En la escuela
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace unos años mientras estudiaba trabajo social, tuve muchos amigos, es decir buenos amigos, dentro de los cuales, estaba Mario, un chico no guapo, pero si muy simpático que en realidad me daba muestras de que yo le gustaba, tomábamos algunas clases juntos, pero la clases que más disfrutábamos era la de teatro, en la cual también estaba Luis, aunque el como maestro, ambos buenos amigos y ambos mis amantes.
Mario era un descarado, en los ensayos, siempre me buscaba cachondear, no tenía recato por lo que había que tenerlo muy controlado, un día al término de la clase, sólo estábamos los dos, me preguntó, qué pasó chaparrita cuándo, se me acerco y estando yo sentada, posó de frente y sus brazos se estiraron un poco y tomó mis senos, yo me puse muy caliente, me pare e intercambiamos, ahora él se sentó y yo quede parada de frente, no desaprovecho y aun cuando llevaba un vestido largo, subió con gran agilidad la parte baja de éste, quedando al descubierto el rojo calzón de encaje que es día llevaba, su mano movió hacía un lado el calzón y sus dedos toscos acariciaron en forma ágil el pequeño botón del clítoris, yo de inmediato reaccione, mostrando síntomas de excitación, me preguntó si me sentía cómoda, recuerdo que sólo pude decir que si con la cabeza, ya que estaba por demás disfrutando de la deliciosa frotación que recibía, se levantó y sin quitar su mano de mi entre pierna, tomó mi cara con la otra mano y me beso con un calor que no dejaba dudas sobre su excitación.
Como no había nadie mas en la sala de ensayos, me comentó que hacía mucho tiempo estaba deseando un momento como este que no lo iba a desaprovechar, así que cuando me di cuenta ya había desabrochado mi vestido y tiraba del cierre, por un momento pensé en detenerlo, pero la cosa ya estaba muy lejos de poder parar, el vestido salió volando y él continuó quitando piezas de mi ropa hasta que quede completamente desnuda, me dijo valla que bonito cuerpo tienes, tu culito es una delicia, me sentó sobre la banca y el se hincó, abrió mis piernas de tal modo que mi vagina quedo a su merced, levantó un poco mis piernas y puso su lengua directamente en el clítoris, sentí escalofríos, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, sude como hacía mucho no transpiraba, el pasaba una y otra vez su lengua por toda mi panocha, no lograba mantener quieto mi cuerpo, sentía temblores y un calor me invadió de tal forma que sólo pude decir ¡ya¡, ¡ya por favor!!!!!!!!!. Él se detuvo y me miró, como alguien que no te conoce y extrañado me preguntó que si me había gustado. Sólo atine decirle tu que crees, para entonces, él tenia la verga a punto de reventar, desabroche su pantalón y baje sus calzones, no daba crédito, grande y gruesa, además de brillar y tener un tono de piel broceado, un hermoso ejemplar, se puso frente a mi y yo sentada lleve mis manos hacía su verga, la tomé y subía y bajaba con ambas manos su prepucio, él también daba signos de estar lejos de aquí, sus ojos denotaban ausencia, de pronto fija su mirada en mí y me dice, deja meter esta verga en tu rica panocha, no quiero venirme sin haberte cogido, me levantó con ambos brazos y me alzó hasta quedar a la misma altura y nos trenzamos en un escandaloso beso, que mostraba cuanta contención fuimos capaces de guardar, pero el dique ya no podía más así que reventó.
Acto seguido me levantó el vestido hasta que salió por encima de la cabeza, entonces observe como me miraba, sus ojos se tornaron lujuriosos, me dijo valla que estas deliciosa muñequita, pasó sus manos por mi espalda y desabrochó mi sostén, mis senos se liberaron y el tomó uno en su mano y bajo un poco su cabeza y aprisionó el pezón sólo con los labios, sin presionar fuerte, sólo acariciando de lo mas rico, la mano que estaba libre se introdujo en mi pubis el cual aun se encontraba protegido por la tanga, acarició mi panocha intentando introducir uno de sus dedos, esta acción me hizo temblar de excitación y di un ligero respingo, me preguntó si deseaba que todo su chile penetrara mi vagina, no pude emitir palabra alguna, sólo asentí con la cabeza, sin dudarlo me bajó el calzón y se sentó en la banca que estaba cerca y me dijo, ven chaparrita siéntate aquí, quiero ver como te la tragas putita, me acerque y lo bese con una pasión que hasta ese momento no había sentido, tome su verga con una mano con la otra acaricié su cara y lo volví a besar, puse su verga en el centro de mi panocha y me deje caer poco a poco, él exclamo, -tu si sabes como comer verga mamita, todo adentro, tuve que permanecer quieta un momento mientras mi vagina se acomodaba al grosor y lo largo de este rico camote, una vez pasado el trance comencé a moverme primero despacio y después un poco mas rápido, él me besaba las chiches y succionaba mis pezones y les daba pequeñas mordidas, me tomó de la cintura y me subía y bajaba con gran intensidad, su tronco tocaba fondo, sentía como se abrían mis paredes vaginales para poder recibir todo su instrumento, por un momento me sentía invadida de placer, cerré los ojos y sólo me dejaba llevar por la oleada de calor intenso que se expandía por todo mi cuerpo, siendo su origen en lo más profundo de mi ser.
Tomamos aire y me pidió que me acomodará en cuatro patas, hice a un lado las ropas de ambos y me acomode como él lo pidió, levante un poco el culo y el me acarició toda la raja, mencionando que era una verdadera maravilla tenerme en esa postura, beso suavemente mi culito e introdujo su lengua en mi anito, me hizo derretir con esa caricia, acomodo se verga en la entrada y como se encontraba totalmente mojada, su verga se deslizó como un afilado cuchillo sobre la mantequilla, y me derretía de gusto, me tomo de la cadera y me sometió con fuerza, sacaba su verga y la hundía de un solo golpe, duro y fuerte, yo por mi parte acomodaba la panocha para que su entrada fuera profunda e intensa. Hacía movimiento circulares para que sintiera los apretones que por cierto me salen de maravilla, de reojo volteaba para mirar su cara la cual se encontraba desencajada, él también lo estaba disfrutando, tanto como yo o más, se agacho y quedo pegado a mi sin sacar absolutamente ni un centímetro de verga, con las dos manos me acariciaba las chiches, las apretujaba, parecía que las quería exprimir, voltee un poco y alcanzo mis labios y nos trenzamos en un delicioso beso, eso lo motivó a darme verga con más intensidad, nuestros cuerpos ya sudaban con intensidad, me preguntó si se podía venir, le dije que aun no, que necesitaba mas verga que lo estaba disfrutando como nunca, no le costó trabajo aceptar, así que se zafó, y se recostó en el piso, le pregunte si no tenía frió, sólo dijo, frió si lo que no aguanto es el calor mamacita, acostado boca arriba me pidió que lo motara, ven ensártate en tu verga chiquita, veras que lo vas a disfrutar, me trepe y con una mano guíe su camote y lo puse en la entrada, él empujo y de un solo embate se me fue toda, con movimientos pausados comenzamos a movernos, me volvió a tomar lo senos y jugaba con ellos estaba encantado con mis chiches que aun cuando no son grandes han recibido muchos elogios de aquellos que las han podido trabajar, poco a poco sentí como estaba a punto de llegar así que mis movimientos se volvieron más intensos, subía y bajaba con mayor rapidez, él se tenso y sentí como estaba a punto de llegar no lo quería perder así que me dedique a sentir con más intensidad, su verga se hincho y logre sentir como mi vagina se expandía, motivo por el cual se desencadeno un orgasmo tan intenso que nuestro jugos y convulsiones se mezclaron, de tal forma que nuestros gritos de placer parecían uno, me abrace a él y lo bese como una muestra de agradecimiento, permanecimos así más de cinco minutos, al reaccionar, me levante e intente recoger mis ropas, en ese momento voltee hacía la puerta y sorprendí a Luis el cual sin decir una sola palabra de escabullo, no hice comentario alguno, comencé a vestirme, Mario hizo lo mismo, no tardamos en salir del salón.
Ya de camino al metro íbamos tomados de la mano, después el paso su brazo sobre mi espalda y caminamos abrazados, es notoria la diferencia de estaturas, él se inclinaba un poco para besarme y el trayecto al metro se hizo mas largo que de costumbre, para despedirnos, nos metimos en una especia de callejón, allí me beso y acarició nuevamente, subió mi vestido hasta que pudo meter su mano en mi panocha, clavó dos dedos y jugo por un momento en húmeda suavidad mientras nos besábamos con tanta ternura y pasión, saco sus dedos de mi panocha y los acerco a mi boca, regularmente no es algo que me guste, sin embargo, los acepte y chupe con cierto gusto, en realidad no sabían mal, en cierta forma sellaban nuestro amor ya que el hizo lo mismo y después de un beso delicioso, nos despedimos, no sin antes prometernos que abría más de esto.
Durante la siguiente semana la cosa estaba que ardía, yo regularmente sólo asistía los sábados y esporádicamente iba entre semana uno o dos días, pero esa semana todos los días me acompaño al metro, de hecho el día miércoles, me dijo que ya no aguantaba más que necesitaba cogerme, yo encantada, revisamos cuanto dinero teníamos y vimos que si nos alcanzaba, ni tardos ya estábamos en el hotel, por cierto uno que hacía poco yo había visitado, para nuestra mala fortuna no había habitaciones, así que parecía que todo iba a quedar ahí. Caminamos rumbo al metro y nos acomodamos en un lugar poco transitado por las personas, como yo llevaba una falda corta, casi de colegiala, no le fue difícil meter mano a su gusto, esto nos puso todavía más calientes, me besaba con mucha pasión y metía manos por todos lados, la cosa subió de tono, en un arranque me dijo que me quitara los calzones, los baje y poco a poco las fui sacando hasta quedar con mi panocha al aire, el abrió su bragueta y saco su hermosa verga, la cual ya mostraba algunas gotas de su lubricante natural, me acomodo en una especia de jardinera y me pidió que levantara un poco una de mis piernas, no sólo la levante, sino que las abrí y me estire de tal forma que su verga entro poco a poco, que delicioso fue abriendo mis paredes, la excitación era tal que por un momento no tuve conciencia de donde estábamos, él entraba y salía de mi en una forma delicada pero firme, me venció el cansancio y le pedí que me dejara descansar, él también se miraba exhausto por lo que no tuvo objeción, me estire un poco y acomode mi falda la cual seguramente la tenía mas como cinturón.
Nos movimos del lugar en el que estábamos y él se sentó en una pequeña banca y me pidió que me ensartara de frente, por un momento creí no poder, sin embargo, puede mas la calentura, así que me subí a la banca le rodee con mis piernas la cintura, tomé su verga y la puse en el centro de mi vagina y me deje caer ensartándome de un solo golpe, me abrace fuerte ya que la penetración me hizo estremecer, poco a poco se amoldo mi vagina a su grosor y nuevamente con movimientos lentos la sacaba y la metía. En eso estábamos cuando, él levantó la mirada y observo que alguien se acercaba, me dijo muy quedo que me desenganchara y sólo me acomodará como si estuviera sentada en sus piernas, así lo hice en forma instantánea, cuando llegó el sujeto por cierto policía, todo parecía normal, aun cuando seguramente no vio nada nos pidió que nos retiráramos del lugar ya que no podíamos estar en ese lugar, según el poli por que era una parte con poca seguridad, sí que no nos quedo de otra, caminamos hasta la entrada del metro, él me acompaño al pesero, durante el trayecto le dije que iba sin calzones, lo cual aprovecho para volver a meter dos dedos en mi raja, los cuales salieron mojaditos, acto seguido los metió a su boca y saboreo, nos despedimos con un rico beso y me dirigí a casa, al llegar ya se encontraba mi marido, le di un beso y pase al baño, sentía un calor insoportable, yo necesitaba terminar, así que cene rápido y le pedí a mis esposo que ya nos fuésemos a dormir que estaba cansada, aunque en realidad necesitaba su verga para terminar lo que Mario dejo a medias.
En las semanas siguientes buscamos espacios para poder disfrutar un poco de estos placeres, prácticamente ocupábamos los días en los cuales teníamos clases de teatro, durante los ensayos de una de las obras que se pretendía montar, ocasionalmente nos esperábamos hasta el final, no perdíamos tiempo así que le dábamos vuelo al deseo, en una ocasión, tuvimos que trabajar hasta tarde, era temporada de lluvias, como llovía muy fuerte la escuela lucía vacía, en el grupo de teatro sólo estábamos como 4 personas, situación que provocó que no se tuvieran actividades, el maestro se tuvo que retirar y dos compañeras más decidieron hacer otras tareas, así que nos quedamos solos, me abrazo por la espalda y masajeo mis pechos, me calentó pegando su verga a mi trasero, nos besamos de los lindo, yo llevaba un vestido de una sola pieza que es muy flexible, de tal forma que en poco tiempo estuve desnuda, tan solo con mis medias, un calzón y mi sostén, él se hincó y acercó su boca a mi panocha, movió un poco el calzón y lamió ricamente, pasaba su lengua de tal manera que recorría desde la unión del ano y la vagina, hasta la punta del clítoris, me temblaban las piernas, mis jugos empapaban deliciosamente mi raja, no podía más, así que le pedí que me ensartara, se paró y me beso de tal forma que compartió conmigo el sabor de mis jugos, me prendió aun mas, le desabroche el cinturón y el pantalón, metí la mano en sus interiores y libere su gran verga, me incline un poco y la mame con gusto, él me tomó de los hombros y me acomodo frente a un mesa banco del salón, tome el respaldo e incline mi cuerpo, levante un poco el culo y sentí como acomodo su verga en la entrada, abrió un poco mis nalgas y apunto, le dejó ir con mucha fuerza, sólo alcance a soltar un suspiro, así permanecimos un buen rato, hasta que nos canso la posición, sin sacar su verga me cargó y me llevó hasta el escritorio, me saco por un momento su buena herramienta y me acostó boca arriba, dejando mis piernas al aire se acomodó y me hundió su delicioso chile, me tomo los pechos y empezó un mete y saca delicioso, me jalaba de las piernas para hacer mas profunda la penetración, yo apretaba mi panochita para que él sintiera como me lo estaba comiendo, su verga tomó una dureza impresionante yo me sentía en el cielo cerraba los ojos para disfrutar aun más, paró un momento y me dijo que me recorriera en el escritorio y que me volteara acomodándome de perrito, él se subió al escritorio y se acomodó detrás de mi, acarició por un momento mi panocha que estaba mas que preparada para volverlo a recibir, abrió mil labios y puso la cabeza de su instrumento, empujo un poco y su cabeza volvió a entrar en mi, tomo impulso y me la dejo ir en una forma que yo sólo atinaba a decir, no pares quiero mas, me haces sentir muy bien dama más por favor, el motivado por mi suplica, la dejaba ir casi completa en cada envión ya que la sacaba y la volvía a meter de un solo golpe así estuvimos un buen rato hasta que yo comencé a estremecerme, él me estaba regalando un delicioso orgasmo, me empujo aun más cuando sintió que me venia y como locos continuamos con un mete y saca furioso, sentí como su cabeza crecía en mi interior y después como me llenaba de su leche, mas por favor dame toda tu leche quiero saborear de tus jugos. Permanecimos así pegados por un rato mis piernas no podían más, el cuerpo se venció y me deje caer, él sobre mi sin sacar un centímetro de su rica verga, durante un buen rato nos quedamos así quietos, hasta que su camote se hizo pequeño y con facilidad salió de mi interior.
Me dijo, hay chaparrita eres una mujer sensacional, tu marido si que se sacó la lotería contigo, eres una delicia, nos vestimos y me acompaño como de costumbre no sin antes darnos uno que otro beso apasionado. Cuando llegue a casa mi marido aun no había llegado, así que me dio tiempo de lavar un poco mi vagina, un poco más tarde él me ensartó, sintió mi panocha un poco inflamada, yo sólo pude decir que quizá tenia infección.
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