Esencia Juvenil
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por random198.
Habían pasado días desde la ultima vez que estuve con alguien. Tenia 28 años y aun así me sentía nervioso cuando estaba cerca de ella.
Tengo que admitirlo, Cinthia me hacia sentir demasiado nervioso, quizá era mi edad, o quizá porque ella acababa de cumplir los veinte, pero causaba sensaciones las cuales no había sentido desde hace mucho tiempo.
Bueno al fin y al cabo la conocía de siempre, había sido mi vecina, amiga inseparable de mi hermana menor, y una hermosa niña a la cual había visto cambiar rápidamente en los últimos años, el pensamiento de estar haciendo algo prohibido no me dejaba en paz. Seguía tomando su mano mientras caminábamos entre tiendas de ropa, era interesante mirar como entraba a las tiendas y probaba prendas tan sensuales, su mirada se cruzaba con la mi y sonreía, realmente era para enloquecer a cualquiera.
¿Como habíamos llegado hasta ahí? bueno una cosa llevo a la otra. Hace unos meses se cambio a la ciudad donde yo estaba residiendo por motivos de trabajo, hace unas semanas me llamo para ayudarla a realizar algunas modificaciones a su apartamento, yo le dije que si, y bueno entablamos una relación un poco mas cercana de lo que habíamos llevado antes. Ella llamaba derrepente para compartirme algo, me agrego a su red social y lo mas extraño es que empezó a enviarme fotografías por correo electrónico, no era nada extraño pero compartía su vida conmigo. El día de hoy me llamo para porque necesitaba decirme algo. Eso ya se había vuelto en algo común.
Llegue a su departamento y golpea la puerta, no tardo mucho cuando se abrió lentamente y me recibió con lo ojos llorosos, las lagrimas inundaban sus mejillas,
-¿que sucede?- le pregunte mostrando preocupación
– no me siento bien hoy… ven pasa- exclamo.
Si bien habían sido sus ojos en los que me fije primero, cuando ella volteo para invitarme a pasar me di cuenta que me estaba recibiendo solo con una playera blanca ajustada y una pantaleta rosa, muy ajustada. quede paralizado en la puerta, frió sin ningún movimiento tratando de entender lo que había pasado, para mi ella no dejaba de ser alguien a la cual respetaba por todo lo que había pasado en su vida. Cintia dio unos paso y luego se percato de lo que ocurría, se volteo lentamente y me miro con un rostro apenado.
-oye discúlpame, pasa mientras me cambio -dijo mientras cruzaba los brazos para protegerse los senos.
Algo tengo que admitir, esa mujer era hermosa. Había crecido de una manera admirable, sus caderas se ensancharon en su adolescencia formando unas nalgas moldeadas para disfrutar en ellas, su rostros contenía ese extraño aire que tienen algunas de niña-mujer, pero lo que realmente me llamaba la atención desde hacia ya algo de tiempo era el tamaño que habían adquirido sus seno, era imposible que alguien no notara el tamaño de ese para, eran verdaderamente grandes para su complexión física la cual se había mantenido delgada desde ya mucho tiempo.
-No no te preocupes- le dije mientras daba un paso hacia adentro y dejaba mi portafolio hacia un lado. – si te sientes cómoda de esa manera por mi no hay problema.
-En verdad prefiero quedarme así- sonrió por un momento.
-Entonces puedes contarme.
No sentamos en la pequeña sala de su departamento la cual hace algunas semanas habíamos pintado de un color pastel que ella había elegido.
– En la facultada la cosas no van como esperaba- se seco las lagrimas del rostro y continuo -hay algunas materias en la cuales estoy teniendo problemas para poder pasarlas y no se si pueda continuar.
Empezamos una charla un poco larga sobre cosas que suceden en la vida y como uno tiene que sobrellevarlas, etc. Pero de una forma un poco fingida mientras habla con ella miraba por instantes esos enormes senos y como se acomodaban en aquella blusa que parecía por momento reventar así pasaron algunos largos minutos, era obvio que no iba a intentar nada, era una curiosidad, morbo por saber como serian, pero no, no me atrevería a hacer nada.
Logre tranquilizarla y fui desviando el tema hacia los colores del lugar y como nos había quedado bien, hasta que de repente su voz me detuvo.
-¡oye!- dijo, sin darme cuenta mis ojos se habían posado demasiado tiempo en su busto y ella se había dado cuenta -¿que estas mirando?- la mire a los ojos rápidamente y quede sorprendido de encontrar en su rostro una sonrisa.
-no, no espera- tartamudee por un instante, mientras mi mente pensaba en una escusa lógica.
Me miro fijamente a los ojos y buscando articular alguna palabra para excusarme sobre mi actitud cuando ella sin ningún aviso se puso sobre mi abriendo las piernas y pegando su entrepierna sobre mi miembro.
sonrió de nueva cuenta y se acomodo el cabello.
-¿no te gustaría ver como son en vez de estar espiando?- me quede sin habla, era obvio que estaba completamente excitado.
-Cintia, no creo que debamos…- fue todo lo que logre articular y ella me beso de una forma increíble, ya no podía decir ni hacer nada estaba completamente hipnotizado por su belleza, fragilidad y lujuria.
Ella me beso por algunos minutos y después de esto se despego de mi. lentamente se levanto la blusa para darme para hacer aparecer esos enormes senos que habían ocasionado esto, no espere a que se la quitara completo y los tome con mis manos presionándolos firmemente mientras me los llevaba a la boca, era una delicia de una textura suave y pezones rozados, los mordisque por un momento mientras ella movía sus caderas frotando su entrepierna con mi pantalón. Después de unos instante se levanto sin dejar de mirarme, me tomo de la mano
-vamos a la recamara- de dijo y me jalo, mientras caminaba me desabrochaba la camisa para luego dejarla caer en el suelo, cuando llegamos cerca de la cama quedo frente a mi la bese y entonces supe de que tenia que tomar las riendas de esto. Ella había dado el primer paso y debía complacer a esta mujer.
La tire sobre la cama y comencé a besar sus piernas para luego comenzar a despojarla de aquella pantaleta que ya se encontraba húmeda y dejar al descubierto aquella entrepierna que se encontraba completamente rasurada. acerque mi rostro y comencé a besar aquellos tiernos labios vaginales ella gemía, mientras hacia eso me despoje del pantalón mostrandole mi miembro erecto.
-acércate – le dije mientras la sentaba en la cama.
-valla…- dijo – no creí que fuese tan grande.
-Entonces es una agradable sorpresa.
-definitivamente.
Ella tomo mi miembro y se lo llevo a la boca entregándome una serie de descargas de placer muy fuertes, su lengua jugaba con mi miembro de una manera inigualable, aquella boca me estremecía de placer. no podía soportar mas tenia que tenerla inmediatamente.
Le tome el rostro de una forma delicada y la coloque en cuatro disfrutando del espectáculo de sus nalgas mientras curvaba su espalda. Tome sus caderas firmemente y la penetre lentamente tratando de disfrutar aquel todo tipo de sensaciones que llegaban a mi miembro. Sus gemidos no tardaron en escucharse. Empezaron como unos susurro y luego se fueron incrementando de una forma agradable al oído. la intensidad de sus gemidos me indicaba la intensidad de mis envestida.
Después de algunos minutos y para aguantar un poco la cambie de posición. entonces la subí sobre mi para poder disfrutar de la imagen y textura de sus senos. Fue una excelente decisión. tome firmemente aquel par mientras ella se movía lentamente, su rostro indicaba que la estaba pasando muy bien y yo trataba de complacerla dándole el control por ese momento.
Pasamos algunos minutos de esa manera cuando ella se movió mas fuerte, como tratando de desprender mi miembro de su lugar y de una forma lenta, sentí sus manos apretar los míos y sus piernas pegarse mas a su cuerpo.
-ya voy a terminar- me dijo – ya voy a terminar.
Sus gemidos me llevaban a una excitación que jamas en mi vida había sentido, se froto de nueva cuenta y su rostros me dijo lo que quería saber.
Ella llego al clímax y sus movimientos fueron lentos, entonces la tome y la recosté sobre la cama mientras la penetraba de frente, volví a tomar aquellos senos culpables de esto y los apreté mientras me movía dentro de ella que mantenía los ojos cerrados dejando soltar algunos quejidos. unos instantes después termine sobre aquel abdomen perfecto y mi semen se convino con su piel blanca.
Me recosté a su lado y la observe, la mire completa y vi su perfección.
-vas a hacer que me apene.- me dijo
-eres hermosa- le dije. Ella sonrió y luego poso sus labios sobre los míos, nos besamos por un momento -salgamos al algún lugar- le mencione mientras la miraba, ella toco mi rostros y lo acaricio.
– bueno, pero con la condición de que esta noche te quedes conmigo.
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