Ella es más..
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por xicojuu.
María y yo tenemos una relación muy estrecha, somos muy buenos amigos de clase en la universidad, pero mis sentimientos van más allá, a mí me gusta desde hace tiempo, pero no me atrevo a confesarme, y tampoco sé cómo avanzar para transmitirle mis sentimientos. Estoy atrancado.
Un día, en casa de María, mientras ella se duchaba, me animaba a mí mismo para acercarme más a ella. Cuando me quise dar cuenta, lo hacía en voz alta, y su hermana pequeña Ana me escuchó. Lejos de chantajearme, me dijo que me ayudaría con María. Por miedo a que se fuera de la lengua si me negara, pensé que sería mejor aceptar su propuesta de ayuda. Así, ella empezó a venir a mi casa y a racanearme la play y el ordenador, a parte de darme consejos. Con forme pasaban los días, Ana y yo confiábamos más el uno con el otro, y era ella la que acababa hablándome de sus problemas con sus amigos, aunque yo seguía hablando sobre María, era la única que seguía en mi mente.
Nos volvimos tan cercanos, que María me pedía que la acompañara a clases de baile, ya era en el centro de la ciudad, y volvía tarde por la noche, y era preferible que no volviera sola. En uno de esos días, al volver y mientras hablaba con ella sobre algún plan para conquistar a María, empezó a caer una fuerte tormenta, vinendo de la nada hasta el punto de cortar calles como si fueran ríos, por lo que decidí ir a mi piso que se encontraba cerca para resguardarnos y esperar a que amainara.
Estábamos empapados, por lo que decidí entrar primero a la ducha, por lo que me quité la camiseta, y no tuve otra cosa mejor que decir: "Me encataría haber estado en esta situación con tu hermana, sería una buena oportunidad para.." pero antes de poder terminar la frase mientras soñaba despierto..
-¿Por qué..? Dime.. ¿POR QUÉ SIEMPRE ELLA? ¿QUÉ TIENEN LAS MAYORES QUE NO TENGA YO?
Y aquí estamos. Su grito llegó hasta mis huesos, sus lágrimas hasta la última vena y arteria.. Jamás me había esperado esa frase, y menos a pleno pulmón. No podía moverme.. O más bien, no me atrevía a moverme..
-Yo.. Todos estos días.. He querido estar más y más cerca de ti.. Pero tú sigues y sigues Y SIGUES CON ELLA JODER..
-Ana.. Yo..
-Dime..
Me dijo mientras se acercaba a mí, y con un suave empujón en el pecho me tiró a la cama. Mi cuerpo estaba frío y sentía que pesaba menos que el aire. Tras esto, ella posó sus rodillas en la cama y se subió en ella sobre mí. Sin apartar la mirada de mis ojos, me dijo..
-¿No tengo también unas piernas? ¿Unos muslos?
Suavemente, pasó sus dedos por su pelo detrás de su oreja.
-¿Y no tengo pelo? ¿Un par de ojos, con una nariz y una boca? ¿Unos labios? ¿No tengo un cuello? ¿Dos pechos?
Dijo a pesar de obstentar un gran valle en comparación del par de Everets de su hermana.
-También tengo un ombligo.. y un..
Antes de terminar, y distraido por sus palabras, sus labios llegaron a acercar a los míos, y me besó, intentando mover la lengua con insistencia e inexperiencia. Sentía que me fundía en la cama, que mi cuerpo se volvía líquido.. Solo podía responder. Tras llenar nuestras bocas de saliva, Ana alzó el cuerpo, y se quitó la chaqueta empapada, dejando ver un translucido maillot, que no duró mucho puesto cubriendo su cuerpo. En el silencio, y al ver esos pechos en producción, mi consciencia volvió veloz.
-NO.. No podemos.. -Dije mientras tapaba mis ojos con mis manos-.
Ella me cogió las manos y las puso sobre sus pechos. Por mi mente solo pasó una cosa en ese momento: SUAVIDAD. A pesar de estar mojada, sentía una fuerte calidez.. Una calidez que de alguna manera buscaba en cierta persona.. La cual no lograba recordar.
-Yo también tengo piel.. Y huesos.. Y músculos.. Y.. Sentimientos.. No tienes que decir nada.. Solo quédate conmigo así.. Por favor..
Mientras observaba su cara roja como un tomate, mis manos solas fueron a sus muslos, a sus mallas moradas, bajo su pequeña falda. Sentí miedo, miedo de hacerla daño, por lo que de alguna manera, me dejé llevar por ese momento.
Ella bajó la cabeza, y besaba mi pecho mientras subía mi camiseta. Yo apretaba y tiraba de esos mallas mientras ella emitía dulces sonidos. Mi respiración era pesada, y sentía también peso en..
Se ve que ella lo notó, porque empezó a rozar con su entrepierna. Sus manos bajaban por mi vientre, y desabrocharon mis pantalones, mi miembro quedó libre, y sentía que iba a explotar. Sus pequeñas y cálidas manos tocándomela no hizo más que me fundiera con el momento totalmente. Yo empezé a deslizar sus mallas hacia abajo. Ella se posó su torso desnudo encima del mío. Lo único que recuerdo de ese pequeño momento, fue el roze de nuestros cuerpos.
Cuando quise darme cuenta, sentía la punta de mi miembro tocando una suave piel que se abría y dejaba paso.
Extremadamente húmedo. Quise mirar, pero había una falda morada que impedía ver lo que pasaba debajo. Sentía unas manos que me rodeaban, que intentaban apuntar, por lo que suavemente, puse la mía encima y la ayudé, rebuscando el hueco.
Una vez encontrado, sentía como inundaba ese pequeño cuerpo poco a poco, sus caderas bajaban, y una mezcla de placer y miedo me recorría desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies. Miedo que desapareció una vez que recibí ese abrazo, que correspondí emocionado. Ella temblaba, y su respiracón era agitada, me daban aun más ganas de protegerla entre mis brazos. Sentía que mi cara no cambiaba, pero dentro de mí, la emoción era inimaginable. Mis manos en su trasero, encima de su falda, ayudó al movimiento de su cadera, mientras por mi cabeza pasaban toda clase de pensamientos.
Lo sentía.. Sentía como Ana estuvo cerca de mí todo este tiempo, como su mano estuvo ahí cuando lo necesitaba. Y yo.. No estaba.. Mis pensamientos se entrecortaban cuando escuchaba el gemido de Ana al lado de mi oido. Mis labios besaban su cuello por inercia.
Me gustaba. Me gustaba esto. Y me gustaba ella. Nervios es lo que sentí en mi estómago cuando esa idea se clavó en mi cerebro. Apreté sus nalgas, y mordisqueé su cuello, lo que le siguió un fuerte grito de placer.
..
..
..
No se cuanto había pasado.. puede que 5 minutos.. puede que 2 horas.. Yo solo quería que durara para siempre. Hasta que sentí como dejaba escapar todos mis nervios dentro de ella. Ella me abrazó al cabeza, tiró de mi pelo, y yo dejaba undir mi cara en su piel, con un abrazo de respuesta.
De nosotros dos, solo aliento salía de nuestras bocas, y de vez en cuando un ahogado "te quiero", casi indeludibles. Nos quedamos así pegados, unidos, durante un buen rato.
-Tenemos que volver..
-¿Por qué..? ¿No puedo quedarme contigo un poco más?
Le cogí de las manos, y entrelacé nuestros dedos.
-Estarás conmigo mucho más.. Quiero que estés.. A partir de ahora, conmigo.
Noté como Ana agachó la cabeza, tapándola con mi pecho. Noté un besito y un "vale". Ella se levantó y dijo que se iría a duchar primero. Yo no podía moverme del lugar, por alguna razón, ahora mi cuerpo parecía plomo y mi mirada perdida en el techo. Tras ducharnos por separado, nos cogimos de la mano, y salimos del piso, como si la tormenta ya amainada nunca hubiese pasado.
Sentía como si mi corazón hasta entonces estuviera atado a alguien.. Pero ahora se siente.. Cogido de la mano de alguien.. Se siente mucho mejor.
Hasta aquí el relato, escrito por xicojuu 😀 como de costumbre, este relato es ficticio, y cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
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