El Vigilante de la Privada 4
Matt sigue acercándose a las nenas de la privada Oasis Azul, pero no es la unica en la mira, su encuentro destinado exxxplota….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
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En cierto restaurante, siendo precisos en un cuarto de baño, una joven de preciosa figura se estaba tocando en su parte más intima, escurriendo hasta encharcar el suelo, sus pechos eran grandes, su cintura breve, sus muslos enormes, usaba apenas un top de tela fina, que no podía contener tremendo par de tetas, un delantal cubría su bello vientre, y una falda corta la convertía en la delicia de muchos hombres o mujeres al verla pasar, pero si todos fueran testigos de lo que ocurría, se volverían locos, se estaba manoseando con tanto gusto, quedando en veces en poses tan sugestivas, deseando ser cargada mientras era cogida, sobando sus pezones, los cuales ya estaban erectos por tantas atenciones, además su otra mano acariciaba su vulva, la cual soltaba su olor a deseo, se mordía el labio para no ser escuchada, se hallaba caliente, intentando mantener ese gusto tanto como pudiera, aunque no debía hacerlo, pero le era inevitable, estaba demasiado excitada. No era para menos, había escuchado un par de cosas demasiado sugestivas, se daba cuenta de algo que ocurría a su alrededor, era objeto de una apuesta, sin embargo, lejos de sentirse ofendida, la lujuria inundo sus sentidos haciéndola sentir deseada al punto que quería coger con el ganador, pues de eso se trataba todo, quien podría llevársela a la cama, era un duelo y quien triunfara, la convertiría en su puta para violarla cuando quisiera, la sola idea le estaba quemando por dentro, era demasiado erótico, deseaba ser esclavizada por el placer sexual. Por ello ahora se estaba sobando su vulva en el baño del restaurante donde trabajaba, haciendo un intenso movimiento con sus dedos que ya estaban empapados, pues aparte quería sentirse expuesta, eso también le quemaba la mente en una intensa sesión de placer propio, soñando con ser cogida por alguno de los 2 contendientes.
Uno era un mero chofer, un sujeto desagradable, un tanto asqueroso, que siempre tenía olor a hiervas, el cual antes ya la había manoseado en un par de ocasiones, pero en esas instancias se sintió ofendida, solo que ahora era diferente, saberse en lucha contra alguien más, ignorando sus emociones para convertirla en una esclava del sexo, le resultaba tan excitante, que no podía resistirse, empezaba a sentir deseos de irse con él a un viaje de placer, con la verga metida hasta el fondo, gimiendo mientras cambiaba las velocidades con la palanca el ritmo.
Por otra parte el segundo candidato era un desconocido, aunque le parecía más guapo, se trataba de alguien feroz en el campo del sexo, tanto que había puesto en su lugar a unas cuantas putas, y pensaba que verlo entrar para tomar el lugar de cierto viejo maricon que antes soñó, usándola para coger en los mismos lugares que antes soñó, era una fantasía muy placentera, pensaba que podría aceptarlo, incluso si en ese momento aparecía abriéndole las piernas, para meterle la verga hasta el fondo, embistiéndola hasta llenarla dentro o fuera con su semilla de placer.
Finalmente metía de manera insinuante sus dedos, hasta alcanzar un límite inesperado, rosando un punto que le causó un ligero dolor, pero no le importaba tanto, entre suspiros llenos de erotismo, la joven terminaba satisfaciendo sus placeres, y tras recuperar la compostura se volvía acomodar el vestido para volver al trabajo, mientras unas gotas de su esencia intima lamia de sus dedos, al tiempo que escurrían por sus muslos, sin que nadie lo notara, a menos que tuvieran buen olfato. Llegaba con su compañera a la barra, Matilda, quien no dejaba de coquetear con el policía boby, este decía toda clase de vulgaridades coquetas, para quedar bien con su amiga, palabras cargadas de deseo, que lograban que la chica se humedecería, soñando con recibir esa verga dentro, si era tanta su calentura que de recibir la orden, no dudaría en meterse esa deliciosa “salchicha” en su boca, dándole un servicio oral como jamás imaginó, lo cual era por momentos lo que ambos deseaban hacer, aunque luego interrumpía Carmela, un poco más seria, haciendo pausa entre los lascivos amantes, quienes estaban contentos de verle.
Y bien, ya te hiciste a la idea de arreglar una cita con Matt – dijo Matilda apoyándose sobre el policía, quien estaba contento sintiendo sus tetas en la nuca.
Tu nomas dime, y seguro que te agarra con gusto, se que la pasaras muy bien, si le contaba a Mati de una vez que nos fuimos de putas a un bar aquí afuera, la taberna del escorpión, donde decían que había algunas golfas muy buenas, pero que cosas, estaban drogadas para aguantar más, y ni con eso nos pudieron contener, salimos cansados, si, pero las tipas quedaron hechas un desastre, escurriendo, con cara de locas – se burlaba un poco Boby.
Mira, voy a aceptar esa cita, pero que no se pase de listo, ya para que me dejen en paz – dijo con fastidio fingido Carmela, aunque por dentro estaba soñando con tener la verga del joven dentro de su vulva, cogiéndola como un animal.
Ya verás chiquita, que luego hasta lo vas a querer de marido, si ese hombre es una fiera como yo, de hecho éramos parte de una generación muy buena, pero no todos nos quedamos en la ciudad, ya sabes, unos vienen de otras partes pero regresan a trabajar donde nacieron o son enviados a otros rumbos, solo que a Matt le tocó una mala suerte tremenda, y le quitaron su entrada – dijo Boby contento con lo conseguido, pues prefería dejarle a Carmela al más bruto y leal de sus amigos, que verla en manos del cholo, un vago sin remedio.
Mientras eso ocurría, con gusto el vigilante de la privada, Oasis Azul, estaba muy tranquilo viendo como las niñas salían regresaban de clases, llegaban contentas, corriendo sin cuidado dejando que sus falditas volaran un poco, dejando a la vista sus partes apenas cubiertas por finas telas que no ocultaban sus deliciosos culitos carnosos, recibía a unas mejor que a otras, además era parte de su rutina, pues comerían, harían tarea, luego saldrían a sus cursos, los cuales eran impuestos por sus padres para no tener que hacerse responsables de ellas por unas horas más y verse como gente responsable, a Matt aquello le gustaba, comenzaba a relacionarse con esas señoras un poco mejor, logrando acercárseles, además al tener a Buster, le daba un aire solemne y más confiable, no sólo porque estaba viendo que si conseguía un puesto de oficial, el jefe de la privada iba a solicitarlo como elemento de planta, lo cual era una jugada sucia de parte de este, pues no le pagaría más que por tenerlo dentro, pero no se iba a quejar. En realidad se daba cuenta que mucha gente hacia convenios sucios fuera de su vista, si podía ser policía y seguir de guardia por algún contrato sucio, lo iba a disfrutar, en especial cuando las niñas comenzaban a acercársele, pues nunca fue un galán, pero tenía un aire de hombre rudo que era difícil de resistir, o al menos eso le decían sus amigas, recordando en especial a un dúo de chicas con las que logró acostarse, si Matt siempre fue un caso serio, logró cogerse a mas de una de estas detrás de las aulas, solo le bastó bajar un poco el calzón a la de turno para tallarle su vagina, y en menos de unos minutos la estaba follando de manera suculenta. Después de varios años, ese encanto personal se mantenía, pero ahora lo iba a usar en unas crías de aspecto inocente, a quienes pensaba cogerse a como diera lugar, si casi podía oler sus vulvitas soltando sus aromas rogando: viólame.
Buenas joven Matt, veo que ya se dieron cuenta, eres un buen tipo, que gusto, porque se me hacia malo que estuvieras en pésimos términos con todos solo por unos chismes, los padres pensaban que te iban a tener que golpear, pero las madres, uff, esas te veían como un pervertido – decía Claus (el papá de las gemelas) con un gesto de alivio.
No se preocupe, parece que todo se está ordenando, y descuide, quizás dentro de poco me integren a los servicios judiciales, aunque puede que siga como vigilante de Oasis Azul – decía con buen humor Matt.
Eso espero, me agradas joven, me recuerdas a mi cuando estaba joven, por cierto, quería pedirle un gran favor, en unos días tendré que salir de la ciudad, así que me gustaría que fuera por mis niñas a la parada del camión, no sea malo, es que hace unos años un pervertido quiso hacerles cosas, y ahora mírelas, me quedaron tan bonitas – decía el señor con las chicas a su lado, quienes le miraban coquetas, sonriéndole un poco.
Le salieron muy bien – acertó a decir como cumplido.
Si verdad, niñas vayan a casa, se me olvidó comprar algo – decía el hombre despidiéndolas, luego haciendo una maniobra iba a salir en coche, pero en lo que hacía esto noto al guardia mirándolas.
Ambas chicas se sorprendieron un poco, pero se fueron caminando a su hogar, y al caminar lento movían la falda un poco, dejando ver de más, en especial cuando soplaba levemente el viento, dejando a la vista unas tangas devoradas por sus carnosas nalgas, imagen bastante seductora para cualquiera con buen gusto, aunque sólo el guardia estaba ahí para verlo.
Bonitas ¿verdad? Son mis princesas, aun que ahora no falta que los mocosos se pongan de vivos con ellas, vamos a ser francos, quieren cogérselas, temo que salgan parecidas a su madre, una cortesana o puta de lujo, como quieras llamarla, sigue siendo lo mismo, sirven para lo mismo, se las metes, gimen igual a perras, no me gustaría que fuera su caso – aseguró un poco el hombre, aunque parecía resignado a lo contrario.
Paso algo – decía curioso Matt tratando de mantener las apariencias.
Si, la verdad es que ambas están pasando por muchos cambios, mírelas, esos pechos, las nalgas, seguro que hasta los maestros quieren ensartarlas, me molesta saber que podrían acabar con un mocoso idiota, de esos que ni saben limpiarse el culo por jugar con algo, ah, el otro día vi a Tatiana cercas de un galancillo que ya se la estaba fajando, carajo parecía chica, pero este iba tocándole todo, por suerte ella no se vio interesada, por si fuera poco, luego me enteré que Samantha tuvo un problema con un profesor, este le calificó mal su examen, dijo que fue un accidente al subdirector cuando fue a preguntar, pero a mí no me convence, si bien que el viejo ya le estaba comiendo las tetas con la mirada – dijo Claus con fastidio mientras divisaba a sus hijas a través del espejo, y un vecino que salía las saludaba sin poder ocultar su verga tiesa.
Lo siento señor, pero es que ambas son preciosas, no le van a faltar perros roñosos encima – decía con sinceridad Matt, tratando de bromear un poco.
Dime, si tu pudieras te acostarías con alguna de ellas – cuestionó el señor muy serio.
Sinceramente sí, con ambas – aseguró Matt tratando de ser chistoso.
Ja hasta eres capaz de decirme eso de frente, pero dime, lo has hecho con alguna – volvió a cuestionar el hombre mirándole.
Lo siento, pero eso prefiero guardármelo, si pasa – dijo Matt de forma astuta.
El señor solo se sonrió, mirando al guardia de manera tranquila, pensando que eso era mejor a lo de siempre, acosadores que huían al verse descubiertos, al menos había cierta sinceridad en el joven frente a él, pero pedir más era demasiado en ese momento, era algo incomodo, sus hijas eran objetos del deseo para los otros hombres, algo que le molestaba, pero de que le servía quejarse, más cuando agregó.
Por cierto, te encargo a las chicas, es que estoy por hacer un negocio importante, quiero unirme a un club de gran importancia, estoy algo nervioso, es un negocio de miles o millones, mi astucia será vital, pero tengo miedo que luego otros competidores quieran sabotearme haciéndoles daño, así que puedo contar contigo – dijo algo inquieto el hombre.
Eso es parte de lo que sucede fuera, lo que está pasando tan serio, con las pandillas y cosas así – cuestionó súbitamente el vigilante sorprendiendo al jefe.
Ah ¿Cómo sabes eso? O mejor dicho ¿Por qué lo preguntas? Sabes de lo que estás hablando – decía con sumo interés el señor viéndole con cuidado.
No, no sé nada de esto, pero me imaginé que va por lo mismo, así que pensé en preguntar, si solo quiero ser ignorante hasta que la duda aclare todo – señaló el joven con algo de fastidio.
Jajjajjajajaaaa, buena respuesta, mejor preguntar y lucir como idiota por unos segundos a quedarte bobo, eres listo, prudente, me agradas Matt, y te confesaré algo, esta ciudad estaba olvidada, yo la hice notar con mis negocios de bienes raíces, vendí a muchas franquicias, parece que un bloque comercial muy poderoso me tiene en la mira, quiere que me una, si eso funciona, el mundo se me va a abrir, y ten por seguro que te llevo como hombre de confianza, necesitaré alguien de tus talentos – decía confiado Claus.
Lo que usted diga jefe – señaló Matt con gusto al oír eso.
No parecía posible, pero muchas cosas se estaban dando, y eso que era un idiota vulgar, con hambre de sexo bueno, pero de nueva cuenta, su aire de hombre fuerte le estaba ayudando, aunque lo más importante, es que eso le servía a sus planes, quería realmente hacer de las hijas de Claus sus golfas personales, poderlas coger con total libertad, así que de esta forma podría lograrlo de manera más sencilla, se sentía muy confiado, pero no podía tomarlo con calma y justo en ese momento llegaba otro residente, mientras salía el “magnate” ese, un hombre llegaba neurótico, sus hijos causaban un terrible dolor de cabeza en aquel desdichado, quien notaba que le faltó comprar algo, y decía:
Guardia Matt, le puedo pedir que lleve a este par de chamucos, digo chamacos a casa, olvidé comprar un fusible – dijo el hombre y sacó a los niños de la camioneta, dejándolos en manos del joven, antes de arrancarse.
No le dio tiempo de negarse al vigilante, quien vería con molestia a Erick, un crio bastante llorón de unos 12 años, de aspecto afeminado, con una peluca se vería como una niña, de seguro era víctima de acoso, aunque no se sorprendería si algún mañoso le hubiera encajado la verga en el culo, pues era algo nalgón, le sobrarían los putos que querrían metérsela, más con esa cara tan andrógina, pero eso no le importó, a su lado la niña parecía estar contenta, se trataba de Bella, de 10 añitos, una dulce criatura de largos cabellos castaños claros y ojos azul, rostro delicado, labios gruesos, con una figura esbelta que despedía un encanto difícil de resistir, menos con su uniforme de colegio caro, que enaltecía todos sus encantos naturales, en especial al ver su corta falda o sus medias arriba de las rodillas, pues todavía no desarrollaba sus pechos, como toda niña de su edad, aunque tenía una gracia al caminar que llamaba la atención de muchos, en especial cuando movía las caderas moviendo la falda de manera coqueta. No pudo pensarlo mucho, además no traían la llave, estaban contando que este tuviera una copia para entrar, tendría que ayudarlos, así que tomó sus mochilas en un gesto cordial, así los chicos siguieron adelante con el guardia, aunque el muchacho se veía curioso, mirándole fijamente, mientras que la niña intimidada no parecía querer verle, haciendo de las cosas un tanto incomodas, aunque el tramo era relativamente corto, pero resaltaba cuando se formó un silencio entre todos, en eso la dulce Janet se asomaba para saludar, dejando ver su calzoncito desde el balcón, excitando ligeramente a Matt, quien apenas mantuvo la compostura mientras eran seguidos por el perro que iba siempre cerca del vigilante.
¿Todo bien? Vamos niños, saben que no soy una mala persona – dijo Matt un tanto inquieto.
La niña mantuvo silencio, viendo para otra parte, pero el chico se hallaba ansioso, mirándole como si quisiera decirle algo, de hecho al ser un trayecto corto no paso mucho, y creyó que todo estaría bien, este abrió la puerta, dejando a los menores entrar a su hogar, donde la nena salió corriendo a su cuarto, dejándole ver su calzón rosa al subir las escaleras, pero una vez solos el muchachito se decidiría a hablarle, no sin antes revisar la casa.
Perdónela, es que siempre se pone así con usted, mamá le dijo cosas muy malas, que era un monstruo pervertido, le ordenó que jamás debería acercársele bajo ninguna circunstancia, seguro cree que le hará cosas feas, pero ahora que sabemos que es el nieto del abuelo Benito, nadie sabe como disculparse, y Bella esta igual – dijo el crio algo inquieto.
No hay problema, aunque es una pena, tú hermana esta preciosa, y que una niña tan linda piense cosas tan así es un horror – señaló un poco inquieto Matt pensando en el culito delicioso que acababa de ver dibujado en ese calzón.
Un profe dijo que a las mujeres que son tercas o bobas les hace falta un buen macho que las trate como hembras, quizás debería empezar a hacerlo – dijo con cierto tono pícaro el muchacho, quien le vería de manera cómplice.
De que estás hablando – dijo algo confundido el joven mirando al chico.
Mamá es una loca que se pierde en sus sueños bobos, seguro salió para comprarse algún libro con que embobarse más, papá es un enojón de primera que se dedica a su trabajo, como se va a quedar calvo, ya no se parece al ídolo de mami, eso los tiene separados, además, yo intenté hacer algo con mi hermana, pero no soy varonil, hasta le gusto a muchos profes, pero quizás usted si pueda con Bella, es muy necia, necesita que le pongan disciplina, que se le bajen los humos, o eso me dice mi maestro, estoy seguro que ese le hará algo, pero no me cae bien, si quiere yo le ayudo, porque la verdad ya no la aguanto – confesó un tanto serio Erick, dejando al joven pensativo.
Mm, pues quizás te tome la palabra, porque tu hermana es muy linda, y prefiero ser yo a un viejo más – acertó a decirle Matt pensando en lo que acababa de platicar.
No se preocupe, mis papás son una bola de desobligados, como le decía, mamá no está ahora, y papá dijo eso de un encargo, pero seguro se va a trabajar, y se tardará, como no aguanta nada, seguro no vuelve hasta entrada la noche, si quiere pasar para hacer cosas con Bella, usted dirá – propuso el chico dejando ver una especie de malicia erótica.
Aquello no estaba bien, parecía alguna clase de trampa, pero el chico sacó su celular donde le enseñaría un video, había espiado a su hermana, quien hablaba con una amiga, diciendo un par de cosas bastante sugestivas, pues no podía negarlo, algo pasaba con ella, y quería saber hasta dónde llegaría su suerte. No supo cómo terminaba metido en algo que era tan cuestionable, pues el video le enseño a la nena hablando de más, estaba interesada en él, pero Bella no se atrevía a nada por la culpa de su madre, así que Matt estaba pensando en hacer de las suyas, quizás podría parecer una violación, aunque tras oír lo dicho en el video, el calor de su mente nubló su juicio para buscarla y hacerla suya, pues la charla era bastante explicita, una erección se había formado en su entrepierna, estaba dispuesto a arriesgarse para hacer suya. Por segundos pensó que el crio le seguiría, que quizás este iba a fisgonear lo que pasaría entre ambos, pero se equivocó, fue hasta su cuarto, sólo entró con su hermana, quien le gritó un par de cosas, ahí fue cuando vio a Matt, y se quedó roja, luego Erick se marchó, dejando sola a Bella con el hombre, quien la miraba.
Uff, nunca pensé ver a una niña que dijera todas esas cosas – dijo con cierto calor en su voz.
No es lo que usted cree, yo – decía nerviosa la niña.
Vamos, dijiste cuanta guarrada pudiste con esa boquita, ja, te vez tan finita y modosita, pero de lengua, uff pareces una puta de lujo, que ganas de coger un coñito así – decía el joven viéndola.
Estaba preciosa, seguía con el uniforme, pero su camisa se hallaba ligeramente desabotonada, su zapatillas tiradas, se iba por cambiar, tenía su muda en la cama, sobre una colcha rosa de motivos de princesa, junto a una pila de peluches, hacia contraste con lo que decía en el, pero a menos que fuera editado, esa nena era una puta sin remedio, lo cual iba a comprobar.
Quieres decir algo – insistió Matt viéndola.
Es que con esa amiga no puedo, como su tío la está cogiendo, se siente tan mayor, trata a todas como niñas, así que le dije esas cosas, pero yo – eso lo explicaba todo, había perdido el control, sin embargo no pensaba desperdiciar esa oportunidad, pues desde antes sabía que Bella sería suya.
Bien, pero eso no es suficiente para mí, la verdad estas preciosa, y si no hago esto, perderé mi oportunidad – decía Matt viendo a la nena sorprendida.
No le dio tiempo de pensar, jalaría a la cría para besarla, primero siendo solo un toque de labios, pero suavemente le iría metiendo la lengua, mientras la cargaba, no iba a dejar que huyera, de hecho Matt se quedaría sorprendido por la facilidad con la que estaba manejándola, sentándose en la cama para poder tenerla en su regazo. Aquello no estaba bien, eso pensaba Bella, pero su cuerpo se perdía entre las caricias del hombre, su instinto femenino despertaba, pues no mentía cuando dijo que iba a seducir al guardia, este le parecía atractivo, valientes palabras para una cría, aunque ahora se hallaba en manos de ese hombre, quien iba descubriendo cada centímetro de su cuerpo con un fervor que encendía su sangre, no podía creerlo, pero se estaba calentando como nunca, apenas Bella descubría su sexualidad, el calor adormecía su juicio, siendo como una voz que le gritaba: coge, déjate violar, abre bien las piernas, que te la meta toda, eres su puta.
Mm, que rica estás chiquita, si bien que te gusta que te den con todo, falso, eres virgen – decía Matt alejándose un poco para verla mejor.
Mm, si soy virgen, nadie me ha tocado ahí, mm – decía Bella pero justo en ese momento los dedos del joven tocaban su parte más intima.
Por segundos se asustó, cerrando las piernas por un temor a sufrir, pues su amiga le dijo como dolía la primera vez, sin embargo la mano del vigilante ya había alcanzado su vulva, sobándola con tal fervor que le resultaba difícil aguantar, le daba una oleada de calor electrizante que destruía sus ideas, no era posible, o eso pensó Matt al verla, esa niña se iba a correr a causa de ese simple toque, aunque pequeña en comparación de Kimmy, podía calentarse como una mujer mayor, sentía todo sobre el calzoncito de algodón, luego le iría tentando directo la vulva con la yema de sus dedos, estos se humedecían entre los fluidos internos, pese a su edad estaba soltando sus mieles del deseo. Su carita mantenía los ojos cerrados, sus labios suspiraban, o emitían sus pequeños quejidos, ahogados por sus labios, pero se transformarían en gemidos, pues poco a poco sus piernas se abrían, la lujuria tomaba el control de la niña, eso deseaba el guardia, quien pudo notar como el hermano se alejaba, maldita sea, ese chico quería que se cogieran a su hermana, ¿porque? Era la duda, pero no le importaba, lo iba a gozar, antes que se diera cuenta la nena se estaba corriendo mientras emitía un gemido bastante melodioso.
Qué rica estas, Bella – decía Matt mientras veía a la nena, la dejaba en su camita, perdida en sus sensaciones, y estaba listo para lo que seguía, aunque antes revisó que nadie los viera,
Con desespero se dio cuenta que la puerta estaba entreabierta, los habían estado espiando Erick, pero se había marchado, quizás se ocultó en su cuarto, lo revisaría después, se fue de vuelta con Bella, aunque antes cerró la puerta con seguro, y vio a la nena quien le miraba con la cara sonrojada, lo cual le hizo hervir la sangre una vez más, iba a hacerla suya, no había pierde. La chiquilla respiraba agitada, nunca había sentido algo parecido, pero lo estaba gozando, por eso cuando comenzó a sacarle el uniforme, primero la camisa, luego la falda, al final los calzoncitos, dejándole las calcetas, pues le encantaba la apariencia erótica que tomada, esta misma se dejó manejar dócil, estaba lista para ser poseída, eso le calentó bastante a Matt, quien decidió hacerlo de la manera más suave, viéndola tan perdida, caliente, se acercó a su vulva, donde comenzaría a lamerla de manera viciosa, trataba de saborear cada parte de su piel, logrando que volviera a mojarse, aun tenía rastros de la última corrida, pero quería que fuera memorable para Bella, quien no dejaba de suspirar, gemía perdida en el deseo erótico, estaba gozándolo como una mujer, y cuando empezó Matt a restregar su verga en la entrada un deseo se apoderó de ella.
Cójame, vióleme, hágame suya – dijo la niña pérdida en el deseo que brotaba de su interior, ahogando su inocencia casi metiéndose la verga dentro de su apretado coño.
Aquello fue inesperado, más no se contendría, le dejaría meter su verga de un solo empujón, lento pero seguro, llegando hasta el fondo de su cuerpo, o hasta que vio prudente, logrando que diera un grito al que le faltó el aire, o casi, porque la tuvo que besar para poder contener el ruido, luego se acomodó de tal forma que sus piernitas estaban alrededor de su cintura, así esperaría un poco a que el dolor cesara, y es que necesitaba hacer tiempo, que Bella se relajara, pero estaba hecho, su verga había entrado, sintiendo un calor, una presión deliciosa, se perdía en aquel placer tan embriagador, quería disfrutarlo tanto como pudiera. Luego de un rato la nena se relajaba, mientras aun penetrada, ella misma se movía, deseando sentir aquel placer que superaba toda su imaginación, o eso le dijeron, pues muchas de sus amigas estaban diciéndolo, aunque la mayoría seguía virgen, pero ahora Bella era de las que sabían la verdad, pues había sido penetrada, aunque Matt era cuidadoso, sabía que no debía dejarse llevar por la emoción, un calor invadía su cuerpo, el verdadero placer del sexo se desataba como un huracán de placer, se movía con un ritmo suave con el cual trataba de hacer gozar a la nena, quien deseaba seguir, enviciándose tanto que buscaba entre gemidos los labios del guardia, besándose con pasión, aprendiendo a hacerlo con todo el deseo, pues la pequeña se encantaba con aquella sensación, moviéndose al ritmo de su amante, llegando así en pocos minutos a correrse.
Matt pudo sentirlo, como un flujo de miel corría por su entrepierna, era lo que le fascinaba de las nenas, se perdían fácil en el sexo por su inexperiencia, pero no era suficiente, necesitaba seguir para adaptarla, por ello seguiría cogiéndola, entrando con cuidado, buscando que la lolita gimiera de gusto, eso hasta que se corrió, y con su verga morcillona, comenzó una vez más a jugar con su vulva, aunque antes de eso, salió para buscar una pomada, revisando un poco el cuarto de su hermano, parecía que jugaba videojuegos, así que no le importó mas. Fue con Bella para untarse una pomada para los golpes sobre su miembro, y volverla a coger con una gracia cariñosa, le introdujo todo en su interior, logrando que la nena se relajara un poco, pues de no hacerlo cuando acabara el gusto sexual, podría decir o actuar de manera peligrosa, aunque antes bien le dijo que desde ahora era su amante, y que la volvería a hacer suya, siempre y cuando no dijera nada, pues quería disfrutarla más, cuestión que hizo suspirar a la nena, quien aceptó, dándose un beso.
Luego de ello seguiría su camino, Matt se vestiría, dejando a Bella en la cama, cubierta por una sabana, verla así representaba una victoria, sabía que con esto lograba su objetivo, convertir a las nenas en sus putitas personales, aunque ciertamente era una especie de estupidez, pero su instinto tan dominante le gritaba que lo hiciera, sin embargo antes debía ver algo, quiso buscar a Erick, abriendo su cuarto, pero no estaba ahí, lo cual le hizo pensar que había sido usado, ahora bien ¿Dónde se había metido? Eso era sencillo, sacó un calcetín para encontrarle, iba a hacerlo con Buster fuera, le dejó oler aquel rastro y lo hizo buscar, quizás había salido, pero no fue el caso.
Siguió al perro por un tramo largo, pues aquel fraccionamiento estaba lleno de casas, pero no todas estaban alquiladas, eran de lujo, no cualquiera podía pagarlas, así que siguió al K9, quien avanzó siguiendo un rastro, que no iba afuera, eso lo hacía sospechar, y al final llegó a la casa de unos vecinos, ahí había 2 chicos, una niña de 14 años, que no era tan bonita, le parecía odiosa, se trataba de esas falsas góticas, solo era una mocosa depresiva, mientras que el hermano era un intento de pandillero que molestaba a todos, con algunos 17 años, por ello con celular en mano se acercó para grabar dentro, pues no había cámaras en el interior, y desde el principio se dio cuenta algo ocurría, aunque jamás imaginó ver tanta perversión dentro del fraccionamiento privado.
La chica gótica estaba acostada en el sillón usaba unas medias negras, se había depilado la vulva, solo tenía un pequeño cuadrito, el cual lucia apetitoso, escurría su miel femenina, parecía que llevaban un rato disfrutando, pues Erick la estaba penetrando perdido en su juego, mientras chupaba las tetas, lo hacía casi como un bebe, saboreando con deleite, por si eso fuera poco la cría estaba lactando o algo así, pues una sustancia blanquecina se reflejaba en su tersa piel, además que para su edad tenía un buen par de masas de carne, las cuales escurrían aquel liquido, aunque bien podría ser semen, mismo del crio o del hermano, quien parecía recuperarse de alguna acción previa, mostraba su verga erecta, la estaba masajeando con alguna clase de sustancia, aceite o lo que fuera, y se veía listo para continuar, más no iría por el culo de su hermana, por el contrario, lo enfundo en el recto de Erick, quien pujo un poco antes de ser penetrado, cediendo el control de las embestidas al mayor, que parecía estarse cogiendo a ambos, luego diría:
Qué bien, eres un putito de lujo, mi nueva perra – decía el crio abusivo.
Si, mm, bien que le gusta la verga como a mí, mm – dijo la hermana mientras era cogida.
Oye, pero seguro que la puta de tu hermana no nos fastidiara – decía el mayor de todos.
Mejor tráetela, mm, seguro que la convenzo de ser mi puta, ah – aseguraba la gótica.
No creas, mm, es bien necia y terca, ahh, le gustan más grandes – decía Erick mientras lo cogían.
Lo mismo digo, ya la traté de coger, pero no se dejó – aseguró molesto el mayor del trió.
Era una visón un interesante, pues era un trió de pervertidos pensando en cogerse a una nena, aunque le enojo porque Matt se sentía con poder sobre su nueva conquista, pero eso ya no importaba, se decidió a seguir grabando tanto como podía, notando como estos follaban, y es que el mayor estaba encendido cogiendolos, duraron al menos media hora más, abusando del culo del menor por un rato, hasta que se corrió de manera explosiva, dejando al chico con las nalgas rojas goteando semen, y su verga exprimida por una boca experta en mamadas, pero al momento que acabaron, el vigilante se había retirado, guardando evidencia para evitar que después le hicieran algo, pues como creyó, estos trataron de chantajearle en cuanto lo vieron.
Fue gracioso ver como el mayor de los hermanos intentó sacarle dinero unos días después, o al menos quería algunos favores, llegó tan engreído, pensando que podría hacerse el rudo, sintiendo que era capaz de todo, cuando el mismo Matt lo agarraría del cuello furioso, dejando ver una cara de loco para intimidarle, mostrándole como fue también grabado violando al chico, pues este era menor de edad, y cualquier al verlo imaginaria que el culpable era este, lo cual detuvo los aires de grandeza del cretino este, en cierta forma estarían en la misma situación, pero el vigilante diría:
No idiota, yo tengo la ventaja, si me delatas, yo subo esto a internet, donde todos lo verán, incluso en los periódicos, pero a diferencia tuya, tengo amigos en la policía, lo olvidas, puedo escaparme fácilmente, no me encontraran, pero tu terminaras mal, odiado por todos, señalado, convertido en escoria, te atraparan y te meterán en prisión donde será la perra de algún guardia, al final solo una bala en la cabeza te salvara, te metiste con quien no, así que te calmas, o te aseguro, tú y tu hermana terminaran en la mierda – fueron las palabras de Matt que helarían la sangre del chico.
Luego de eso se marcharía el chico, un pequeño drogadicto que se hacía llamar psicos, junto con Naty, otro diminutivo, no les gustaba la idea de ser descubiertos, pero una especie de pacto de silencio se había dado, por el momento, aunque eso no le importó mucho a Matt, porque ese día era su descanso, y había quedado de ir a beber con su amigo Boby, al mismo el local de la otra vez, y gracias a la hora tendría tiempo de sobra. Dejando al perro libre, que fuera por donde quisiera dentro de la zona, por lo que fue muy tranquilo a su compromiso, llegando para encontrarse a su compañero jugando con las carnes de Matilda, disfrutaba de un juego sexual gracias a la poca gente, además que el dueño les miraba como si estuviera contento con eso, dejando que el policía hiciera cuanto quisiera al cuerpo de la mesera, quien se perdía entre las caricias, además parecía que esta no se hallaba laborando, por lo cual eran libres de ser tan calientes como deseaban.
Ah, con que ya empezaste, bonita forma de dejar a uno hambriento – decía Matt mientras le traían la carta, siendo en este caso Carmela, quien olía bastante bien.
Tu tranquilo, estás solo porque quieres – se burlaba un poco Boby, mientras sobaba el cuerpo de Matilda casi como si quisiera desvestirla en ese momento.
Tranquilo cariño, deja algo para después, mm, sabes que puedes hacerme lo que quieras – decía con una voz sugerente la joven.
Mm, que rica estas, luego te voy a hacer que te ahogues con lo que tengo acá abajo – aseguraba Boby mientras disfrutaba del cuerpo de la chica, que apenas traía unos shorts y un top ajustado.
Al cabo de un rato estaban cenando los 3, pues no dejaban de divertirse los 2, molestando a Matt, quien se empezaba a enojar, pues se suponía que debían hacer eso fuera, lo habían dejado atrás, pero súbitamente le dirían.
Oye, porque no pruebas suerte con la Carmela, seguro que ahora si te hace caso, escuchó cada cosa que le dijimos esta semana, seguro que le escurre allá abajo – decía con cinismo Boby.
En buen momento lo decía, pues la joven se le acercaba, y Matt no estaba de buen humor por su actitud, pero le gustaba la chica, esas malditas curvas eran para morir por falta de sangre, así que no lo dudo cuando ella preguntó por si querían algo más, a lo cual respondió con una confianza maliciosa: cuanto porque tú seas mi siguiente plato; una frase un tanto vulgar, pero cargada de un erotismo difícil de resistir para la chica, quien se sentía nerviosa, no sabía cómo responder, lo cual asombró al muchacho, quien no perdió tiempo jalándola un poco, sobando su culo con cuidado, mientras el jefe las veía con cierta cautela. Un ligero accidente se daría cuando el Cholo, un imbécil de unos 30 años llegaría, pensando que tendría oportunidad con Carmela, pero al verla en brazos de Matt, y estando algo drogado, no perdería tiempo buscando pleito, mala suerte, pronto el guardia le daría un buen golpe que le dejaría con la nariz sangrando, mientras que el ganador se decidía a llevarse a la muchacha fuera como si la reclamara para algo ardiente, el teatro que había armado Boby salió bien, pues había apostado fuerte contra el trailero que yacía en el suelo noqueado, mientras que su amigo se iba con su cita, pues no tenía tanto tiempo, ya era noche, debido al cambio de estación el atardecer duró poco, estuvieron un rato caminando, parecían una pareja normal, por suerte Matt había bebido un par de botellas, nada que le emborrachara demasiado, estaba muy consciente, ansioso por tomar ese cuerpo, gozarlo como debía, lo ansiaba, pensaba en pasar un rato agradable, se la llevó a la zona residencial, para poder coger con gusto.
Tú vives aquí – decía algo sorprendida Carmela viendo el lugar.
No del todo, debido a la situación trabajo aquí, vivo de cierta forma, me pagan bien, y espera ver lo que te voy a hacer preciosa – decía sin ningún pudor tocándole los pechos mientras la jalaba.
Realmente era un bruto, pero se portaba tan dominante que no se podía resistir la pobre chica, quien antes de que pudiera decir o hacer algo, acababa dentro del pequeño cuarto, donde el joven la dejaba en la cama, casi aventándola a la cama, dejando ver su dominio, casi le arrancó la ropa, empezando a besar cada centímetro de su piel con un deseo irrefrenable, se notaba la carga sexual del hombre, quien se desvestiría de manera natural, pero en un ritmo acelerado, mientras tenía a la mesera frente a él dejando a la vista unas preciosas formas, también se desvestía, apenas usaba una lencería bastante sugestiva, dejaba poco a la imaginación, encendía el deseo.
Como estás rica, vas a ver cómo te hago gemir – decía con ardor en su boca Matt.
Si tanto me deseas, has que me enamore de ti, ahora – retaba Carmela de manera intensa moviéndose de manera sugestiva, ofreciendo su cuerpo.
Esas palabras, eran un desafío que deseaba intentar, no perdió tiempo, quería hacerlo, miraba a la muer frente a sus ojos, la sangre le hervía, deseaba poseerla, comenzó a besarla, sobando cada parte de su cuerpo, despertando la lujuria en cada caricia, sus cuerpos ardían, mientras despertaba la excitación de aquellos cuerpos, empezando una conexión entre ambos, un calor intenso se sentía entre cada toque, los preparaba para el evento que estaba realizándose, besos cargados de un impulso primitivo, el cual los guiaba al éxtasis, las ultimas prendas del cuerpo de ella serían arrancadas, dejando que el joven pudiera hacer con ella lo que tanto quisiera, mientras Carmela se entregaba perdida en los brazos de Matt, quien no se podía más que lanzar a su labor, hacer gemir como una puta a la hembra frente a él, estaban tan concentrados en eso que ni se dieron cuenta el instante en que la verga del joven entraba en esa vulva jugosa, empezando así un vaivén sexual que inundaba el colchón con sus jugos que despedían una fragancia pérfida, perfecta para aquel momento, haciendo mas intenso el instante de su vaivén, una acción tan fuerte, la cual estaba haciendo estragos dentro de la mesera por el ritmo endemoniado, pues en ese momento el joven se hallaba cargado de un libido tan feroz, que no lograba pensar en nada más que encajar su miembro dentro, y la cueva que lo recibía, escurría, aparte ardía por dentro, estaba escurriendo de mieles fragantes, unas que empapaban las sabanas para dejar grabado ese momento, mientras ella sólo acertaba a decir:
Ah, en serio eres cosa seria cariño, me estas matando, mm – apenas pudo decir Carmela mientras comenzaba a correrse.
Ahora vas a ser solo mía – dijo casi como una bestia Matt mientras embestía con un movimiento continuo de sus caderas, ese cuerpo le encantada, era como si le chupara con su parte inferior la verga, por ello iba notándose cada vez más eufórico al hacerla suya.
Esto solo era el comienzo, la joven quedaría perdida en ese encuentro apenas con el primer orgasmo, sus fantasías quedaron cortas al creer que lo pasaría bien, al menos en la potencia de su pareja, quien parecía un toro cogiéndola, logrando que la pobre se corriera un varias ocasiones, primero en la cama como el misionero, pero pronto la pondría de a 4, aunque la levantaría para alcanzar sus pechos, aferrándose a su cuerpo como si su vida dependiera de ello, lo cual por segundos era posible, pues sentía como si se desvaneciera en cada embestida, y más cuando llegaba a correrse en su interior, deseando sentir ese calor invadir su útero.
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