El videojuego favorito del destino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Inuyasha87.
Desde entonces solíamos hablar todos los días y me contaba montones de cosas sobre ella y lo que le sucedía a lo largo del día.
Cada vez había más confianza entre nosotros y acabamos intercambiando direcciones para poder hablar sin interrupciones de otros jugadores preguntones. Un día al fin, nos pasamos fotos y no me lo podía creer! Era una chica muy hermosa, con unos ojos marrones de mirada penetrante y expresiva, sonrisa llamativa, pelo rubio y ondulado hasta la altura de los hombros y como algunas personas considerarían, una chica rellenita, en mi opinión esos kilos de más no le sentaban nada mal y formaba parte de su belleza.
Nuestra relación cada vez era mejor y más especial, sin embargo, como todo en la vida, siempre hay un “pero”, en nuestro caso era la distancia además de no disponer de medios económicos en ésos momentos para poder estar juntos.
Aun así, por fin llegó la oportunidad de poder vernos. Nada más vernos nos abalanzamos el uno sobre el otro para darnos un apasionado beso, durante el cual pude escuchar a la oportuna de su hermana vitoreándonos lo cual nos cortó el rollo, ya le valía… Fuimos al hotel a dejar las maletas y de ahí a dar una vuelta por la ciudad. Mientras paseábamos los 3, llamaron a su hermana la cual nos dijo que se tenía que ir y nos dejó solos.
Nos fuimos a una terraza a tomar algo mientras hablábamos de diversos temas… reíamos… nos besábamos… nos acariciábamos… De repente se hizo el silencio, me miró con la misma mirada penetrante y expresiva que la que mostraba en la foto que me mandó y me propuso que fuéramos a cenar por ahí y a tomar algo a algún local después. Evidentemente accedí pero le dije que primero debía pasar por el hotel a cambiarme. Me dijo que me acompañaba y nos encaminamos hacia el hotel. Una vez allí le propuse que subiera a la habitación, al menos así no se aburriría esperándome abajo y de paso podíamos seguir hablando mientras me duchaba y cambiaba en el baño. Subimos, me duché, me cambié y cuando me disponía a salir del baño y antes siquiera de poder mirar hacia la habitación, se me echó encima abrazándome y besándome.
En medio de esto empezamos a recorrer nuestros cuerpos acariciándonos y sin darnos cuenta de repente tropezamos con el borde de la cama y caímos abrazados como estábamos sobre ella y sin dejar de propinarnos caricias mutuamente. Separo sus labios de los míos y empezó a descender a mi cuello, descubrió mi punto débil y empezó a besarlo suavemente. Me tenía a su merced pero se acabó, ara le tocaba a ella y ya podía ir preparándose. La aparte con dificultad de mi cuello, la besé en los labios y poco a poco empecé a descender dándole pequeños besos por el camino. Paré por un momento en su suave cuello donde los besos fueron un poco más largos mientras lo recorría, sin poder evitarlo le di un pequeño mordisco sin apretar demasiado y soltó un leve gemido, entonces volví a los pequeños besos de antes y empecé a bajar de nuevo lentamente.
Bajé hasta donde me permitió su blusa y ahí me detuve. Entonces ella alzó su cintura y empezó a subirse la blusa y se quitó el sujetador también, de paso yo me quité la camiseta que me acababa de poner momentos antes pues la temperatura de la habitación empezaba a subir. Antes de seguir donde lo había dejado con la molesta blusa, me paré a contemplar sus senos, realmente estaban muy bien de forma y tamaño. Pedían ser atendido pero en vez de eso decidí ir besando y mordiendo pero sin tocar sus pezones, pasaba rozándolos provocándola, su respiración empezaba a sonar más que antes.
Después de rodearlos 2 o 3 veces más a cada uno sin llegar a tocar sus pezones, decidí proseguir el camino e ir descendiendo sin dejar de marcar el camino a base de besos. Llegué a su ombligo en el cual no me había fijado hasta el momento pero tenía un piercing, lo fui rodeando con la lengua y seguí bajando. Ésta vez ella se limito a subir la cintura para que la despojara de sus pantalones y su ropa interior.
Esta vez cambié de dirección y empecé besando sus rodillas y fui subiendo por sus muslos. Conforme iba subiendo ella iba abriendo poco a poco sus piernas dejándome hacer lo que quisiera. Así lo hice, pero una vez más me dispuse a provocarla sin darle lo que quería, quería que disfrutara por lo que me concentré en ir recorriendo sus ingles pasándoles la lengua lentamente, besándolas y dándole algunos mordisquitos más, mientras ella por su parte empezó a acariciarse los senos pero le aparté las manos para que no pudiera satisfacerse ella misma lo que la calentó aun más. Mientras le sujetaba las mano proseguí con lo que estaba haciendo pero esta vez para no ser tan malo me acerqué más a su vagina, sin embargo me paré en la frontera con sus labios vaginales, quería provocarla un poco más. Sus gemidos se hacían más notorios y su respiración se iba acelerando más y más.
De repente liberó sus manos y las dirigió a mi cabeza para intentar acercarla a su vagina, pero la paré a tiempo y le volví a apartar las manos. La pobre no podía más pero aun no era el momento. Proseguí pasándole la lengua alrededor sin llegar a tocarla, sus gemidos se notaban más que antes incluso empezaba a mover la cintura lentamente así que decidí no hacerla sufrir más, recorrí su vagina con la punta de la lengua lentamente y soltó un gemido más profundo que los de antes, ahora ya estaba recibiendo lo que quería desde hacía ya un buen rato. Ahora ya le solté las manos para que hiciera con ellas lo que quisiera, no tardó en hacerlo. Mientras yo la atendía por un lado, ella decidió atender sus senos estrujándolos entre sus dedos.
Llegados a éste punto, decidí darle algo más, así que le separé los labios y empecé a masajearle el clítoris con la punta de mi lengua mientras le introducía un dedo dentro de su vagina. Esto hizo que se retorciera y dejara de masajearse sus senos. Fui moviendo mi dedo lentamente dentro de ella, explorándola, adentrándose cada vez más en ella, entonces metí otro y empecé a sacárselos e introducírselos lentamente. Sus caderas empezaban a agitarse solas de nuevo y sus gemidos eran cada vez más fuertes.
De repente se incorporó empujándome a un lado y dejándome boca arriba y sin entender lo que pasaba, pero pronto quedó claro el motivo, pues se dirigió directamente a bajarme los pantalones y se montó encima de mí introduciéndose mi pene de golpe. Se movía salvajemente por la provocación a la que la había estado sometiendo durante largo rato y que ahora podía apaciguar. Sin dejar de moverse, colocó sus brazos a ambos lados de mí, por lo que aproveché para darle la atención a sus senos que no le había dado antes.
Estuvimos así durante un rato, su vagina se notaba cada vez más y más caliente y no paraba de gemir, hasta que se incorporó de golpe recostándose sobre mi pene y acabamos los dos, calló encima, estábamos sudando y nuestros jugos empezaron a resbalar por mí hasta llegar a la cama.
Cenar no cenamos esa noche pues ya nos habíamos “cenado” sin embargo tuvimos que salir igualmente pues su de nuevo inoportuna hermana nos llamó para que fuéramos con ella y su novio a dar una vuelta.
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Éste es el primer relato que escribo (espero que no sea el último jejeje) y se lo dedico a una señorita muy especial que pese a que no me conocía, ha estado ahí cuando necesitaba a alguien con quien hablar. Muchas gracias, no cambies. Besos.
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