Entre el sudor y las carnes, la fecundé y nos enamoramos.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
saludos, hoy lestraigo un relato que les quemará las neuronas. Era un dia de verano, caluroso húmedo como solo uno puede imaginar. No toda la gente deja de trabajar estos dias, si, a mi me toco trabajar toda la semana. Fue el ultimo dia de trabajo, este habia caido en jueves, y ya casi terminaba mi labor, viaje en metro pero por alguna razon, ese dia el metro estaba lleno. No me gusta viejar en metro. Teniendo 1.95 de alto, todos no se que se traen que les gusta empujerme. Bueno, la cosa es lo siguiente, com el sol a todo lo que daba, el calor de la gente, y yo despues de una jornada muy pesada. No podia evitar escurrir gotas de sudor. En alguna ocacion les habia yo comentado, que me encantan los senos enormes y más con pezones enormes y erectos. Pues bien, no hay mujeres que tengan más grandes que las chicas de raza negra. Pues bien, estaba canzadisimo, o eso pensaba, cuando me dirigia hacia al torniqute para que me asaltara con las nuevas tarifas de $5. Vi una chaparrita, que wow; permiteme describirla; era negra, muy bajita, de maximo 1.50 cm pero no manches, voluptuosa como no tienen idea, sus senos eran mas grandes que su cabeza, con un super escote, que dejaba ver casi las gotas de sudor penetrando en tre sus senos, una nalgas, bastante estéticas, paradas y super torneadas, esa chica es un sueño pornografico. Llavava, pues esa blusita escotada, pegada, que delineaba sus perfectos pesones, una faldita larga como monja pero igual escotada, tacones altos, y gotitas de sudor, por todos lados. ya te digo, que la vi en la entrada del metro, tambien pude ver a un tipo que la seguía, era de esperarse. Ella me volteo a ver, y yo a ella, sus ojos bellos, y esa mirada, esos labios, me hicieron estremeser. Lfala avanzaba, quien la seguia derrepente se tocaba, como un niño que trata de aguantar la orina. Ella se hacercaba a mi, paso a pason quedamos casi iguales, al cruce del torniquete de entrada. Nos sonrreimos, y seguimos nuestro camino. Me senti como acosado, volteaba una y otra vez, y ella seguia de tras de mi, sonrriendome con cada vistazo a traz, baje la velocidad de mi paso, para que me alcanzara pero no la vi, parecia que la habia perdido. Y bueno, continué mi camino. Al llegra al anden, vi a lo lejos a este tipo, que parecia que tenia una ereccion inconveniente, con tan sólo ver ha ese panquesito de chocolate. Me di cuenta que estaba hablando con alguien, parecia algo enojado, y no pude evitar asomarme, fue como un impulso. Eso me dió una sorpresa, el la había alcanzado a ella, y la había acorralado, ella entre el tipo este y el muro, con gesto en su rostro de repulsión, y sus lagrimas que le rodaban sobre las mejillas. Esa esena me hizo hervir la sangre, no pude evitar hacercarme y escuchar las palbras de aquel tipo diciendo "lo que yo te diga" así que a ella la tome del brazo, y a el lo aperte con la mano. Ignoré por complto mi acción, y le comence hablar como si la conociera de años, le pase un clinex, que aveces suelo traer, le rodié con mis brazos, y la saque del lugar. No importa que tanto le dige en ese momento, el otro tipo se quedó con las ganas. Tomamos le invite un cafe, me dijo su nombre, Maira. Me comento que ese tipo le habia dado mala espina desde que lo vio, y que era seguro que le seguía. Y lo había visto masturbarse en el el transporte. Esto ultimo no me lo pude imaginar, pero lo deje pasar. Despues de un par de lates, unos brownies y unos capuchinos (espero haberlos escrito correctamente), nos dirigirnos al metro, donde seguia a reventar. Pero no había de otra, el calor seguía intenso la gente no disminuía y para colmo las mejoras del señor mmm refiramonos a el, como manzanita, del señor manzanita hacian que muy convenientemente, llegaba el metro cada vez que más y más lento. Por suerte llevava compañía, una muy voluptuosa compañía. Maira no se despegaba de mi, me tomaba del brazo y se retrujaba. Al subir al bagón, yo quede de espaldas a la puerta, y ella o mas bien sus senos preciosos y que insitaba una lujuria de sobremanera, casi a la altura de mi pene. La gente seguia empujandose, salia uno o dos y entraban diez, el metro es magico, se da una super física donde hasta 4 personas ocupan un mismo lugar. Pero bueno, sigo con el relato. Estrujados por la gente, mi pene rozando sus bulgares y enormes senos, no pudo evitar el sonrrojarse ni yo no pude avetar la erección. El sudor de mi rostro hacian caer gotas en medio de sus senos, mientras ella sabía bien que debia distraer la atencion con una charla amena. Pero mi pene erecto y el balano, inchado era motivo suficiente para no permitirnos hablar más hayá de balbuseos. Sus senos empapados de sudor, fue tan exitante para mi que no pude dejar de eyacular, pese a mi verguenza. Sus errojecidas mejillas y su voz quebradiza, hacían que se elvara mas mi temperatura. El semen suficiente para que traspasara la tela del pantalon asi que manche su blusa y no importaba que no mi consiente me dijera que no pensara en esa tetas, no dejaba de empaparlas, tanto de sudor como de semen. La gente parecia que le encanta empujarse, cada movimiento de su senos sobre mi ya de por si, sudado pene, signuficaba que la gente se movía o entraba al bagón. Y un tanto ella que traba no sé si de acomodarase, o de sacarme más nata. Llegamos así pues, a nuestro destino, la mancha del pantalon era más que ovio, pero notenia nombre la natota que le deje en su blusa. Estaba profundamente apenado. Salimos y le ofreci una disculpa, la cual ella no respondió. Saqué de entre mis cosas mi humilde saco y se lo ofrecí. Este saco, algunas personas no lo comprenderan, pero yo suelo llevarlo, por que en mi país, exactamente en la ciudad; aveces se suelta la lluvia, sin avisar. Le sugerí que fueramos a un motel de paso, para que se cambiara, compramos algo de ropa, justo lo que nos habiamos manchado, pero ella no decía ni pío. Me volteaba ha ver, se sorrojaba, pero no permitía el cruce de miradas; yo, por otra parte, estaba totalmente exitado, mi pene, me dolía. Sentia muchisima presión en el, y con la mancha no me era posible caminar con comodidad. Con el saco, ella entro a una tienda de ropa, yo esperé afuera. Ella se cambió, pero no podia creerlo, su blusa era como de licra de color blanco. Estaba seguro que compraria algo menos ajudtado, pero que suerte que no fue asi. Pasamos al motel, cambiaeme, pense que alquilar una habitacion por un día seria exagerado, pero no deseaba salir de caminando así. Me dio el pantalon puso o mas bien expuso el contenido de la ropa, su sostén es enorme, su blusa escretada por mi semen y sudor. No podia contenrme más asi que corri al baño y me masturbe. Mi pene estaba bañado en sudor, las venas eran casi palpitantes y mis perlas brillaban demaciado. Mi pene era un adefecio lujurioso. Ella paso depues de mi al baño, escuche como sonó la regadera, yo tome su metro y medio de tela del brasier, y masturbe con él. Justo al llegar el punto de eyaculación, emma me abazó por atras, me acudio el pene, me bajo los pantalanes me dio unas lenguetadas en el ano. me penetro con su lengua humeda y muy caliente. Yo voltie, y en instantes tenia mi balano, en su boquita. Parecia no importarle las multiples populas que invadian mi pene. Igual lo disfrutaba. Me limpio el semen que cubría mi pene, se abalanzó por el semen que deje en su brasier, me tomo por mi cabeza y fuimos juntos a la ducha, estando dentro, la carge le abrí las nalgas y se la panetré por la vagina, mis dedos no se quedaron quietos, y la penetraban por su ano. Me costó un tanto de trabajo penetrarla, pero cuando lo hice senti un chisgete, tibio. Comenzo ha escurrir sangre pon la concha, eso explicaba el por que no hablaba saliendo del metro. Ella era virgen, y mi pene fué lo pirmero que se introdujo. Sus tetas eran enormes, no dejaban de moverse en mi rostro, yo lamia una y otra vez sus pezones erectos y gigantes. No me podia creerlo así de enormes. Multiples envestidas recibía, y cada una de ellas me daba una corrida. No espere más, me vi un bruto y la penetre por el ano, ella no para de correrse, varios chorros, proyectados que chocaban contra mis testiculos, lo secaba con mu mano, pero no era suficiente. Dejamos la regadera, abiertan lo salado de su cuerpo, no dejaria yo de lamer. me tumbé en la cama y puso sus nalgas escurridas entre sus venidas y sangre, mi balano, lleno de populas perladas, mosntruoso y nada estético. Le habian desvirginado si vagina, e igualmete sangrado Y dilatado su ano. Sus senos me plastaba el abdomen mientras yo gozaba con sentir su lengua jugar eon mi glande. ?us nalgas oscuras no las alcanzaba, pero las palmeaba, tan fuerte, que se escuchaba el llanto de Maira. No pude más, la sugete firme mente de su cintura, la alce con tosa la fuerza que tenia, por que esos melones, eran sandías y pesaba. Como pude la metipenetré nuevamente por su ano. Ella se giró hacía mi y al ver a quellas sandías, y esos pezones, que emulan ser, chupones, no me dió miramientos, y comencé a bombearla, enbestidas brutales. Que sólo desmostraban lo muy exitado que me encontraba. Me derramé al eyacular dentro, y en lo más profundo de su intestino. No podia más, pero no dajaba que se me fuera. Debía retenerla, quería su cuerpo sólo para mi, para siempre mia. pese a lo canzado, y agotado, que me encontraba, aproveche lo ultimo que me quedaba para darle otra pasada, aprobeche el agua que seguia saliendo de la regadera, me la lleve cargando. Si bien le limpié las eyaculaciones y sus sangrados de su ano y su vajina, con mi boca; también, ella limpio, mi venoso pene con su boquita. La enjabone, se esplada, sus senos, sus pezones, y ella froto mi pene y lo demás de mi cuerpo. Ese día de renta, fué salvage. Nos duchabamos pero no dejabamo de hacer ejercicio, ahora tenemos ya 7 meses den barazo y en este momento, no puedo describir el cresimiento de aquellos monumentos, al sexo.
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