El Vigilante de la Privada 13
Matt disfruta de algunos privilegios, o sus primeros trabajos, pero va descubriendo igual los peligros de la isla del placer….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
13
Matt no podía creerlo, pero le estaba por pagar una buena suma por cogerse a un par de bellezas, de hecho miraba todo como una especie de suerte sin sentido que le alegraba la vida mientras le hacía hervir la sangre, la cual sentía en su verga mientras disfrutaba la vista, pues en segundos ya estaba encajándole hasta el fondo a una deliciosa colegiala de cuerpo seductor, tetas redondas, culo gordo, cintura breve, piernas seductoras, rostro encantador, acababa haciendo un esfuerzo para no acabar tan pronto, pues aparte tenía a semejante ejemplar de hembra atada, sometida, recibiendo su virilidad mientras gemía de placer, era una de sus fantasías más perversas soñadas, en serio jamás pensó que lo haría, la chica había sido virtualmente secuestrada, sometida, incluso sus labios cerrados con una mordaza especial, estaba a su entera merced, lo cual encendía su sangre, además la sexy chica sería suya en su totalidad, lo iba a disfrutar como no tenía idea, pues aquel espectáculo apenas estaba comenzando, aun faltaba otra víctima, hermana de la primera, quien era preparada para su sexo forzado, además que iba siendo lo mejor que su propia novia se hallaba a su lado viendo todo, igual en condición, atada con un consolador en el culo mientras esperaban que escurriera su orgasmo, dejando escapar sus mieles sexuales, una bebida tan erótica que otro degenerado quería beberlo, eso no le agradó, pero lo permitiría en esa ocasión, además estar en aquella situación igual calentaba a la chica, mirar a su novio violar a una colegiala mientras un degenerado esperaba beber sus jugos de pasión, en verdad nunca espero estar en medio de semejante evento depravado, era un deleite total.
Detrás de un vidrio, unos hombres miraban todo eso algo inquietos, pero uno en especial se quedaba mirando fijamente, una parte de si estaba confiado en que sus hijas no pasarían por nada grave, se hallaba en peligro, por desgracia había confiado en un loco para entrar a un prestigiado club, ahora era posible que los miembros de este lo vieran como un enemigo por culpa de ese demente, pues los había hecho perder pequeñas fortunas, era un predicamento, uno bastante serio. Por ello ahora estaba siendo probado, y de cometer un error podría perderlo todo, así que debía mantener la calma y dejar que aquel joven hiciera suyas a sus hijas, sabiendo que las violaría sin control hasta hacerlas sus putitas, o de lo contrario las consecuencias sería terribles, suspiraba algo inquieto, mientras tomaba una copa de licor, mirando como su hija era empalada, su vulva jugosa se corría de manera viciosa, mientras era sometida por aquel hombre que no se contenía, haciendo que chillara de placer sexual, actuando como una perra en celo buscando aquel tacto.
Qué rica estás mujer, como me gustas, desde ahora serás solo mía, entendido – decía Matt entre embestidas furiosas, pero su pareja no diría nada, pues una esfera de plástico detenía su boca, pero se escuchaba un suspiro lleno de lujuria.
A su lado se hallaba atada Carmela, quien miraba todo con desespero, antes sabía que su pareja era un semental con una fuerza sexual como pocas, que le gustaba satisfacer sus placeres más mórbidos, sus fantasías sexuales como un deseo mutuo, pero no imaginó verlo así, sometiendo a una putilla con su buena verga, le encantaba lo que veía, esta gemía perdida en el deseo, aunque un hombre furtivo se le acercaría sin que lo vieran, algo inquieto le diría al oído de manera sínica.
Dime, te gusta lo que ves, acaso no te dan celos, porque si gustas yo podría tratarte mejor cariño – decía un tipo de algunos 30 años, que se hallaba muy caliente viendo aquello, pero no podía dejar pasar la oportunidad de seducir a la chica atada, quien se corría súbitamente hasta llenar un vaso debajo de ella.
No, ese es mi hombre, verlo coger con otras me calienta, somos un par de pervertidos, me gusta verlo someter a otras putitas, y a esa la conozco, se que lo está gozando, pero lo que odio es no poder ayudarle, quiero un poco de eso – decía perdida en el deseo Carmela viendo la escena.
El hombre se daba cuenta, no podría convencer a semejante delicia femenina de dejar atrás su relación con aquel perro del gremio, quería hacerla su puta personal, sin embargo era imposible, cuestión que le dolía en el orgullo, así que le soltaba, dándole permiso de unirse a su amante, llegando caliente para besarlo apasionadamente, empezando a jugar sus lenguas en un instante seductor, mientras su cuerpo parecía ofrecerse, pues solo usaba un par de tacones y lápiz labias, que dejaría marcado en la boca de su amado, quien disfrutaba de aquello, queriendo reaccionar, pero someter a la chica atada en su verga, era su prioridad, aunque justo en ese momento dejaban entrar a la hermana de la muchacha forzada, está fue casi aventada a la cama con un traje de esclava que limitaba su movimiento, sería alcanzada por Carmela, quien candente como siempre, iba al acecho, pues estaban en un cuarto especial tapizado en rojo con una cama enorme, donde un foco iluminaba todo, dejando en penumbra lo demás, así era aventada la segunda hija, para quedar en la manos de la novia de Matt, quien viéndose libre de jugar, besaría apasionadamente a la adolecente, empezando un juego con sus lenguas, sobando con lujuria aquellas formas tan excitantes, siendo cuidadosa, logrando los primeros gemidos, pues en medio del contacto bucal se veía como esa vulva era alcanzada por unos hábiles dedos, todo mientras era despojada de su prenda intima, para revelar un coño lampiño, afeitado, que sería devorada en momentos antes de que Carmela hiciera algo inesperado.
Ahora si chiquita, veras como debe ser una buena hembra para estar con mi macho – decía con malicia la jovencita, antes de acercar su vulva a la de su presa, quien pronto sentiría como sus piernas se entrelazaban para que sus vaginas se conectaran de tal forma que se estimulaban a tal grado, haciendo una especie de beso intimo entre los labios inferiores, buscando un orgasmos único, que se empezó a formar en cuestión de segundos.
Todo bajo la vista de Matt y la hermana, quienes eran testigos mudos de aquella faena sexual, o casi porque uno gruñía como bestia sexual, mientras que su pareja gemía de manera deliciosa, a veces suplicando por mas, atrapada en un orgasmo que no se terminaba de liberar, pero frente a semejante escena, algo dentro de ambos encendía su sangre a tal forma que no podría resistirlo por mucho tiempo, aparte la verga de aquel joven destrozaba su interior en una mezcla de dolor con placer que se hacía adictivo, una sensación irresistible, desde siempre lo había hecho, le encantaba sentirse suya, aunque jamás lo admitía, sin embargo saberse atrapada de esa forma, sabiendo que estaba en peligro era un deleite sexual que la hacía volverse adicta, después de esa noche se volvería la fantasía por excelencia en las noches de soledad, siendo lo mismo en el caso de su hermana. Pues ambas eran de la privada, se trataban de las gemelas, Samantha y Tatiana, quienes fueron curiosamente secuestradas mientras estaban en la isla del placer, algo enojadas por ser llevadas casi a la fuerza, pero jamás imaginaron ser sometidas a una especie de juego, convertidas en esclavas sexuales, menos ser tratadas de manera tan erótica, pues no fueron malos, quizás algo bruscos, lo cual les hizo sentirse vulnerables, cautivas ante un peligro latente, pero ahora que se hallaban así no podían dejar de sentir ese placer, más al ver como el guardia las penetraba como un titán sexual, todo parecía una especie de fantasía erótica, la cual las estaba ahogando en lujuria.
Matt estaba cargado en una furia carnal, iba cogiéndose a la chica con unas ansias mayores a las antes vistas, no podía más que liberar aquel gusto en cada embestida, moviendo sus caderas de manera eufórica, tratando de hacerla gritar de placer, estaba perdido en el deseo, se movía como una fiera, haciendo un esfuerzo mayor, pues la levantaría de las nalgas a Samanta, quien miraba al macho con un asombro inesperado, sonrojándose, mientras era convertida en una muñeca sexual, que solo podía dejarse hacer, este le hacia una serie de embestidas que le llevaron a perderse en la lujuria. Sam no podía contenerse, aquello era un éxtasis total, lo iba disfrutando como jamás soñó, no sabía cómo soportar la marejada de sensualidad que ahogaba sus sentidos, su vulva era usada con un gusto tan bueno, que no deliraba por el placer, empezaba a sentirse gobernada por aquel miembro viril que la penetraba, su mente se perdía en cada vaivén de sus caderas, era una sensación única, que jamás experimentó, antes que se diera cuenta empezó a correrse, sus mieles escurrían como si fueran un rio, pero no dijo nada por culpa de aquella cosa en sus labios, recibiendo de lleno toda esa carga dentro.
Por su parte Carmela hacia de las suyas con Tatiana, lograba sin problemas que esta reaccionara de la manera deseada, gozando de lo lindo por la forma en que sus sexos se iban entrelazando, de tal menara que ondas de placer iba recorriendo cada centímetro de su cuerpo, hasta que de un momento a otros, sus vulvas reaccionaban al mismo tiempo, igual como su hermana, ella no podía hablar, además sus manos estaban esposadas, sus pechos expuestos, nada de aquello podría tener sentido, pero no lo necesitaba, en ese momento se volvía loca por tanto erotismo.
Ahora serás nuestra puta, cariño, y vas a gozarlo – decía eufórica Carmela, logrando en ese momento que Tatis se corriera de manera majestuosa, casi como si orinara empapando ambos sexos que dejarían escapar un aroma sexual.
Entre pujidos de placer sus vulvas terminaban empapadas, y con gusto la mayor tentaba aquella parte tan sugestiva que parecía temblar de placer, recogiendo esas mieles sexuales, se lamía los dedos de manera viciosa, sabiendo que la pobre gemela empezaba a desvariar, al menos de momento, pues súbitamente era tomada por alguien más, siendo esta vez Matt, quien se preparaba para someterla, violarla, embestirla, confiado que entrarían sin problemas por gracia de la abundante corrida que había dejando una mancha en la sabana, la cual era tan fragante, que alzaba los ánimos por penetrarla el vigilante. En ese momento Carmela vería a la otra chica, desfallecía, mientras quedaba expuesta, así que no pudo resistirse, fue a verla, para empezar a lamer su coñito, que iba escurriendo una mezcla de mieles sexuales, logrando desde el toque delicado de ese botón de placer con la lengua, una explosión sexual, dejando ver una mirada suplicante, de la adolecente, quien vería a la joven lista para someterla con sus juego bucales. Mientras que Matt, casi mostrándose como un macho alfa, tomaba a la otra adolecente para exhibirla frente al publico detrás de una ventana, mostrando como la iba penetrando, abriendo por completo sus piernas con sus brazos que alcanzaban sus tetas, logrando que esta chillara un poco, pero aquello era un deleite total, la cara de Tatis ahora dejaba ver una mezcla de placer entre gemidos que enviciaban a todos los presentes, quienes querrían clavársela hasta el fondo, incluso su padre tenía una erección, por lo que hubieran entrado si no fuera por su situación especial, en un constante vaivén de las caderas, la chica era destrozada de tal manera, que de poder rogaría por seguir con ese juego sexual eternamente, era penetrada de tal forma que no aguantaba, se orino realmente, sorprendiendo a todos, y por suerte una parte cayó en una bacinica, por lo que algunos de los presentes querrían beberse aquello después, si habían pedido y dejado aquello con ese fin, pero nadie reclamó nada de momento, era demasiado excitante verla se penetrada con cierta ferocidad, siendo manejada de tal forma que sus tetas se movían sugestivas, y las nalgas de esta chocaban contra el abdomen del joven haciendo un sonido como de aplauso, así tras una pequeña sesión mas, Tatis acabaría corriéndose, pero no solo una sino otras 3 veces, y sería en la última que con su masaje sexual sintiendo como le iban sobando la virilidad, que finalmente Matt acabaría corriéndose dentro de la gemela, todo mientras Samanta acababa igual desfalleciendo por un orgasmo múltiple a manos de Carmela que no dejaba de sobarla mientras le besaba, que dejaría a ambas desfalleciendo.
Luego de ello acabaría todo, Claus estaba ahí viéndolo como sus hijas eran violadas, se hallaba algo inquieto, aunque las amaba, sabía que sus niñas eran tentadoras, aunque jamás espero verlas así, le daba una sensación culposa, no esperó nada de eso, tenía muchos negocios, un magnate que era miembro de hace años, se dedicaba a los bienes raíces le había informado del club, y este interesado por las conexiones o los beneficios especiales, estuvo intentando entrar desde que sus hijas tenían 13 años, sin embargo no lograba nada, y ahí se fue a enterar que el tipo lo estaba usando para sacar recursos de sus inversiones, jamás pensó en darle entrada en la organización, siendo lo peor que aparte lo expuso a diferentes negocios ilegales, por lo cual estaba molesto, sin embargo, ver a sus hijas ser violadas, era parte de las pruebas, o algo así le informaron, la realidad lo estaban probando, pero sin saber qué hacer, tuvo que aceptar aquellos términos raros. Una vez que acabaron, el hombre iría a verse con el vigilante de la privada, a quien quería confrontar, aunque eso a pelear eran cosas distintas, detalle que aceptaría con gusto Matt, cuando lo viera en una cafetería esperándolo, una localidad fina, parte de las franquicias en la isla del placer, donde bebía un café expresó, e igual había otro para él.
No esperé verte aquí guardia, me diste una gran sorpresa, no de las buenas, veo que te gustaron mis hijas, y no sangraron, así que dime, ya te las habías cogido antes – preguntó Claus molesto.
Mire que yo trabajo para el gremio ahora, así que esto fue un trabajo, pero siendo franco, si he tenido mis encuentros con ellas, pero yo no las desvirgué, alguien se me adelanto – aseguró un poco inquieto Matt viendo al hombre.
Ah, mira, no vengo a pelear, aunque si me molesta, no tú, confíen en alguien que me metió en problemas, fue un sucio bastardo enfermo, ahora corro peligro, si enojo a estos tipos, seguro acabo en la ruina o siendo la puta de un toro, no quiero eso, por eso acepté que tu violaras a mis hijas, lo que es más, parece que estas en buenos términos con ellos, que hasta quieren arreglar algo para verlas preñadas de ti, esos malditos son muy degenerados, aunque yo no me quedo atrás, bueno, siempre se puede arreglar una escusa si las dejas preñadas – dijo algo inquieto Claus.
Que le digo, mi abuelo materno es miembro antiguo del gremio, yo no sé nada, pero me dieron entrada, como si fuera matón en la ciudad, aparte que me entero de que tuve primos como un tal Jordi, que murió por culpa de su socio, el magnate de los bienes raíces, así que usted dirá, señor Claus – decía Matt algo inquieto.
Ah, si ese es el caso entonces ayúdame, aun quiero entrar al club, será mejor que estar fuera, a como van las cosas, te terminaré entregando a mis hijas, así que me la debes – dijo algo molesto Claus viendo al joven.
Bueno, déjeme ver, aun no tengo mucha voz en el gremio, pero creo que puedo hacer algo, mas no prometo nada – aseguró Matt mientras llegaba Carmela, quien se había bañado y usaba un vestido blanco pegado a su sensual figura.
Hola cariño, señor, espero que no tome a mal lo que hicimos, sólo es cosa del trabajo, y tratamos que sus hijas lo pasaran bien – dijo algo inquieta la joven mientras se sentaba, casi viéndose el inicio de una sensual tanga así como los bordes de sus pezones que si se distinguían en el vestido.
Tranquila, pero luego voy a querer una compensación, sin embargo, ahora me interesa que me ayuden a entrar al club, al menos necesito en mí caso que un par de magnates me apoyen y que un perro me respalde, pero ninguno de los que conozco lo harán – señaló el señor Claus molesto.
Bueno, si le sirve de algo yo intercederé por usted, y veré si entre mis contactos, llámense mis primos, alguno puede intervenir, pero no prometo nada aparte de mi respaldo – aseguró Matt mientras sujetaba las suaves carnes de su mujer, casi sobando sus muslos.
Habría poca charla aparte de esto, pero quedaban en medianos buenos términos, la situación no era agradable para el señor Claus, realmente se hallaba en peligro, sin embargo necesitaba entrar al club para salvarse, no le gustaba ofrecer a sus hijas, eran su tesoro, sin embargo confió en la peor opción y ahora pagaba las consecuencias, así que estaba sufriendo un poco. Luego de la plática Matt se iría a cumplir lo prometido, aparte sabía de cierta forma que con esto tendría forma de disfrutar de Tatiana y Samantha cuando quisiera, era una oportunidad soñada, incluso no tendría que ocultarse para meterse a sus camas, aunque no podía dejar de sentir cierta pena por el hombre, quien siempre fue amable, con él por lo que fue a encontrarse con el abuelo, y justo en buen momento llegaba, porque uno de sus primos, un bravucón de primera, estaba por agarrar a golpes al viejo, cuando al verlo no lo pensaría mucho antes de intervenir, haciendo una técnica policial para someter, lo dejaría en el suelo, cuando sintió una pistola en la cabeza, pues eran 3 hermanos, y todos siempre jugaban sucio, pero se escucho un disparo, alguien le dio en el hombro al que le apuntaba, se vio que era un viejo que imponía respeto, visto antes al lado de 2 hermosas mujeres maduras.
Aquel trió de primos eran de lo peor, criados para ser criminales, siempre queriendo imponer sus ordenes, por eso tras aquel incidente no pudieron evitarlo, fueron sacados del lugar para ser puestos bajo prisión, su madre se quedaría con el abuelo, porque pensó que de esa manera podría conseguirles un poco de piedad, otro de los recién llegados, parecía más cuerdo, se notaba porque advirtió que tenía un hermano que fue asesinado en un pleito de pandillas, por lo que quería enderezarse lo suficiente, por otra parte una vez arreglado el escándalo, Matt buscaría a Razo para hablar con él.
Actuaste bien, se nota que puedes ser policía, estamos arreglando tu ingreso, quizás no salga tan bien para el intruso ese – señaló Razo mientras tomaba un poco de Te.
Uf, me sorprende que estés tan tranquilo viejo, y lo agradezco, porque realmente quería ver algunas cosas – aseguró Matt viendo al anciano.
Te lo dije, he vivido muchas cosas, más de las que crees, no voy a caer por un par de malandros, es una pena ver a mis nietos así, pero eso es culpa de su padre, quien era un macho de mierda, ahora dime, ¿Qué se te ofrece? Porque no creo que vinieras para saludarme, ya vi tu primer trabajo, cogerte a esas niñas, hiciste un gran trabajo con los vouyeristas – aseguró Razo contento.
Bueno, tengo práctica con ambas, y mi mujer les traía ganas – señaló Matt inquieto.
Por cierto que es posible que alguien se quiera meter con tu hembra, así que ten cuidado, elegiste a una muy sabrosa, por cierto, que te pareció tu regalo de bienvenida – dio Razo algo inquieto.
Ah, cierto, la verdad es que no me he pasado por mi cuarto en todo este tiempo, siempre nos agarran los clientes para ver como follamos a alguna tipa, ha sido delicioso – dijo Matt recordando que le había dicho su abuelo que le dejó algo en su habitación.
Ah, tenía que ser, maldita sea, ve a tu cuarto de inmediato, con un demonio, luego hablamos – ordenó el viejo corriendo a su nieto de mal humor.
Oye, pero quería hablar sobre el señor Claus, ya sabes mi “suegro” – señaló Matt algo inquieto.
Bien, tú abogas por él, perfecto, veré quien lo apoya de mis contactos, pero vete de una vez, que si no las cosas se pondrán feas, rapidito – ordenaba el viejo un tanto inquieto.
Matt no comprendió nada, aunque poco le importaría, aparte miraba una cosa, a su madre con Carmela, parecían estarse llevando bien, eso le agradaba, seguro no habría problemas con ella cuando la dejara como su esposa, una idea que le calentaba mucho, sabía que le podría cumplir una fantasía que tenía desde chico de verla usando solo un delantal puesto, por ello quería ser legal en ese aspecto. En verdad esa mujer le gustaba mucho, era tan pervertida como él así que solo le dijo que debía ir al cuarto para revisar algo, lo cual quedó todo bien, y sin demora regresó a su hotel donde vería lo que no imaginó, una deliciosa muchacha bajita, pero de cuerpo voluptuoso con curvas de infarto, grandes pechos, no se veía tan delgada, pero con muslos muy carnosos, de rasgos orientales, largo cabello negro, rostro femenino, se hallaba atada, e inconsciente, había pasado al menos 40 horas así. Matt entendió la preocupación de su abuelo, aquella puta era de súper lujo, seguramente una noche con ella costaría más de lo que tenía guardado, se la dejaron para cogérsela, y por los caprichos de otros no pudieron llegar antes, así que la desató para llevarla a tomar agua, lo cual agradeció la tal “Sayo” quien estaba tan debilitada, pero aun con ello tenía algo delicioso, su aroma mezcla de perfume con sudor le hacían irresistible, realmente el guardia la miraba con ganas de empalarla, aunque antes querría verla un poco mejor.
Qué imagen tan sensual, sus pechos eran redondos como toronjas su cintura no tan breve pero carente de grasa, sus nalgas una poesía de erotismo que desataba el deseo carnal, tan redondas que daban ganas de sujetarlas con fuerza, sobarlas hasta dejarlas rojas, meterle la verga en medio para sentir esa suave piel acariciar la barra de carne, era una locura sexual, difícil de resistir, aparte su cara era muy bonita, con ojos cafés, de rasgos suaves, perfecta para ser modelo, por momentos Matt se preguntaba ¿Por qué estaba de puta? Pues fácilmente podría ser famosa de una manera más legal, muchos matarían por tener una foto de algo tan sexy, aunque pareció que sus pensamientos fueron escuchados o comprendidos, pues la misma Sayo al verle le diría:
No me quedó de otra, fui abandonada de pequeña, y tu abuelo me tomó a su cargo, hacía eso a menudo, recoger niños, tiene un orfanato donde los mantiene, pero cuando empezó a ver mi desarrollo, me mandó a un internado privado, tenía un presentimiento conmigo, iba a guardarme para un tal Dany, pero él tuvo sus propios planes, así que me está dejando a ti, su otro nieto bueno – decía Sayo algo descontenta o resignada.
Ah, el primo Dany, ese es mi ídolo, se quedó con todas sus viejas – respondió sonriente Matt.
Sí, me estaba guardando para que fuera algo como su novia, en cuanto fuera abandonado por las otras chicas, pero todas se quisieron quedar con él, y ha sido así desde hace como 2 años, así que perdí mi oportunidad, ahora dime, eres un perro fiel – decía la chica antes de tomar agua.
Qué forma de hacerlo, parecía tener una fuerza de succión especial, le hacía pensar como le podría chupar la verga, le estaba emocionando a Matt, quien veía a la chica con ganas de metérsela hasta el fondo, todo su cuerpo era demasiado erótico, y sabía que podría tenerla libre de cualquier paga, solo faltaba algo, era su Carmela, aunque de repente tuvo una idea, el ser descubierto por ella a media faena sexual, le pareció delicioso, por lo que empezó a besarla, mientras rozaba su verga contra su redondo culo, consiguiendo que ella empezara a gemir un poco. Quizás la suerte no sería tan buena, pues la madre del guardia estaba contenta con su nuera, a su gusto era una chica trabajadora, muy bonita, que aparte le daba un gusto bastante bueno, aunque vistiera en ese momento un poco indecente, más verla tan enamorada de su hijo, con esa actitud tan coqueta buscando las atenciones de su muchacho era un gusto, que terminaba al notar que era tan joven, con respecto a Matt, pero eso podía ignorarlo, prácticamente estaba pensando que pronto tendría nietos, y como había hecho las paces con su padre, quería mostrarle bisnietos antes de que se fuera al otro mundo.
En serio, ha, parece que son tal para cual, me da gusto que lo quieras tanto, espero que no te maltrate, se que puede ser brusco, salió algo tonto como su padre – decía la señora algo inquieta.
No se preocupe, puede serlo, pero yo no soy tan dulce, mamá, lo que pasa es que nuestros partes buenas y malas embonan bien, somos muy afines, quizás luego le demos nietos – aseguró astuta la muchacha sabiendo lo que quería escuchar la mujer.
Ah, pues eso me gustaría, ahora que me doy cuenta del engaño que viví, quiero enmendar todo con mi padre, no era tan malo, un pervertido de primera, pero mas responsable de lo que pensé, mm, ahora me siento como una tonta, ojala pueda repararlo todo, dime, si están pensando en casarse o solo me estás dando falsas esperanzas – dijo la señora algo inquieta.
Pues ya estamos viviendo juntos, vamos a probar suerte, pero llevamos un tiempo así, todo está bien, yo le ayudo con lo de la privada, pero puede que nos corran a ambos, es que el jefe es un cerdo asqueroso, siempre que me ve quiere hacerme cosas, y me encanta porque Matt es bien celoso, bueno, protector, mm, me encanta, con otros novios no me pasaba eso, es que eran críos realmente, salir con su hijo es mejor porque es más maduro – decía astuta Carmela.
Mm, oye pero estás chiquita, apenas 18 ¿no? te saca muchos años – agregó inquieta la suegra.
Bueno, la verdad acabo de cumplir 19, pero si hay diferencia de edad, hace unos días, no pudimos festejar por todas las cosas que pasaron, mi Matt quería antes de hacer algo que estuviéramos bien los 2 juntos, es un encanto – aseguró la chica sorprendiendo un poco a la señora.
Espera un poco, sabes que, le diré a papá si no puede comprar esa privada, sería mejor que sean los dueños a solo el vigilante y la criada, mm, te parece mija – decía emocionada la mujer, dándole entrada a su nuera, pues realmente le gustaba la muchacha, tan bonita, bien portada, respetuosa, y enamorada de su hijo, así que se levantó para ir a verse con su papá, esperando ayudarles un poco, dejándola en la cafetería.
Hasta ahora habían estado en un local muy normal, donde vendían bebidas en base a frutas, todo estaba bien, el ambiente tropical era relajante, comieron algunas galletitas con trozos de arándanos y chocolate blanco, la poca gente era respetuosa, nada que ver con la perfidia vista antes, eso quedó atrás, Eddy ahora se portaba más cuidadoso, una sexy mesera rubia de cuerpo delicioso se acercaba, vestía una falda que apenas cubría sus sensuales piernas, ocultando con esfuerzos una tanga diminuta que apenas ocultaba su concha jugosa, un top que dejaba ver sus preciosas tetas, incluso sus pezones se marcaban en la fina tela, parecía invitar a probarlos, además era un deleite visual, su rostro como de muñeca, un poco aniñado, sus ojos azules con labios carnosos, largo cabello rubio, y tenía una placa con un precio, lo cual le sorprendió, ¿Cuánto valdría tener una noche con semejante belleza? Lo mejor era que podría tenerla sin preocuparse por algún inconveniente, solo debía pagar un precio y podría tenerla en la cama, incluso fingiendo alguna clase de escena, además oficialmente ella también era miembro del gremio, así que podría tener algunos beneficios extras, meterla al cuarto con su Matt, era una idea tentadora, pero antes que pudiera decir nada, llegaba un chico de algunos 17 años, un flaco vestido para la fiesta, desalineado, de gesto malicioso, mirando a quien molestar, ansioso por algo de acción, iba con un amigo, pensando en divertirse, cuando voltearon tanto por la mesera como por la clienta, pensando que podrían divertirse con ambas, y por el precio de la sensual mesera no se preocuparon, sacando una tarjeta negra que nadie vio antes, lo cual ella aceptó a diferencia de la otra, pues ante las negativas de Carmela les molestaron a ambos, este par querían un trato especial, y antes que se dieran cuenta, uno de ellos le soplo un polvo especial que mareo a la sexy joven, por lo que no tardaron en llevársela a un cuarto de hotel, donde pudieran disfrutar del rato.
Era 2 críos bastante mañosos, el padre de uno fingía ser un comerciante el otro su proveedor, aunque hacían muchos trabajos legales, la mayor fuente de ingresos era por el crimen organizado, por lo cual no era sencillo verle en público, por ello crio muy mal a su idiota hijo, ambos, quienes no respetaba nada, solo satisfacía sus deseos, así no perdió tiempo pagando para poder tener a ambas, aunque la mesera decía que la otra era clienta, que debían dejarla en paz, pero ninguno escuchó, y la obligaron a seguirles. Pronto pusieron en la cama de su cuarto a ambas, pero a Carmela le ataron las manos con cinta aislante, gracias a la droga era sencillo, le bajaron la ropa dejando a la vista ese enorme par de tetas, dejado ver una carne bastante deliciosa, unas formas bastante sensuales que llamaban demasiado la atención, luego se vio la tanga, que dejaba ver perfectamente las formas de su vulva, con solo un pequeño triangulo de bello, que parecía apuntas a su entrada, como si invitara a cogérsela, era una locura, pero nadie se quejó, querían romperle ese coño, se notaban carpas en los pantalones de ambos.
Hicieron un juego, piedra papel o tijera para ver quien entraba primero, y la mesera tratando de evitar un problema se puso en un rincón sacándose la ropa en una serie de movimientos sensuales que no podían ser ignorados, una leve danza, donde se fue revelando su espectacular figura, solo quedando en tacones, para ofrecer su coño afeitado, que dejaba escapar un aroma delicioso, tan embriagador que volvería loco a cualquiera, así decidieron irse con ella primero, pues aparte estaba consciente, casi suplicando por que le dieran con todo, y el primero en aprovechar sería quien drogara a Carmela, quien yacía confundida en la cama, pero estaría viendo todo. La pobre mesera tendría que aguantar a un torpe flaco de aspecto desalineado, quien se desnudaría con tal ansia que casi se cae, dejando ver un miembro decente, quien ignorando cualquier técnica sexual o juego previo, se acercó a la mujer para incluso morderla como un animal, luego le metería la verga hasta el fondo, haciendo un esfuerzo para no correrse, pues era algo precoz, aparte el interior de la chica parecía estar hirviendo, pujó un poco, haciendo un esfuerzo para no quejarse, sino por el contrario hacer un sonido bastante delicioso que invitara a más, aparte su cara dejaba ver como si lo estuviera disfrutando, aunque no era el caso, pero el chico se la creía, empezando a moverse con cierta velocidad, estaba ansioso, y la mesera diría:
Así cariño, dame mas, hazlo bien, mm – dijo la sensual rubia mientras gemía.
Ah, esta perra esta riquísima, de lo que te pierdes – decía el chico un tanto contento, pues no sabía como satisfacer a semejante mujer, la lujuria lo ahogaba.
No importa, esta también es buenísima, está bien jugosa, ahh – respondía el otro, mientras penetraba a Carmela con verdadero gusto.
El otro mocoso no se había esperado nada, necesitando meter su verga comenzó a disfrutar de aquel cuerpo delirante, metiéndole de lado la verga a Carmela para darle con todo, moviendo sus caderas con un gusto especial, mientras palpaba ese cuerpo, sus dedos, no alcanzaba a sentir cada parte, que además estaba aruñando, en su esfuerzo había comenzado a sudar, hacia un gesto de ansiedad patético que no le dejaba escuchar nada, ni su respiración, se veían tan desesperado dándole duras embestidas, casi sacándole la verga cuando se iba moviendo, pues los pechos de Carmela se movían de una manera tan deliciosa, que llamaban la atención de cualquiera. La camarera veía eso con horror, sabía que no debían meterse con otros clientes, era un problema muy grave, las nuevas reglas iban a ser rotas por estos idiotas, quienes pensaban que podían hacer lo que quisieran, pero no podía hacer nada, si se defendía terminaría mal, detrás de esos idiotas había un guardaespaldas que parecía un gorila, enorme, peludo, pero con cara de mandril, el cual no les dejaría escapar, así que se dejaba penetrar, mientras ofrecía las tetas, casi ahogando al idiota con estas, haciendo un trabajo demasiado exquisito mientras su cuerpo dejaba escapar un aroma sensual mezcla de perfume con sudor, pues el muchacho se perdía en esas masas de carne suaves, estaba gozándolo, en realidad no sabía que decir o hacer, pero lo estaba disfrutando, sentía que se iba a correr, así que ella movió más sus caderas con un ritmo especial, logrando impresionar al chico, quien incitado por ese movimiento, se terminaría corriendo dentro.
Esta perra esta de lujo, no le aguante – decía como si realmente fuera un amante esplendido, incluso arañándola un poco para “marcarla”.
Mm, déjame seguir y ahorita de acompaño – dijo el otro mientras aumentaba el ritmo de sus caderas, que parecían golpear el útero de Carmela, quien pujaba confundida, no le gusta.
Vamos, que no me aguanto, denme los 2 con todo – ofrecía la mesera, mientras dejaba a la vista su coño escurriendo leche, pero también se notaba su culo cerrado, en medio de un par de nalgas hermosas, que parecían invitar a la pasión.
Sus intentos serían en vano, cuando el que violaba a Carmela se corriera, dejándole la concha llena de leche, pero no contento con eso, se tomaron ambos una pastilla azul para seguir gozando, y empezaron a buscar satisfacer sus deseos con la mesera, quien no estaba contenta, aunque fingía muy bien, sin embargo intentaba llamar la atención de ambos tarados, por desgracia antes que pudiera hacer algo, la tenían sometida, uno de ellos se acostaba, la hacían encajarse ella misma la verga por su cueva jugosa, mientras que el otro no perdía tiempo ensartándola en su culo, era un placer, al menos para ellos. Iban a hacer una penetración doble, pero estaban tan metidos en su propio placer que embestían a destiempo uno de otro, logrando que la chica odiara eso, se quejaba un poco, haciendo un esfuerzo, aunque le temblaban las tetas de tal manera que era exquisito, siendo igual con las nalgas que eran apretadas, su cuerpo era sacudido, aunque era una imagen bastante caliente, la mesera desnuda se hallaba en medio de esos 2, siendo prácticamente violada en una locura sexual, recibiendo una mala penetración simultanea a des-tiempos, que lograba hacerla gemir a la pobre chica, aunque eran quejidos de dolor que ocultaba por su profesionalismo, haciéndoles creer que lo estaba disfrutando, moviendo sus caderas de tal manera que lo pasaba bien ambos tontos, quienes antes que se dieran cuenta estaban corriéndose, de manera precoz, logrando disfrutar de un segunda venida abundante. Pero no estaban satisfechos, y por culpa de la pastilla, seguían tiesos, viendo el cuerpo de Carmela con ojos maliciosos, dejando a la pobre chica de lado, como estaba exhausta la mesera no pudo intervenir, sentía que la habían agredido, solo pudo ver a esos tarados que se prepararon para embestirla con todo, iban a darle duro, romperle el coño con todas sus fuerzas haciendo la misma penetración doble, pero antes decidieron cambiar de posiciones, uno listo para darle por el culo cuando antes sintió el coño de la rubia, mientras que el otro iba a alcanzarle el recto.
Mm, que bien aprieta este culo, es una locura, creo que me lo voy a quedar – decía uno de los críos, haciendo un gesto de placer difícil de resistir.
Ha, esta perra salió buenísima y eso que ni pagamos por ella – agregó el otro mientras se lo metía a la concha con una sola embestida.
Lo gozaría realmente, pero no sería mucho, estarían embistiendo aquellos huecos con sumo placer, haciendo un esfuerzo para destrozarlo, o al menos eso decían ellos, sus vergas estaban delirando al sentir los pliegues interno, y ellos ahora gruñían para hacerse ver muy rudos, sin embargo, la mesera no estaba contenta, antes de irse de su puesto había dado una señal de alarma con su jefa, solo que se tardó en llegar debido a la clientela o demás representantes de negocios isleños estaban presentes, pero cuando alcanzó a la persona indicada, esta no tardó, irrumpió en el cuarto, mientras ellos seguían cogiendo.
Que creen que están haciendo, par de imbéciles – decía con desespero Eddy, mientras miraba a los 2 tipos cobre Carmela.
Déjanos en paz perro, estamos con una puta – respondió uno, quien estaba encima.
Esta es de lujo, quizás la compremos para tenerla de golfa personal – agregó el de abajo.
Eso no le agradó a Ed, quien sacaría una barra paralizadora (un bastón usado para dar descargas eléctricas a las vacas), y para su mala suerte, la ensartaría justo en el culo del que estaba arriba, dándole un duro castigo, dejando inconsciente al idiota.
Deben saber que las putas están para los clientes que pagan, y son parte del club, no sé quien será hijo de este, pero no ha pagado la membrecía, o su estadía, aparte que esa no es una puta, no tiene collar, y es la mujer de mi primo – decía furioso Eddy, mientras usaba ahora la barra eléctrica en los testículos del otro, logrando noquearle del dolor.
Jefe, yo no quería – decía la rubia algo inquieta.
Ah, hiciste lo que pudiste Miky, pero se nota que no sirves para esto, pensaré en algo contigo, este par ha sido muy prepotente, insultó a otros clientes, como al de la cerveza latina, creo que van a expulsar a otro idiota, descuida – dijo Eddy mientras le regresaba la ropa.
Ya puedo entrar – decía furioso Matt, quien lucía algunos moretones, el se había encargado de romperle la cara al guardaespaldas, el gorila que ahora le faltaban todos los dientes del frente.
No espere que pelearas sucio, buen trabajo primo, te debo una – aseguró el jefe de la isla enojado.
Bien, por eso es que me advertía el abuelo de esto, ahora entiendo, entonces me llevo a mi hembra o quieres su testimonio – respondía Matt irritado
No hacía falta más, el guardia se llevaría a su mujer al cuarto, donde lo esperaba Sayo, la había dejado recuperarse en una tina de agua caliente, pero al llegar esta no se daría por enterada, la pobre Carmela había sido drogada, se hallaba confundida, se sabía violada, pero no podía reaccionar bien, aunque empezaba a mejorar un poco, en especial cuando vio a su amante llegar por ella, y cuando Matt le pidió a la puta que le limpiara la vulva y el culo, ella sonrió un poco, dejando ver un morbo que no esperaba ver. No sería algo extraño para la meretriz, pero le dejarían a la joven a su disposición, por lo que empezaría a comerle el coño con un gusto inesperado, sacándole la leche sucia de un orgasmo, se daba un gusto, estaba acostumbrada a lidiar con ambos sexos, así que no le molestaba hacer aquello, incluso se veía que lo disfrutaba, dándole unos fuertes lengüetazos muy profundamente. Se habían ubicado en la cama, ambas estaban desnudas, reconociéndose mutuamente, pues tanta sangre corriendo por la calentura del momento hacia que hirviera su cuerpo, en especial cuando Sayo era tan diestra con sus labios, logrando que esta llegara al orgasmo en unos pocos minutos, pero eso no le terminó de agradar a Matt, quien veía todo.
Cariño, ¿Dónde estás? Maty – empezó a decir Carmela, quien realmente no le gustaba haber sido violada, no iba a terminar traumada, pero no le gustaba tener sexo con cualquiera, ser forzada no le dejaba un buen gusto, menos con un par de chicos idiotas.
Mira, te está esperando, quizás debas hacer algo “cariño” – decía algo burlona Sayo tras sacarle ese orgasmo, pero no se daba cuenta de algo.
En ese momento la puta estaba en una perfecta posición de a 4, dejando ver su coño apenas cubierto por una fina tanga que dejaba ver los labios inferiores, era una delicia, no se iba a contener cuando tenía toda esa carne a su alcance, así que se acercó mientras se sacaba los pantalones, había olvidado que esta tipa era su regalo por parte del abuelo Razo, así que se ubicó y empezó a sobar su punta en la entrada, logrando sonrojarla, ella no imagino que le fueran a dar ese gusto, sobándole su vulva que se humedecería muy rápido, logrando ahogar un gemido súbitamente, lo que emocionó a Matt pues no espero esa reacción, además que iba dándole un placer bastante delicioso, en verdad a Sayo le gustaba que le dieran ese tipo de tratos, ser excitada con tratos fuertes, no era un vulgar puta, sino una amante muy sensual, aunque no esperó que súbitamente estela penetrara de manera fortuita, haciendo un buen esfuerzo para no correrse, pues ese coño parecía succionarle el alma.
Ah, eso fue delicioso “cariño” dámelo todo – suplico la puta mientras miraba como el joven empezaba a mover las caderas.
Ahorita te muestro porque me tienen miedo las putas de la ciudad – se mofaba Matt, mientras comenzaba a embestirla con fuerza pero cierto cuidado que daba gusto.
Antes que se diera cuenta la mujer estaba siendo sometida al mejor de los placeres, estando sobre Carmela iba disfrutando como sus cuerpos se iban entrelazando en una caricia total, las tetas de ambas chocaban, mientras que la vulva de una escurría hasta dejar empapada la vulva de la otra, Matt se sentía muy caliente, mirando a su mujer debajo de aquella tipa, quien comenzaba a gemir de manera exquisita, diciéndole.
Oh, cariño, con que esto se siente ser convertida en mujer, ah, ninguno como tú, en serio eres bueno, mmm – dijo Sayo mientras era embestida.
En serio, dime mas – agregaba Matt, acercando su cara al de la golfa, para lamerla por un lado, también morderle un poco la oreja, logrando que esta empezara a escurrir.
Mm, eres bueno, o será que no sé nada, mm dámelo todo, quiero quedar preñada, mm, eres bueno, soy toda tuya, mm, tu abuelo quería que me tuviera uno de sus nietos, mm, fuiste elegido galán, ah, ahora dámelo todo, lléname con tu leche, ah, ni mis dedos se sienten tan rico – decía con un tono erótico Sayo, mientras se movía de manera deliciosa, como si sus caderas bailaran ante el ritmo de su pareja.
Mm, suenas como si fueras virgen, preciosa, pero con ese cuerpo no lo creo, cuantos imbéciles debieron tenerte – advertía un poco molesto Matt, pero en eso al tocar la vulva notaria sangre.
Ah cariño, era virgen hasta ahora, mm, soy tu regalo recuerdas, ah – le recordaba la chica a Matt.
No sabía que pensar, pero se daba cuenta que algo extraño había, más no le importaba, sentir el culo de tan sexy mujer golpeándole la cintura era un deleite, quería llegar más lejos, la vulva parecía a punto de chuparle la verga como pensó que lo harían sus labios así que se correría antes que se diera cuenta, llenándole la concha de leche de macho, mientras ella repentinamente se acabaría corriendo en medio de algunos gemidos ahogados. Sin embargo las cosas no habían terminado, por el contrario apenas comenzaban, a su lado Carmela miraba eso, seguía confundida, algo que poco le importaría a Matt, quien se acomodaría para darle de lleno en la vulva que casi con su irrupción se estaba corriendo, pues su cuerpo se daba cuenta de lo que pasaba, su sangre estaba hirviendo, la de Carmela, al ver como su novio había estado cogiendo con otra frente a ella, pero al sentir aquella verga entrar en su interior, no pudo contenerse, estaba demasiado caliente, se perdía en el deseo, sabiendo que sería la primera corrida de la noche, aunque no diría nada, pues Sayo no le dejaría hacerlo, le besaría de manera viciosa, tomando sus labios jugando con su lengua, mientras sus pechos se restregaban entre sí de manera candente, todo movido por el ritmo de caderas de Matt, quien sabia que lo iba a pasar demasiado bien.
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