EN LA SALA CON MI NOVIA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
SIempre acostumbraba a visitarla de noche, sus padres estaban viendo algun programa en la tv, sus hermanas se acostaban temprano. Ella y Yo nos quedabamos solos en la sala. Ella tenía unas expectaculares tetas, blanca y rubia, tremendo culo, que mis amigos siempre me decian que buena esta tu novia, hermosas caderas que al caminar su movimiento me decia "ven esto es tuyo", su cintura delgada, sus manos suaves, y sus labios tenian un sabor muy rico al besar.
Pues llegaba el momento de explorar sus encantos siempre cuidando que nadie llegara (era más excitante) comenzaba desabrochando su blusa, el cual, me daba cuenta que no andaba sostén, comía largamente sus pechos suaves y grandes haciendo gemir suavemente en el sofá, cada chupada de sus pesones eran gritos contenidos dentro de su boca, después bajaba hasta el mejor lugar del mundo, donde ella ya tenía preparado el banquete, sin calsones, veía su tortita tan grande y mojada que no aguantaba por comerla, la mordia y acariciaba freneticamente, hasta que ella llegaba al orgasmo incontenible, asi pasabamos como una hora.
Luego la siguiente noche era exactamente igual, solo que esta vez ella desabotonaba mi pantalon y sacaba mi pene erecto y comenzaba a mamar como una ternerita, era demasiado rico para describirlo. Habian noches que lo haciamos en la puerta de su casa, afuera, no pasaba ni un alma por ahi, quedaba loco de tanto sexo, Pues una tarde me llama por telefono y me dice que estaba sola, que queria que llegará, pues ni habia colgado el auriciilar cuando ya estaba ahi, su familia iba a llegar hasta el siguiente dia, era mi opórtunidad, pues comenzamos desde las tres de la tarde, ahi la desnude por completo, ella estaba tan caliente que no aguantaba más esperar, empeze a chuparle los pezones, baje hasta su vulva y fueron incontables los orgasmos que tuvo que en cada orgasmo eran gritos de placer.
Sus caricias hacian explotar mi pene, sus mamadas eran como una aspiradora al maximo, sacando mi semen, fue realmente inolvidable, llego el momento de meterle mi pene por su rajita, eran enbestidas de toro, su tortita pedia más y más y Yo aguantandome las ganas de expulsar y no queria, cuando terminamos eran las diez de la noche, ya que descansabamos y seguiamos, lo bueno de tener 18 años y ser deportista nato. Ahora estamos casados y tenemos dos hermosos gemelos, y aun son tan poderosos los encuentros que tenemos que no creo que haya otra mujer que pueda satisfacerme como ella lo hace.
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