calzón para dejarme ver esa rajita que había sido profanado días antes, las otras tres no se percataron de lo que hizo su amiga, así que les dije que hicieran lo mismo que ella, a lo cual obedecieron sin ningún tapujo.
La vista era indescriptible, cuatro tiernas rajitas de primaria estaban todas disponibles para hacer lo que yo quisiera, por lo que me acerqué a la de Miriam y le di una buena saboreada con mi lengua por unos minutos, pero sin hacerla soltar un orgasmo, las otras tres veían embobadas la escena y esperaban ser las siguientes, por lo que les lamí su vagina a Honoria, luego a Enedina y por último a Paola. Fue excitante escuchar sus gemidos que soltaron cuando les lamí sus rajitas.
-Seve, apúrese que ya quiero tu pilin dentro de mí- me exigió Miriam que se volvió más atrevida que Cinthya.
-Si preciosa, enseguida lo tendrás-
Mirian se abrió de piernas y las sostuvo con sus manos, no le importaba ser observada por sus amiguitas curiosas e inocentes que aún no habían sido desvirgadas, a diferencia de la primera vez que fue bastante tedioso meterle tan siquiera un tercio de mi pene, en esta ocasión le entró casi la mitad con suma facilidad, a lo cual comencé a moverme despacio para que se fuera acostumbrando a mi vega.
-Ah, sí, me gusta mucho, siga-
-de acuerdo-
Aumenté la brusquedad de mis movimientos con tal de darle más placer a la niña, los dos gemíamos y bufábamos de la excitación, parecíamos amantes recién casados que disfrutaba de estar a solas, por lo que la excitación fue en aumento.
-Ah, Ah… siga… por favor… no pares…- me pedía Miriam con algo de dificultad para hablar.
-Si, pequeña, tus deseos son ordenes-
Los dos seguíamos con el movimiento sexual de meter y sacar mi verga a un ritmo cada vez más acelerado y después de unos minutos solté una buena cantidad de semen en su vagina y al sacar mi pene se escuchó un ruido similar al de quitarle el corcho a una botella.
-agh, me gusta mucho, quiero hacerlo todos los días contigo- contestó Miriam como si estuviera en trance.
– ¿de veras se sintió tan bien? – Preguntó Honoria.
-muy bien- respondió cansada Miriam.
– ¿puedo ser la siguiente? – preguntó Paola.
-Mmm, veamos, ¿Qué tal si las elijo como eligen al que busca cuando juegan a las escondidas?
-Sí, que buena idea- exclamaron las tres niñas.
Las tres niñas y yo nos agrupamos formando un círculo y como yo decidiría quien sería la primera, comencé con la selección de la primera afortunada.
-calzoncito blanco, calzoncito azul, dime cuántos años tienes tú- señalé a Enedina.
-Seis-
-Bien, uno, dos tres, cuatro, cinco, seis-
La ganadora fue Honoria, quien se mostró feliz por su suerte.
-WOW, me toca primero-
-claro, ahora acuéstate-
Recosté a Honoria de la misma forma que su amiguita Miriam, con sus dedos abrió su vaginita lo más que pudo y con saliva lubrique mi miembro viril para que fuera más fácil penetrarla, debía de tener mucho cuidado pues como era su primera vez, era lógico que le dolería bastante, le puse un trozo de tela limpia en su boca y le dije que lo mordiera para no gritar, lentamente metía mi pene y la niña empezaba a retorcerse de dolor.
-Ah, duele, me duele-
-Tranquila preciosa, muerde la tela y aguanta- le dije tranquilizando a la pequeña.
-Si, a mí también me dolió cuando lo hice por primera vez- Miriam trató de calmar a su amiga.
Le metí mi pene casi hasta la mitad hasta romperle su himen y empezó a salir un pequeño chorrito de sangre que limpie con un poco de papel de baño y permanecí inmóvil para que se le pasara el dolor. Podía escuchar pequeños sollozos de la pequeña cuya virginidad rompí con mi miembro, pero poco a poco se fue calmando.
-Escucha, lo más feo ya pasó y ahora vas a disfrutar mucho-
Empecé a moverme despacio con tal de que su interior se acostumbrase a mi pene y poco a poco aumentaba el ritmo hasta que Honoria empezó a sacar gemidos de putita, se nota que le empezó a tomar el gusto muy rápido, e incluso más rápido de lo que Miriam lo hizo en su primera vez.
-Ah, sí, me gusta, sigue, no pare-
-A la orden-
Con el permiso de la pequeña, estuve moviéndome un buen rato más y la pequeña recién desvirgada se convirtió en una putita más de mi colección, como no tenía cámara de fotos ni video, hice la nota para tratar de adquirir algunas, pero como en esa época solo existían las cámaras de rollo y VHS, ya que aún no habían servicios modernos como los de hoy en día, me preguntaba cuánto costaría y como lo guardaría, deje de pensar en eso y le día más placer a la pequeña hasta que solté mi semen dentro de ella.
-Ah, se sintió muy bien, como me lo dijo Miriam-
-Así es, me alegra que te gustara- felicite a Honoria por ser muy valiente y aguantadora.
– ¿ahora quien sigue? – preguntó Miriam
Para ello volvimos a hacer la selección con los típicos juegos infantiles para decidir turnos, y la ganadora en esta ocasión fue Paola, esta niña algo coqueta irradiaba una ternura mezclada con algo de picardía, además del físico que describí pude notar unas simpáticas pecas que le daban un toque encantador.
Como aun vestían sus uniformes, les pedí que se los dejaran ya que, aunque me gusta verlas desnudas, cogerlas mientras usan uniforme me daba algo más de morbosidad, y eso también me dio una idea que más tarde aplicaría, como tenía conocimientos de sastrería debido a que mi padre me enseño el oficio, se me ocurrió la idea de recortar sus falditas lo más que se pudiera para ver cómo se les vería, pero como no tenía material para probar esa idea lo tuve que posponer para después.
Al tratar de introducir mi verga dentro de su vagina virgen la pequeña dio una reacción de espasmo que casi hace que me fuera de espaldas, pues como dio un pequeño grito hizo que desistiera brevemente de tratar de penetrarla, así que traté de clamarla.
– ¿Qué pasa? – le pregunté a Paola.
-Perdón, es que me dolió un poco- me respondió un poco atemorizada la pequeña.
Ya un poco más calmada reanude mi intento de desvirgarla, pero como nuevamente quería gritar le tape la boca con un cojín pequeño metiéndoselo a la boca para que no gritara, y al intentar nuevamente se estaba moviendo de forma tal que no me permitía penetrarla, así que le pedí a las otras niñas que la sujetaran con fuerza.
-Muy bien niñas sujeten a su amiga y no la suelten, Enedina hazle cosquillas para que se relaje-
-Si-
Las niñas me obedecieron al unisonó y rápidamente Miriam le sujeto la pierna derecha, Honoria la izquierda y Enedina trataba de hacerle cosquillas en las axilas para que Paola se relajara, ahora la pequeña solo se reía, y sus risas eran contenidas por el cojín que previamente le había puesto en la boca para que no gritara, y ahora me dispuse a desvirgarla de una buena vez.
Con una estocada metí mi pene lo más profundo que pude, ahora había entrado poco más de la mitad de mi pene mientras vi como salía un poco de sangre de la vagina de Pao, la pequeña se retorcía de dolor y algo de risa, pues su amiga Enedina seguía haciéndole cosquillas tratando de calmar su llanto, y yo permanecí quieto y le dije a Pao que no se moviera para que se le pasara el dolor, estuvimos así unos minutos mientras su vagina se acostumbraba a mi verga y después de un rato comencé a moverme.
-Ah, ah…- gemía Pao.
-No te preocupes pequeña, ya pasó lo peor y ahora si va a gustarte-
-Si, a mí también me pasó lo mismo, pero se sintió rico- le dijo Miriam tratando de calmar a su amiga que no dijo palabra alguna.
Poco a poco comencé a aumentar el ritmo de mis embestidas tratando de no lastimar a Pao, que ya no se retorcía y solo trataba de aguantar el dolor que todavía sentía pues literalmente estaba recién desvirgada y una niña siente mucho dolor cuando pierde su virginidad, por lo que hice la nota mental de adquirir medicinas y analgésicos para calmar el dolor cuando desvirgue a una niña.
Fui haciéndolo cada vez más rápido y la pequeña ya no hacia sollozos de dolor, ahora comenzaba a gemir como toda una putita, no cabe duda de que el dicho “primero se sufre, después se goza” quedaba cono anillo al dedo, la pequeña gemía cada vez más rápido y más fuerte de lo que hubiera imaginado.
-Ah, mi niña, te voy a dar…- No alcancé a terminar ya que se me salió la leche y llenó su vaginita.
-ah, se siente calientito-
Saque mi verga y pude ver como un chorrito de semen con sangre salía de la vagina de Paola, por lo que con unas toallas desechables le limpie su partecita y le puse un pequeño remedio casero para calmar el dolor ya que cuando trató de caminar le costaba trabajo, así que le dije que podía recostarse para que se le pase el dolor.
Ahora faltaba la última niña, Enedina, quien me miraba con algo de ansias, como queriendo decirme “ya méteme tu pene”, la niña sin decir agua va se acostó, se quitó sus calzones y me ofreció esa vagina tan irresistible que tenía a la vista.
Con cuidado le fui introduciendo mi pene y grande fue mi sorpresa al descubrir que con ella no tuve dificultad, sino que entró mejor de lo que esperaba, en eso se me ocurrió preguntarle como lo había hecho, era como si se hubiera preparado para este momento.
-Dime preciosa ¿ya te han metido algo en tu rajita? –
-Si, me metía mis dedos y otras cositas, pero es la primera vez que me meten un pene-
Sus palabras me dejaron sin habla, esta pequeña ya se estaba entrenando solita para ser desvirgada, y el afortunado que tuvo la oportunidad de oro era yo, así que le metí un poco más de mi verga hasta que sentí que su himen rozaba con mi glande. Podía ori la respiración agitada de Enedina quien trataba de contener el dolor que le provocaba mi miembro dentro de ella, así que trate de calmarla.
-Dime preciosa ¿Cómo te sientes?
-Me siento… extraña… me duele… pero me gusta…-
– ¿Quieres que lo saque? –
-no… déjalo así… no lo saques…-
La pequeña me suplico que no le sacara mi pene y que la desvirgara aun sabiendo que le podía doler mucho, y no es para menos, pues su amiga Pao costó mucho trabajo, pero si pude metérsela, y ella estaba tan decidida en que me la coja que no estaba dispuesta a dar marcha atrás, y menos cuando mi pene ya estaba a nada de tronar su virginidad.
Inhalé un poco de aire, tomé un poco de fuerza, sujeté las piernas de Enedina y con un solo movimiento le rompí su himen, y a pesar de que le dolió logró contener el llanto solamente sacando sollozos que hasta me enterneció sus lágrimas, tomé un poco de papel y limpie la sangre que salía por su vagina, Miriam y Honoria nos miraban muy atentas a lo que estábamos haciendo mientras Paola descansaba por la desvirgada que le había dado, así que empecé a moverme despacio para empezar a disfrutar.
-Ah… Seve… siga…
– ¿Te gusta mucho, mi niña? –
-Mucho… es mejor… de lo… que pensé…-
La respiración agitada le estaba cortando sus frases, pues le estaba gustando sentir mi verga en su vagina, y mientras veía su cara de putita gozosa le pedí a Miriam y Honoria que se acercaran, solté las piernas de Enedina y mis manos se posaron en las dos rajitas que ahora tenia a mi disposición, comencé a masajear suavemente para ir poco a poco aumentando la intensidad, y al mismo tiempo aumentaba las embestidas que le daba a la otra niña.
-Ah, siga tocando nuestras cositas…- suplicaba Miriam.
-si, por favor- me pidió Honoria.
-Claro que lo haré- les asentí a las dos.
Con el permiso de las dos pequeñas mis dedos hurgaron en sus vaginas y metí mis dedos índice y medio para tratar de estimularlas, y al hacerlo empezaron a soltar gemidos de placer, que sumados a los que hacia Enedina hizo que el ambiente se tornara demasiado erótico y digno de una película porno, entre las tres soltaban AH, AH, y eso se volvió música para mis oídos.
-Ah, algo va a salir…-
-Si, mis niñas, suéltenlo…-
Las tres niñas soltaron un pequeño chorrito de su orgasmo que terminaron por formar un charco en el suelo, las niñas querían disculparse por ello, pero les dije que no se preocupara que yo me encargaría de limpiarlo.
Y por mi parte aun tenía ensartado mi pene dentro de la pequeña Enedina y también le di su ración de semen que se mezcló con su sangre virginal, y al sacarle mi pene aproveché para limpiar la vagina de la pequeña y aplicarle un ungüento para bajar la inflamación, así como lo acababa de hacer con Paola.
Aun estando desnudos los cinco hice la limpieza del piso y me tomé un pequeño descanso para tratar de recuperar fuerzas, pues desvirgara a tres nenitas vírgenes casi me dejó exhausto, Paola ya se había despertado después de la pequeña siesta que tomó y vio a sus amigas desnudas platicando por lo que se unió a la conversación, en mi mente aun flotaban los recuerdos de como conocí a Cinthya y gracias a ella disfruto de los placeres de coger a niñas de primaria.
-Bien niñas, díganme, ¿les gustó mucho lo que hicimos hoy? –
-SI, y mucho- exclamó feliz Miriam.
-Al principio me dolió, pero después se sintió rico- Dijo Paola.
-A mí también- comentó Honoria
-Y a mí- agregó Enedina
-Me alegra mucho que les guste, ahora recuerden que esto que hicimos no lo deben decir a nadie, ya que sus padres se enojaran mucho con ustedes y las castigaran-
-No te preocupes, juramos guardar el secreto- Dijo Miriam con mucha confianza.
-Si, lo juramos- dijeron al mismo tiempo las otras tres niñas.
Spoilers proximo capitulo: Tiempo después de que vinieran Miriam y sus amiguitas, me visitaron de vez en cuando ya que la maestra Carmelita ya tuvo sustituta para que los alumnos no perdieran más días de clases, Cinthya y sus amigas me visitaron muy pocas veces y no me llevaba nuevas niñas, pero eso estaba por cambiar, se acercaban las fiestas patrias por lo que es común hacer festividades escolares para conmemorar dichas fechas, lo que también me daba la oportunidad de que viniesen a verme, y de paso traer a nuevas niñas. (ya sabran quienes son).
Palabras del autor: Hola, aquí saludando su amigo Neón, les explico las razones de porque me he tardado demasiado en traerles nuevos capítulos:
- El trabajo que he tenido me ha mandado de gira por varios lugares del país y debido a eso no me da tiempo de seguir escribiendo.
- estos últimos dias tuve imprevistos familiares que también me quitaron mucho tiempo.
- por ultimo, pero no menos importante, un seguidor mio me hizo una sugerencia: que mejorase mi forma de redactar mis relatos y describa con más detalle las partes de sexo y solo detallar aquellas parte que tengan relevancia en la historia, y debido a eso, estuve varias horas mejorando mis relatos.
- en cuanto a los próximos relatos a subir, aún no decido que voy a subir, la saga de Celular extraviado ya casi se acerca a su final, y como mencioné, los alumnos varones de lo cuales casi no se ha mencionado nada de ellos, serán los protagonistas de su respectiva secuela (lo que si voy a dejar en claro es que no habrá relatos gay de mi parte) en especial Moisés disfrutara como nunca (que suerte tiene), la de profesor de danza la he tenido en pausa pero la sigo trabajando, la de Isekai wa Smartphone o In another World with my smartphone aun le falta pero poco a poco voy trabajando, también estoy por estrenar nuevas sagas que espero sean de su agrado, dejen sus comentarios y sugerencias para nuevos relatos que con gusto los tomaré en cuenta.
Me encantan tus relatos, se comprende, el trabajo y la familia son prioridad, tomate tu tiempo, sólo no dejes de escribir👍🏼
Gracias por comentar, seguiré escribiendo los demás relatos que espero sean de tu agrado
Así como los has detallado a mi me parece excelente, si es verdad que debes también enfocar las escenas de sexo pero estas aventuras son muy excitantes
Gracias por comentar, seguiré escribiendo los demás relatos que espero sean de tu agrado
Que ricos relatos espero escribas pronto la de celular extraviado y la de las niñas de danza están muy buenos y exitantes