El velador de la escuela – Parte II
Año 1989 y 6 nuevas putitas.
Después de la primera vez que me cogí a Cinthya mi vida cambio por completo pues nunca me había gustado tanto mi trabajo y decidí vivir ahí hasta el final de mis días, la niña y yo nos convertimos en amigos confidentes y amantes insaciables y lo mejor es que ella invitó a sus amigas para nuestra reunión que ocurrió al día siguiente, pero como ese día no tenían clases les mintieron a sus padres que estarían en la biblioteca de la escuela ya que dicho lugar permitía la entrada a alumnos que se quedaban sin clases por ausencia de docente para que así no sospecharan además de que la encargada casi nunca está por lo que cualquiera pensaría que esas criaturas se la pasan leyendo.
Cinthya ya les habla hablado a sus amiguitas sobre lo bien que la pasó conmigo y por eso deseaban conocerme así que se las arreglaron para poder visitarme sin que nadie sospechara, por lo general venían cuando no tenían clases o los maestros y maestras se enfermaban y en algunas ocasiones se quedaban conmigo después de clases debido a que sus padres trabajan y llegaban bastante tarde (en el caso de las hijas únicas), en fin esas niñas se convertirían en mis putitas que día con día follaba incansablemente, ahora pasemos a lo que ocurrió en ese tiempo.
Como sea, las niñas se escabulleron por la calle que mencione en el capítulo anterior debido a que es fácil entrar y salir sin que nadie lo note, bajé a abrí la puerta, entraron 3 niñas entre ellas Cinthya y las otras se llamaban Patricia (Paty para abreviar) y Silvia ambas muy bonitas y con ese uniforme escolar que resaltaba sus piernas delgadas pero bien formadas, unos ojitos hermosos y ni se diga de sus caritas que eran como las niñas que salían en las telenovelas de aquellos tiempos, platicamos un poco para entrar en confianza aunque ya sabía a qué venían las traviesas.
-Seve ¿podría mostrarnos como juegan usted y Cinthya? – preguntó Paty.
-sí, yo también quiero jugar- exclamó feliz Silvia
-pues ahorita mismo les vamos a mostrar como lo hacemos Don Seve y yo- exclamó muy contenta Cinthya quien ya estaba desnuda y lista para comenzar la acción.
-vaya parece que alguien tiene prisa por jugar, y por favor solo díganme Seve, nada de señor o Don- comente con algo de risa mientras me quitaba el pantalón y el bóxer.
Cynthia rápidamente se prendió de mi verga que estaba al mil por hora, ella chupaba mi pene como una verdadera putita pues no era sorpresa ya que ella tenía experiencia haciéndolo mientras tanto Paty y Silvia nos miraban con mucha atención y veían como su amiga le estaba haciendo una mamada al velador de la escuela que no era más que un adolescente que tenía poco tiempo de trabajar.
-ah, mi niña, ya va a salir el premio-
-a ver a ver qué premio es- dijeron las dos curiosas al mismo tiempo.
-ah- dispare una cantidad considerable de semen blanco que bañó por completo la cara de Cynthia y las otras dos niñas miraron asombradas la escena.
-este es el premio que me da siempre que se la chupo a Seve- (aunque aún era joven las niñas siempre me han llamado así)
-Nosotras también queremos hacerlo- dijeron las dos niñas entusiasmadas
-Pues que esperan quítense sus uniformes y adelante-
Las niñas obedecieron y rápidamente quedaron desnudas, solamente tenían puestas sus calcetas escolares que les quedaba por abajo del tobillo y sus zapatos escolares bien lustrados, las dos se acercaron y con sus lenguas lamian la punta de mi glande, al parecer no era la primera vez que ambas niñas lo hacían ya que Cinthya me dijo que son sus mejores amigas y lo hacen cada que tienen oportunidad y mientras los demás niños y niñas estaban en sus clases tenía a tres hermosas pequeñas para jugar durante un buen rato.
No pasó mucho tiempo para que Paty y Silvia me sacaran más leche de mi verga y la saborearan entre las dos, ahora tenía que decidir a quién me cogería primero, y para ello lancé al aire una moneda.
-Bien niñas elijan cara o cruz-
-Yo pido cara- dijo Silvia
-Y yo cruz- dijo Paty
La moneda cayó y salió cara por lo que Silvia fue la ganadora y sería la primera en tener mi pene dentro de ella.
Silvia se sentó encima del sofá y me coloque de rodillas no sin antes poner un cojín debajo para no lastimar mis rodillas, ella solita tomo mi verga para meterla en su vagina, era increíble que una niña tan bonita haya sido desvirgada por otros tipos, pero bueno me conformaba con penetrarla, me movía salvajemente clavándole lo más que pudo entrar de mi verga que estaba al mil por hora, era increíble ver como más de la mitad de mi pene entraba sin dificultad en su cuevita ya estrenada y comencé a moverme despacio.
-Dele más duro, quiero más duro-
-Como digas princesita-
Cumpliendo la orden de la pequeñita empecé a moverme cada vez más rápido y fuerte mientras mis manos sujetaban la cintura de Silvia, y por su parte Paty nos observaba y con su mano se masturbaba su vagina metiéndose tres dedos que sacaba y los mojaba con su saliva, eso hizo que me prendiera y le diera con todo a la pequeña Silvia quien gemía de las embestidas bestiales que le estaba dando.
-ah, ah, ah, siga, así me… gusta…-
La niña gemía de placer que le costaba trabajo hablar sin problema, cuando al fin mi pene disparo un chorro de semen en su vagina nos calmamos por un momento y mi pene salió ya sin fuerza y Silvia cayó rendida en el sofá y yo me senté en otro sofá para recuperar el aliento y en ese momento Paty se sentó sobre mis piernas y acercó sus labios a los míos y le correspondí con un tierno beso y comencé a jugar con su lengüita, los dos íbamos enroscando nuestras lenguas y mi boca bajo para buscar sus tiernos pezones rosaditos que podía tapar con mi dedo pulgar, suavemente los chupe y Paty se dejaba hacer, después de chupar sus tetitas planas acosté a Paty y mi boca saboreo los jugos de su vagina, y después de mamar su vagina ahora si mi pene estaba nuevamente erecto y empecé a meterlo lentamente cuando de pronto la niña lo tomó con su mano y trató de meterlo pues no quería esperar más.
-tranquila mi niña que mi pene no se va a ir a ningún lado- le dije para calmarla.
-es que ya la quiero- me dijo con un tierno pucherito.
Le metí más de media verga entrando casi tres cuartos y me empecé a mover y le preguntaba si quería que fuera más rápido o más despacio a lo que me dijo que más rápido, así que empecé a moverme más salvajemente con tal de complacer a esta pequeña ninfómana.
-Sí, así me gusta, deme más fuerte, por favor-
-a la orden-
Seguí embistiendo a la pequeña Paty lo más fuerte que podía hasta disparar mi leche en su vagina y vaya que fue mucha pues al sacar mi pene se le escurrió mi semen, y mientras tanto Cinthya estaba acostada junto a Paty esperando ser la siguiente.
-Y ahora sigo yo-
-Claro que sí, princesita-
Cuando le dije eso me dio un rápido beso de piquito en mi boca lo que me hizo prenderme aún más, reuní las fuerzas que me quedaban y le di una súper cogida a esa niña amante del sexo hasta dejarla con semen en su rajita, les chupé sus tetitas una vez más y se vistieron para irse de regreso a sus casas.
-WOW, tenías razón en que el Sr Seve es muy bueno- dijo con sorpresa Paty
-sí, me gustó mucho de verdad, quisiera hacerlo todos los días con el- comentó contenta Silvia.
-niñas, pueden venir cuando quieran, solo avísenme y por favor no me llamen señor, díganme amigo o simplemente Seve-
-bueno Seve ya nos vamos, otro día te traigo a más amigas para que juguemos-
-Ya estás Cinthya, las estaré esperando-
Las tres niñas regresaron a sus casas, de verdad saben cómo complacer a un hombre como yo y vinieron en muchas ocasiones que pudieron, ahora me faltaba esperar a las otras niñas que me prometió Cinthya.
—————————————————————————
Al día siguiente llegó Cinthya con otras dos niñas de su misma edad para que jugásemos a lo mismo que hacemos ella y yo, al parecer otra vez no tuvieron clases pues la maestra Carmelita aún no se recuperaba de su operación que había tenido días antes y los pobres pequeños se quedaban sin clases, pero tres de sus alumnas se encontraban conmigo para divertirse.
Las dos niñas se llaman Tiana (no lo escribí mal así se llama y le gusta que le digan Tía) de tez bronceada clara, cabello castaño larga a mitad de la espalda, piernas suculentas y tetitas en desarrollo y Maritza que estaba más blanquita que la otra tenía cabello claro liso y un trasero apetecible y como se supone que deberían estar en la biblioteca (y quien sabe qué pasó con esa irresponsable bibliotecaria que casi nunca esta, pero bueno eso que importa) las tres tenían su uniforme escolar de siempre.
Las tres no esperaron ni un minuto y se despojaron de sus uniformes y ropa interior para quedar como dios las trajo al mundo, al verlas mi pene se puso erecto como una roca y las niñas solo sonrieron pues ya sabían lo que íbamos a hacer.
Para decidir quién sería la primera en tener mi verga dentro hicieron un juego de piedra, papel o tijera y salió vencedora Maritza, a lo cual se me acerco muy alegre con una dulce sonrisa que me prendió muchísimo y mi pene se puso duro como una roca, Maritza comenzó con la acción dándome una mamada de campeonato mientras se masturbaba con una de sus manos y así estuvo durante unos minutos hasta que dispare la primera descarga de semen en su boquita que tragó con dificultad.
-Wow lo haces muy bien Maritza-
-Jeje, gracias- me agradeció Maritza.
-ella y yo lo hacemos con mis tíos y vecinos- me dijo Tía.
Ese comentario me dejó asombrado, quedaba claro que las niñas eran unas putitas hechas y derechas que no solo lo hacían conmigo sino con varios hombres más, pero volviendo al relato después de que le di mi leche a Maritza, Tía se sentó en el sofá con las piernas abiertas abriendo su vagina con sus dedos lo más que podía para que me dejara contemplar esa preciosura de cuevita que, aunque ya había sido taladrada se veía hermosa y no parecía ser violada.
Me hinque con el cojín en las rodillas y le lamí sin cesar esa rayita de estudiante de primaria, mientras lo hacía Tía gemía como una putita en celo y puso sus manos sobre mi cabeza para que siguiera chupando ese manjar irresistible, y cuando ya estaba en su límite, de forma repentina soltó mi cabeza y me hice para atrás, y ella soltó un chorrito de su liquido del orgasmo.
-eso… fue… increíble. – dijo Tía que le costaba trabajo respirar. –Sí que lo haces bien como nos dijo Cinthya-
-Jeje, te dije que Seve sabe cómo hacerlo bien y ustedes no me creían- Dijo Cinthya.
-eh ¿Por qué no lo creían? – les pregunté asombrado.
-Porque un vecino de ella nos lo hacía, pero era malo, y nos lastimaba- me respondió Maritza.
-Es que hay tipos que les gusta el sexo violento, pero yo no soy así, téngalo por seguro que lo van a disfrutar mucho conmigo. – les dije para que me tuvieran más confianza.
Las dos niñas nuevas se mostraron algo dudosas, pero menos temerosas, ya que apenas empezaban a disfrutarlo y aún no habíamos terminado, ahora me faltaba meterles mi verga que ya no podía esperar más y se la metí a Maritza como si no hubiera un mañana.
-ah…. Se siente… increíble… – exclamó con dificultad Maritza al sentir mi miembro en su rajita.
Me sorprendió que a ella le cupiera más de la mitad de mi verga durísima ya que hasta ese entonces solo les entraba la mitad o incluso menos, ya que como recordarán las niñas tenían entre 6 y 7 añitos lo que, por lógica no les entre toda la verga de macho pero por supuesto no todas las vergas son iguales y la mía se puede decir que era de tamaño normal, sé que muchos presumen de tener vergas descomunalmente enormes de más de 25 cm pero lo dicen solo por presumir, volviendo al relato me asombraba ver como la vagina de la niña le entraba más de la mitad así que empecé con el movimiento de meter y saca.
– Ah… ah… si… me gusta… no pares… – gemía Maritza.
-si putita, lo que tú digas-
Le di lo más duro que pude y la nenita solo gemía y gemía como putita, quien sabe cuántos hombres se la habrán cogido o si su vagina era ligeramente más grande que la de sus amiguitas eso no importaba, lo que me importaba era llenarla con mi semen y después de varios minutos la llene con lo más que pude y al sacar mi pene salió un buen de semen que formó un hilo que se extendió como 25cm hasta caerse por su peso, era la escena más tierna que había visto, y por supuesto Maritza cayo rendida pero feliz, y aún me faltaba la otra niña.
-Ahora sigo yo- dijo muy emocionada Tía
Muy bien, acuéstate y abre tus piernas.
La niña obedeció mis órdenes y se puso tal y como le dije que lo hiciera, mi verga nuevamente se puso erecta al ver a esa encantadora chiquilla pidiendo ser follada, no esperé más y me dispuse a violarla.
-Ah… sí… señor… lo hace… muy bien… siga no pares…- me suplicaba la pequeña Tía.
-Te dije que no me dijeras señor, ahora te castigaré-
Más que un castigo era una súper follada la que le di a la niña, no me molestó mucho que me llamara señor ya que aún tenía 16 años y no faltaba mucho para cumplir 17, después de cogerla en posición de misionero cambié de posición y la puse a cuatro patas, con el culo en alto y bien formaditas sus nalgas me dio una imagen para el recuerdo y taladré sin piedad el otro hueco de la niña.
-ah… eso… no me dé… por ahí… soy muy sensible…
– ¿en serio? Veamos como lo disfrutas-
Me moví cada vez más bruscamente perforando el anito de Tía quien me suplicaba que me detuviera, pero necesitaba castigarla más por no llamarme por mi nombre, y como era de esperarse su colita estaba lo suficientemente dilatada para que le entrara mi verga sin problema, se nota que era tan puta como Cinthya y sus amigas, la seguí cogiendo hasta llenar su culo de semen y también Tía cayó rendida y yo aproveché para darme un respiro y fui al baño, al salir Maritza y Tía estaban recostadas en el sofá más grande y Cinthya me esperaba desnuda en el sofá pequeño.
-Perdón por dejarte hasta el final- le dije sentándome a su lado y acariciando sus piernas hasta llegar su vaginita.
-no te preocupes, quería que ellas también lo hicieran contigo-
Nos dimos un tierno beso y procedí a lamer sus tetitas pequeñas casi planas cuyo pezón empezaba a asomarse, les dije en el relato anterior que ella tenía pezones algo marcados debido a que se los chupaban mucho y por supuesto no quería perder la oportunidad para probarlos, los lamí y chupé con fuerza hasta sacarle unos suspiros que no despertaron a las otras dos niñas, aun no eran las 11:00 AM pero Maritza y Tía dormían profundamente, Cinthya me dijo que anoche jugaron con unos parientes y se acostaron tarde, pero ella esperaba hacerlo conmigo hoy y por eso se había quedado en su casa.
-Seve, por favor mete tu verga en mi vagina
–está bien, Cinthya, eres una buena niña-
Con Cinthya follé durante más tiempo que con las otras dos niñas, era toda una putita experimentada que siempre venía a coger conmigo, ella gemía Ah… Ah… mientras se escuchaban sonidos de PLAP-PLAP, los dos cogimos como amantes en su luna de miel y por supuesto cogimos en diferentes posiciones hasta que por fin ya caí rendido y nos tomamos un descanso de unos 15 minutos, pasado ese tiempo las otras dos niñas ya se habían despertado y se vistieron para despedirse y prometerme que regresarían a jugar conmigo.
————————————————————
Otro día Cinthya me trajo a su prima Marisol (a quien ya la había conocido cuando fui a comprar a la tienda) y a otra niña llamada Clementina, estas dos niñas ya eran experimentadas como su amiga y cuando les habló de lo bien que la pasábamos no dudaron en venir a buscarme, Marisol tenía el cabello recogido en una cola de caballo, pero cuando no está en la escuela prefiere dejar suelto su cabello con fleco recto que se veía muy linda, piel clara y ojos cafés, y en cuanto a Clementina tenía el cabello corto que le llegaba a los hombros, piel apiñonada ojos claros y físico promedio, ambas niñas me miraban curiosas por saber cómo es mi verga.
-Bien Cinthya muéstrales como jugamos tu y yo-
-Claro-
Rápidamente Cinthya saco mi verga y la empezó a mamar desesperadamente mientras sus dos amigas observaban curiosas observando cómo me daba una felación de lo más sabroso. Las otras dos niñas no se perdían ni un segundo de la mamada que me estaba dando Cinthya, ya podía ver en sus ojos la desesperación por probar mi pene así que espere a que la niña terminara de hacer lo suyo e hiciéramos un sorteo para decidir quién sería la primera, pero al parecer eso no fue necesario ya que entre las dos lamian mi miembro, luego una chupaba el glande y otra mis testículos, de verdad ya tenían experiencia y me preguntaba desde cuándo y con cuantos lo han estado haciendo.
-Muy bien niñas, yo elegiré al azar, así que fórmense-
Marisol y Clementina obedecieron la orden que les di y como tenía los ojos cerrados no pude ver quien estaba a la izquierda y quien a la derecha así que solo elegí al azar a una de ellas y resultó ser Clementina la afortunada y pensé que Marisol se sentiría decepcionada pero no fue así ya que al parecer se llevan muy bien y no le preocupa ser la primera o la última siempre y cuando le toque su turno.
-Seve, por favor méteme tu pene y hazme sentir bien-
-claro princesita, te va a gustar-
No perdí ni un solo segundo y le metí mi pene lo más que pudo entrar que era casi como tres cuartos, me impresionó ver lo mucho que se estiraba su vagina para que mi pene pudiera entrar así de fácil, empecé a moverme despacio para poder meter lo más que pudiera, pero las palabras de la niña me pedían otra cosa.
-más rápido por favor, me gusta que me des más rápido-
-Como desees, preciosa-
A su orden, comencé a mover mis caderas lo más rápido posible mientras ella soltaba gemidos de placer, el “Ah, Ah” se escuchaba en casi todo mi departamento, pero no me preocupaba mucho ya que estaba alejado de las aulas y casi nadie se acercaba, lo que me ayudó mucho en todas las ocasiones que tuve sexo con las lindas criaturitas de primaria. Ya le estaba dando con todo lo que tenía a la pequeña deseosa de sexo y sus gemidos estaban a la par del PLAP-PLAP que se escuchaba cada que mis caderas chocaban con su cuerpito infantil.
-Ah, ya va a salir, te voy a llenar toda-
-Si, por favor lléname toda-
Ah. Solté una gran cantidad de semen que llenó por completo su interior y al retirar mi pene vi cómo se desbordó mi leche y le escurría de su vagina como si fuera miel, me fui a tomar un vaso con agua para hidratarme y de paso limpiarme y cuando volví a donde estaban las niñas noté que Clementina no estaba y me dijeron que pasó al baño y mientras ella hacía lo suyo seguí con Marisol quien ya estaba totalmente desnuda ya que a Clementina me la cogí con su uniforme escolar.
-Bien preciosa, tú sigues-
-Si, por favor dame más que a ella-
-Lo haré-
Sus deseos fueron como órdenes para mí, no hacía falta que me lo pidiera ya que siempre les doy más de lo que piden y con Marisol tampoco fue la excepción, le metí mi pene que, al igual que todas las demás niñas, le entró sin dificultad, ya me imaginaba cuantas amigas de Cinthya ya habían sido desvirgadas, pero decidí enfocarme en la preciosa nenita que tenía a mi disposición.
-Tu cosita me gusta, se siente muy bien-
-me alegra que me digas eso, preciosa-
Me hacía feliz que la pequeña me halagara porque me la estaba cogiendo y comencé a acelerar el ritmo del meter y sacar, se oía el PLAP-PLAP más fuerte que cuando lo hice con Clementina y la pequeña soltaba gemidos de placer “Ah-Ah” que eran como música para mis oídos.
-sí, me gusta, ah…, como lo haces… muy bien, ah…-
-ay preciosa, eres toda una putita hermosa-
-si…, me gusta que me digas…. Eso mientras… me metes tu cosa… ah…-
Le fui metiendo y sacando mi verga cada vez más rápido y seguía diciéndole esas cosas bonitas que mi putita deseaba escuchar, no cabe duda de que estas y las futuras niñas que me cogería habían nacido para disfrutar de una buena verga que les de todo el placer que puedan imaginar, ya me estaba cansando y terminé eyaculando en su interior para que ella también cayera rendida.
-Ah… me gustó mucho…, Cinthya tenía razón, sí que sabes cómo hacerme sentir bien-
-Me alegro que te haya gustado, ¿Por qué no descansan un rato mientras juego con Cinthya-
-está bien-
Descansamos unos minutos y mientras Clementina y Marisol estaban acostadas en mi cama recuperándose de la ronda sexual que tuvieron conmigo, Cinthya y yo cogimos sabrosamente como recién casados y después de eso estábamos sentados en el sofá desnudos y aprovechamos la situación para conversar.
S: y bien Cinthya ¿Te ha gustado mucho hacerlo conmigo?
C: si, Seve, me gusta mucho hacerlo contigo.
S: eso me alegra. Pero dime una cosa ¿no tienes amigas que nunca les hayan metido pene en sus cositas?
C: si tengo algunas amigas que quieren intentarlo, pero les da algo de miedo porque dicen que les dolerá mucho.
S: si es así creo que podría hacer algo para que no les duela mucho.
C: ¿Cómo qué?
S: hay medicamentos y analgésicos para reducir el dolor. Dime ¿a ti te dolió mucho la primera vez que te lo metieron?
C: Si, me dolió muy feo, pero después de eso se empezó a sentir bien.
S: bueno, entonces trata de convencerlas de que no les dolerá mucho, que lo van a sentir bien, si también vienes para que se sientan más seguras también lo disfrutaran.
C: ¿tú crees?
S: si, ya me has traído a muchas amigas tuyas, pero ellas ya lo hicieron antes y por eso lo disfrutan mucho haciéndolo conmigo, hay muchas niñas que aún no saben lo rico que se siente el sexo.
C: si, mi tío también me dijo lo mismo, y cuando entré a esta escuela me sorprendió que muchas niñas ya no eran vírgenes como yo.
S: entonces por favor convencerlas de que vengan para que ellas también sientan bien, si vienes también no solo disfrutaras, sino que también me ayudaras a calmarlas cuando las desvirgue.
C: Sí, que buena idea.
S: pues entonces descansemos y por mi parte las estaré esperando. Cuento contigo.
C: sí.
Aproveché para mamarles sus tetitas sin desarrollar hasta que se vistieron y se regresaron a sus casas. Cinthya fue mi principal aliada y quien me facilitó la tarea de reclutar niñas para ser desvirgadas, otras niñas que ya no eran vírgenes igual venían conmigo para que me las cogiera a gusto, les digo que fueron muchas y claro que les contaré de esas experiencias.
Que rico relato se me paro bien rico jejeje espero las siguiente parte continua
Muy excitante e interesante relato.