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Heterosexual

En una piscina pública

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Recuerdo que estábamos jugando a las cartas cuando

ella se levanto y me dijo que se iba a dar un

baño, iba sola y decidí acompañarle.

Nos tiramos los 2 a la piscina, empezamos a jugar

a tirarnos agua y tontear en definitiva durante un

rato hasta que me acerque a ella y le di un beso,

ella me dijo que le encantaban mis besos, y mas

aun cuando mis labios estaban mojados, que era

como besar a una nube, lo decía porque tengo los

labios carnosos y dulces.

Creo que no tardamos ni un minuto en volvernos a

besar, quizás fue por el roce de nuestros cuerpos

mojados o por agradable placer que sentían mis

manos al repasar sus curvas rozando su bikini

mojado y adherido tan perfectamente a su piel que

parecía formar parte de ella, seria quizás por eso

por lo que cada vez estábamos mas ardientes y se

notaba porque pasamos de besarnos a casi

devorarnos sin respirar apenas.

La situación era muy difícil porque, a pesar de

que queríamos algo mas que besos, allí había mucha

gente y muchos niños pasaban buceando por debajo

nuestra, quizás fue por eso por lo que no podíamos

parar; manteníamos la discreción con las manos

debajo del agua, nos acariciábamos y tocábamos

cada rincón de nuestros cuerpos. La sensación de

sus curvas desnudas debajo del agua me estaba

excitando demasiado rápido y el socorrista

empezaba a sospechar.

Ella estaba pegada a mi y sonreía sujetandome la

cara y mirando a mis labios sonrientes al notar

como se me estaba poniendo cada vez mas erecta en

su ingle. Se subió a mi, abrazandome con los

brazos el cuello y con sus piernas mi cintura, yo

la sostenía por el trasero con mis manos, poco a

poco mientras nos besábamos, nos íbamos acercando

a la pared hasta quedar con mi espalda en ella y

con las piernas flexionadas para que nuestros

cuerpos quedaran sumergidos lo mas posible.

Después de colocarme junto a la pared, yo quede

con las piernas abiertas y semi flexionadas, el

agua me llegaba al cuello, ella abierta también de

piernas sentada en mi cintura rodeando mi cuello

con sus brazos.

Se estaba calentando tanto la cosa que, mientras

nos besábamos ella mecía suavemente su cintura

rozando su entrepierna con mi pene erecto tapado

con el bañador, aunque ella llevaba puesto el

bañador aun, notaba como con estos movimientos que

hacia con su cintura, al rozarse conmigo, los

labios de su vagina se abrían y sentía como mi

pene quedaba hundido en ella.

Tan solo los finos tejidos de su bañador y el mío

impedían la penetración; sus pechos estaban

aplastados contra el mío y notaba como sus pezones

se ponían duros. Rodee su trasero con mi mano y la

lleve por atrás hacia su entrepierna buscando la

gomilla de su bañador, cuando lo encontré tire y

lo eche hacia un lado un poco, lo justo para dejar

espacio para que mi pene entrara por si solo en

alguno de sus movimientos.

Solo nos podíamos permitir hacer movimientos

milimétricos para no levantar sospecha, aunque el

calor y las ansias por la chica que con sus labios

inferiores me recorría de arriba abajo me hacia

agarrar fuertemente sus gluteos y separarlos.

Mientras los separaba mis dedos buscaban su ano

hasta que, cuando la llema de mi dedo lo tapaba,

la hundí poco a poco desembocando que reposara

su cabeza sobre mi cuello comenzara a

mordisquearmelo.

Ella no tardo mucho en pedirme que introdujera el

segundo y yo menos aun en obedecerle. Podía notar

ya en su rostro, en sus ojos cerrados, su boca

abierta y su respiración entre-cortada que pronto

mi pene quedaría bañado por su inminente orgasmo y

que no tardaría en seguirla.

Solo necesite que sus gemidos se intensificaran

cada vez mas para eyacular dentro de ella, tanto

era el placer que, sentía como que no podía dejar

de eyacular, mi calor fluía dentro de ella que

hacia eco a cada borbotón que entraba en ella, con

un gemido dulce y suave.

2678 Lecturas/1 octubre, 2018/0 Comentarios/por sexosintabues
Etiquetas: chica, orgasmo, vagina
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