Esas vacaciones en Orlando
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Este relato no es para personas que les gusta el sexo bizarro, con mujeres con senos grandes y pijas enormes, o de sexo con fuerza y frialdad, sino más bien es una historia erotica y que sé que es larga (unos 10 minutos), pero vale la pena leerla.
En el año 2007, la compañía para la cual laboro me facilitó cuatro boletos de avion para Orlando Florida (mi familia tiene cuatro miembros), el cual se debía utilizar ese mismo año, fue asi que debido a que mi esposa trabajaba y mi hijo menor tiene 3 años y ese año estuvo afectado por cierta afección asmatica. Se decidió que viajaríamos mi hija de 14 años, Katy de 14 años (la mejor amiga de mi hija del colegio) y Valeria de 13 (nueva amiga de mi hija en el colegio, de hecho la mejor del cuadro de honor de la clase y que en ocasiones llegaba a la casa a ayudarla en sus tareas). Se invitó a este par de amigas de mi hija, para que ella la gozara más y también para aprovechar los dos boletos.
El primer día llegamos como a las 11:00 am a Orlando, mientras nos acomodamos en el hotel escogido, en una habitación de dos camas matrimoniales, decidimos no salir el resto del día, sino gozar las comodidades y servicios de hotel, como la piscina. Fue delicioso ver a las tres adolescentes en traje de baño, mi hija y Katy son delgadas, piernas largas, poco busto, las dos son muy extorvertidas y parlanchinas. En el caso de Valeria, a pesar de tener un año menos, tiene más busto, su estatura es menor a las otras y es muy poco comunicativa, es decir es muy reservada y casi no habla.
Todo transcurrió bien durante ese día. Esa noche las 3 chicas durmieron en una sola cama y yo en la otra. Al dia siguiente, el parque al que queriamos ir abria a las 7:00 am, a las 6:00 sonó el despertador, con mucho entusiasmo las 3 chicas se metieron a la ducha, yo me quedé esperando. Pasaron los minutos y no salian de la ducha las muchachitas, ingrese al cuarto de baño, una cortina cubria la ducha donde ellas estaban jugando y riendose.
-Chicas, ya se hace tarde y todavia me tengo que bañar!!- les casi grité.
Mi hija que había escuchado me devolvió el grito –métete con nosotras papi, asi ganamos tiempo!!- la respuesta de mi hija no fue sorpresa para mi, desde pequeña acostumbrabamos a bañarnos juntos ocasionalmente, sin ningún morbo o perversión, de hecho es una practica común hoy día, para que los hijos no sientan ningún tabú por su partes genitales. Asi que sin ninguna vergüenza, dejé mi toalla y entré desnudo a la ducha con ellas. Katy tampoco se sorprendió, al parecer lo mismo hacia ella con su padre, pero la reacción de Valeria fue diferente, ella si se asombró y ruborizó, rapidamente tapó su sexo con sus manos. Lo siguiente fue que nos enjabonamos mutuamente, yo veía normalmente los pequeños senos de mi hija y Katy, al igual que sus pequeñas pelambres, en el caso de Valeria yo veía que no se sentía cómoda, sus bubis era don lindos volcanes y era la que tenía menos monte de venus sobre su cuquita. Ni mi hija ni Katy se dieron cuenta que Valeria no estaba acostumbrada a ver un hombre desnudo y sus genitales.
A pesar de todo eso, pasamos un excelente dia, la chicas se divirtieron mucho, pero no es lo que quiero compartir en el relato. Llegamos de regreso al hotel, cansados, nos dolían los pies de tanto caminar en los parques que visitamos. Jugamos unos juego de mesa, cenamos y nos fuimos a dormir, previo esa noche mi hija comentó que las 3 en una sola cama les había ocasionado mucho calor y habían sudado mucho, por lo que propuso que se durmieran dos personas por cama, después de decidir (mi hija y Katy) indicaron que yo dormiría con Valería. Apagamos las luces y nos pusimos a dormir ya que al otro dia visitariamos otro parque.
No se que hora de la noche era, pero algo me despertó, la habitación estaba a oscuras, solo penumbras de algunas cosas eran visibles. Cuando estabilicé mi mente, sentí algo sobre mi boxer (debo decir que por costumbre, yo duermo con una playera y mis tradicionales boxer) que me tocaba la pija. Era Valeria quien me estaba tocando con sus pequeños dedos mi miembro viril (no lo veía, pero lo sentía). Yo no interrumpí su acción, es más pensé que verme desnudo y ver la pija de un hombre le había causado una impresión y estaba experimentando. Cuando dejó de tocarme por un momento, esperé unos minutos y me bajé el boxer para dejar descubierto mi pene, semi erecto, cuando ella volvió a las andadas, es decir me volvió a tocar, ahora palpó con sus dedos mi pija piel a piel. Sentí que se detuvo, me imagino que habrá tratado de explicarse lo sucedido, pero luego de unos minutos volvió a acariciarme la pija. Mi pija fue creciendo poco a poco de tamaño y de grosor, realmente me estaba excitando.
-Aprietala con la mano!!- le susurré. Nuevamente ella se detuvo, yo no podía ver nada por la oscuridad. Después de unos minutos siguió tocándome la pija y luego la tomó con su manita y la apretó por turnos, se sentía muy bien ser tocado por esa damita. Me relajó mucho, tanto que quedé dormido siendo tocado por ella. Cuando volví a despertarme ya era de mañanita. Mi hija y Katy ya estaban en la ducha, Valeria apenas estaba despertándose a mi lado, en ese momento me di cuenta que mi boxer aun seguía bajado, claro que bajo las sabanas no era visible.
Al rato salieron mi hija y Katy envueltas en toallas diciéndonos que nos metieramos juntos a la ducha que ya era tarde. Asi que me metí a la ducha con Valeria. El morbo ya existía, me desnude en el cuarto de baño frente a ella, Valería no perdía la vista a mi pija, la cual no estaba del todo flácida, sino semierecta. Luego con lentitud y sonrojada, le tocó el turno a Valería, se quitó la playera larga de dormir, luego sus braguitas, por primera vez la vi como mujer y no como adolescente, sus perfectas bubis tenían unos pezones rosados erectos, de alguna forma había cierta excitación en ella. Me quedé apreciando los pequeños labios de su cuquita, rosados y lozanos. Ella se dio cuenta que yo la miraba, se ruborizó y se metió a la ducha, yo la seguí. Le dije que le lavaria la espalda, lo que quería era tocar su piel. Lo hice, deslice el jabón desde su cuello, pase su espalda y seguí metiendo mis dedos y el jabón entre sus paradas nalguitas, palpe lo arrugado de su culito, casi inmediatamente mi pija se erectó casi al máximo. Le llegué el jabón hasta su cuquita, Valeria no dijo nada.
Luego le dije que me lavara la espalda también, ella lo hizo timidamente. Me di la vuelta y le puse mi pija erecta frente a ella, hice un ademán con la cabeza y ojos como indicándole que me la lavara también. Valeria tomó el jabón y lo recorrió sobre el tronco de mi pija, subía y bajaba lentamente. Eso me excito aún más. En eso estabamos cuando se oyó la voz de mi hija llamándonos y que ya era la hora de partir. Asi quedó esa mañana.
En esa tercera noche, casi no pude dormir, esperando a que Valeria empezara sus andadas, pero era posible que no lo hiciera. Cuando crei que ya no sucedería nada y yo no quería forzar nada, sentí la mano de Valeria comenzar a jugar con mi pija encima de mi boxer, esperé unos minutos y yo me bajé el boxer, ella siguió ahora jugando y tocando mi pija ya erecta. Al rato sentí su cabecita acostarse sobre mi vientre, es decir que su boquita quedó a centimetros de la cabeza de mi pija. Eso fue muy caliente.
Surrandole le dije. –mételo en tu boquita un ratito!!-, ella se detuvo unos instantes. Pensé que no lo haría y que yo había metido la pata diciendole eso. Pero, luego sentí su apendice bucal húmedo y caliente tocar mi glande. Me quedé congelado. Su lenguita repitió esto varias veces. Mi erección llegó a estar a la máxima expresión. Casi gemí cuando metió entre sus labios mi glande inflamado. Quise tomarla de la cabeza y hundirle mi pija en sus boquita para que se la tragase toda, pero tuve que aguantarme. Tuve paciencia, ella poco a poco chupaba màs fuerte mi glande, luego con su punta de la lengua lamía toda la cabeza. Debo indicar que todo lo hizo Valeria por debajo de las sabanas, yo solo sentía pero no veía nada, además todo estaba a oscuras. Valeria terminó de chuparme la pija y se durmió.
Voy a obviar lo del día. Además durante el día Valeria y yo casi ni charlabamos, ella estaba ocupada gozando con sus amigas los parques de diversión. La cuarta noche: Nuevamente Valeria comenzó tocándome, nuevamente me bajé el boxer y ella empezó la faena de chuparme el glande, la única diferencia con la noche anterior fue que yo estiré mi brazo le subí su playera de dormir y le acaricié sus nalguitas y su espalda muy delicadamente para que ella no se ahuyentara. Asi nos quedamos dormidos.
Por la mañana, nuevamente me tocó ducharme con Valeria (ya que nos levantabamos más tarde), nuevamente volví a enjabonar a Valeria, ahora en todo el cuerpo, toqué sus preciosos senos, ella no dijo nada, luego la espalda y ahora sin jabón acaricie sus nalguitas y meti mi mano entre sus nalguitas, acaricie su ojito del culito y luego su cuquita. Me excite tanto que le froté sus partes intimas con mucho deseo, Valeria cerró sus ojitos mientras le manoseaba sus partes, se apoyó en mi porque le flaquearon sus piernas, luego gimió reprimidamente mordiendose el labio inferior de su boca. Creo que Valeria alcanzó un orgasmo allí en la ducha.
Pasamos el dia en un parque temático, a diferencia de los otros días, Valeria dividia su tiempo entre sus amigas y yo, llegaba y me abrazaba, la chica se estaba soltando, ya no era tan reprimida.
Quinta noche: Nuevamente se encontraba Valeria dándome una rica felación, chupando mi glande y lamiendome el tronco. Yo estaba al máximo de excitación, ahora si le tomé la cabeza y movi mi pija pistoniandosela en la boca, ella dejó su boca abierta y yo le penetraba mi verga erecta, lo hice sin extremos es decir sin meterla toda, posiblemente le metía solo la mitad de mis 6.5 pulgadas. En pocos minutos estaba al borde de mi venida, en un momento pensé que no era prudente chorrearle de semen la boquita, eso podía escandalizarla y hechar todo a perder, asi que le quité mi verga de la boca. En la oscuridad de la noche nos quedamos quietos, talvez estabamos recargando baterias. Ahora yo tomé la iniciativa.
Me metí entre las sabanas, como ella lo hacía, la puse boca abajo, luego comencé a chupar y lamer sus nalguitas, al menos lo que no cubria su calzoncito. Eran deliciosas, tersas, lozanas, delicadas, estuve chupándolas unos diez minutos, luego, meti mi mano entre sus nalguitas para tocarle su botoncito sexual sobre su calzoncito. Lo froté mientras lamía sus nalguitas. Rapidamente noté que Valeria mojó su calzoncito, esto me excitó mucho, perdi por un momento el control. Le bajé su calzoncito, ella me quiso detener tomando su prenda, pero mi fuerza ganó y le dejé su calzoncito hasta las rodillas (ella siempre boca abajo), aunque sin verlo me quedó su culito descubierto, ahora mis labios y lengua degustaban de sus dos nalgas completas, lamiendo y mordisqueandolas, mi lengua ingresó dentro de sus dos globitos y seguí el camino de su rayita, pronto encontré las arrugas de su ano inmaculado, lo lamí con frenesí varias veces, a la vez dos de mis dedos acariciaban los labios mayores de su cuquita, ella estaba mojadisima, llenó de sus juguitos intimos mis dedos. El olor de su venida era obvia, yo la podia oler bastante bien, aunque debo decir que Valeria tenia casi cerrada sus piernitas y sus nalguitas.
En lo mejor estaba yo dandome ese gran agasajo (comiendome su culito y tocándo su cuquita), cuando ella me dijo -ya no!, por favor ya no!!- lo hizo con un tono fuerte, que por un momento crei que despertaría a mi hija y a Katy que estaban en la cama contigua. Rapidamente, dejé su culito y regresé a mi lugar en la cama. Mi respiración estaba acelerada. Vi alrededor y todo era silencio. Me voltee y me puse a dormir.
Al dia siguiente, ella se bañó con sus amigas. Tal vez lo hizo para no levantar sospechas, de lo que acontecía conmigo cada noche o bien porque estaba molesta de haberme comido su culito.
Sexta noche: Todo el día pasé intranquilo, quería que anocheciera rapido, yo estaba obsesionado por Valeria. Y nada salio bien ese día, mi hija le dijo a Valeria que queria dormir conmigo esa noche. Claro que nadie puso objeción, sino parecería que habia algo allí. Solo nos quedaba una noche más a esta.
Septima noche: Para mi suerte, luego de dejar empacadas todas nuestras cosas personales, ya que el avión salía a las 12:00 del día siguiente, todos estabamos agotados. Nuevamente Valeria dormiría conmigo. Era nuestra ultima noche juntos y pensé que tenía que ser especial. Esperé a que mi hija y Katy estuvieran dormidas, esperé una hora más y Valeria parecía que estaba dormida. Me metí por debajo de las sabanas para llegar a sus nalguitas, esta vez Valeria estaba acomodada de lado en posición fetal. Le fui bajando su calzoncito y comencé furtivamente a comerle sus nalguitas, tocándole su cuquita con mis dedos. El olor a juguitos vaginales llenó mi espacio, eso fue excitante, el olor no es perfume, pero excita a cualquier hombre. De posición de lado, manipulé a Valeria para que quedara boca arriba, besé su vientre plano, luego bajé a su escasa pelambre y meti algunos pelitos entre mis labios, la respiración de Valeria empezó a ser acelerada.
Mientras lamía su vientre, pensé que no habría otra noche, mañana todo volveria a la normalidad. Asi que me deslicé hacia su bollito sexual, Besé alrededor de su cuquita, para luego meter la punta de mi lengua entre sus labios vaginales, ella arqueó su espaldita, quiso cerrar sus piernas por instinto, pero mi cabeza no la dejó hacerlo. Segui lamiendo delicadamente los bordes, sus labios vaginales, el botoncito de su clitoris por turnos, ella se tapaba la boca con sus manitas para no gemir. Yo estaba tan fascinado por su coñito, que meti mis dos manos debajo de sus nalguitas y la levanté un poco para tener más facilidad de acceso a mamar su cuquita. La punta de mi lengua amenazó con ingresar en su vaginita, pero su himen me detuvo, como no podía ver nada, solo sentí un par de hilitos de carne que tapaban el ingreso de mi lengua en su vagina. La nena tal como pensé era virgen. Lo cual me excitó al máximo. Además en pocos segundos bajó una andanada de jugos intimos en su cuquita, lo sentí con mi lengua esta vez.
Después de todo eso, volvi a mi lugar en la cama. Pero aún no estaba satisfecho. Me bajé el boxer, mi pija estaba erectisima, de hecho había mojado un poco mi boxer. Puse a Valeria de lado y me puse atrás de ella en la misma posición, puse mi pija por debajo de sus nalgas, guiado por mi mano comencé a frotar mi pija en su cuquita y en su ojito del culo, primero suavemente, pero conforme pasaban los minutos yo iba intensificando el frotamiento de nuestras partes íntimas. Mi glande y mi tronco se restregaban entre sus nalguitas, en su rayita, en su arrugado ano y luego en la viscocidad de su cuquita mojada. Todo era increiblemente excitante. Pronto sentí en la cabeza de mi verga y en mi tronco la húmedad de su sexo caliente. Toqué con mi mano mi pija, estaba completamente empapada de sus liquidos vaginales. Luego, me abracé a ella, para frotar más mi pija y para meter mis manos debajo de su playera y acariciar sus lindos senos, luego apreté sus pezones y jugue con ellos con mis dedos. Valeria se tapaba la boca para no gemir, le era muy dificil conseguirlo.
Yo queria penetrarla, pero no sabía si era lo mejor, ya que le robaría su virginidad. Pero pensé que en unos meses o un año algun chico inexperto lo haria por mi. Asi que tomé la determinación de clavarsela. Tomé mi pija con la mano y la guié hacia su vagina, rapidamente sentí su himen detener la penetración, empujé un poco, luego otro poco y por fin mi verga se metió en su vagina. Valeria chilló, fue audible, crei que se despertarian mi hija y Katy, pero no fue asi por suerte. Me detuve mientras a Valeria le pasaba el dolorcito, le apreté sus pezones y le besé el cuello, yo sentía el glande palpitando en el interior de su estrecha cuquita. Minutos más tarde, comencé a bombearle lentamente mi glande, lo metía y lo sacaba, Valería me arañaba los brazos en señal de dolor, pero nunca intentó detenerme. Poco a poco la lubricación de su vagina causó que entrara otros centimetros más de pija en su cuquita, ella empezó a quejarse, ahora no fue de dolor sino de excitación, tuve que ponerle la palma de mi mano en su boca para evitar que se oyera, más cuando ella llegó a un orgasmo.
Aun solo le había clavado menos de la mitad de mi verga a Valeria, solamente eso le estaba bombeando adentro y afuera, su cuquita era como un pequeño guante que apretaba alrededor de mi pija. La estuve follando asi un buen rato, le solté la mano de la boca y solo su respiración era acelerada, al parecer el dolor había cedido, se notaba muy excitada, tanto que besaba mis brazos y mis manos. Casi todo lo haciamos por tacto, ya que como he dicho anteriormente la habitación estaba en penumbras. Yo estaba sudando a chorros, el calor de nuestros cuerpos pegados generaba ese sudor. Mi verga se empezaba a mover más rapidamente dentro de su cuquita. Finalmente tomé la decisión de intentar meterle el resto, la abracé por el estomago, ella intuyò lo que me proponía y se mordió la mano, levanté con cuidado una de sus piernas y le dejé ir otro resto de mi pija, ella gimió, luego bombee rapidamente con el nuevo pedazo de tronco que clavé, asi poco a poco su cuquita se trago toda la longitud de mi pija. Ya estaba hecho!!. Ahora si empecé a meter y sacar toda mi verga de su pequeño orificio, en unos minutos más tarde ella se llevó una almohada creo, a la boca, la nenita estaba teniendo un orgasmo brutal, chillo en la almohada unos dos o tres minutos seguidos.
Yo tampoco duré más, unos dos o tres minutos más tarde, estaba por venirme, alli tenía un dilema, terminar o no dentro de su cuquita. Por un lado era estrenar completamente ese bollito llenandolo de mi esperma y por otro lado era terminar afuera entre sus nalgas y dejar afuera ese enorme placer para evitar cualquier contratiempo más adelante. Finalmente elegí la primera y me vine a chorros dentro de su cuquita, se la llené de leche (ahora sé que fue una irresponsabilidad, pero que rico fue hacerlo) su coñito, mojé las sabanas.
Ambos estabamos muy sudados. Asi nos quedamos durmiendo, abrazados, mi verga se fue encogiendo dentro de su vagina, hasta salir de ella.
Al otro día tomamos el avión de regreso. Los padres de Katy y Valeria estaban esperándonos en el aeropuerto. Valeria no volvió a llegar a casa en todas las vacaciones, al siguiente año ya no fue compañera de mi hija en el colegio, su familia se trasladó a otra ciudad. Ahora en el mes de noviembre del año anterior, mi hija me dio la noticia que Valeria nuevamente sería su compañera de grado. Para mi fue volver a acordarme de todo, (por eso escribo) aunque sinceramente no la he podido olvidar por completo. Quiero volver a verla, saber que piensa, como va actuar, ahora tiene dos años más que en esa ocasión, bueno espero que aunque largo les haya gustado el relato.
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