En las garras de mi ex novio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo nunca había salido de mi hogar, todo era muy conservador en él. A los 18 por cuestiones de economía familiar, solicité un trabajo en un pueblo cercano, era en una librería, la más grande que había allí. El encargado era Miguel un hombre de unos 30 años, a quien don Roberto el dueño, lo había puesto al frente de su negocio. Desde el principio vi que yo le interesé a Miguel, quien era bien parecido y elegante, siempre andaba limpio y bien vestido. Las otras mujeres que trabajaban en la librería me decían que tuviera cuidado con Miguel.
Pasaron las primeras semanas y Miguel era muy atento conmigo y me invitaba a almorzar y me hablaba bonito. Debo decir que yo soy morena clara, soy llenita, mis bubis eran grandes para mi edad, tengo bonito trasero con anchas caderas y soy de ojos grandes. Aunque pocos lo crean aún era virgen a los 18, solo había tenido un novio, que lo más que me hizo fue besarme mis bubis.
Fue durante un almuerzo, 3 meses después de haber empezado a trabajar que Miguel me pidió que fuera su novia. Yo le dije que si. A los tres días de esos me llevó a su apartamento, que era muy chico, una cocineta, una cama y una pequeña mesa de comedor. Pero vi en la mesa de noche dos fotografías de dos niños, le pregunté quienes eran, él un poco nervioso me dijo que eran los hijos de su hermana, sus sobrinos, más tarde me enteraría que eran la fotografías de sus hijos. El me hábía jurado que era soltero.
Nos besamos en la cama porque el no tenía muebles de sala, sus besos eran ardientes, rapidamente mojé mi chuchita, el siguió besándome el cuello y luego me abrió la blusa para mamarme los senos, me dijo que los tenía muy lindos y grandes, Miguel me chupó los pezones, mi chuchita estaba empapada de juguitos. Yo me estaba excitando mucho, nunca había sentido algo asi. Miguel tenía mucha destreza para eso. Una de sus manos se metió debajo de mi falda y me acarició mi conejito, yo gemía y sentía que mi cabeza daba vueltas, en eso vi que Miguel se metía entre mis piernas y haciendome a un lado mi braguita me comenzo a lamer mi chuchita, ufff!, que rico sentí!!, sentía unas cosquillas diferentes y deliciosas, en eso sentí que me ahogaba y sentí que algo me subía a la cabeza, me estaba dando el primer orgasmo de mi vida. La lengua de Miguel era caliente y pasaba por toda mi chuchita.
En eso el me dice que quiere hacerme el amor y se quita la camisa, yo en un momento de lucidez, le dijo que todavía soy señorita y que vamos muy rápido, él se sorprende y me dice que esta muy excitado, luego me pide que se la chupe, saca su pene del pantalón, oh mi madre!!, Miguel tiene una tremenda verga, gruesa y larga, a pesar que nunca había visto una, más que la de mi hermano, era muy grande. Traté de no parecer totalmente inexperta y la tomé y la empecé a lamer y darle varios besitos, Miguel casi se río y me dijo, -abre la boca!- yo la abrí y él la metió dentro, luego me dijo que la mamara como si fuera un chupete, luego se movía adentro y afuera, asi si le gustó y comenzó a decirme cosas que no me gustaban, me decia -vamos mi perrita, mama bien mi verga!- , _ahh que rica tu boquita de zorra!-, yo le decía que no dijera asi, pero el dijo que le gustaba hacerlo.
Luego parecía que me estaba cogiendo la boca, sus movimientos de cadera hacía entrar y salir su verga de la boca, luego de pronto me tomó de la cabeza y me dijo que ya iba a llegar, siguió moviendose y luego sentí un liquido tibio en mi boca, el no permitió que lo sacara y me ordenó que lo tragara, fue la primera vez también que tragué semen.
Si bien es cierto, Miguel no me penetró ese día, y yo pensé que me había respetado y eso era muestra que me quería de verdad, pero esa alegría duró muy poco. A los dos días regresamos a su apartamento por solicitud de él, comenzamos con lo mismo, me besó las bubis, lo hizo con un poco más de fuerza, sus chupones sobre mis pezones eran más intensos, luego me dijo que quería comerme la chuchita, yo misma me quité mi braguita y el comenzó a comerse mi cosita y también pasaba su lengua por mi ano, se sentí rico eso, pronto me llevó a un orgasmo. Apenas me estaba reponiendo de mi corrida, cuando lo vi quitarse la ropa, me abrió las piernas y puso la cabeza de su verga en mi chuchita, yo me tape mi chuchita con las manos y le dije que no, pero él me gritó que me quería y que era su novia, y que no podía oponerme, yo me asusté, pero luego el buscó mis labios y me dijo que quería ser el primero en mi vida, nos besamos y el fue colocándose encima y su verga fue abriendo el camino en mi vagina, sentí primero un pequeño dolor, luego se intensificó y se fue quitando para siempre, su verga se fue acomodando en mi chuchita y luego comenzó a moverse, yo grité y busqué de nuevo sus labios para apagar mis quejidos.
Miguel se fue moviendo dentro de mi, su verga era grande y yo la podía sentir toda dentro de mi vagina que se dilataba para encajarla. Recuerdo que comencé a gozar mientras el entraba y salía de mi chuchita, perdí la noción del día, de la hora y de todo, solo quería cerrar los ojos y sentir a mi hombre dentro de mi. Había perdido mi inocencia.
Miguel estaba por correrse, sacó su verga de mi chuchita y subió hasta mi rostro con su verga y se corrió echándome su semen en la mejillas y en mi frente. Vi que él gozó acabar en mi rostro.
Toda la semana posterior al día que perdí la virgnidad, Miguel me llevó día a día a su apartamento y me hacía el amor, a mi también me gustaba que me lo hiciera, era nuevo para mi. Me comía la chuchita y luego me penetraba de diferentes formas, cada vez que cambiabamos de posición sexual, me hacía comerle la verga y yo podía sentir mis propios juguitos vaginales. Fui aprendiendo el nombre de diferentes posiciones, ya que Miguel me decía como se llamaban, me cogió al estilo perruno, a él le gustaba mucho, me pegaba en las nalgas y me metía aveces un dedo en mi culo, eso me hacía estallar y tener un orgasmo más fuerte. Le gustaba que yo me subiera encima y le cabalgara la verga, el decía que se llamaba candelita chorreada esa posición. Me ponía de lado y me subía una pierna para penetrarme. Todo iba de maravilla con él, pero habían cosas que me hacían dudar, por ejemplo habían días que me decía que no me apareciera por su apartamento porque llegaría su mamá, y que a ella no le gustaba que tuvera novia. Yo como estaba enamorada le creía todo lo que me decía.
Cuando cumplimos tres meses, me llevó a cenar, había prestado un auto, y luego me dijo que me llevaría a un lugar especial para estar solitos. Me llevó a un motel, había una cama grande y espejos por todos lados, también puso un canal de televisión donde todo era sexo. Me dijo que copiaramos algunas posiciones, yo le dije que si. Asi que hicimos algunas que eran raras, por ejemplo me cargó de frente y yo crucé mis piernas en sus costados y me penetró, el levantaba mis nalgas y luego me hacía caer sobre su verga parada y yo sentía que su pene entraba hasta los lugares más profundos de mi vagina.
Luego, puso un canal en donde el chico penetraba a la chica por el culo, yo ya había oido de eso, pero no para mi, pensaba yo. Miguel me dijo que eso quería que le regalara, que quería cogerme por el culo, yo le dije que no quería, pero el me rogó, me juró amor eterno, y me convenció. El me dijo que si llevaba una cremita de cuerpo o de manos, yo jalé de mi bolso una crema de manos, me la untó en mi ano y luego se la puso en su verga, después me puso en cuatro y puso su verga en mi anillo, me dijo que no me opusiera y que me relajara, era dificil hacer eso, me fue empujando su pene poco a poco y luego de varios minutos ya me había metido la cabezota de su verga, sentí un poco de dolor, se lo dije, pero no se detuvo, siguió empujando y pude sentir como su verga iba entrando en mi culito, no se detuvo, siguió moviendo adelante y atras su verga, tratando de meter más de lo que sacaba.
De pronto, empujó duro y me dijo que ya había entrado toda, yo me quejaba, aún no sentía nada rico, sino solo sentía tener algo en mi recto. Miguel se puso a hacer el mete-saca, alli comencé a sentir un pequeño placer que iba en aumento, cuando pude relajar mi cuerpo, sentí un mayor placer, no podía creer que se podía sentir placer por el culo, y era un placer muy diferente a ser cogida por la vagina. Yo estaba a punto de correrme, pero Miguel llegó primero al suyo y me dejó inconclusa, el se corrió en mi ano y me lo llenó de semen. Ese día terminé por entregar todo a Miguel.
Cumplimos seis meses de novios con Miguel, yo ya era su esclava en la cama, me podía hacer lo que quisiera, yo estaba muy enamorada, me cogía por todos lados, es decir por la vagina y por el culo, me daba sus mecos para que los tragara, me depiló mi chuchita, como si fuera una niñita, asi le gustaba a él. Me cogía cuando él quería, incluso me encerró en una bodega en la librería y tuvimos sexo allí. El administraba mi dinero y mi vida.
-Leyla quiero decirte algo!- me dijo cierto día en la libreria, me lo diría mientras almorzabamos. El cabrón de Miguel me pidió tener sexo con él y otro hombre, hacer un trio, me dijo que era su sueño sexual más intenso, pero que nunca se había animado a decirmelo. Para mi eso era aberrante, inmediatamente le dije que no, pero él comenzó a cambiar conmigo, me decía que entonces yo no lo queria. Terminé por aceptar su petición.
Ese día, con auto prestado, recogimos a su amigo, era un hombre algo gordo, poco atractivo. Me llevó al motel y me pidió que me quitara la ropa y me acostara, me puso a mamarle la verga mientras que su amigo me comería mi chuchita, me dijo que quería que la gozara, asi que le abrí mis piernas a su amigo para que me hiciera sexo oral. Su amigo tenía experiencia en comer chuchitas, ya que me hizo cositas ricas alli, metía un dedo en mi chuchita y otro en mi culo mientras se comía mi clitoris, yo tenía la boca llena con la verga de Miguel. Su amigo me hizo llegar a un orgasmo rapidamente. Luego me dijo que me cogerían, me puse en cuatro y fue MIguel quien me penetró primero, su amigo se puso adelante para que le mamara su gorda verga, estar con dos hombres era muy excitante; luego se intercambiaron y fue su amigo quien me penetró la chuchita mientras yo me comía la verga de Miguel.
Al rato Miguel me pidió que cabalgara a su amigo, el se acostó y yo me subí y me metí su verga, el apretaba mis senos y mamaba mis pezones, yo gemía lo que me hacía su amigo. Luego noté que Miguel se ponía atras de mi y me dijo que me inclinara para abajo, lo hice y él puso verga en mi culito y me fue penetrando, asi que probé una doble cogida, su amigo por la vagina y Miguel por el culo, los dos se pusieron como locos y me daban duro, yo me moría de placer, tuve dos orgasmos consecutivos penetrada asi. Después intercambiaron lugares y su amigo era quien ahora me penetraba por el culo, y él se corrió dentro de mi recto. Todos terminamos agotados, cansados y satisfechos.
Le gustó tanto a Miguel la experiencia, que lo volvimos a repetir a la siguiente semana, ahora fue con otro amigo suyo, ya no con el gordo. Para mi ver a Miguel feliz y satisfecho era mi paga, yo lo amaba y todo lo que él me decía era una orden para mi.
Sus gustos sexuales se estaban volviendo raros, adquirió por catálogo algunos juguetes sexuales, como un pene negro largo que me metía en la chuchita y por culo, el gozaba metiéndome esas cosas y luego me penetraba por mi hoyito libre, yo prefería eso a tener otro hombre en la cama además de Miguel.
Algunos fines de semana, el viajaba y me decía que era para ver a su mama, ese fin de semana viajó, el día lunes no se presentó a trabajar, el día martes se apareció una señora diciendo que era su esposa, con ella iban dos niños, los de la fotografía, que eran sus hijos…
Ahora me ha costado volver a confiar en otro hombre. MIguel al tiempo se comunicó conmigo y me dice que vuelva con él , que su mujer ya se separó de él totalmente, ahora yo no le creí. Ahora tengo novio y cuando me canso lo dejo y me busco otro..
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