• Registrate
  • Entrar
ATENCION: Contenido para adultos (+18), si eres menor de edad abandona este sitio.
Sexo Sin Tabues 3.0
  • Inicio
  • Relatos Eróticos
    • Publicar un relato erótico
    • Últimos relatos
    • Categorías de relatos eróticos
    • Buscar relatos
    • Relatos mas leidos
    • Relatos mas votados
    • Relatos favoritos
    • Mis relatos
    • Cómo escribir un relato erótico
  • Menú Menú
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (1 votos)
Cargando...
Fantasías / Parodias, Heterosexual, Voyeur / Exhibicionismo

El Video que lo Cambió Todo

Alex, un nerd acosado, enfrenta al arrogante Jake en una tutoría que termina en una lección inolvidable cuando la sensual madre de Jake toma el control. Un encuentro ardiente y un video explosivo cambian las reglas del juego, desatando el deseo y la venganza..

Tutorías Inesperadas

Soy Alex, y esta es mi historia. Todo empezó en mi último año de secundaria, donde ser el «nerd» significaba ser el blanco perfecto para tipos como Jake, el rey del fútbol americano, el chico popular que todos admiraban. Pero para mí, era un tormento constante: empujones en los pasillos, risas a mis espaldas, y humillaciones diarias que me hacían desear desaparecer. Ese año, Jake había ganado una beca deportiva para la universidad, pero con una condición: necesitaba un promedio de al menos 8 en matemáticas. Y él era un desastre en eso, apenas pasaba con un 5.

Un día, después de clases, me acorraló en los vestidores. Después de la clase de educación física.

—Oye, friki, necesitas ayudarme con mate. Si no, te haré la vida imposible.

Yo, temblando, pero sabiendo que no tenía salida, respondí:

—¿Y qué gano yo?

—Pues… dejaré de molestarte. Te dejaré en paz durante todo lo que queda del año… pero todo depende de lo bueno que seas. Es decir, de lo que yo logre aprender. Te espero mañana en mi casa, y ni se te ocurra llegar tarde!

Y yo, asentí aterrorizado pero algo aliviado.

Al día siguiente, llegué a su casa, una mansión suburbana. Su madre, la señora López —una MILF de 36 años con curvas perfectas, cabello negro largo y un cuerpo que todos en la escuela comentaban— abrió la puerta con una sonrisa cálida.

—Hola, tú debes ser Alex. Jake me dijo que vendrías a ayudarlo. Pasa, justo ahora, estoy por salir al supermercado, pero no te preocupes, no tardaré. Sube al segundo piso, Jake esta en su habitación esperandote. No vemos al rato…

Y así, ella salió apurada, dejándome a mí, solo con Jake. Quién estaba en su habitación, con los brazos cruzados.

—Bien, friki, enséñame las derivadas. Y más vale que entienda, o te obligaré a correr desnudo por el barrio.

Aterrado con esa propuesta, empecé a explicar, pero Jake, no captaba nada. Era un inútil total, confundiéndolo todo.

—Eres un idiota, Alex. Esto es tu culpa. ¡Quítate la ropa!

—¿Qué? No, por favor…

—Hazlo o te golpeo.

Temblando, me quité la camisa, los pantalones, quedando en calzoncillos.

—Por favor, al menos déjame quedarme así…

—Bien, pero sal ahora y corre una vuelta a la manzana. Yo te grabaré desde aquí, y si no lo haces o te escapas… mañana te haré algo peor en el colegio.

Al oír eso, temblando abrí la puerta y salí corriendo, chocando con alguien al instante. Como era lógico, caí al piso, y al levantar la vista, era la señora López, mirándome horrorizada.

Jake salió, palideciendo.

—Mamá…

Ella entró furiosa, empujándonos adentro.

—Jake, siéntate. Alex, pasa, pobrecito.

Y cerró la puerta y explotó.

—¿Qué demonios, Jake? Estoy harta, los profesores siempre se quejan de tu bullying, y yo te defendí hasta hora. ¡Pues con esto, me doy cuenta que esas acusaciones son verdad! Estoy muy avergonzada. Lo siento mucho, Alex.

Jake, arrogante, se bufó.

—Pero porque lo defiendes? No ves que solo es un friki, mamá!

Ella se enfureció aún más.

—Ash, no puedo creer que seas así Jake! Te daré una lección. Alex, ponle un ejercicio.

Al verla así, no dije nada e inmediatamente, procedía a copiar un ejercicio de mi libro. Jake se sentó en el escrito y se puso a resolverlo.

—Listo, ya está…

—Por favor Alex, revísalo

—Claro, a ver…. mmm… sí, hay un error, esta mal.

—Ash, ya que… todo esto es culpa del friki. El no sabe explicar bien…

Pero la señora López, se puso de mi parte, y me pidió explicárselo a ella. Al terminar, ella me dijo que lo hice perfecto; y hasta ella entendió.

—Bien, no sé como no puedes entenderlo Jake? Esto esta chupado… Quizá lo que necesitas… es algo de presión. Ahora, escúchame bien, si vuelves a fallar, seré yo la que salga a correr desnuda por el vecindario. No es eso lo ibas a obligar a hacer a Alex? Pues lo haré, yo!

Entonces, ambos nos quedamos boquiabiertos.

—Mamá, no…

—No bromeo Jake, y para que veas que estoy hablando en serio. Me voy a quitar ahora mismo la blusa.

Y así tal cual, lo hizo. Ella se quitó la blusa, quedando en sostén. Dejando a la vista, sus grandes tetas atrapadas en su bra.

—Listo… Alex, ponle otro ejercicio.

Yo lo hice, y luego de que Jake lo intentara resolver, falló. Su madre lucía muy decepcionada, y se comenzó a quitar la falda y las medias nylon, quedando al final, en una linda lencería negra con su cuerpo espectacular.

—Último ejercicio. Enfócate Jake, porque si fallas… te juro que saldré a correr desnuda por todo el vecindario ¿Entendiste?

Jake palideció, sus manos temblaban mientras tomaba el cuaderno, y esta vez se notaba más concentrado, casi desesperado. Yo le puse el ejercicio, uno más complejo sobre derivadas, y él, se inclinó sobre el escritorio, casi sudando, garabateando con furia y desesperación; y al terminar, me pasó el cuaderno.

—Bien, revísalo Alex —dijo su madre.

Cuando lo hice, note que apenas falló por un signo. Y no tuve más remedio que dar la mala noticia, mi idea era complementar esa declaración, con algo como que mejoro bastante, y que debía tener cuidado con eso. Pero antes de poder seguir hablando, la señora López me interrumpió con un gesto de frustración.

—Ay Jake, lo siento, pero ya que fallaste otra vez…

Sin dudarlo, se desabrochó el sostén, dejando que cayera al suelo. Mientras sus senos grandes y firmes, se liberaban acompañados de su suave piel, y unos pezones negros que eran impresionantes. Luego, se quitó las bragas de encaje, deslizándolas por sus caderas hasta revelar encima de su sexo, un triángulo de vello perfectamente recortado, mientras sus labios vaginales, quedaban expuestos a la luz de la habitación. Realmente, su cuerpo era una obra maestra: sus curvas eran generosas, sus caderas anchas, y ese redondo y apretado culo que tenía, era difícil dejar de verlo. En realidad, cada centímetro de ella desprendía sensualidad, y mi respiración se aceleraba aún más.

Jake, boquiabierto, con su rostro lleno de incredulidad y pánico. Se atrevió a hablar.

—Mamá, ¿pero qué te pasa? ¿acaso enloqueciste?

Pero ella, solo se giró y nos dió la espalda, caminando directamente hacia la puerta, así tal cual… desnuda, y con pasos seguros, mientras sus nalgas rebotaban con cada movimiento. Al verla así, Jake y yo la seguimos casi corriendo hasta la planta baja; y el pobre de Jake, estaba al borde de un colapso.

—¡Mamá, no! ¡Por favor, espera, no salgas! —gritó Jake, alcanzándola justo cuando su mano estaba en el pomo de la puerta principal—. ¡Lo siento, está bien, me equivoqué! ¡Alex, perdóname, siento haberte molestado todos estos años, no lo haré más, lo juro!

Entonces, ella se detuvo, girándose lentamente con su cuerpo desnudo sin un ápice de vergüenza. Sus ojos se encontraron con los míos, y ella bajo la mirada, notando al instante, el bulto evidente que tenía entre mis calzoncillos. De pronto, una sonrisa traviesa cruzó su rostro, y sus pupilas se dilataron con un brillo de excitación.

—Vaya… parece que ahora lo entiendes Jake. Ves lo mal que se siente cuando alguien te presiona demasiado?

—Sí, mamá, lo entiendo… ash…

—Bien, vamos de vuelta a la habitación. Esto no ha terminado. Aún tengo una lección más que darte.

En ese momento, no dijimos nada, solo subimos en silencio; yo con el corazón a mil y Jake con la cabeza gacha de vergüenza. Y una vez que llegamos a la habitación, ella se plantó frente a su hijo.

—Jake, toma el celular de Alex y quiero que nos grabes. Vas a filmar, todo lo que pase aquí, porque quiero que entiendas lo que significa humillar a alguien. Esto lo hago, para asegurarme de que nunca, pero nunca… vuelvas a hacerle bullying a Alex.

Jake, temblando, tomó mi celular con sus manos torpes mientras abría la cámara.

—¿Vamos mamá, esto es necesario?

—Silencio, Jake. Tú solo graba.

Luego, me miró, y con una voz que destilaba deseo, me dijo:

—Alex, bájate los calzoncillos. Ahora.

—Guau, Alex… eres un chiquillo con muchas sorpresas. No solo eres muy inteligente, estás bien dotado. Mira eso…

Esas palabras, me impactaron… no sabía qué decir, pero era evidente, que mi cuerpo hablaba por mí. Y más aún, ahí abajo.

—Señora López… yo… yo… —balbuceé

—Shhh… tranquilo. No tienes que decir nada pequeño —susurró, inclinándose lo suficiente para que su aliento cálido rozara mi mejilla—. Esto es una lección para Jake, pero… también es una recompensa para ti. Has sido muy valiente al soportar a mi hijo. Y ahora… —su mano se acercó, rozando apenas la punta de mi pene con las yemas de sus dedos, haciendo que jadeara—. Quiero compensarte por eso…

Jake, con el celular en la mano, soltó un queja de inmediato.

—¡Mamá, por favor! ¡Esto es ridículo!

—Cállate, Jake —le dijo ella, sin apartar la vista de mí—. Tú solo graba y no nos interrumpas. Esto es lo que pasa cuando humillas a alguien. Hasta ahora, fue el último día que molestaste a este chico.

Al oírla así, mis piernas temblaban, pero el fuego en mi interior era más fuerte que el miedo. La señora López se lamió los labios, y con sus dedos trazando un círculo lento alrededor de mi glande, me hizo gemir al instante. La sensación era indescriptible, ella era toda un experta en su toque.

—Mmm… qué sensible —murmuró, con sus ojos brillando de deseo—. Dime, Alex, ¿alguna vez has estado con una mujer como yo? ¿O soy la primera?

—Eh, bueno… es que yo, nunca… nunca he… —lo admití, con mi voz entrecortada. Y ella sonrió, entendiendo perfectamente mi respuesta, y se acercó más. De hecho, casi tenía sus senos rozando contra mi pecho, y sus pezones duros, se erguían solo para mi.

—Perfecto. Entonces, déjame enseñarte lo que una mujer de verdad puede hacer. Jake, asegúrate de que la cámara no tiemble. Quiero que esto quede bien grabado.

Y así, me empujó suavemente hacia la cama de Jake, y me recosté, con mi erección apuntando hacia el techo. Luego, la señora López se montó sobre mí, con sus muslos fuertes a cada lado de mis caderas, y pude notar, su sexo reluciendo de humedad. Mientras ella, guiaba con una de sus manos mi pene hasta la entrada de su vagina. Y tan pronto como ella se lo puso en su entrada, sentí el calor de su sexo envolverme la punta, y volví a jadear.

—Mamá, no… por favor, lo siento—murmuró Jake, pero ella lo ignoró.

—Graba, Jake. Graba. Aprende esta lección. Esto es lo que se siente cuando humillas a alguien. Vamos, enfocanos bien!

Y Jake, solo obedecía. En eso, ella se acomodó un poco más, y mi pene se hundió dentro de ella, centímetro a centímetro, mientras sus labios vaginales, me envolvían el pene. Ella, estaba muy apretada y caliente.

—Oh, Alex… la tienes muy gruesa… me gusta como me llenas—gimió ella, empezando a moverse, lentamente, subiendo y bajando.

Y Jake, seguía filmando, con su cara roja de ira, pero no podía apartar la vista. Verlo así, me excitó más, y embestí hacia arriba, tratando de ir mas profundo. Y su madre lo entendió, pues inmediatamente, aceleró sus movimientos, moviendo mas sus caderas. Mientras sus senos, rebotaban de un lado al otro, con sus pezones bien erguidos; los cuales, agarré y pellizque haciendo que gritara de placer.

—Ahhh, sí, sí Alex… ¡Eso, buen chico! ¡Cóbrate todo lo que el desagraciado de mi hijo te ha hecho! ¡Cógeme más duro!

Entonces, me levante con furia, y la volteé, cuidando de no sacarle el miembro. Y la tenía acorralada, debajo de mi, con sus piernas encima de mis hombros. Mientras intentaba penétrala con mas fuerza, sintiendo como la humedad de su intimidad, me permitía deslizar mejor mi miembro e ir más profundo. Y así, con cada embestida que le daba, le hacía jadear desesperadamente.

—¡Sí! ¡Sí! ¡Ahhh! ¡Ahhh!

Y el pobre de Jake, solo murmuraba grabando y humillado.

Hasta que al fin, no pude más, y terminé detonándola, mientras ella, se retorcía de placer ante mis ojos, teniendo un orgasmo descomunal. Ambos, no parábamos de mirarnos, y mientras temblábamos. La Sra. Lopez me besó, para calmarnos. Y cuando estuvimos más relajados, casi jadeando, me dijo:

—Gracias, Alex… Espero que esto, compense en algo lo mal que te ha hecho pasar mi hijo—Luego, se puso de pie— Jake, dame ese maldito celular. Espero que hayas grabado cada segundo, porque si no… te juro que lo repetiremos hasta que lo hagas bien.

Jake, con el rostro asustado y los ojos encendidos de furia y humillación, extendió el celular con la mano.

—Ten, aquí tienes… lo grabé todo, ¡maldita sea! —lo dijo con su voz entrecortada, con un aire de derrota, como si supiera que había perdido el control sobre mí.

La señora López, tomó el celular y reviso rápidamente el video. Asegurándose que todo este perfectamente grabado, y cuando lo comprobó, una sonrisa traviesa se dibujo entre sus labios, y volteo a verme.

—Perfecto. Ten Alex. Este video, es tuyo ahora. Sera tu escudo contra Jake, y si vuelve a molestarte… te doy permiso que se lo muestres a sus amigos. ¿Entendiste?

Y yo, asentí asombrado, con el corazón a mil… ella se convirtió en mi salvadora ese día, pues me había dado, un poder especial entre mis manos. Y por primera vez, sentí que el nerd tímido y acosado podía levantar la cabeza. Entonces, miré a Jake, y él me evitaba con la mirada, algo dentro de él, se había roto para siempre.

—Gracias, señora López —le dije, con mi voz más segura y firme de lo que esperaba—. No sabe cuánto significa esto.

Luego, ella se apartó con una confianza admirable, y se puso una bata de seda que colgaba en una silla. Supongo que era de Jake, porque le quedaba algo pequeña y ajustada, dejando entrever sus curvas mientras hablaba.

—Jake, estoy decepcionada. Pensé que eras un buen chico, pero en realidad, no eres más que un matón. Y los matones, merecen una lección como esta. Espero que hayas aprendido algo hoy, porque si no, no seré tan amable la próxima vez.

Jake, no respondió nada, solo bajó la cabeza y note que sus puños estaban cerrados y temblando. Yo por mi parte, me apresure a vestirme, asegurándome de guardar bien mi celular en el bolsillo. Mientras la adrenalina, aún corría por mis venas. Una parte de mí no podía creer lo que acababa de pasar: no solo había tenido el encuentro más intenso de mi vida con la mujer más deseada del colegio, sino que ahora, tenía algo para mantener a Jake a raya.

—Alex, vamos abajo —dijo la señora López, ajustándose la bata con una sonrisa—. Te prepararé algo de tomar antes de que te vayas.

Y así, bajamos juntos, dejando a Jake solo en su habitación, derrotado y humillado.

En la cocina, ella me sirvió un vaso de limonada, y mientras lo bebía, me miró con una calidez que contrastaba con la excitación que vi en sus ojos, hace unos momentos.

—Eres un buen chico, Alex. No dejes que idiotas como mi hijo te hagan sentir menos. Tienes un futuro brillante, y… bueno, un talento que no me lo esperaba. —Guiñó un ojo, y yo me sonrojé hasta las orejas.

—Gracias… gracias por todo —balbuceé, todavía un poco nervioso, y tratando de procesar todo.

Ella se rió suavemente, apoyando una de sus manos en mi cabeza.

—Cuídate, pequeño. Y usa ese video con sabiduría. Y si se le ocurre a Jake molestarte, me avisas. Y haremos algo aún más atrevido… hasta que mi hijo entienda, que no debe meterse contigo.

Tras escuchar esa promesa, me reconforte, y minutos después…. ella me acompañó hasta la puerta, y al salir e ir caminado por las calles, sentí que deje atrás más que una casa. Dejaba atrás, al Alex que se escondía en los pasillos, al que temblaba ante Jake. Subí a mi bicicleta, con el celular seguro en mi mochila, y pedaleé a casa con una sonrisa que no podía contener.

Al día siguiente, en la escuela, Jake intentó su rutina habitual. Se acercó con su pandilla, su sonrisa arrogante de siempre, listo para humillarme frente a todos en el patio.

—Oye, friki, ¿crees que porque ayudaste con mate eres alguien ahora? —dijo, empujándome el hombro.

Lo miré directo a los ojos, mi mano en el bolsillo, sintiendo el contorno del celular.

—Video —dije, en voz baja pero firme.

Sus ojos se abrieron, el color drenándose de su cara. Sus amigos lo miraron, confundidos, mientras él retrocedía un paso.

—¿Qué dijiste? —intentó sonar desafiante, pero su voz temblaba.

—Video —repetí, más alto, dejando que las sílabas colgaran en el aire como una amenaza.

Jake tragó saliva, dio media vuelta y se alejó sin decir una palabra más. Sus amigos lo siguieron, murmurando entre ellos, y yo me quedé allí, con el corazón acelerado pero una calma nueva en el pecho. Por primera vez, no sentí miedo.

Los días pasaron, y Jake mantuvo su palabra, aunque fuera por puro terror al video. Con mi ayuda, logró mejorar sus notas en matemáticas, raspando un 8 justo para mantener su beca. Yo también terminé el año con honores, como siempre, pero esta vez con algo más: confianza. Cuando llegó la graduación, Jake y yo nos miramos desde extremos opuestos del gimnasio. Él se iba a su universidad con su beca deportiva, y yo a la mía, con una beca académica. Nuestros caminos se separaron, y nunca más volví a verlo.

Ahora, sentado en mi dormitorio universitario, escribo esta historia, recordando cada detalle de aquel día: el calor de la señora López, la furia de Jake, el poder que sentí al tomar el control. Fue la experiencia más intensa y liberadora de mi vida, no solo por el acto en sí, sino porque marcó el momento en que dejé de ser la víctima. Ese video sigue guardado en una carpeta encriptada, como un recordatorio, de que incluso los nerds como yo podemos ganar, y de qué manera.

(Fin)

44 Lecturas/24 septiembre, 2025/0 Comentarios/por PetterG
Etiquetas: amigos, colegio, culo, hijo, madre, orgasmo, sexo, vagina
Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en X
  • Share on X
  • Compartir en WhatsApp
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Una mujer normal, hasta que probé con mi perro.
MI PRIMERA VEZ BISEXUAL
DE FIESTA CON EL ESPOSO DE MI AMIGA!!!
Mi vecina
LA BECERRA Y TREMENDO SUSTO
LAS NIÑAS DE LA MAFIA 3
0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.

Buscar Relatos

Search Search

Categorías

  • Bisexual (1.222)
  • Dominación Hombres (3.705)
  • Dominación Mujeres (2.784)
  • Fantasías / Parodias (2.968)
  • Fetichismo (2.476)
  • Gays (21.339)
  • Heterosexual (7.665)
  • Incestos en Familia (17.301)
  • Infidelidad (4.271)
  • Intercambios / Trios (2.961)
  • Lesbiana (1.113)
  • Masturbacion Femenina (860)
  • Masturbacion Masculina (1.716)
  • Orgias (1.880)
  • Sado Bondage Hombre (424)
  • Sado Bondage Mujer (166)
  • Sexo con Madur@s (3.943)
  • Sexo Virtual (245)
  • Travestis / Transexuales (2.326)
  • Voyeur / Exhibicionismo (2.337)
  • Zoofilia Hombre (2.114)
  • Zoofilia Mujer (1.624)
© Copyright - Sexo Sin Tabues 3.0
  • Aviso Legal
  • Política de privacidad
  • Normas de la Comunidad
  • Contáctanos
Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba Desplazarse hacia arriba