Esposa desatendida porque su esposo está en silla de ruedas. Uno..

Hace un tiempo en esta página conocí a un matrimonio que no había tenido sexo en mucho tiempo..
Cuando en está página se podía contactar con mucha gente me envió mensaje una señora que me pidió comunicarme con ella porque quería saber si podíamos tener sexo delante de su esposo porque él ya tenía años atado a una silla de ruedas debido a un accidente.  Le di mi correo y nos comunicamos acordando que me explicara qué quería exactamente y cómo estaba su situación y la de su esposo. Me envió  correo y me dijo que ya eran grandes (55 ella y 60 él), que a él tuvo hace años un atropellamiento y que por eso quedó atado a la silla.  La leí con total atención, como siempre lo hago, y me dijo que si podíamos vernos para platicar de forma personal porque querían conocerme ya que les había gustado cómo me expresaba en mis comentarios y que les había llamado la atención y dado confianza.  Acordamos vernos en un lugar público y así fue. Ellos vivían o viven en una alcaldía del noreste de la ciudad de México. Más o menos yo igual. Nos vimos en un restaurante conocido entre nuestras direcciones. Cuando la ví mi primera impresión fue que tenía una cara de tristeza y mucha desatención en su físico pero también muy desanimada. Él también se veía triste y derrotado.  Llegaron en un taxi; yo los veía a corta distancia por seguridad y apenas arrancó el coche me acerqué para ayudarlos.  Ella se sorprendió un poco cuando me vio, sonrió y me preguntó

Ella. Andrés?

Yo. Sí mucho gusto.

Él. Hola mucho gusto- sonrió levemente.

Era de una estatura mediana: 1:60 aproximadamente y él era alto según mi cálculo, porque le salían las piernas más allá de lo normal en la silla.

Ella llevaba un vestido azul claro hasta las rodillas. Supongo que pantimedias, zapatos negros con poco tacón, poco maquillada, con pelo cano lacio hasta media espalda. Era ligeramente morena y apenas se veía con busto grande y se asomaba un trasero grande pero no se veía más allá. Manos algo maltratadas sin pintar las uñas.  Él llevaba un pantalón de mezclilla, una camisa blanca, zapatos negros medio boleados y manos muy descuidadas con uñas largas pero limpias.  Olía un poco a cigarro. El cabello poco largo pero los dos muy limpios.

Nos metimos y dudaron en qué pedir. Me di cuenta que eran de situación económica baja y les dije que no había problema porque yo los invitaba sin ningún problema. De todos modos pidieron poco.   Casi inmediatamente él me lo dijo sin más preámbulo: te ví y creo que confío ampliamente en ti. Soy directo y escúchame por favor: yo desde el accidente no he podido tener relaciones sexuales con mi esposa y quiero que alguien tenga sexo con ella y por eso nosotros atrevimos a contactarte porque hemos leído tus comentarios y nos parece que reúnes los requisitos para que estés con ella pero delante de mí.  Ella tenía la cabeza agachada y sólo asentía ligeramente con lo que él me decía.

Yo. Está de acuerdo ella?

Él. Respóndele.

Ella. Sí -aunque con actitud de pena-.

Él. Díselo de frente.

Ella levantó la cabeza y me vió directamente a los ojos y me dijo, sí estoy de acuerdo.

Yo. Está bien pero dónde y cuándo sería y bajo qué condiciones.

Él. En el momento que gustes; puede ser hoy, mañana o cuando tengas mucho tiempo ya que vivimos cerca y ya estamos totalmente solos.

Ella respaldó lo que su esposo al decir que no había ningún inconveniente porque diario se bañaba y andaba muy limpia porque así le gustaba a su esposo.

Me dió un ligero vuelco mi morbo y les dije que si había algún problema con sus hijos o familiares o amistades por si nos encontrábamos en pleno sexo.

Él. Hay otras casas pero nadie se mete con nadie y nuestros hijos y familiares vivían muy lejos y no era tiempo de visitas.

Almorzamos y después de algunos acuerdos les pedí si podía conocer su casa.  Aceptaron y después de pagar tomamos un taxi y nos trasladamos a un lugar totalmente desconocido y arriesgado para mi pero con la cabeza clavada en saber qué era estar con una señora de edad avanzada delante de su esposo en silla de ruedas.

Llegamos y vi que eran unas viviendas medio precarias pero casi no había nadie.  Vivían en la primera vivienda de la entrada. Cuando entramos percibí un aroma a limpio. Todo en su lugar y con muchas plantas muy cuidadas. Me invitaron a sentarme. Me ofrecieron agua pero les dije que mejor un refresco. Ellos hicieron lo mismo. Brindamos y les dije que era en agradecimiento por haberme elegido. Él sonrió un poco más de lo hecho anteriormente y ella también pero con mucha pena.

Él. Tranquila mujer, se ve que es de confianza.

Ella. No lo puedo evitar pero ya estamos aquí y que sea lo que el Señor quiera.

Yo. Salud y que todo salga bien.

Brindamos y él me dijo, qué le quieres hacer?

Yo. Lo que tú o ella quieran que haga.

Él. Vete a cambiar y ponte algo atractivo.

Yo. Así está bien. Quiero ver qué hay debajo.

Ella. Te lo agradezco pero déjame entrar al baño y regreso con la misma ropa.

Yo. Claro, no hay problema.

Se fue y le pregunté a él:

Yo. Disculpa la pregunta, estás seguro de lo que quieres?

Él. Desde antes del accidente yo quería verla con un cabrón que se la cogiera. Jamás encontré a alguien de confianza hasta ahora -creo -.

Yo. Sinceramente me siento un poco desconcertado pero muy agradecido.

Él. Un día me confesó que ella estaba con muchos deseos de que también quería que yo participara pero ahora sólo alguien con ella porque ya viste cómo estoy.

Yo. No te preocupes.  Casi al mismo tiempo le pregunté, oye puedo hacerle lo que sea? No hay bronca?

Él. No nadamas yo quiero, ella está dispuesta a todo, ya lo verás.

Me quedé muy excitado y en eso regresó.  Venía un poco menos penosa y oliendo a limpia.

Yo. Oye qué bien te ves 👀😉.

Ella. Muchas gracias, aquí estoy para lo que gustes, verdad amor?, le preguntó a su marido quien con voz firme dijo: claro que sí, que haga lo que quiera contigo.

Yo. Muchísimas gracias a los dos y vamos a comenzar.

Le pedí que caminara como en pasarela delante de los dos y que lo hiciera de forma distraída. Caminó muy coqueta y le dije que al avanzar se fuera levantando poco a poco el vestido que era amplio y dejaba ver poco.  Así lo comenzó a hacer y fuí descubriendo que se había quitado las medias y dejaba ver unas gruesas piernas, muy firmes.  Le dije que se detuviera delante de su esposo y me agaché para que su marido viera que yo le levantaba el vestido para que él viera lo que hacían mis manos: le levanté el vestido y comencé a frotar su Monte de Venus para deleite de los tres. Acerqué mi cara a su culo amplio con unas nalgas grandes.  Le bajé la pantaleta con mis dientes y seguí acariciando sus muslos que se sentían muy ricos.  No aguanté mucho y le dije que se quitara toda la ropa pero no la interior.  Él estaba nervioso y sólo nos veía y entre sonrisas y palabras a ella iba admirando el panorama.  De plano quedó sólo con su brassier y su calzón ambos blancos y le dije que se agachara y besara a su marido. Así lo hizo y eso me permitió acercar mi cara a su rico culo y metí por encima de su prenda mi boca y mi nariz.  Después con una mano bajé su calzón y como es mi costumbre desde siempre, metí directamente mi nariz para oler su hoyito medio oloroso pero excitante y después mi lengua para saborear su húmedo culito y así estuve por varios minutos.  Ella sólo gemía y besaba a su marido y yo le aplicaba unos lenguetázos a su culito.  Así estuvimos un rato y después le pedí que me diera una buena mamada. No tardó en echarme a la cama y me pidió bajarme el pantalón y mi boxer y se súper clavó haciéndome una riquísima chupada como toda una experta.  De plano fue tan intensa que tardé en venirme pero ya que se dió cuenta de que venía mi líquido me dijo que por favor la dejara beberlo. Así lo hizo mientras yo lo disfrutaba al máximo y su esposo nos veía resignado pero muy atento y frotándose el miembro.  Al terminar me levanté y le dí las gracias. Ella se limpió un poco los labios y sonrió también dándome las gracias. Se acercó a él y le preguntó que qué le había parecido y él dijo, «si a ti te gustó a mi también porque tú mereces esto por vivir con alguien como yo.  Me sentí un poco incómodo y le sugerí que yo les iba a ayudar a que él también gozara. Se quedaron viendo y me preguntaron que qué iba a hacer.

Yo. Sólo dejen que me recupere un poco.  Ella se iba a vestir y le dije que no porque venía lo bueno. Le pedí que se quedara totalmente desnuda y que se quedara quieta.  Les pregunté que si no había problema de besarla y me dijeron que no. Comencé a besarla poquito a poquito en los labios y he de confesar que lo hacía muy bien. Luego bajé mis manos y con una acaricié su nalga izquierda y con la otra la comencé a masturban.  Tenía una panocha peluda con labios colgantes y un clítoris pequeño pero que al tocarlo ella hasta hacía mmm mm mmmmm mmmmm!! Me atreví a ponerle los dedos y los chupó con sus fluidos.  Le dije que acercara su culote a la cara de su marido.  Se agachó y se lo puso en plena cara y él comenzó un poco torpe pero con ansias a mamarlo sin ton ni son y al principio a ella la lastimaba un poco le fue agradando poco a poco.  Al estar agachada me acerqué y nuevamente me empezó a mamar el pito.  Ella estaba muy caliente y dijo:

Ell. Ay qué rico sentir a mi marido mamando mi cosita peluda y mi culito y mamando una rica verga al mismo tiempo.

Así estuvimos un rato hasta que no pudo más y le aventó sus jugos a la cara de su esposo.  Yo tardé otro poco pero al final nuevamente se tragó todo lo mío.

Sé perfectamente que es largo y con poca acción pero por el gran respeto y reconocimiento que les tengo y tendré a este matrimonio es que quise dar muchos detalles para que queden en esta página a la cual le agradezco el espacio. También lo hice para que muchas parejas que están en circunstancias similares ojalá y encuentran a gente de total confianza para que les den momentos de mucho mucho placer y momentos de olvido de sus problemas.

En la siguiente entrega va el resto.