Ella me invito a cenar a su casa
Primero relato en su casa e inicio de mas fantasias.
Ella me invito a cenar a su casa, yo llevaba una botella de vino para acompañar la cena, comimos, charlamos y las palabras fueron subiendo de tono, dándonos cuenta que éramos compatibles, teníamos las mismas fantasías, platicábamos de nuestros gustos, las ocasiones cuando teníamos pareja y las cosas que hacíamos en los intercambios, tríos, juegos eróticos, nuestras visitas al cine rio, las cabinas y el cómo disfrutábamos cada situación; ya era más noche, la luz de las lámparas era tenue por lo que recorrimos las cortinas para que entrara la luz de la luna llena, alumbraba el espacio y le daba un aspecto sensual a la noche, empezamos a sentir calor y nos fuimos despojando poco a poco de nuestras prendas.
Ella traía un vestido corto sin mangas negro que con la luz de la luna se transparentaba el pezón de su brasier de encaje, que cubría justo lo necesario; él, no sé si por descuido o una jugada maestra dejo caer la copa de vino cerca donde yo me encontraba, y sin pensarlo tanto se agacho de espaldas a mí y pude ver su diminuta tanga igual de encaje negro que traía, no pude contener las ganas de sentir su calidez y metí la mano hurgando entre su tanga, estaba húmeda, sensible solo escuche un ligero gimoteo y volteo sonriendo sensualmente.
Con toda la ansiedad la jale hacia mí, le baje los tirantes del vestido e hice a un lado ese diminuto brasier para primero tocar con mis manos sus senos y en especial su pezón, que al sentir la caricia reaccionaron y se pusieron duros, listos para ser saboreados con la lengua, ella lo gozaba y se notaba en cada gemido que hacía, eso la calentó más, me dijo que me levantará del asiento y nos fuéramos a la sala, allí aprovecho para bajarme los pantalones y darme la mejor mamada que hubiera tenido, agarro con sus dos manos mi verga la acaricio con suavidad, subiendo y bajando primero lentamente y después con rapidez, tratando de lubricarla cuando la dejo bien parada se agacha y me la empieza a mamar, succionándola poco a poco y recorriéndola con la lengua
En la excitación la agarre del cabello para guiarla y metérsela hasta la garganta, era tanto el placer que tuve que contener venirme en su boca aunque era lo que más deseaba, ella se dio cuenta y con una sonrisa pícara se levantó y allí en el sillón se montó de frente a mí, para que así pudiera chuparle esos ricos pezones.
Estábamos tan excitados que no medimos nuestros gemidos de placer, era un concierto de gritos, suspiros gemidos, y olvidamos por completo que estaban sus hijos dormidos, de repente se escucharon unas risitas, volteamos a ver y eran ellos, estaban viendo el espectáculo pero como el ambiente estaba oscuro solo se veían siluetas, su hija la mayor después de estarse tocando se acerca a mí y me agarra la verga con su mano, su mamá se levanta y la deja que yo toque sus tetas, pezones y meta la mano en su vagina que estaba chorreando, mientras ella se masturba viendo como lo disfrutamos, le digo se siente en el sillón y empiezo a chupársela, esta deliciosa chorreando mientras su mamá se toca, se mete la mano dándose placer.
En eso suena mi celular y era Carlos que me andaba buscando, ella con un ademan me dice que lo invite a la casa, lo mejor es que buscaba acción y estaba cerca del rumbo, le digo que tengo dos mujeres y que sería bueno tener a un amigo más, él sin dudarlo dice que va en camino, mientras nosotros seguimos con los toqueteos, en ese momento su hija se levanta y ella aprovecha para chuparme la verga mientras la hija me pone las nalgas para que le de unas nalgadas, me encanta como queda marcada mi mano en esas nalgas.
Tocan la puerta, es Carlos que llega con todas las ganas va desabrochándose la camisa y quitándose el cinturón mientras lo recibe la hija, masturbándolo para que se le ponga duro, en el ambiente se respiraba una mezcla de olores y sonidos, que bajo la luz de la luna envolvía placer en todos los sentidos, ellas ya no solo querían que las tocáramos, deseaban sentir como las penetrábamos, en eso la hija se vino conmigo la recosté en el sillón y primero con la punta de la verga acaricie sus labios, y entre gemidos de placer, poco a poco fui metiéndolo más hasta hacerla mía, quería que sintiera y gozara ese trozo de carne dentro de ella, mientras Carlos se deleitaba con esas ricas mamadas que solo ella sabía dar, poniendo a su amigo en estado erecto, por lo que ella se paró y se subió en él y con ritmo se la metía y sacaba, él estaba extasiado de como cabalgaba sin frenesí, la levantó y la puso de a perrita, lista para cogerla por el culo, se veía un culo apretado pero conforme su verga avanzaba hacia esa cueva le causaba tanto placer; mientras yo con la chica le seguía chupando y con sus manos me guiaba a donde ella sentía placer, y yo consintiéndola para que gozara y recordara esa vez que la cogieron.
La lujuria estaba al máximo, por lo que yo quería volver a sentir esa vagina tierna, la embestí metiendo toda mi verga que ya no resistía más, se sentía cálido, suave, apretado, cuando iba entrando era inigualable ella se retorcía de tanto placer y me pedía más, no pude contenerme y me vacié en ella cuando saqué mi verga, salió un chorro mezclado de semen y flujos de ella.
La escena era por demás caliente, solo nos dedicamos a gozar, y otra vez nos olvidándonos que había más gente, su hija e hijos más pequeños, veían azorados pero con cierta lujuria, tocándose por encima de sus ropas, ver siluetas moviéndose rítmicamente, gemidos y el aire con olor a sensualidad los había transformado; con una mirada de complicidad, le preguntamos a su mamá, y entendió que solo estaban viendo, por lo que con un ademán les preguntó que si querían ver y estar más cerca, acercándose de inmediato a presenciar muy de cerca el espectáculo, habían despertado su sexualidad, era momento de que empezarán a aprender…. Continuará.
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