Enamorado de la pequeña Liliana (IV)
El segundo día fue maravilloso y nos esperaba otra noche de pasión ardiente.
A la mañana siguiente, nos despertamos y le dije que se fuera a bañar mientras yo preparaba el desayuno
Lili: pero ayer en la noche me bañe
Yo: sí, pero vamos a ir a pasear y sirve que estrenas tu ropa
Lili: Ah si
La mande a bañar por 3 razones, la primera: estaba toda sudada de la faena sexual que tuvimos, segunda: mientras dormía le di un baño de semen y debía quitarse ese olor, tercera: quería que usara ropa interior diferente a la de ayer, y, ¿porque no? estrenar sus nuevas prendas. Cuando salió de bañarse llevaba una blusa de tirantes ombliguera azul súper sexy y unos leggins del mismo color que la hacían ver deliciosa.
Yo: Te queda muy bien
Lili: creo que no me gusta, me queda muy apretado –probablemente nunca en su vida usó algo ajustado-
Yo: Pues pruébate otra cosa –dije decepcionado-
Minutos después apareció con la mini falda que le compre, era de mezclilla, por lo cual no se levantaría con el viento, pero era lo suficientemente corta y abierta para que si se agacha mal o alguien buscara el ángulo correcto se podría ver a la perfección su ropa interior ¿Cuál habrá usado? me preguntaba, podría hurgar en su ropa limpia y ver cual faltaba, pues memorice las prendas que le compre, pero mejor descubrirlo en la noche. Su apariencia no era anormal o hipersexualizada, en otras nenas de su edad probablemente me serian indiferentes, pero ella ya me tenía flechado y a sus pies.
Nos fuimos a la ciudad, está vez fuimos primero a las compras, en el camino aproveche para preguntarle a Lili si algo le hacía falta a parte de ropa, útiles escolares, juguetes, no sé, en ese entonces no estaba de moda que los niños usarán celulares, pero tampoco jugaban las cosas que a mí me tocaron de chico. La niña no dijo nada, parece que a su abuela no le pedía cosas, le dije que ahora somos novios y que no se preocupe que si ella necesita algo me lo dijera y que si yo necesito algo se lo diría (yo ya sabía qué necesitaba de ella). Ante eso, me dijo que le gustaría una mochila nueva para sus libros, sin dudarlo se la compre y trate de reforzar nuestro vinculo. Se notaba la falta de una figura paterna, no me molestaba la idea de llenar un poco ese vacío.
Ese día también fue muy divertido para ella, cenamos y nos preparamos para ir a dormir
Yo: espera –antes de que fuera al cuarto la sujete de la mano, la mire a los ojos y le di un beso-
Lili: ¿Jugamos como ayer?
Yo: ¿quieres?
Lili: Sí
Parecía que ambos teníamos dos facetas, de día yo era como un padre amoroso, escuchando sus problemas, solventando sus necesidades y llevándola a que se divierta. Pero de noche era su hombre, su amante, esclavo de su cuerpo y dispuesto a satisfacer sus deseos carnales de placer, a cumplir mis fantasías y mis deseos más prohibidos con una niña de 9 añitos.
Por su parte, ella de día era una dulce e inocente niña, quizás un poco más de lo normal por la falta de padres y por la precaria vida que ha llevado, curiosa, alegre, deseosa de divertirse, de que la mimen y le den todo el cariño paternal que cualquier pequeña debería tener, aunque le costaba un poco expresarlo. Y de noche, era una nena curiosa, deseosa de conocer el placer en pareja, entregarse totalmente a la lujuria, gemir, gritar de manera desinhibida e iniciar el proceso para que su cuerpo esté en condiciones de una penetración completa y recibir dentro de ella todo el semen que su nuevo novio necesite descargar.
En el centro comercial compre unas velas, encendí un par de ellas, las puse en la recamara y cerré la puerta, esta vez no nos iluminaba el pasillo sino las llamas.
Yo: Quiero verte desnudita
Lili: Sí
Lili comenzó a quitarse la ropa
Yo: Espera, hazlo lentamente, quiero ver cómo te quitas la ropa
Lili hizo un lento y torpe streptease, honestamente tuvo su lado gracioso, pero ese abdomen y ese culito tan femenino me volvía loco, recordé como el día anterior le di un baño de esperma mientras dormía, esta vez lo haría con ella despierta. Cuando solo le faltaba su panty le pedí detenerse, me dije a mi mismo que no le quitaría esa prenda hasta que estuviera empapada. Tenía un panty estilo string, no era una tanga, pero era muy pequeña y sexy, se veía hermosa, hubiera deseado grabarla o fotografiarla, inmortalizar ese cuerpo perfecto de 9 años, pero hacerlo traía más peligros que beneficios.
Nos besamos apasionadamente, en un día sus besos mejoraron muchísimo. Empecé a besar su cuello, lamer su pecho, acariciaba su vagina y sus glúteos por encima de su prenda.
Yo: ¿te chupo como ayer?
Lili: si
Al igual que el día anterior me tome mi tiempo, estimule todos sus puntos erógenos y deje su saladito postre para el final, sin embargo, era hora de preparar el terreno, metí mi dedo meñique de la mano en su boca. Su prenda estaba mojada, pero decidí no quitarla, corrí sus pantys hacia un lado y decidí lamerla así, al final usaría esa misma panty para limpiar el desastre.
Yo: chupa mi dedito amor, quiero que quede lleno de tu salivita
Una vez que mi dedo quedo bien lubricado, el propósito era comenzar poco a poco a abrir su vaginita
Yo: Mi amor voy a intentar meter mi dedito, dime si te duele o si te gusta, se siente muy rico cuando te acostumbras, pero debe ser de a poquito o te puede doler
Lili: ¿Me vas a meter el pene?
Me sorprendió muchísimo esa pregunta, no tanto el hecho de que supiera lo que es el coito ¿sabía que la estaba dilatando para penetrarla posteriormente?
Yo: Y tu como sabes que allí se mete el pene
Lili: Mis amigas de la escuela me explicaron que así se hacen los bebes, la hermana de Sofi ya tiene novio y ya lo ha hecho, dice que le dolió, pero después le gusto.
En mi país a mayor pobreza económica hay en las regiones, es común que haya falta de educación y la educación sexual no es la excepción. Los lugares rurales no tienen mucho conocimiento del tema y a veces es un tema tabú por valores religiosos, me sorprendió que tenga un conocimiento tan explícito y que sus amigas se cuenten ese tipo de cosas. Tendría que darle una catedra de educación sexual a la mañana siguiente, pero por ahora lo haríamos de forma práctica.
Yo: Si así es, tener bebes da mucho placer, por eso existen formas de hacer el amor sin que te embaraces, mañana te explico todo eso, por ahora tu disfruta que no pasará nada. No te meteré el pene hasta que tú quieras y estés lista ¿te parece?
Lili: si
Seguí metiendo mi dedo en su vagina, lento, poco a poco, solo la puntita y haciendo círculos, estaba muy estrecha, llevaría días prepararla para una penetración, no importa, estaba dispuesto y gustoso a prepararla para mí. Mi pene es del tamaño promedio o quizá menor al promedio, 14cm aproximadamente, estoy agradecido de no tener un monstruo pues de tenerlo, habría sido imposible hacer el amor con ella de manera plena.
Comencé a penetrarla con mi dedo chiquito, hacer el mete y saca al mismo tiempo que le daba lengua en sus labios y en su pequeño clítoris.
Lili: mmm ay … ay
Lentamente entraba y salía mi dedo, pequeños hilos de su flujo vaginal se combinaban con mi saliva
Lili: mmm ahh… ahhh… que ricooo
Aumente la velocidad de mis movimientos al mismo tiempo que sentía los músculos de su pelvis contraerse, al mismo tiempo que su vaginita apretaba como queriendo devorarse mi dedo. Apenas le entro una falange de mi dedo meñique pero era suficiente, mejor ir de poco a poco.
Lili: ayyyy ayyy papiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii aaaaaaaaaaaaaaaay
Hoy día todavía me pregunto porque me dijo papí si era su “novio”, terminó en un suculento orgasmo, dejando su cuerpo tembloroso y rendido ante mí, podría haberle hecho lo que yo quisiera sin ninguna resistencia.
Me acosté a su lado por 10 minutos, dejando que se recupere, mientras, jugaba con su cabello, besaba sus mejillas, su frente, sus hombros, era tan suave, era increíble como su vagina tenía un olor y sabor tan fuerte, como el de una mujer adulta en celo, para mí no tenía sentido si aún no menstruaba, pero me limite a disfrutarlo en vez de explicarlo. Su cuello y cabello olían a niña, usaba shampoo de niña y aceite de bebe, me sorprendió que pese a ser una familia pobre tenía una higiene corporal impecable. Me quite el bóxer y libere mi erecto pene, siendo la primera vez que ella lo ve directamente.
Lili: ahh … ahhh… es muy grande, no me va a entrar –me dio un poco de risa y ternura-
Yo: Descuida, no te lo voy a meter todavía. Así como tu sientes rico cuando te chupo, yo también siento rico cuando me tocan o me chupan.
La cara que puso fue de desagrado, no le gustaba la idea de chupar mi pene y yo no iba a obligarla, me sentí decepcionado, pero no podía hacer nada.
Yo: Ven, déjame sentir tu cuerpito para sentir rico
La acerque a mí, abrí sus piernas y comencé a puntearla con mi pene sobre su pelvis, su ingle, pasaba mi cabecita en su rajita sin meterla, luego la puse de lado y cerré sus piernas para masturbarme con ella como si la penetrara
Yo: ay niña, que rico siento, me gusta mucho tu cuerpo…
Estuve así unos minutos, cuando sentí que iba a terminar la acerqué a mí, la puse de ranita y empecé a masturbarme mirándola a los ojos, mis pajazos se volvían intensos y sonoros, se escuchaban en todo el cuarto, no, en toda la casa.
Lili: ¿Vas a sacar tu lechita? –escucharla decir eso me mató-
Yo: ahhhh… ahhh… ahhhh –eyacule en su abdomen dos largos chorros, no tanto como el día anterior, pero fue un orgasmo tan intenso que atravesaba la línea hacia lo doloroso-
Yo: mmmmmmmmmmmmmmm mmmmmmm ahhhhhhhh
Caí rendido junto a ella, nos acariciamos y besamos con la poca energía que nos quedaba hasta quedarnos dormidos
Continuara…
Esta parte está deliciosa!