En un parque de diversiones con mi hija de 9 años
Padre e hija adictos al exhibicionismo no resisten hacerlo en publicó.
Y bueno continuamos con mis aventuras con mi pequeña hija, ella se llamará Jessy en los relatos y tiene apenas 9 añitos, hoy les contare la ocasión que mas disfrute, una sensación única que nunca volví a sentir
Hacer el amor con mi hija se volvió algo de cada día, a sus tierno 9 añitos ya había probado muchas cosas y su pequeña vagina se volvió solo mía, no existía día que no tengamos sexo y nos encantaba grabarnos, hacerlo en la cama o en público era riquísimo y siempre teníamos el recuerdo de nuestras locuras, nunca permití que mi niña tenga nuestros videos, al final si alguien le revisaba el celular y veía eso, estaríamos perdidos, pero mi pequeña niña llego a pasarse algunos videos, no tengo idea porque o para que los queria, pero confiaba en mi hija, ella entendía el riesgo que tenía si alguien veía nuestros videos, pero por azares de la vida pronto sabría porque los queria en su.
Pasaban los días y todo estaba de maravilla, teníamos sexo de 3 a 4 veces por día, casi siempre en nuestra casa, pero alguna vez salíamos a hacerlo en la calle, un parque, el auto, un callejón o lugares alejados, cuando teníamos ganas no importaba el lugar solo queríamos hacerlo y ya, con sus 9 añitos ya se volvió una adicta al peligro de tener sexo en público, incluso ella me lo pedía, me provocaba, salía a conmigo a la calle sin ropa interior y con faldas cortas, con vientos su falda se levantaba y dejaba ver esa linda vagina de niña a la vista o se sentaba delante de mí abriendo las piernas, otras veces se subía al auto al terminar el colegio y levantaba su falda, me encantaba como esa niña me provocaba, me llevaba siempre al límite del deseo y ella sabía que si me provocaba ya no me importaba nada, le metía mi pene sin importar donde estemos, nuestra vida sexual era perfecta.
Pero ante todo aún era una niña, gracias a nuestra relación amorosa dejo de ser una niña tímida, en su colegio se volvió muy habladora y una chica muy popular, físicamente es bellísima y a pesar de tener solo 9 añitos incluso chicos de 16 o 17 años la invitaban a salir, su belleza era envidiable, despertaba todo tipo de emociones en los hombre que la veían, se hizo muy amiga de otra niña, eran muy unidas a pesar de todo lo que hacíamos yo era su padre y me sentía feliz de ver a mi niña tener amigas de su edad y jugar y hacer las cosas que una niña de su edad harían.
Era la mañana de un día sábado, cuando recibo una llamada de la mamá de su mejor amiga, invitándonos a ir al parque de diversiones que estaba de paso por nuestra comunidad, solo me pidió ir en mi auto porque su esposo estaba de viaje, hable con mi hija y ella salto de alegría al escuchar la noticia, me pidió ir así que acepte la invitación, ambas niñas estaban saltando de alegría, mi hija como toda niña de su edad estaba muy ansiosa de ir al parque, nos citamos a las 9 para recogerlas a la mamá y su amiga de su casa.
Ese día fue aburrido, para mí porque no tuvimos sexo y aunque me moría de ganas por metérsela mientras se bañaba o se cambiaba, preferí no hacerlo era su día especial y mi niña también debia tener una infancia bonita, así que solo la apoyé.
Ya siendo la hora de llegar salimos rumbo al destino, ella estaba enojada porque me dijo que su amiga es imposible que este puntual, ella demora bastante en alistarse, pero yo con mi hija fuimos puntuales, mi niña estaba super sexy un vestido colorido con medias largas, me daba ganas de metérselo alli mismo, pero aguante el deseo por mi hija, cuando por fin llegamos ella llamo a su amiga para decirle que salga, entonces su amiga le dijo que esperemos aun no esta lista. Yo llame a mí su mamá y nos pidió unos minutos porque aún no estaban lista, al parecer mi hija tenía razón, tendríamos que esperar un buen rato.
Mi pequeña Jessy estaba enojada, la hice apurar en vano, pero tocaba redimirme y estaba ves yo tome la iniciativa, sin aviso agarre su rostro con mi mano y comencé a besar esos delicados labios aun de niña, mi lengua se metió dentro su boca, mientras no salía del asombro, la calle estaba transitada, ocasionalmente pasaban autos y nosotros estábamos con las ventanas del auto a medio abiertas, debo aclarar que mi auto tiene vidrios polarizados, así que siempre fue un refugio seguro, mientras la besaba mi niña me separo de ella e indico asustada a la calle, 2 personas estaban pasando y nos miraban fijamente, habían notado que estaba besando mi hija pero en lugar de asustarme me excito más.
Me abalance nuevamente sobre mi pequeña hija y volví a besarla apasionadamente y mi mano lentamente fue subiendo por sus piernas, empecé a besar su cuello de la forma más estimulante que pude hacerlo y cuando por fin llegue a su entrepierna, la note caliente, moví su ropita interior a un lado y comencé a acariciar esa vagina, escuchaba claramente a autos pasar a nuestro lado, algo de gente caminar aún era de día y estaba besando y acariciando a mi hija de 9 años en la calle, solo podía sentirla cada vez más mojada, su miedo paso a convertirse en excitación, sus gemidos salían aun cuando estábamos en público, gente caminada cerca de nosotros, pero no me importaba, estaba perdido por completo con el cuerpo de mi pequeña hija, finalmente ella respondió mis besos, tímidamente media su lengua dentro mi boca, alli estaba con una pequeña niña besándonos como 2 animales sedientos de sexo, miramos juntos por la ventana y estábamos frente a la casa de su mejor amiga, cualquier rato saldría con su madre y seguramente nos verían y al otro lado autos y gente caminando.
El escenario perfecto para ser descubiertos, pero la emoción era más grande, por seguridad cerré las ventanas del auto, al ser polarizados estaríamos cubiertos, aunque si lo hacemos duro seguramente todo el auto se moverá evidenciando que estamos haciendo el amor, pero mi hija me detuvo, reconocia esa mirada, estaba llena de placer y lujuria, las ventanas apenas llegaron a la mitad, dejando nuestros rostros a la vista, ella me miro sonriendo, aun no podía creer en que estaba convirtiendo a mi pequeña hija, con solo 9 añitos era una adicta al peligro, al deseo, solo queria que desconocidos vean como su padre penetraba su pequeña vagina aun de niña.
Casi por instinto recline mi asiento mi hija como una bestia poseído bajo a mi pantalón y mi pene apareció en su cara, más duro que nunca, ella estaba muy excitada, siempre fuimos adictos al sexo y ya llevábamos casi todo un día sin hacer nada, así que ella comenzó a chupar apresuradamente mi pene, se subió a su asiento y con mi mano empecé a acariciar ese rico culo, metiendo la mano dentro su ropa interior y acariciando su pequeña vagina, la sensación de tocar una vagina de niña sin pelito alguno es lo más rico del mundo, jamás sentí algo así, pero esa piel delicada es perfecta, mis dedos daban vueltas por su entrada, mientras ella chupaba mi pene, sentir la boca de una niña es lo mejor, si inexperiencia, su delicadeza, además mi pene entra perfecto en su boca, cada rincón inundada y cuando intenta tragarlo es lo mejor, mientras sentía como su vagina se mojada más y más, sentir esos fluidos en mis dedos y el calor que emanaba ese inocente cuerpecito me provocaba.
Cuando por fin estuve por acabar, mi niña se levantó y me sonrió:
- Jessy: Papi debemos ir al parque
- Yo: Mi amor no te detengas quiero darte lechita
- Jessy: En mi boca no papi vendrá mi amiga ahorita
- Yo: Pero no me dejes con las ganas por favor
Se sentó en su asiento y comenzó a quitarse su ropa interior, era pequeño rosado y con un diseño de flores, el típico que una niña inocente usaría, una vez en su mano empezó a darlo vueltas en su dedo sonriéndome con picardía, cuando sin aviso lo arrojo por la ventana, quedando justo en la puerta de su amiga, gente caminaba y ella sabía que tarde o temprano ella saldría por esa puerta, pero queria que un desconocido agarre su pequeña ropa interior, quizás se lo lleve para sentir el aroma de una niña deseosa de sexo, eso ya no importaba ella rápidamente se subió sobre mí, sujeto mi enorme pene con su pequeña mano y lo llevo a su entrada y sin aviso mi pene la penetro por completo, dejo sus manos sobre mi pecho y comenzó a saltar sobre mi pene, estaba a punto de acabar, su chupada me dejo al límite y estábamos, con las ventanas medio abiertas, seguramente la gente que pasaba cerca podría ver el rostro de mi hija.
Pero yo la acosté sobre mi pecho y comencé a moverme para acabar rápido, sabia lo peligroso del momento así que debia ser rápido, pero mi hija con esa sonrisa que me encanta se apoyó nuevamente sobre mí, miro por las ventanas del auto sabiendo que la estaban viendo y volvió a saltar, queria ser vista, esa es su fantasía tener gente viendo como le hago el amor, su cuerpo subía y bajaba, de rato en rato miraba por las ventanas y estoy seguro que alguien la vio, pero si quiera sospecharían lo que pasaba, al final era solo una niña de 9 años, quien si quiera pensaría que una niña de esa edad tendría sexo en público a la vista de todos, la emoción fue demasiada y comencé a llenar esa vagina de semen chorros salían y la llenaban hasta el fondo, pero mi hija no se detuvo, mientras su vagina era llenada, sus movimientos no pararon.
Acaba mucho y mi pene me dolía, pero ella no se bajaba, intente sujetarla por la cintura para detenerla, pero ella hizo fuerza para no parar, comenzó a gritarme
- Jessy: No pares papi por favor
- Yo: No grites nos escucharan
- Jessy: Papi es muy rico, quiero que nos vean
- Yo: Mi niña es peligroso
- Jessy no me importa papi, quiero que vean como me haces tu mujer.
Comenzó a gemir y moverse más rápido, yo estaba de mucho miedo, mi niña estaba poseída, ya no ocultaba esos gritos de placer, podía escuchar como mi hija gemía, a pesar del miedo que sentía, mi cuerpo se movió solo, con el pene aun adolorido sujete su cintura para bajarla, pero sin darme cuenta estaba ayudándola a moverse más rápido, era una sensación increíble, su vagina estaba llena de leche y con cada sentón, nuestros cuerpos se ensuciaban con la mezcla de mi semen y sus fluidos de niña, el sonido a chapoteo era fuerte, sus gemidos igual, era obvio lo que hacíamos ella miraba por la ventana y sonreía, será que alguien la miraba y ella le sonreía, es algo que nunca sabre porque no podía ver lo que pasaba afuera en esa posición, de repente mi celular comenzó a vibrar, con una mano lo agarre y respondí la llamada, era la madre de su amiga
- Madre de su amiga: por favor disculpen ya estamos bajando
- Yo: no se preocupe señora seguimos acá tómese su tiempo
Ella no dejo de montar mi pene ni aun cuando la señora me hablaba, más bien oírla la excito, sentí como intentaba contraer los músculos de su vagina para apretar aún más mi pene, con lo apretada que ya esa a sus 9 años, me apretaba aún más, yo solo le dije “debemos parar ya bajan” y ella parecía estar poseída en sus deseo, perdida de este mundo y solo disfrutando de mi pene, sujete su cintura y la levante un poco, no pesa nada para mi esa niña y comencé a moverme yo, penetrar con fuerza esa vagina.
Podía ver como todo ese cuerpo se movía, sentía que el auto igual se movía, pero debia apurarme, ya no me importaba si alguien nos veía, solo penetre con fuerza esa vagina, cuando sucedió algo extraño, sentí un pequeño chorro de algo en mi pene, en mi cuerpo y su cara totalmente roja, mi niña estaba teniendo un orgasmo muy intenso y apenas mi pene sintió eso nuevamente comencé a llenarla de semen, la sostuve y la baje con fuerza en mi pene, para metérselo bien adentro y mi semen le llegue hasta el útero, ella estaba rendida al placer, chorros y chorros de semen inundaron su inocente cuerpo y ella lo disfrutaba como nunca, apenas salio todo mi semen, sentí como la puerta de la casa de su amiga se abría de golpe, fuimos descubiertos, era nuestro final, pero madre e hija se asombraron mirando el piso al ver el calzón de una niña, eso las distrajo unos segundos, lo suficiente para que mi hija se baje y se acomode en su asiento, seguramente su ropa quedo totalmente manchada con mi semen pero eso ya no importaba, agarre un poco de papel, prendí el aire acondicionado e intente limpiar todo lo que pude.
Vino esa señora a la ventana a disculparse por la demora, además de sorprenderse por lo que vio en la entrada de su puerta alegando “hay gente muy descuidada por acá” y al abrir la puerta vio la cara de mi hija totalmente roja solo apunto a decir “pequeña tienes mucho calor, disculpa tardamos mucho”, ella solo bajo del asiento y se fue a la parte de atrás junto a su mejor amiga y esa señora subió a mi lado, yo estaba un poco nervioso, se sentía algo de olor a sexo en el ambiente, quizás sospeche algo la señora, intente sacarle conversación y eso hicimos durante 15 minutos, ella contándome toda su vida y lo dificil que es ser madre y yo fingiendo atención, pero mas pendiente de mi niña hermosa, estaba alli atrás hablando con su amiga entre risas coquetas y murmurando algo, era algo extraño, me miraban de rato en rato, yo solo las miraba discretamente por el retrovisor del auto.
Fueron casi 30 de viaje al parque de diversiones, pero algo me llamo la atención, en un punto mi hija se levanto un poco la falda y dejo que su amiga vea toda su ropa con una mancha blanca enorme, la señal de que habíamos tenido sexo y no solo eso, llego a subirse rápido su falda para que su amiga vea que no tenia nada abajo, su amiga solo se asombro y me miro, con cara de incrédula mientras reía al ver eso, esto es la antesala de algo que pasara pronto y posiblemente les cuente.
Finalmente llegamos y mi niña volvió a ser normal corrió apresurada de la mano con su amiga, a decirnos a que juegos querían entrar, fue un día curioso divertido en sí, yo caminaba detrás de mi hija de miedo porque ella era muy descuidada, su falda era corta y a veces se levantaba, ver eso me excitaba demasiado, de rato en rato ver ese culo de niña era excitante, no se si mas personas se dieron cuenta, pero la idea de que otros hombres deseen a mi hija , me prende demasiado ambas niñas disfrutaron el día, el parque era pequeño pero bonito, su juego mas “novedoso” era una montaña rusa no tan grande, lamentablemente era solo para niños de 13 años para arriba, tenía una disposición por demás curiosa, te sentabas y detrás de ti tenia que ir la otra persona quedando bien pegados, imagino que ese diseño era porque el parque no era enorme.
Nuestras hijas insistieron por subir a la montaña rusa, pero por su edad era imposible, pero por suerte el parque no estaba muy lleno en ese momento me acerque al operario del juego y le ofrecí un billete para dejarnos jugar, el vio que estaba vacío y no había un control así que accedió, con la condición que subamos padre e hija, solas las niñas no, accedimos con la señora y subieron ellas 2 primero, luego fue nuestro turno, yo me senté como si estuviera en el piso con las piernas estiradas por completo y luego mi hija se subió sobre mí, mientras se acomodaba una corriente de aire levanto su falda, creo que uno de los operario vio que estaba sin calzón o quizás no lo vio, pero me gusta pensar que si lo hizo, eso hizo parar mi pene, mi hija se apoyó sobre mí, pero al sentir ese culito desnudo en pantalón ocasiono que mi pene se ponga duro de nuevo.
- Jessy: ¿Acá papi enserio?
- Yo: (mientras bajo mi pantalón) Viste como ese hombre vio tu vagina cuando se levanto
- Jessy: ¿Seguro que me vio papi?
- Yo: Si mi amor, vio tu vagina y seguro la quiere penetrar, pero es solo mía
- Jessy: Si papi soy solo tuya, tu puedes hacerme lo que quieras
Cuando vieron que nadie más subiría el juego empezó, lentamente se movieron los carritos, mi pene acariciaba ese culo, así que con ambas manos comencé a levantar su cuerpo, atrás de nosotros estaba vacío, delante unas 10 personas en 5 carritos, comenzó la subida, como toda montaña rusa, lenta para aumentar la emoción, fue incomodo, el espacio era pequeño pero conseguí meter mi pene dentro su vagina durante esa subida, vimos abajo y el parque tenia bastante gente, algunos nos comenzaron a mirar, viendo la montaña rusa, ella empezó a moverse, de adelante para atrás sobre mis piernas, no eran sentones enérgicos solo un movimiento de adelante atrás, pero suficientes para sentir como mi pene entraba y salía de esa vagina, llegamos hasta lo mas alto y el carrito siguió avanzando, mi hija vio lo alto que estábamos y se detuvo, estaba muy asustada, a mi no me importo y con mis manos en su cuerpo comencé a moverla, sentía su vagina más aprieta de lo normal, el miedo seguro la asusto.
Cuando llegamos a la bajada, ella se asusto demasiado fue dificil movernos más, pero los movimientos repentimos del carrito hacían que mi pene se moviera en su vagina, es dificil de explicar esta sensación, sinceramente ninguna se compara, mi hija daba gritos muy fuertes, quizás por el miedo pero también se que era por la excitación del momento, después de todo tenia mi pene completamente dentro de ella, fue realmente emocionante el recorrido, fue corto pero algo que jamás volví a sentir, el juego termino y el carrito comenzó a moverse despacio para acercarse una ves mas a la entrada, el señor se acerco a ayudarnos a bajar y yo solo susurre a su oído “sígueme la corriente”, vimos como su amiga y su hija bajaban del juego y el señor vino a nosotros, tenia mi pene completamente dentro de mi hija de 9 años en ese momento y seguramente nos vería nos pidió bajar
Yo: Vamos mi amor nos debemos ir
Jessy: (Con la voz algo temblorosa) Pero papi quiero subirme de nuevo
Yo: El señor necesita que nos vayamos
Jessy: Por favor papi tu me prometiste que subiríamos varias veces
En ese momento saque un billete que ya tenia en la mano y se lo acerque al que atendía, miro a todo lado y agarro el billete, solo dijo “tienen doble boleto”, nueva gente comenzó a subir, esta ves el juego iba mas lleno, gente delante y detrás de nosotros, mi niña estaba roja aun tenia mi pene dentro de ella y el juego nuevamente funciono, una ves llegamos de nuevo a la subida mi hija comenzó a moverse nuevamente, esta ves mas rápido, pero tratando de ocultar sus movimientos, teníamos gente atrás así que era peligroso, pero de alguna forma no nos importaba, hacer el amor de esa forma es algo que seguramente jamás repetiremos, por ese motivo fue demasiado excitante, mis manos en su cintura la ayudaron a moverse y podía sentir la mirada de la gente del parque, pero seguro nadie sospechaba si quiera que hacíamos, vi algunos celulares grabarnos, gente lo hacia desde el piso, fue realmente emocionante mi pene empezó a palpitar estuvo aun mas grueso de lo normal y su vagina apenas aguanto todo eso, ella daba gemidos leves mientras era mía de nuevo, que emoción mas excitante, finalmente el juego comenzó y nuevamente los movimientos hicieron que mi pene se moviera dentro de ella por la gravedad, fue demasiado excitante, esta ves lo gritos de mi hija eran casi gemidos, ya se acostumbro al juego y se ocupo mas en disfrutar del sexo con su padre, fue realmente emocionante, pegaba su culo a mi cuerpo para que le entre por completo y durante algunos trayectos su cuerpo se levantaba, para luego bajar con violencia, apenas aguante todo esto estaba en mi limite, pero no podía acabar alli, seguro dejaríamos rastros de semen, aguante todo lo que pude hasta acabar con el recorrido.
Una ves abajo vimos a su amiga esperándonos, yo sabía lo que significaba, aunque podía ser otra cosa, si no sacaba el pene de mi hija podríamos ser descubiertos, pero decidí correr el riesgo ella solo me dijo “papi sácalo nos verán”, no accedí y llegamos donde su amiga, donde ella gritaba emocionada a su mamá “quiero subirme porfa porfa” el señor nuevamente nos pidió bajar, pero mi hija se negó, su amiga le gritaba “quédate Jessy subiremos de nuevo”, mire al operario sacando otro billete más, pero tenía miedo, mi pantalón estaba bajo, mi hija estaba con faldita sobre mi y todo mi pene estaba dentro de ella, el nuevamente cogió mi billete y dijo “tienen uno más”.
Ya había gente haciendo fila para subirse, así que algunos abuchearon, pero no me importo, comenzaron a subirse y su amiga quedo detrás de nosotros junto a su madre, solo alcance a oír “Jessy estoy atrás, levanta las manos cuando bajemos es mas emocionante”, mi hija me sonrió y comenzó a moverse, pero esta ves no eran movimientos disimulados, estaba subiendo y bajando con mas fuerza, era realmente peligroso lo que hacía, pero no la detuve, mas bien disfrute como nunca, una ves arriba el juego comencé a bajarla con fuerza, haciendo que su vagina se sienta mas rico, el placer era demasiado, ella ahogaba sus gemidos con su mano, mientras mi pene entraba y salía sin descanso, gente nos miraba desde abajo, pero sospecharían lo que hacíamos, al final era una niña saltando en el pene de su padre, sentía miradas de todas manos y cuando estábamos por llegar a la bajada solo escuche “Jessy levanta las manos”, alli sabia que su amiga y su madre nos estaban viendo, seguro ya sospechaban algo y mi pene comenzó a botar semen dentro de mi hija, mientras el juego avanzaba mi pene llenaba la vagina de mi hija de 9 años, fue demasiado excitante, el movimiento del juego hacía que bote más semen de lo normal, incluso me llego a doler, fue riquísimo y mi niña lo gozaba como nunca, finalmente el juego acabo, como pude la levante un poco y saque mi pene saque un pedazo de papel de mi bolsillo y le dije que lo deje en su vagina, seguro se chorrearía toda mi leche, ella hizo caso y cuando llegamos a la salida por fina nos bajamos, cuando ella se levantó, pude ver su culo y su vagina tenia un poco de semen aun, a punto de salir rebalsando, rastros de semen quedaron en el carrito pero era momento de irnos, solo me levante y me fui, mi ropa quedo un poco manchada con nuestros fluidos, pero nada sospechoso, el manto de la noche seguro nos ocultaría, al salir la mamá de su amiga atino a decir “le encanto el juego estaba saltando de alegría mientras subían” yo solo le sonríe y le dije “le emocionan estas cosas”.
Sonreímos y reímos, ella sin darse cuenta de que había penetrado a mi hija frente a toda esa gente, el camino a casa fue normal sin sobresaltos, pero podría ver las medias de mi hija blancas y rastros de semen en sus muslos, realmente me emociono que mi hija camine así por un lugar tan lleno de gente, su ropa aun de niña manchada por completo del semen de su padre, sin ocultarlo mas bien orgullosa de lo que hicimos, espero enserio que alguien se de cuenta que era lo que paso, esa idea me emociona demasiado, nos fuimos y cada quien a su casa y mi pequeña niña se durmió en el auto, solo la lleve a dormir a nuestra cama.
Y bueno es el final de otra historia, espero contarles más, pero solo si estos relatos son bien recibidos, gracias a todos por leernos.


(14 votos)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!